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viernes, 25 de junio de 2021

El credo de la gente de bien

 


Nauro Torres

Poema 61

2.021

 

Creo en la gente de bien, como yo;

los demás, son zarrapastrosos,

vagos, vándalos, izquierdosos, socialistas.

 

 Creo en el dinero, me da poder sobre todas las cosas;

creo en el gamonal, siempre persuade a la fuerza;

creo en mi patria, usufructuarla es mi deseo;

creo en la familia que defiende a “las familias de bien”,

creo en la autoridad que cuida y defiende a “la gente de bien”.

 

Creo en la existencia de ciudadanos de primera, segunda y tercera;

creo que los de tercera no son dueños de sus vidas;

creo que los indígenas no merecen sus territorios;

creo que los negros viven para jartar ron y parrandear;

creo que los campesinos son unos alpargatones;

creo que los pobres no trabajan

y son una carga para “la gente de bien”;

creo que a los rebeldes hay que exterminarlos;

creo que los jóvenes son vagos y vándalos;

creo que a las mujeres hay que violarlas y gozarlas;

creo que a los indigentes hay que desecharlos;

creo que hay que desaparecer a los homosexuales;

creo que a los enfermos del covid-19 hay que dejarlos morir;

creo que a los ancianos hay que arrumarlos, son parásitos;

creo que hay que quemar a los ateos;

creo que hay que tirotear a los anarquistas;

creo en el poder de las armas, son exclusivas de "la gente de bien".


 
Imagen de internet

Creo que no hay enemigo pequeño, hay que eliminarlos;

creo que el país debe controlarlo la bota militar;

creo que hay que matar al otro cuando estorba;

creo que hay que robar, cuanto sea posible;

creo que el vivo, vive del bobo;

creo que hay que poseer

a la mujer del otro y desaparecerlo.

 

Creo que hay que honrar a los padres

 siempre y cuando no critiquen nuestras acciones;

creo en Dios que cubre mis faltas;

creo que a los ciudadanos de tercera

hay que adormecerlos

con futbol, rancheras, despechos, parrandas,

mentiras, y subsidios, pocos.

 

Creo que hay que codiciar los bienes del otro,

en especial los bienes públicos;

creo que hay que usar la mentira para beneficio propio;

creo que mis faltas – si las tengo- serán perdonadas

mientras sea devoto del dinero.

 

Creo que Colombia es un estado de derecho,

con derechos, solo para “la gente de bien”;

creo en el sistema judicial colombiano.

recibe cariñitos y nos favorece siempre;

creo en Uribe, es el gran colombiano

modelo para “la gente de bien”.

 

Gracias a mi Dios, Colombia es pasión;

solo tenemos siete millones de muertos

en medio siglo de juegos pirotécnicos

no más ocho millones de desplazados, quejosos hoy;

hasta ahora   hay 22 millones de pobres zarrapastrosos

y solo 3.4 millones de colombianos andrajosos

que solo necesitan una comida al día; no trabajan.

 

Nuestra fe y nuestras acciones son reconocidas en el mundo:

ya somos el séptimo país más desigual del globo,

pero el primero en desigualdad en América Latina,

y el segundo en taza de pobreza en el mismo continente;

mero el sexagésimo en tasa de desempleo entre 214 países;

estamos catalogados en el puesto cuarenta con mayor impunidad;

solo ocupamos el puesto cuarenta

en desconfianza en nuestro gobierno,

 ya subimos al puesto veinte en índice de paz;

pero estamos en el puesto treinta y siete

en disponer del mayor ejercito del mundo.

 

Somos “la gente de bien”, no creemos en la paz,

siempre hemos vivido de la guerra;

la guerra nos hace fuertes.

 

La paz, quieren los izquierdosos,

los vagos que sueñan con el socialismo;

pero en Colombia, primero desaparecidos

que gobernando para el pueblo.

 

Gracias Dios por perdonar nuestras faltas:

por extinguir la revuelta comunera,

por ganar la guerra de los mil días,

por borrar la masacre de las bananeras,

por incendiar el país con el bogotazo,

por sembrar el odio con la violencia partidista,

por propiciar la emergencia de las guerrillas,

por lucrarnos con el narcotráfico,

por aprovecharnos de la deforestación,

por las ganancias de la minería ilegal,

por entronizar el credo militar;

el credo de “la gente de bien”.

 

Gracias Dios por “la gente de bien”

sin nosotros, los vagos que protestan,

la patria, en infierno, convertirían.

 

¡Poder, política y dinero ¡

¡Dios, patria, propiedad ¡

 

jueves, 10 de junio de 2021

Crepúsculo: Un poema de Nauro Torres Quintero

 


“El amor no se mira, se siente,

y aún más cuando ella está junto a ti”.

Pablo Neruda

Nauro Torres

2.021

Amándote amanecí,

 contigo soñé;

en el ocaso te extrañé.

 


 Arrullado desperté,

 con tus caricias me impregnaste;

huelo a ti.

             

Tus fragantes besos,

un encanto en el día, fueron,

 tu amor, se tonificó en el crepúsculo,

 

Eres fulgor y aurora,

ocaso y ansia;

te apoderaste de mí desde el crepúsculo. 

miércoles, 9 de junio de 2021

Inmolados

La mayoría de los ninis varones abandona la escuela secundaria, 

no para jugar videojuegos o ver la televisión, 

sino para ganar dinero. 

Ninis, unos los señalan,

vándalos los sindican

el gobierno y “la gente de bien”.

 

Ellos, los ninis,

no trabajan, no estudian;

no tienen nada que perder.

 

Condenados desde su nacimiento,

despreciados por “la gente de bien”,

ignorados por el gobierno.


 

Imputados por el Smad,

inculpados por el régimen,

ignorados por Duque.

 

Unos, asesinados,

otros, desaparecidos,

unos, retenidos,

otros, incomunicados.

 


 

Son los jóvenes de Colombia,

los jóvenes de primera línea,

y las brigadas que los acompañan

que con muertos han logrado

lo que los viejos no se atrevieron

a reclamar a presidentes que gobiernan

siempre para “la gente de bien”.

 

Esos que suelen llamarse,

“gente de bien”;

son racistas y excluyentes

explotadores y elitistas;

predicadores del lucro;

apóstoles de la violencia;

propaganditas del odio;

hienas del bien común;

chulos del erario público.


 

Esa “gente de bien”,

patrocinadores de la ilegalidad, son;

practicantes del “vivo vive del bobo”

del “haga lo suyo que yo hago lo mío”;

compran todo con dinero,

jueces, testigos, cargos y votos.

 

Los jóvenes que reclaman ser oídos

unos inmolados, son,

 los tratan como vándalos,

 los persiguen sin miramientos;

los jóvenes son sacrificados,

los de primera línea, expiados.

 

En el 2.021 los jóvenes colombianos

intentaron por todos los medios

cambiar la historia de la Nación

escrita por “la gente de bien”:

los racistas, excluyentes

explotadores, xenófobos,

utilitaristas y traquetos

en gustos y presentación.

 

Los ninis de Colombia

sueñan con un país en el que quepan todos

en el que no haya niños ni ancianos

ni familias enteras con una comida diaria.

 

Anhelan una Colombia justa y equitativa

con oportunidades para los jóvenes

en el que el capital humano

prime sobre el capital financiero,

la solidaridad sobre el lucro

la comunitario sobre el individual,

en bien común sobre el bien personal.

 

 

lunes, 24 de mayo de 2021

¡Resistencia ¡


“La resistencia

no solo es la capacidad de soportar lago difícil,

sino convertirlo en gloria”.

William Barclay

En primera linea los jóvenes de Colombia

 hermanados nos enseñan resistencia;

no aguantaron la indolencia

y la estatal indiferencia,

el desprecio de la opulencia

y la violencia oficial.

 

En el 2.021 los jóvenes colombianos

en el paro prolongado

son espejos y voceros          

de 21 millones de hermanos

que en la miseria están nadando,

y de los 7,4 millones de hambrientos

que en el hambre se están ahogando.


 

Nuestros ancestros de otrora

resiliencia nos heredaron:

 a los españoles enfrentaron,

unos desplazados fueron;

otros, pelando murieron;

unos se suicidaron,

millones de indígenas fallecieron;

por los españoles, contagiados.

 


En silencio nuestros mayores

resistieron desplazados;

en 1.781 por el arzobispo virrey, perseguidos,

quien firmó las capitulaciones

 desconociendo después;

develando a líderes sociales

 descuartizándolos y exhibiéndolos

para escarnio a los comuneros

ahogando su grito:

¡Ni un paso atrás¡, ¡siempre adelante ¡

 


Los descendientes comuneros,

soldados de la independencia fueron

con Bolívar y Santander marcharon otra vez;

esa vez del yugo español, nos libraron.

 

Los blancos y criollos,

las mañas de los españoles aprendieron,

a usar el poder para ellos;

                                 en patria boba nos sumieron.

En 1.898, los godos, las elecciones robaron;

los radicales del Socorro, guerra de mil días declararon;

2.500 liberales, por sus ideas cayeron;

defendiéndolas suyas, mil godos murieron;

auspiciado por los gringos panameños se independizaron;

y el odio en los dos bandos, en los genes se quedaron. 

                                                   


La oligarquía es la concentración del poder total

en un pequeño grupo que labora

para sus propios intereses a espaldas de la comunidad”

afirmó Jorge Eliecer Gaitán.


El 9 de abril de 1.948 a Gaitán asesinaron

en un gobierno conservador;

 el odio visceral, azuzaron,

a la guerra nos regresaron

 desde el 46 hasta el 58

los radicales liberales y godos.

 

En el 56 pactaron alternarse el poder;

los extremos de ambos bandos

dominaron los sucesivos gobiernos,

la injusticia, entronizaron;

 la riqueza, concentraron,

la pobreza, distribuyeron;

el despojo, legalizaron;

a sus intereses, a los militares, postraron. 


El desprecio por los pobres

y el abuso del poder,

 es el plato de los ricos

 que ofrecen por doquier.

En 1.970 las elecciones robaron

al pueblo que a la ANAPO eligió

a Rojas Pinilla, el general

 que a derrocar se atrevió

 el en 1.953 a la oligarquía bipartidista.

 

Con una constituyente

 logramos la constitución del 91;

treinta años después, anhelamos su implementación. 

 

En octubre de 2.016

por los acuerdos, votamos,

con el miedo sembrado

 nos engañaron con el no,

y como en 1.898 en el 2.018

 las elecciones, inclinaron

a favor del uribismo fustigador el odio

y facilitador de la concentración del poder

en el capital.


En 1.977 paramos y nos escucharon resistiendo;

En el 2.019 protestamos, parando;

el gobierno de Duque endilgándonos, nos desconoció;

este año, en el 2.021, nos están matando otra vez;

son los mismos chulavitas, paramilitares después,

hoy se llama el Smad con licencia para reprimir y desaparecer,

acallar las voces hambrientas que reclaman justicia.

 enterrando en ríos y colectivas tumbas

los gritos juveniles que protestan y resisten hoy.

 

Resistencia gritan y hacen

los jóvenes del hoy,

desean un mejor país,

un país que no logramos

los viejos del hoy,

por eso los están matando

                 sin piedad y con sevicia los uniformados del Smad.


Resistir y persistir      

están convencidos los jóvenes,

 muertos, desapariciones, detenidos,

es la respuesta del gobierno nacional.

 

Un gobierno que no escucha

el clamor de los resilientes del hoy

los mismos que se harán sentir

en las urnas en el 2.022,

confiamos por quinta vez

que el voto es el camino

para reconstruir participando

en una democracia autentica

en la que quepamos todos:

indígenas, negros, campesinos,

obreros y desempleados,

citadinos y marginados

que tenga como cimientos

los derechos humanos.

 

jueves, 6 de mayo de 2021

Puentano y comunero, soy: Un poema de Nauro Torres Quintero


En los dominios de los jarantivaes, nací,

en tierras de un Sorocotá crecí;

en la conquista y la colonia,

Puente Real de Vélez, fue;

desde la independencia,

Puente Nacional, es;

puentano, por bautismo, soy.

  


Las guabinas mis cantos de cuna, fueron;

 mis primeras danzas, los torbellinos;

guayabas, pomarrosas, payas, champas y guamas;

los dulces de mi niñez.


El camino de la sal y de la miel,

el medio de comunicación

con las comunidades de descendencia muisca;

por 45 años fue el tren de oriente

que nos trajo el desarrollo

y nos conectó con la capital religiosa

y a la capital del país.

 


El salto del burro, el faro de la contemplación;

el lava patas, el arroyo para calzar mis alpargatas;

las escaleritas, la pasarela con mi caballo cinco pesos;

 la Capilla, el puerto de mis viajes en tren;

el templo de Santa Barbara, el zenit de mis creencias;

las ventanas de la Colorada, las cascadas sin igual;

las lajas del volador, el testimonio de las eras de la tierra;

La capilla de Peña Blanca, evidencia de la cristianización;

el templo de Quebrada Negra, símbolo comunitario;

el camino real de la sal y de la miel, el olvido que seremos.


 

La fritanga, el deleite lunes en el mercado;

el balay, el plato típico de mi patria chica;

el piquete, el puntal de mis ancestros;

 la chucula, la bebida muisca;

la mazamorra, la cena en cada ocaso;

los bocadillos, el dulce apetecido;

las almojábanas, las mejores de Colombia;

 las crocantes arepas y amasijos, las viandas sin igual;

el queso en hoja, el nuestro de no olvidar;

las panelitas, el dulce compartido con los amores anhelados;

las melcochas, el paseo a la quebrada;

las mogollas de trigo con cuajada, a cualquier hora son un manjar;

las crocantes puentanas galletas de leche, de no olvidar;

en un canasto de caña de castilla, hojas de platanillo y paño de algodón;

los alimentos con que me criaron y nos dan identidad.

 

 

En la conquista, nuestros ancestros muiscas

resistieron a los invasores:

unos se suicidaron, otros murieron peleando,

 iguales, se desplazaron para preservar la vida,

y pocos vivieron sumisos.

  

En la colonia, ante los abusos de los blancos

nos levantamos, protestamos y caminamos a la capital

para reclamar justicia y contra el absolutismo del rey,

la esclavitud, el vasallaje y el desprecio de los blancos,

reclamamos libertad con la revuelta comunera de 1.781

 

En 1.810 proclamamos la independencia

y empezamos a defenderla integrándonos

a las guerrillas charaleñas cuyo origen

estratégico fue en Puente Real;

María Uzcátegui, la puentana,

la fusilaron en 1.818 en Vélez

por no develar a los integrantes

de la volante guerrillera Jarantivá.

 


En Jarantivá, nací;

en Providencia, mis primeras letras;

en el tren, mis primeros amores;

en la Normal, mi única novia;

en el instituto, el estudio deseado;

en el Lelio Olarte, mis contemplaciones;

en las escaleritas, mis ilusiones cabalgando,

en boca puente, el puerto de mis sueños;

en el parque del agua, mis recuerdos.

 


En los bocadillos, los besos anhelados;

en las almojábanas, el deleite del paladar;

en los amasijos, el gusto por probar caricias de mujer;

en la caña criolla, el deleite por morder;

en la yuca asada, las piernas por lamer;

en la papa peña blanquera, el ombligo terrenal;

en el masato, los amores infantiles;

 

En la guabina, la contemplación a la mujer;

en el torbellino, mis ancestros;

en el moño, la astucia en la palabra versada;

en las coplas, el verbo picaresco;

en la carranga, el canto campesino.

 

En la Jarantivá, el agua por beber;

en el salitre, la sorpresa por pescar;

en la parranda, el deleite en abrazar;

en la celebración del 8 de mayo en Puente Nacional,

mi verraquera comunera se mezcla con la de los demás.  

                                                

Puentano de origen, vanidoso soy;

comunero inconforme del manejo de la cosa pública, estoy;

orgulloso santandereano, inconforme vivo;

colombiano, poeta y escritor, soy,

y en mis venas, sangre indígena, discurre sin negar.

 

¡Jarantivá, Puentano y comunero soy ¡

 


 

 

 

 

 

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...