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sábado, 16 de febrero de 2013

Amigo maestro, no se preocupe, tome la vida con calma. Con nuestra labor no vamos a cambiar el mundo. Simplemente dirija su acción el 20% de sus alumnos en clase. Son ellos, los que valoran lo que hace y van al colegio a aprender. El 80% son del montón, y el montón tiene la paga que se merece.



COMPAÑERO MAESTRO, NO SE PREOCUPE, SU TRABAJO SURTE EFECTO EN EL 20% DE SUS ALUMNOS.

Un compañero maestro recién ingresado, con motivo de las semanas de recuperación y habilitación programadas en cada institución educativa para los alumnos que con áreas perdidas en el transcurso del año lectivo, hacía la siguiente comparación al confirmar un éxito de uno de sus egresados.

Juanita, no fue una alumna destacada en el bachillerato y los resultados de las pruebas de Estado, asi lo confirmaron; sin embargo, gozaba de una estatura superior a 167 cms y su figura está entre el prototipo que es bien visto en el género femenino. Ella, Juanita, hizo un curso en el INPEC de nueve meses, hoy es guardiana, y recibe por cada mes trabajado, cerca a $ 1.600.000 como salario. 

Y agregó en el comentario: Un joven bachiller, hace el curso de policía y al año sale a ganarse más de $ 1.200.000. Mientras un maestro hace una carrera universitaria de 5 años, debe concursar para ingresar a trabajar y presentar evaluaciones permanentes para mantenerse activo en la docencia. Pero al ingresar, el maestro empieza con un salario un poco mayor a los $ 900.000, luego de dos años de trabajo, el ingreso mensual se acerca al $ 1.200.000, es decir, igual al que gana un policía desde el primer mes de trabajo, y para alcanzar el salario de un guardián, deberá trabajar unos 12 años  luego hacer varios cursos de ascenso en el escalafón.

Entonces, en Colombia es mejor pago el personal que se prepara para reprimir a los ciudadanos, y muy mal pago los colombianos que se forman profesionalmente para formar a los mismos colombianos.

En pleno siglo XXI, usted amigo docente permitiría que un hijo suyo estudiase para ser maestro?. Tal ve sí, porque si cree en la vocación, lo apoyaría. O tal vez no, si logró, en su quehacer diario demostrarle a su hijo, que hay profesiones más gratas, más rentables y facilitan un crecimiento personal con resultados en el nivel de vida, más satisfactorios.

Esta reflexión se genera al conocer la directiva ministerial 29 del 19 de noviembre del pasado año, la cual empieza diciendo que  El maestro de hoy tiene como misión:

1.      Lograr que sus alumnos aprendan lo que necesitan aprender.
2.     Formar a los jóvenes para que sean buenos ciudadanos
3.     Formar a los jóvenes en valores éticos.
4.     Seducirlos para que sean ciudadanos colombianos respetuosos de lo público.
5.     Orientarlos para que ejerzan los derechos humanos
6.     Formarlos para que cumplan sus deberes y convivan en paz.

Dice la tal directiva que la las evaluaciones formativas que se hacen a los alumnos son para buscar la superación de las debilidades que traen los educandos o que se producen en el transcurso del año lectivo.

Afirma que si un alumno reprueba un área, podría tener diversas causas, entre ellas las ineficaces prácticas pedagógicas y no solamente las falencias de los educandos.

De esta afirmación se puede inferir que los alumnos pierden por culpa de los maestros que NO se ingenian estrategias pedagógicas eficaces para que todos los matriculados sean promovidos al grado siguiente.

La directiva 29 omite que el 2010 fue un año de transición entre la promoción automática y el sistema de evaluación que estamos implementando. Olvida la directiva que toda transición tiene sus riesgos, y la misma deja al descubierto las falencias del sistema  de promoción anterior.

Pregunto amigo maestro, quienes en su colegio perdieron, dos o más áreas? Acaso no son los mismos que  en los años anteriores, nos vimos obligados a promover por aquello de que solo podían perder el año hasta el 5%en cada grado y al nivel de la institución?.

La directiva entonces, podría ser una reversa a la promoción automática, pues si todos los matriculados tienen que pasar porque si no pasan, es por culpa del maestro, entonces para que colocar mas cargas que las que tenemos, si además, en el aula con más de 35 alumnos usted tiene que actuar como un mago para lograr que cada quien aprenda a su ritmo?.

Y no se preocupe si su rector(a) en cada reunión le recuerda como cualquier capataz que usted debe trabajar más para que se gane el salario, que no tiene sentido de pertenencia porque objeta cualquier propuesta de las directivas, que los resultados de sus alumnos son el reflejo de su trabajo, que los alumnos pierden por culpa suya.

No se preocupe, que los muchachos salen del colegio y entran al mundo real, y en él se estrellan, porque por un lado va el mundo y por otra la academia del bachillerato.

O acaso, en una empresa, una persona que llega tarde frecuentemente, y le ruegan que no continúe llegando tarde? Acaso en una empresa, un trabajador hace un procedimiento mal, y hay perdidas, la culpa es del supervisor o del quien hizo el proceso?.

Amigo maestro, no se preocupe, tome la vida con calma. Con nuestra labor no vamos a cambiar el mundo. Simplemente dirija su acción el 20% de sus alumnos en clase. Son ellos, los que valoran lo que hace y van al colegio a aprender. El 80% son del montón, y el montón tiene la paga que  se merece.

No se estrese con las posiciones de dominio de rectores o rectoras que actúan como medios mandos militares que cumplen órdenes, sin objetar la viabilidad de las mismas, sin tener en cuenta los estados de salud y de ánimo de los maestros. Tómelo todo con calma. De lo mejor de sí. 

Sea  comprensivo, proactivo, recursivo y prepárese cada día para estar al ritmo de los tiempos y de los cambios en el conocimiento, pero no se estrese, pues si lo hace, no le van a dar tiempo para ir al médico, ni para pedir citas, pues, tanto sus rectores(a) como la procuraduría, o la personería, siempre parten de falso supuesto que no cumple la jornada, ni trabaja más de cuarenta horas.

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...