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lunes, 20 de junio de 2022

Pensemos en aportar, en construir

 

                                      

 

Ya se acabó la disputa

por el cargo de presidente

ahora los colombianos

a la rutina de siempre;

no importa quién ha ganado,

terminaron las elecciones;

dejemos atrás el odio,

las ofensas y rencores…

 

Usted mi querido amigo

que cree en la democracia

no crea porque perdió

que nos llegó desgracia,

y si es de los ganadores,

ganó fue su candidato

usted continúa lo mismo

madrugando a buscar trabajo…

 


Dame la mano mi hermano

y un abrazo démonos

que no somos enemigos

todos somos colombianos;

hay que pensar en Colombia,

aporte un grano de arena;

muy fácil es criticar

hay que empezar la tarea…

 

Lo primero que hay que hacer

es dejar atrás el pasado

quitarnos odio y rencor

no importa quien haya ganado;

si usted es negro o mulato

campesino o asalariado

hay que juntar nuestras manos

y halar para el mismo lado…

 

 

Colombia aquí necesita

que trabajemos honestamente

que estemos todos unidos

así iremos para adelante,

que se combata la corrupción

y no se roben la plata

que no haya intermediarios

y así el dinero si alcanza…

 

En los cargos que asignen

que escojan a los mejores

que sea por meritocracia

y no por ser roedores

que a cambio de más impuestos

recorten los asesores

que tienen los ministerios

diputados y senadores…

 

Que acaben tanta prebenda,

 así reducen el gasto

apretarse el cinturón

pero no para los de abajo;

si usted es un funcionario

que cumple con su trabajo

le hace un favor a Colombia,

así los necesitamos…

 

Si usted es una corbata

como muchos funcionarios

y no cumple sus funciones

está robando al erario

que todos los funcionarios

se pongan a trabajar

es el cambio que necesita

este país para progresar…

 

Cambiaremos de presidente

ministros y embajadores

pero Colombia no cambia

si sigue habiendo ladrones

y en este país creyente

que tiene a Cristo de modelo

nos robamos la platica

y culpamos a los ateos…

 

No veas la paja del ojo

que tiene el que está a su lado

vea la viga que llevas

por eso es por lo que ves nublado

en lugar de criticar

y pensar que todo está mal

aporte con soluciones

y el cambio si se verá…

 

El cambio no es de gobierno

es de manera de pensar

si todos aquí aportamos

Colombia si va a cambiar

hagamos un gran acuerdo

entre todos los colombianos

cerremos boca a la ofensa

y juntemos ya nuestras manos…

 

Hay que silenciar el odio

lo mismo que los fusiles

no importa que aquí pensemos

en una forma disímil,

que se respete al hermano

no importa su condición

al fin que todos vivimos

en esta misma nación…

 

El país solo necesita

que haya reconciliación,

hacer la paz entre todos

salvar a nuestra nación.

Colombia sale perdiendo

si seguimos divididos

el país hoy necesita

que estemos todos unidos…

 

Miremos todos al cielo

que vuelve a salir el sol

si todos vamos al surco

a Colombia le va mejor

por eso querido amigo,

y ya para terminar,

no te sientas un perdedor

y piense que va a aportar.

 Luis martínez Arias/ poeta sangileño. Junio 20 de 2.022

domingo, 19 de junio de 2022

Amores encadenados

 

Los ocho de Colombia fue una orquesta que animó fiestas por dos décadas a finales del siglo XX en el país de Gabriel García Márquez. Con sus melodías se bailaba en todos los escenarios de la escala social del pais de las desigualdades. Los jóvenes se aprendían las canciones he imitaban a Eder Ortega, cantante estrella del grupo tropical internacional en esa época del auge del realismo mágico que se esparció desde las brisas caribeñas al mundo musical hispano.

Los ocho de las parrandas. Los ocho de las tareas. Los ocho de los ensayos. Los ocho del despertar de las emociones y goce de las mismas. Los ocho estudiantes de uno de los colegios guanentinos con nombre de provincia santandereana, se graduaron en el año y en el mes y año del desastre de Armero, producto de la erupción del nevado del Ruiz guindado en una cima del del departamento del rajaleña y el sanjuanero, bambucos bandera de la identidad de los andes con pollera colorada y piraguas guiadas por lancheros descendientes e imitadores de Mauricio Babilonia.


Nunca olvidaron ese noviembre cuyo grado ocurrió días después del incendio del palacio de Justicia de Colombia, producido por el Ejército Nacional para extirpar a los integrantes del M-19 que, ilusos quisieron manifestarse presionando la restauración de los diálogos con ese grupo guerrillero que ganó fama al actuar como Robin Hood a favor de los pobres, víctimas de quienes, por décadas, usufructúan el poder económico y político desde ambos bandos identificados con dos de los colores de la bandera nacional que usufructúa el amarillo, símbolo de la riqueza colombiana. 

Sumados las manifestaciones estéticas de los ocho egresados, sin honores costosos, tenía cada uno una habilidad estética que se convirtió en el imán que los juntó en sus vidas mozas.

Vistieron como varones en el colegio: Federico García, gustaba de la escritura, en particular, de la lírica. Salvador Oliva, se le recuerda por sus gustos por la pintura y su bigote mazamorrero. Oscar Fajardo, gustaba del escenario, integró el teatro “El Mazo” en la ciudad santandereana de los deportes extremos. Marcelo, fue el pensador del grupo. Leía todo lo relacionado con la razon y la verdad. Reinaldo Arenas, un moreno con aspecto caribeño, fue un admirador de la revolución cubana; vestía como el Ernesto Che Guevara. Silvia Rivera, fue la diva; la bailarina, la sensual estudiante, la bonita. Estuvo entre las mejores en resultados académicos de su salón. Marsha, la chica de las caricias fáciles; la de los afectos sin medida, la que no se perdía la corrida de un catre. Y Josefa, la niña que hacía la diferencia vistiendo como ellos; la que se le medía a todo reto con tal de ser tenida en cuenta; la que gustaba de ellos y ellas, para cualquier vaina.

En ese entonces, las danzas en el colegio no se conocían ni por referencias; menos unos quince años o un baile popular en el que los jóvenes pudiesen acudir, aprender y divertirse. Los varones, uno de ellos, se ganaba el pan lavando platos en el burdel de “la cara palante”. Fue el contacto para que el resto de los chicos fuesen en horas de descanso de “las mujeres de mala vida” a que ellas, o alguna, les enseñaran a bailar, rancheras, tangos, boleros; incluso, baladas. Y ellos, aplicados, se convirtieron en bailarines sociales con cierto aprecio y admiración entre las chicas del colegio.

Se esfumaron los años del bachillerato. El grado, en alguna medida. Dejaron de verse todos los dias, pero se frecuentaron cada semana. Los juntaron los sentimientos, los amores, incluso, los retos.

Federico, el escritor unió similitudes con Marsha, la chica de las caricias fáciles. Salvador, el pintor, por su forma de ser y sentir se juntó con Silvia, la bailarina, y Josefa, la chica del deporte masculino.  El admirador del Che Guevara y Oscar, el chico de los escenarios teatrales, junto con Marcelo, el libre pensador, fusionaron afinidades para convivir.

San Gil, ciudad señora desde antaño, es recordada por sus puentes sobre el río Fonce, y sobre sus quebradas. Cinco puentes, hasta ahora, sobre el río,  en menos de un kilómetro en el sector urbano. Otros tantos sobre la quebrada Curití. Dos sobre el arroyo la Magdalena y tres sobre la quebrada Las Ánimas.  De los puentes urbanos sobre el río, dos son peatonales; ambos metálicos. Uno, el más antiguo, se desprende uniendo la plaza de mercado con el otro lado -La sangrada familia- y el segundo, el colgante construido en 2013 para unir el centro histórico con el centro comercial El Puente.

Imitando costumbre que floreció en París-hoy prohibida por el daño al ornato- empezaron a aparecer, en los dos costados del puente peatonal del centro comercial, candados cerrados en los ojos de la malla destinada a disminuir intentos de volar hacia las profundas y veloces aguas del Fonce que golpean sin piedad las piedras milenarias.

Observando en detalle la disposición de los candados, en ojos se observan dos candados cerrados, separados. En otros ojos, dos candados asidos entre sí. En otros, candados atados en trio.  Hay diversos tamaños, colores, marcas y óxidos en las cerraduras. Todos los candados están marcadas individualmente, con letras, corazones, rosarios, arabescos y símbolos diversos. Pero todos están cerrados y amontonados, cada vez más, en el mismo trayecto a ambos costados.

Con los años, Oscar Fajardo, luego de andareguear por ciudades y países, en virtud de su oficio de teatrero, retornó a San Gil. Muy cerca de allí en un cafetería cercana al “Matachito del Paraguas” se encontró con Reinaldo. Recorrieron el puente peatonal cargado de candados. Continuaron la charla en la "Polita", cafetería en el primer piso de histórica casa de los Massey en el marco del parque la Libertad de San Gil.



Según la disposición de los candados, -registraron en su charla-, tienen significación diferente, según el sentir de quienes pactan o sellan un compromiso, supuestamente para siempre. Dos candados separados en un ojo de la malla, es un pacto de amor con la libertad de cada uno de dejarse, sin agredirse. Dos candados atados y cerrados uno con el otro, es un pacto de amor que solo se deshace con la muerte. Tres candados atados entre sí, revelan el amor compartido entre tres en el silencio de los espacios sin puentes. Y las llaves, arrojadas a las umbrías aguas del río Fonce, sellan el acuerdo verbal y amoroso que los ata dejando una evidencia pública que solo interesa a quienes colocaron el o los candados.

Los candados del amor tienen algún significado para los enamorados y posesivos. Para los transeúntes que viven corriendo para ganarse el pan, son simplemente candados oxidados que están deteriorando el puente y afectando su estructura.

Las llaves de los candados del amor colocados en puentes en diferentes lugares del mundo son arrojadas a las aguas que discurren bajo el puente precipitándose cargadas de basuras de la ciudad. Significan que lo pactado, no tiene reversa,  como no la tiene el agua del río que no retorna por el mismo lecho, así como el pasado se esfuma en las espumas del trasegar de cada quien.

 

San Gil, mayo 31 de 2022.

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...