Y no es que nos sintamos viejos. Es que nos invisibilizan. No es que estemos viejos, somos la suma de sabidurías recogidas en la arena de la vida. No necesitamos que nos tengan compasión; intentamos valernos por si mismos, pues los niños no empezaron caminando. Presidente Duque, su diminutivo "abuelitos" no es un apelativo de cariño, cuando la mayoría de nosotros estamos olvidados por el Estado y confinados sin medida. Jóvenes, gocen la juventud; nosotros igual lo hicimos, pero no nos ignoren. No nos maltraten; ustedes no tendrán escapatoria; tendrán igual fin.
"No cabe duda de que los conceptos de vejez y envejecimiento se han visto envueltos en continuos cambios, evolucionando a la vez que lo hacia la sociedad y la cultura del momento, es decir no es lo mismo ser mayor en las sociedades primitivas que en la actualidad.
Vivimos en una época en la que prevalecen los valores asociados a la belleza externa y a la inmediatez. Viejo o anciano se ha convertido en sinónimo de feo, antiguo, estorbo o incapaz. Nos olvidamos de que, al llegar a la vejez, las personas han adquirido sabiduría, experiencia, serenidad y generosidad.
En nuestra sociedad, se han producido grandes cambios y la percepción sobre el envejecimiento, ha variado según cada época. Existen numerosas variables de tipo cultural, social, económico, político, biológico e institucional que influyen en el concepto y en la consideración de lo que supone ser mayor.
Durante las diferentes etapas pasando desde la prehistoria hasta llegar al mundo contemporáneo, hay que tener en cuenta factores relevantes para entender el valor que cada sociedad le otorga a las personas mayores:
- Disponibilidad de recursos
- Capacidad de transmisión de conocimiento
- Adaptación respecto al cambio social
LA VEJEZ EN LA PREHISTORIA
Las personas que alcanzaban una edad poco habitual eran consideradas casi sobrenaturales. Eran consideradas personas de gran sabiduría, transmisoras de conocimiento, esencial para la supervivencia del grupo.
LA VEJEZ EN LA ANTIGUA GRECIA
En esta época se sentaron las bases de nuestra sociedad y es donde se empieza a deteriorar el concepto de vejez. Los griegos fueron grandes impulsores de la perfección, del culto al cuerpo y la belleza; la vejez empieza a ser temida considerándose un castigo que impone la vida.
LA VEJEZ EN EL IMPERIO ROMANO
Los privilegios de las personas mayores eran enormes y las clases más bajas de la sociedad los consideraban sabios y virtuosos. La vejez pasó a ser vista como una etapa negativa.
LA VEJEZ EN LA EDAD MEDIA
La vejez era vista como una etapa oscura en la vida de las personas, se produjo un nuevo rechazo a todas las personas mayores. A partir del siglo XVI comenzaron a verse con mejores ojos.
LA VEJEZ EN LA EDAD MODERNA
A finales del siglo XIX, comenzaron a aparecer las primeras corrientes filosóficas que rechazaban la idea de asociar vejez con enfermedad. Fue el origen de la Geriatría y la Gerontología.
El cuidado de las personas mayores en la familia fue convirtiéndose en algo habitual, costumbre que se prolongó en el siglo XX. El envejecimiento de la población trajo consigo la preocupación por el bienestar de los ancianos.
Los ancianos de los países orientales tienen una consideración muy diferente a la de las sociedades occidentales. China y Japón son dos de las culturas donde más se respeta y se venera a las personas mayores".
(Tomado del blog: Botón de oro)
POEMA DE UN CHARALEÑO CON MOTIVO DEL MES DEL PADRE.
No creas que
estoy viejo
porque tengo
arrugas en mi cara,
me estoy
sintiendo viejo
porque tengo
arrugas en el alma…
No creas que
estoy viejo
porque tengo mi
cabeza llena de canas,
me estoy
sintiendo viejo
porque para
vivir no tengo ganas…
No creas que
estoy viejo
porque mis manos
solo son torpeza,
Me estoy
sintiendo viejo
porque mis pies
con todo se tropiezan…
No creas que
estoy viejo
porque la vista
no me alcanza,
me estoy
sintiendo viejo
porque mis ojos
no miran la esperanza…
No creas que
estoy viejo
porque mis oídos
ya no escuchan,
me estoy
sintiendo viejo
porque no
escucho tus palabras…
No creas que
estoy viejo
porque no puedo
conciliar el sueño,
me estoy
sintiendo viejo
porque mis
sueños ya no tienen dueño…
No creas que estoy
viejo
porque no puedo
correr para alcanzarte,
me estoy
sintiendo viejo
porque no
te tengo para abrazarte…
No creas que
estoy viejo
porque la comida
se me cae,
me estoy
sintiendo viejo
porque al comer,
tú me relegaste…
No creas que
estoy viejo
porque ya no
quiero ni bañarme;
me estoy
sintiendo viejo
porque no tengo
para quien perfumarme…
No creas que
estoy viejo
por los largos
años que he vivido;
me estoy
sintiendo viejo
porque los seres
que amaba ya se han ido…
No creas que
estoy viejo
porque he perdido
los sentidos;
me estoy
sintiendo viejo
porque la
soledad así lo ha querido…
No creas que
estoy viejo
porque no
recuerdo muchas cosas;
me estoy
sintiendo viejo
porque siento el
peso de las horas…
No creas que
estoy viejo
porque estoy
rezando una oración;
me estoy
sintiendo viejo
porque pido a
Dios su compasión…
No creas que
estoy viejo
porque me veo
llegando al funeral,
me estoy
sintiendo viejo
porque para
ustedes, comienzo a estorbar…
Luis
Martínez Arias.
Escritor y poeta charaleño
junio 20 de 2.020
Octubre de 2.019.