EL CARTÓN DE
BACHILLER, NI PARA COLGARLO
Mi profesor de 5º. Primaria, José Manuel Suarez, a
quien le debo en buena parte lo que he logrado ser, decía, “hay que hacer un
buen quinto, y si se repite, mejor para lograr hacer un buen bachillerato”.
Y uno llegaba
al bachillerato era a estudiar anhelando ser el mejor, pues si lo lograba,
sería becado por el Estado y podría trabajar con él.
Fui de quienes hicimos el grado séptimo para obtener
el título de bachiller técnico, cuyo cartón, mis padres colgaron en la sala de
la casa con orgullo y esperanza. En la década del setenta, el sustentar el
cartón de la media técnica era garantía de un trabajo en cualquier sector.
Logré estudiar, gracias a mi profesor de 5º
primaria, quien además de motivarme, me contactó con la comunidad religiosa de
los salesianos, en donde estuve los tres primeros años, y terminé luego en la
Escuela Normal Industrial Nacional de Zipaquirá, a donde llegábamos los mejores
estudiantes de todo el país becados por el MEN. Prueba de lo aquí afirmado,
nuestro novel de literatura como el actual alcalde de Bogotá hicieron el
bachillerato en el Colegio de La Salle de la capital salinera de Colombia.
Recordando las motivaciones que me convirtieron en
buen estudiante, recuerdo en forma de decálogo, lo siguiente.
DECÁLOGO DEL BUEN
ESTUDIANTE
1. El buen estudiante va al día en los deberes y en el estudio. Hoy los deberes, si se asumen, se hacen ya sobre el tiempo final.
2. El buen estudiante atiende al profesor y no se distrae. Hoy quienes se destacan en el aula son los que más garlan o escuchan música; los interesados se sientan cerca al docente y escuchan sin participar.
4. El buen estudiante pregunta para no tener dudas. Hoy no se pregunta, porque quien lo haga, es sindicado por unos cuantos como “bruto” o “metido”.
5. El buen estudiante presta atención y no molesta a sus compañeros. Los buenos mantienen este valor. Los demás no paran de garlar o escuchar música.
6. . El buen estudiante repasa todos los días y no deja para mañana lo que puede hacer hoy.
Hoy
se estudian tantas áreas que los apuntes no son revisados por quienes los
toman.
7. El buen estudiante estudia en un lugar adecuado y está concentrado (sin tele, música, móvil…). Hoy es un anhelo de docentes y algunos padres de familia, pero solo anhelos. Los jóvenes de hoy no aprenden a concentrarse, y por ende, a meditar. Además en la aulas con más de 35 estudiantes, intentarlo es facilitar el desorden y la indisciplina.
7. El buen estudiante estudia en un lugar adecuado y está concentrado (sin tele, música, móvil…). Hoy es un anhelo de docentes y algunos padres de familia, pero solo anhelos. Los jóvenes de hoy no aprenden a concentrarse, y por ende, a meditar. Además en la aulas con más de 35 estudiantes, intentarlo es facilitar el desorden y la indisciplina.
8. El buen estudiante duerme lo necesario porque si no se descansa lo suficiente, al día siguiente no se puede rendir.
Hoy
los alumnos viven cansados desde la primera hora. Tengo alumnos en todos los
grados que duermen desde la primera hora a las seis de la mañana, e interrumpirlos
es atentar contra el desarrollo de la personalidad.
9. El buen estudiante tiene ganas de aprender.
9. El buen estudiante tiene ganas de aprender.
Hoy
no hay ganas para nada, menos para aprender. Por eso los chicos, desde casa no
sueñan, no anhelan esforzarse para alcanzar algo.
10. El buen estudiante no nace, sino que se hace. Si señores, se hace en el hogar. Ya no se hacen en el colegio. Las instituciones educativas inciden muy poco. La incidencia se la pelean hoy los hogares y los medios masivos de información, en otras palabras, la cultura del espectáculo que ha bautizado el literato Mario Vargas Llosa es la que ayuda a moldear a los jóvenes de hoy.
HOY, SER BACHILLER NO ES GARANTIA DE
NADA.
Muchos
son los graduandos cada año, pocos los que se ganaron con el estudio el cartón.
Pocos los que acceden a la universidad; sin embargo, desde el año pasado, los
jóvenes de hoy tienen mejores oportunidades que los de mi generación.
Pero
si no tuvieron un decálogo en su vida de estudiantes, pierden las oportunidades
que brinda hoy el Estado.
Quienes
ocupen los primeros puestos en las pruebas saber-Icfes pueden acceder a
estudiar la carrera deseada en la universidad deseada. Solo necesitan mantener
un promedio semestral superior a 3.8 y el Estado condona el préstamo que se
haga en el ICETEX.
Quienes
deseen continuar estudios técnicos o tecnológicos en el SENA, reciben una beca
mensual para alimentación durante los estudios. En el 2013 se establecieron
cien mil becas.
En
el 2013 El gobierno colombiano creo 60.000 becas para quienes obtuvieron el
primer y segundo puesto en las pruebas Saber-Icfes. La condición mantener un
promedio de 3.8 y ejercer la docencia pública al menos tres años.
En
el colegio público donde laboro son pocos quienes deciden seguir estudios
superiores. Las razones son varias, carecen de un proyecto de vida, estuvieron
en el colegio, pero el colegio no pasó por ellos; desean tener dinero rápido y
sin sacrificios.
Los docentes no logramos concientizarlos que
la mejor inversión es en el estudio. Pero la gran causa se origina en la familia;
en ellas, no se siembran hábitos para el estudio, no se inculca la disciplina,
no se da afecto a los hijos, no se les enseña a ganarse el pan, y no se dialoga
con ellos, ni se les participa de las decisiones del hogar; por eso los jóvenes
no asumen un decálogo para la vida, y muy seguramente serán personas sin
anhelos que se convierten en padres de familia muy jóvenes, y ya se imagina el
lector, cuál será el futuro de esas creaturas.