miércoles, 17 de junio de 2020

LOS HIJOS, NUESTRA CREACIÓN O NUESTRAS VICTIMAS? (1)



Nos sorprendemos, cuando se nos informa en periódicos o en la radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años.

Frente a lo anterior, el siquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo, que creo a todos los que somos padres, o seremos abuelos algún día, nos debe interesar. El texto cuestionador es el siguiente:


Yo me preguntaría y plantearía lo siguiente: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?  

A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.

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Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.


Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización.

Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.

 
Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de tv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.



Se cierran automáticamente a quien le hable de moral, honor y  buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que nó ¡Lo consultan en internet!


Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo, incluso su cuota semanal o mensual, sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan de por qué eso no me alcanza.

Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo, alcoholizados.


Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes. Y si son alumnos, soterradamente, dicen, tanta joda, si de todas maneras tendrán que pasarme.

Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoseles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.


Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿Entonces en qué estamos fallando?


Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los que nacimos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que teníamos que ayudar a limpiar la casa; no nos frustrábamos por no tener vehículo, andábamos a pie a donde fuera, siempre lustrábamos los zapatos, como estudiantes no se avergonzábamos de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptábamos trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.

 Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:

¡
Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.

Muchos de nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disney World mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro.

El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.

 

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos. 

Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. 

Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.

Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento.

Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. 

Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y  por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar

Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó.

Cuando es pertinenente, corregirlos, aconséjalos, habla con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

 
Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ya los abuelos pagaron los errores de su crianza. Nosotros los padres, estamos pagando con sangre esa transición, y nuestros hij@s, cuando asuman la paternidad o maternidad, sino previamente conocieron nuestros errores de crianza, muy seguramente serán mejores padres y abuelos.

 Cosas que no debería decirle a mis hijos
Que cada lector tome lo que le corresponda. Que haga lo que pueda y quiera hacer con empeño y humanidad. Para que triunfe el mal, y la sociedad continúe el curso a la hecatombe, solo se necesita que la gente buena, que somos la gran mayoría, lo permitamos, pues es la familia la célula de la sociedad. Los indígenas muiscas reconocían a la familia el fin ultimo de un estado.

NAURO TORRES QUINTERO

Profesor de ética y valores

Colegio Técnico La Presentación

San Gil.

2.014


15 comentarios:

  1. Excelente publicacion esa es la realidad de lo que vivimos y estamos viviendo, sin dejar de lado que los adelantos de la ciencia y la tecnología y medios de comunicación tienen mucho que ver en esto y que difícilmente se volverán a ver jóvenes e hijos como fuimos criados y Tocar que haya un cambio estructural desde los hogares, las familias el estado y la educacion pero pasarán muchos años para recuperar esos valores y principios, y Nauro lo felicito muy interesante el artículo Dios te bendiga y muchos éxitos.

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    1. Honorable psicólogo Sr. Cubides: Uno creía que la ciencia y la tecnología contribuiría a que los humanos fuesen mejor personas, pero la escala de valores se ha invertido, o mejor, se ha extinguido.

      Profesor, cada vez en los colegios se ven cuadros de la equivocada crianza de los niños ahora, lo cual va repercutir en la productividad, y a la vez, en la frustración de ellos al llegar a la adultez.

      Pues, compañero, desde que abandone las aulas en 2.015 me he dedicado a escribir. Y esta semana tengo una lista de 4 notas para animar la celebración del día del padre aportando en el bienestar de los hijos, nietos.

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  2. PROFESORA RAQUEL MONSALVE

    Si, es la pura realidad, por no querer que ellos pasaran lo mismo que nosotros vivimos, los sobre protegimos....... Y les cuesta enfrentar la vida solos. 🤨

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  3. PROFESORA MARTHA CARDOZO

    Uyy naurito.

    Fotografía de la realidad y de mi realidad.

    No se en que me equivoqué. Si yo sé entre la incoherencia de mi exigencia y la desautorización de la que fui hecha.

    Eso propicio que no vieran y sintieran autoridad en los padres.

    Duele dar y no cosechar. Tal vez coseche a futuro. Solo Dios sabrá.

    Buen artículo y súper acertado a las pocas actuales. Un abrazo. Con cariño. MARTHA

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  4. URSULA URREA. MEDELLIN

    Hola Nauro, ya llegó a San Gil o sigue en el Paraíso...Respecto al artículo, querámoslo o no, es una gran realidad; su escrito pinta en vivo y en directo la sociedad del siglo XXI, felicitaciones

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  5. Que gran tema planteas Nauro, una triste realidad donde se está recogiendo lo que hemos sembrado, donde hemos querido dar a nuestros hijos lo que a nosotros nos ha faltado y evitar que vivan lo que nosotros hemos vivido. Realidades duras que nos formaron y nos dieron el coraje de luchar y no permitieron que nos quedáramos hundidos en el fango. Vivencias que nos llevaron a reconocer el valor del trabajo, de la honestidad y el respeto. Tal vez nos queda a los que ya tenemos hijos grandes que por gracia de Dios están muy bien orientados y tienen sus hijos transmitirles estos conocimiento para evitar que nuestros nietos pertenezcan a esa sociedad de Entes que no encuentran sentido a sus vidas, que todo es vacío y esperan recibir todo gratis, sin esfuerzo. Mil gracias por tu compartir

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    1. Buenos dias.

      Si. Es una preocupación que nuestros nietos, no sean orientados en el trabajo, en las ganas de superar problemas y dificultades,

      Pienso que hoy mas que nunca quienes deciden hacer familia, deben prepararse para ser padres, una tarea cada vez, mas dificil por el ritmo que hay en los trabajos y por las comodidades que se ofrecen a la infancia.

      Gracias por dejar su comentario que iluminó mas la nota compartida ayer como la primera de la serie para celebrar el dia del padre.

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  6. Graciela Rodríguez
    Muy buen texto muy real, muchas veces de verdad porque pensar que nuestros hijos no sufran lo que sufrieron los padres los malcriados y después cuando están grandes nos reclaman, o por estar en el trabajo, pues que es necesario para mantenerlos los dejamos mucho tiempo solos y hacen lo que quieren.

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    1. Profe, si. Igual usted en su labor debio encontrar muchos casos de la mala crianza a los hijos

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  7. Definitivamente es la verdad, estamos mal educando las nuevas generaciones, dándoles todos sin nada a cambio. Gracias a Dios me enseñaron a trabajar desde muy joven y eso me a permitido lograr algunas metas, pero hoy las nuevas generaciones no conocen el valor de conseguir las cosas, ese estímulo con el cual uno se enorgullecía de haber obtenido o conseguido alguna cosa que uno quería y tuvo que trabajar por ella. Los hijos hoy en día saben que todo lo tienen y que es obligación de los padres cumplir con sus demandas, algo que está mal echo.

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    1. Arnold, buenos dias.

      Si, eres un testimonio viviente de una educacion familiar en el hogar con el trabajo, la persistencia y la constancia.

      Cada logro en su vida es un peldaño en su escalera de valores. Y la mayor prueba, irse al llano a trabajar lejos de casa y de sus padres que cada vez, requieren de su compañia, igual ese acompañamiento en el negocio que debera conservar.

      Si señor, esas conclusiones que saco de esta nota tienen asidero racional. Ojala haya padres que lean estos consejos.

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  8. HELIDORO CACERES

    Le estoy fallando, con mis apreciaciones a tan excelente labor
    Muy buena dinámica para no enterrar personajes valiosos y acontecimientos significativos para la historia de grupos
    Gratitud y ejemplo para continuar la dinámica de la búsqueda de una vida digna.
    Adelante. Felicitaciones Nauro

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  9. Pedro A. Mateus M.

    Preocupa el futuro que está generación tendrá que construir...es cierto que hay excesos que se deben evitar...pero que el castigo al igual que el trabajo de los niños no está permitido es una puerta abierta a la generación que el autor describe...excelente para padres jóvenes....

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    1. Preocupante, Pedro A. Mateus M. Cada vez el futuro es incierto para los niños de hoy, muchos sin el espejo de un padre, la mayoría con exceso de derechos y mas obligaciones para los padres. Un saludo para usted y Ana Susana Marin Rodriguez, de mi madre.

      Tiene en lugar especial la obra de arte de su señora que le recuerda a patricia, la lora de su compañía.

      Cordial saludo. Otra vez en casa, recogido y mas confinado, aislado por 14 días porque es mejor ser prudente, porque el covid-19, se expande.

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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