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domingo, 6 de enero de 2013

Al colegio y a la universidad que va es a preguntar, no a responder



HAY QUE IR AL COLEGIO Y A LA UNIVERSIDAD
A PREGUNTAR, NO A RESPONDER.

Soy padre de un niño de seis años, y, como todos los niños, es una matraca de preguntas, tiene unas pláticas permanentes de anhelos, unas propuestas de  hacer y hacer, unas ganas permanentes por construir sus imaginaciones. Todo lo desea conocer, dominar y usar. Todo lo capta y graba sin insistir  que lo haga. Todo lo que escucha lo memoriza. Todo lo que hace, lo mejora hasta que se siente totalmente satisfecho. Además, no se da por vencido nunca. No se rinde, ni se cansa por nada y en nada.

Osho, un sicólogo hindú afirma que “los primeros siete años en la vida de un niño determinan su quehacer en el universo. Es, en estos años en los cuales se establecen sus patrones sociales, morales, afectuosos y hasta financieros. Y estos patrones los repetirá durante la vida”.

Los niños son una esponja en los primeros siete años, pero  muchos padres como tantos maestros olvidan que los niños son esponjas que preguntan y preguntan. Y  cuando lo hacen, reciben respuestas como estas: cállese, no pregunte. Para qué desea saberlo?. Ya lo aprenderá en la escuela. Parece una cotorra. No joda tanto. Etc.

Y ya en el preescolar, luego en la escuela y posteriormente en el colegio, el niño deja de preguntar, deja de observar y deja la curiosidad. Y quienes los guían solo desean que el niño lleve cuadernos limpios y ordenados, que lea algunas veces, y otras, que haga algunas operaciones matemáticas.

Y cuando se cae en esa rutina el sentido del estudio se ha perdido, pues tanto los padres como los maestros, algunas veces, solo desean que los chicos respondan evaluaciones y den respuestas precisas a las preguntas, olvidando que la verdad es relativa y que el conocimiento es cambiante.

ESTANDARIZAR ES UNIFORMAR, NO FORMAR.

Los directivos docentes insisten, así como el MEN y sus representantes, insisten en los estándares, y sin quererlo, estamos convirtiendo niños y jóvenes estandarizados. Muchos docentes no soportan a los alumnos que muestran diferencias con la mayoría, y llegan, muchas veces a estigmatizarlos. Muchos maestros olvidan que “el talento se descubre pensando diferente”. Y aclaro, no lo sustento yo, lo afirma  Sir Ken Robinson, un gurú internacional de la creatividad. En su conferencia en el I foro mundial de talento hace algunos meses en España, dijo: Tengo el firme convencimiento de que la mayoría de los adultos no sabe cuáles son sus talentos ni sus habilidades innatas. Y esto nos ocurre porque el talento suele estar marginado, no nos hemos preocupado por él”.

HAY QUE CREAR AMBITOS DE APRENDIZAJE PARA DESARROLLAR EL TALENTO

Robinson, nombrado en 2003 caballero por la Reina de Inglaterra por sus servicios al Arte, considerado un experto en el desarrollo de la creatividad, innovación y recursos humanos, afirmó rotundamente que “es falso que el talento se tiene o no se tiene, que se desarrolla en pocos ámbitos y que sólo está presente en algunas personas. Yo creo que todos lo tenemos, pero tan sólo nos falta cultivarlo. En el momento que lo hagamos repercutirá en el desarrollo de nuestra sociedad”. ¿Y cómo descubrimos ese talento? Para Robinson es fundamental “pensar diferente y cuestionar lo que se supone que normal”. Y es clave que estos dos aspectos se fomenten en la educación, puesto que a través de ella, que nos ayuda a encontrar una forma de pensar, hallaremos valor.

LOS MAESTROS SOMOS PARTEROS O GESTORES DE FRUSTRADOS.

Un ingrediente primordial para fomentar el talento es “el aliento de un tercero. Necesitamos que alguien nos ayude y nos guíe hacía su desarrollo y ejecución. Confío mucho en los profesores como ‘descubridores’ de capacidades en los alumnos.

No pueden ocurrir casos como el de Elvis Presley, a quien le denegaron su participación en el coro del colegio porque su voz desentonaba”.

Como conclusión, Robinson, que presentó su libro ‘El elemento’ a principios del 2011, propone que para “que la economía renazca necesitamos que los niños piensen de manera creativa a la vez que   entiendan los valores culturales. El modelo de linealidad en el que vivimos está caduco”, sentenció.

EQUIVOCARSE ES UN RECURSO PARA MEJORAR, NO PARA ESTIGMATIZAR.

El economista Sala-I-Martín, experto en competitividad e innovación, creador del índice de “competitividad global” estuvo en Colombia en el 2012, y propuso en una entrevista con finanzas personales.com, una “revolución educativa” con los niños colombianos para lograr estar al ritmo cambiante del mundo global.

Por ejemplo, dijo, que el emprendimiento no se enseña. Lo que hay es que inducir a los alumnos de esta área, a que identifiquen las actitudes y aptitudes de un emprendedor real de carne y hueso. Hay que lograr que los alumnos aprendan de sus errores, y convertir los errores en objeto de estudio. Hay que motivarlos a manejar el fracaso. Hay que asumir que el fracaso es un peldaño para el éxito. Hay que explicarles cuales son los sacrificios por los que pasa un empresario. Que el patrimonio es el resultado del trabajo tesonero, persistente, metódico, programático y recurrente del ahorro y el resultado de la suma de limitaciones.

HAY QUE ENSEÑAR A HACER PREGUNTAS, NO A RESPONDER

El reconocido economista afirma que a los jóvenes hay que enseñárseles a leer en voz baja y en voz alta, hay que enseñárseles a hablar en público para que expongan y vendan sus ideas, para que argumenten y controviertan objeciones.  Hay que enseñárseles a hacer preguntas, y no, a responder. A que sean propositivos e inferenciales en sus exposiciones.

Recomienda que los docentes de cada área deben convertir las clases en una transacción comercial bajo la filosofía de “el gana-gana”. Citó un ejemplo de su vida personal. A la hija no le daba mesada ni diaria, ni semanal, ni mensual. Le propuso que identificara que había en casa que estuviese roto o dañado o que no funcionara. Una vez identificados, la niña debía ponerlos en el tapete de la negociación para arreglarlos o cambiarlos, y a cambio, recibía una paga por el trabajo realizado. En otras palabras, insta a los padres y docentes que nada es gratis en la vida, que todo hay que ganarlo. Pero a la vez, enseñó a su hija que no todo lo que se gana, se gasta. Instó a la hija a ahorrar la mitad de la paga para que invirtiera en bolsa, en donde se gana o se pierde, así ella aprendió a manejar el riesgo. Contó que él no le leía cuentos a la hija. En vez le daba tres elementos y le proponía que inventara historias sobre cada uno de ellos.

Me considero un emprendedor formado desde niño. Mi madre me enseñó desde los seis años  a hacer negocios. Vendía en la escuela salpicón y jugos, aunque la motivación no era para hacer dinero, lo era para aprender matemáticas. Hoy si un niño hace negocio similar en la escuela o el colegio, es sancionado por controvertir el orden establecido. Lo viví con dos de mis hijas, y lo he visto en el colegio donde trabajo.

A mis hijos les asignaba mesada mensual. Podían disponer de ella a discreción, pero quien al final del mes demostrara ahorros, le duplicaba el valor del ahorro. Nunca les hice regalos de navidad, les daba un sobre para que usaran el dinero al libre albedrio. Y todos, son profesionales en el área de la administración, finanzas y mercadeo.

Si eres padre, responda con agrado cada pregunta que hagan sus niños. Si eres estudiante, pregunte. Quien pregunta aprende. Si eres persona activa y busca el cambio como habito de vida, pregunte, sea curioso, observe, innove, intente. No tenga miedo al fracaso. El inventor del bombillo Thomas Edison, hizo más cinco mil ensayos hasta lograr el bombillo que me ha servido para escribir esta nota hoy en la noche.

Si eres joven y estudias, motívese con esta frase de Albert Einstein: “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”.

Si eres de los estudiantes que no les motiva el estudio, tenga en cuenta esta afirmación de  H. Harris: “Muchos estudiantes toman al estudio como un líquido que hay que tragar, y no como un sólido que debe masticarse. Luego se preguntan por qué proporciona tan poco nutrimento real”.

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...