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viernes, 25 de abril de 2014

PADRES Y MAESTROS DEBEN SER MOTIVADORES, NO GRITONES


LAS CAUSAS DE UN BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR, PUEDEN ESTAR EN LA MOTIVACIÓN

A los maestros se les escucha con relativa frecuencia que los alumnos no hacen tareas, que no contestan las pruebas, que todo lo hacen a las carreras, que los jóvenes y niños de hoy sufren del fracaso escolar. Y cuando los padres de familia o acudientes, reciben los boletines, constatan que los resultados académicos de los chicos no satisfacen a las partes: ni a los maestros, ni a los acudientes, ni a los mismos chicos; pero los dos primeros justifican esos resultados, sindicando al estudiante, sin escudriñar ninguno es las causas reales del fracaso escolar.

Se considera fracaso escolar a la situación académica en la que se encuentra quien no logra resultados acordes a su capacidad intelectual. Siendo el éxito escolar su contrario. Por tanto, éxito escolar no es igual a una media sobresaliente en las calificaciones, si el desarrollo de la inteligencia de un estudiante no corresponde con esa nota.

El sistema educativo actual contempla que todos los alumnos deben al menos aprobar, así haya dificultades objetivas para desarrollar la inteligencia, lo que le interesa al sistema educativo es que cumpla con unos procedimientos, muestre unas actitudes y conceptos mínimos que son adaptables curricularmente a todos los alumnos que lo necesiten.

La experiencia me ha permitido inferir que la mayoría de los fracasos escolares se originan en la falta de estimulación, motivación y baja autoestima del alumno como tal.

Como un aporte a la reflexión, tanto de padres de familia como de docentes y alumnos, haré una relación de las posibles causas, de ese supuesto fracaso escolar:

1.     Una mala crianza de los niños y una mal llevada adolescencia.

2.     Una mala adaptación del niñ@ al grupo

3.     Una desacertada adaptación del niñ@ a un educador concreto, bien por la carencia de recursos educativos de éste, o por parte de los alumno o por la de ambos normalmente.
4.     Enfermedad, mental o física, temporal o crónica en el alumno o el educador.
5.     Complejos de los niños que trae del hogar o tomados en la escuela, por ejemplo, la timidez.

6.     El deseo de castigar a los padres o acudientes con el fracaso como arma arrojadiza, que se da en caso de separaciones, divorcios, celos, super-protección y autoritarismo.

7.     Un aprendizaje defectuoso de los conocimientos previos básicos para la enseñanza, especialmente de la lectura.

8.     Malas experiencias educativas previas que influyen en las consideraciones del alumno.

9.     Exceso de emotividad.

10.                      Causas afectivas y emocionales.

11.                      Falta de aprendizaje mínimo de técnicas de estudio que posibilitan la destreza de aprendizaje en el modo y tiempo que se exige.

12.                      Falta de hábitos de estudio, concentración y atención.

13.                      Situaciones ambientales excesivamente adversas.


Corresponde a los padres o acudientes, así como a los docentes, identificar las causas objetivas que originan el fracaso escolar de los niños y jóvenes de hoy, sin olvidar que las notas de un periodo o año, no son un único indicativo que hay que tener en cuenta para lanzar un juicio que la persona muestra fracaso escolar, pues la verdadera causa está en la carencia de motivación, y tanto padres o acudientes como maestros, antes de serlo, debemos ser unos motivadores, más que unos jueces que premian y castigan.

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

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