NAVIDAD, ÉPOCA MÁGICA PARA COMPARTIR Y AGRADECER
Diciembre es el mes mas colorido, alegre, musical y movido del año. Es el mes esperado por todos, mas por los niños y jóvenes por el encanto y las sorpresas que cada día del mes trae consigo.
He vivido esta navidad desde la óptica de mi hijo Samuel José, un niño de siete años, edad en que los sueños se hacen realidad con la voluntad de los mayores, o como hacen otros tantos padres, delegan sus afectos para que sea el niño Dios quien trae los regalos, haciendo mas mágica y fantástica la navidad.
Samuel izo la lista de regalos deseados. No los pidió al niño Dios. Hizo saber las referencias de cada juguete didáctico a cada uno de los hermanos y allegados. No se salvó la ni la señorita que nos acompaña en casa y quien hace posible la vida armónica de la familia con la agradable comida que cada ración ofrece.
El, apronta días antes la carrasca, el gorro y el abrigo, y desde el primer día de la novena llega pronto al coro del templo a donde asistimos y se une a él, sin invitación para animar musicalmente la tradición religiosa.
San Gil, es una población con una marcada religiosidad popular. Los templos católicos se atiborran de creyentes de todas las edades desde las cuatro de la mañana. Todos, con las intenciones de petición, agradecimiento y esperanzas al Dios que se hizo niño para salvar al hombre en la historia.
Todos con devoción participan cantando villancicos, participando en la misa y comulgando, mientras las empresas y comerciantes se unen a la novena con quemas de pólvora y otras animaciones que convierten cada amanecer en un concierto entre manifestaciones de fe y fiestas.
Es esta época en cada familia espera con ansias que regresen los miembros que por diversas razones abandonaron el hogar. Es el mes en cada núcleo familia hace mas gastos, tanto en ropa como en comida. Lo primero para cada quien lucir, y lo segundo, para compartir con los demás un plato de comida.
Los tamales y bollos se ofrecen en cada hogar. El pan navideño acompaña los desayunos. El pavo, el capón, las pechugas y perniles rellenos se ofrecen en la cena navideña; sin faltar las galletas y el vino que se ofrece a propios y visitantes.
Es en esta época cuando cada familia, por humilde que sea tiene algo que ofrecer; desde un masato hasta un guarapo de frutas; desde un trago hasta unas cuantas cervezas.
Navidad es tiempo en que la gente en Santander lo aprovecha para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas y para implorar favores en el transcurso de la novena para el año venidero.
Doy gracias al Divino Hacedor por animarme cada semana a escribir y mantener activo este blog; y al hacerlo, estoy dando gracias a Ud., por haberse convertido en lector de este espacio, que mientras se tenga aliento seguiré llenando con notas que faciliten alguna reflexión en el lector.