En las alegrías, están ellos, en las tristezas son compañía, en los fracasos, actúan como un gato hidráulico, en los sinsabores afectivos son pacientes y comprensivos; esa es la familia, una célula que aglutina, fermenta, une y fortalece el espíritu. En la fotografía, la familia del personaje de esta historia. ( Cortesía de Yesid Amado 2016).
Del montón hay unos que sacan la cabeza y nadando contra la corriente logran, con los años, descansar en el oasis de la tranquilidad construida a son de sacrificio, disciplina, responsabilidad y empeño; pero hay algunos que siendo del montón logran también sacar la cabeza de esa masa, e intentan toda la vida mantenerse a flote en el río de los fracasos, sin lograr el paso a la tranquilidad económica y afectiva.
Nació en una familia campesina escondida entre las lomas de la provincia de Charalá, pero a diferencia de los hermanos, creció libre como las liebres y voló como las torcazas buscando siempre superar las grietas de la pobreza en las que veía hundir a la familia. Tuvo la fortuna de asistir a la escuela, y en ella, gracias al don de la oratoria se ganó la amistad de un cura enamorado del cooperativismo que lo reclutó para la causa solidaria que se esparcía por las parroquias de la Diócesis de Socorro y San Gil En Santander, Colombia, como una estrategia de pastoral para asumir la opción por los pobres en la praxis por allá en las décadas del sesenta y setenta del siglo XX.
Las cooperativas de ahorro y crédito que se constituyeron bajo la tutela de Pastoral social de la Diócesis de Socorro y San Gil, fueron asesoradas contablemente por el Amado Ángel siendo director del departamento de auditoría de Coopcentral en las décadas del setenta, ochenta y una parte de la del noventa dejando al servicio de la causa cooperativa los mejores años de su vida y los impulsos de un joven que creyó siembre en la buena fe como norma de los negocios.
Luego de un curso intensivo en formación cooperativa se enfiló como funcionario de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Charalá, gracias la sacerdote Marco Fidel Reyes, quien le apreció la madera de líder enviándolo luego a formarse en la escuela de Uconal, luego en Cuna Mutual, Indesco y el Sena para luego convertirse en el primer director del departamento de auditoria de la naciente federación de Cooperativas de promoción social: Coopcentral, hoy el único banco cooperativo colombiano.
Por ser el mayor, Ángel fue su nombre. Tenía la misión de ayudar con los nueve hermanos que llegaron uno tras otro al rancho de los padres, misión impuesta por los padres y asumida por él con mas conciencia cuando a los 16 años su padre murió por causas supuestamente naturales cuando él cursaba el segundo de bachillerato; doloroso vació que lo obligó a abandonar el colegio y empezar un trabajo como ayudante de construcción en la misma localidad. “tengo la satisfacción mas grande de haber podido salir adelante y las dificultades fueron una dosis de optimismo para buscar entre ellas mismas, mi realización”, confesó en 1982 cuando por primera vez fue entrevistado por un medio escrito llamado JOSÉ ANTONIO que destacó su labor en el sector cooperativo.
No hubo asamblea, congreso o seminario relacionado con el sector cooperativo regional que el Amado Ángel no interviniese para defender la causa del desarrollo a partir de ahorro y el trabajo comunitario. En esta fotografía tomada en cualquier año de la década del ochenta, formó parte de la mesa directiva en la que aparece el señor Darío Benítez en calidad de gerente de Coopcentral, el señor Carlos Alirio Tello como director del departamento de educación de la central cooperativa, y el sacerdote Ernesto Serrano en su calidad de presidente de la junta directiva de SEPAS
Desde que se le conoció en 1974, el Amado Ángel ha tenido una vida sin pausa. Sin pausa para no esconderse de los fracasos amorosos; sin pausa para no hundirse en los fracasos empresariales; sin pausa para reponerse de las quiebras financieras y sin pausa para no dar cabida en el pensamiento al desfallecimiento ante las heridas del corazón y los atracos económicos que legalmente le han propinado.
“El ser humano actual vive inmerso en dos enfoques: o bien vive para tener, acumular por consumismo compulsivo y olvidarse de su existencia personal trabajando mas de la cuenta, con actividades y deportes fanatizados, olvidando la verdadera misión en la vida, o bien en dejarse atrapar en las garras de la pereza, el desanimo y la depresión. Estos dos enfoques son extremos y erróneos de la línea del destino en la marea de la vida individual”. escribió en la pagina trece Guillermo Ferrara en el libro de su autoría titulado “El silencio del pescador”.
Esos dos enfoques surgen, o bien en el seno de la familia o en el entorno en el que esta insertó el ser humano. Si en la familia las relaciones de pareja giran en torno al dinero, los hijos pueden aprender observando que en la vida humana lo primordial es el tener, pero si en las relaciones de pareja los padres solucionan todo y son dadores compulsivos, los hijos no aprenden a ganarse el sustento con el sudor de la frente y resultan ser unos holgazanes suscitándose el segundo enfoque planteado en la tesis de Ferrara.
El Amado Ángel vivió en carne propia la pobreza que campeaba en el hogar de los padres, pero fue su entendimiento que lo retó a buscar los medios para salir de ella y ayudar a sus hermanos, reto que sigue latente buscando tranquilidad financiera y afectiva.
Siendo empleado invertía los días de descanso desarrollando iniciativas para generar ingresos. Intentó con la venta de huevos, luego con la venta de pollo, posteriormente con una fabrica de helados, pero ninguno de los emprendimientos le generaron utilidades, tal vez porque no hubo apoyo conyugal. En esa búsqueda para construir un patrimonio le atrajo la minería, tal vez porque en esa época un grupo social orientado por un sacerdote jesuita constituyó la juventud trabajadora y fortaleció la unión de trabajadores de Colombia constituyendo una caja social de ahorros que se fortaleció con los ahorros de muchos convirtiéndose luego en Colmena que tenía como logotipo un minero, hoy banco Caja Social.
Registro fotográfico en la década del setenta en la que aparecen jóvenes lideres cooperativos vinculados al sector desde la central cooperativa.
Convenció entonces a un grupo de trabajadores sociales y conformaron un grupo pre-cooperativo que se llamó “Grupomin” cuyos asociados compraron unos terrenos ricos en piedra caliza con la intención de hacer una explotación minera; pero los socios trabajadores sociales vivían de las intenciones de hacer empresa pero una empresa sin capital solo se da hoy con las nuevas tecnologías porque en ese entonces como ahora, hacer minería se requiere tener musculo financiero.
El Amado Ángel le puso el pecho a la resequedad financiera con un par de asociados más, comprándose maquinaria usada para repotenciar e iniciar la explotación y a base de deuda empezó la producción de triturados para la construcción sin que los ingresos colmasen los gastos de operación y los gastos financieros de la deuda, la cual creció por encima de las expectativas de los otros asociados que terminaron donando sus aportes sociales para animar al emprendedor de la iniciativa.
Un banco cooperativo que fue liquidado después y una cooperativa de base entraron a quedarse con el patrimonio, tiempo en el cual llegó a San Gil un coronel santadereano reconocido posteriormente como el autor de la muerte de Pablo Escobar, quien terminó siendo el socio mayoritario de la mina que ya en ese entonces había dejado de ser pre-cooperativa y se llamaba Calizas y Granitos de Santander suministrando oxigeno empresarial a la mina.
El coronel regresó a la tierra santandereana con el anhelo de ser alcalde del municipio donde nació, aspiración que declinó por amenazas de la guerrilla. Entre este militar en uso de buen retiro y el Amado Ángel hubo una empatía pues ninguno se da por vencido en la primera batalla. El coronel se lanzó a la Asamblea departamental siendo electo, y una vez terminó el periodo se lanzó para la gobernación de Santander, saliendo electo. Ya en ese entonces, quien estaba en uso de buen retiro, vendió las acciones a una hermana y la empresa minera, en menos de tres años se convirtió en la primera mina de la región que salió a flote superando a otras con mas años en el mercado.
En asuntos de faldas,
lo que protegen despierta la líbido
El Amado Ángel tuvo su hogar en el que crecieron cinco hijos, y aunque se sabía de sus amores furtivos en cada pueblo donde prestaba el servicio como auditor de las cooperativas de base asociadas a Coopcentral, el hogar marchaba en unidad; incluso era tanto el lazo afectivo y el servicio adicional que brindaba la pareja que se convirtieron en un hogar para acoger niños abandonados en el hogar Divino Jesús que existe en San Gil regentado hasta unos años por Hermanas , incluso mostraron solides afectiva que el hogar les entregó una niña en adopción.
La ilusión de tener solvencia económica pagando deudas o tal vez evitándolas, de un momento a otro, el Amado Ángel decide separarse de la madre de sus hijos y empieza una nueva relación con una señora separada que había conocido siendo ella muy joven como funcionaria de una cooperativa de la provincia del Socorro que terminó siendo fusionada a la actual cooperativa de base mas solida del Sur de Santander con cincuenta años de existencia con el nombre de COOMULDESA LTDA.
Con esa nueva relación el Amado Ángel soñó con sacar del atolladero financiero vía ingresos a la empresa minera de la cual era el dueño del aviso ocurriéndosele hacer una venta simulada a la hija de la nueva compañera marital, quien había comprado la participación del político en ascenso.
Los contratos estatales abundaron en cuatro años, las deudas ya eran parte de los archivos, la mina multiplicó la producción al contar con maquinaria nueva y capital de trabajo y un mercado creciente y amarrado.
Pero el amado Ángel sacaba tiempo para dar rienda suelta a los amores interesados, gusto que no patrocinó la nueva cónyuge y lo puso de patitas por fuera de la mina con una liquidación igual al salario mínimo recibiendo la medida de su misma decisión de evadir prestaciones sociales y salarios justos al cargo de gerente.
De una noche a la madrugada el amado Ángel perdió el acceso a la casa del pasajero hogar, perdió el uso de la flamante camioneta 4x4 y se quedó sin ingresos para comer y pagar una pieza. Algún amigo un sábado en la tarde de esa semana que lo sacaron de la mina y de la casa, lo convenció de no ejecutar la decisión tomada, y en ese ocaso se evitó la noticia en el periódico Vanguardia Liberal de otro ahogado en las turbulentas aguas del río Fonce cuando pasa por el sector urbano de la capital guanentina, conocida hoy, como la capital turística de Sandander.
Por siete o mas años el amado Ángel ha luchado en los juzgados intentando recuperar los derechos en la mina que el mismo exploró y explotó, sin que las decisiones estuviesen a su favor. El proceso esta en la Corte Suprema de Justicia a la espera de la que la balanza se incline a favor de la justicia. Sin embargo, Ángel Emígdio Amado, cual armadillo, volverá a retomar la cuesta hacia la cúspide de la montaña, así sea la cruz de su final.
Como un ave fénix el amado Ángel volvió a empezar, esta vez en unas tierras que el grupo pre-cooperativo había comprado luego de su constitución en las que implementó un cultivo de pinos, que en ese momento se había usado como aprovechamiento forestal y cuyo terreno había sido hipotecado a una cooperativa cuyo fiador era el hijo mayor del Amado Ángel. Y empezó a explotar una mina de arena que servía como materia prima para hacer pegantes, y con mucho esfuerzo y a son de deudas empezó produciendo veinte toneladas que vendía a empresas en Bogotá y Bucaramanga, las mismas que fueron aumentando los pedidos hasta llegar a despachar 800 toneladas mes, y para no quedar mal se endeudó en ampliación de instalaciones y mas maquinaria; pero un mes del ultimo trimestre del 2015 recibió una llamada de una de las empresas en la que le comunicaban que no volverían a pedir mas arena para elaborar pegantes, quedando nuevamente el Amado Ángel en dificultades financieras que lo tienen cerca a la horca.
Fotografía en internet.
Tanto en el amor como en los negocios para el Amado Ángel, unas han sido de cal y otras de arena. Mas de medio siglo ha luchado para tener una tranquilidad financiera y una relación afectiva estable. La idea de producir materia prima para hacer pegantes ha sido modificada hasta la misma planta. Hoy produce arena fina para friso que viene colocando en el mercado local.
Si la vida es justa, solo el tiempo y la persistencia que siempre ha mostrado y el retomar la relación en la que se engendraron sus hijos le darán la tranquilidad financiera y afectiva que ha buscado venciendo por siempre las dificultades que lo han acompañado en su trasegar existencial.
Un momento de un seminario cooperativo en el Restaurante de El Gallineral en el que aparece el señor Ángel María Cuadros como gerente de Cotrasangil y Domingo Salazar como directivo de la misma cooperativa.
La Margarita, abril 10 de 2016
NAURO TORRES Q.
