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sábado, 5 de febrero de 2022

A la nona: Poema de Nauro Torres Quintero

 

116. 

 10/2021

María de Jesús, mi nonita,

muy joven quedó viudita;

era de piel canela

y cuerpo de gacela.

 


Ojos negros vivarachos

tenía mi abuelita;

unos brazos bien fortachos,

unas manos de nonita.

 

Un caminado menudito,

un rostro redondito,

una sonrisa de diosa,

una carcajada melodiosa.

 

Un sombrero negro cortico

un canasto de bejuco

un delantal de popelina

y falda negra brillantina.

 

De fique eran sus cotizas

tejidas en blanco algodón

las usaba para ir a las misas

las guardaba en almohadón.

 

Cocinaba en olla de barro,

en múcura el agua traía,

en ure el guarapo hacía

y los centavos en un tarro escondía.

 

Horneaba cada domingo

panes y mogollas de trigo,

panderos, roscones y mojicones

almojábanas y guasa panes.

 

En cada amasadita

mi nonita me guardaba

la cuba en cada horneadita

que consumía en la semanita.

 

En su muerte, lloré y lloré;

un vació nos dejó;

en su tumba, una cruz de palo,

mi padre con lágrimas talló.

 

Mi padre mientras vivió

a las benditas animas imploró;

la tumba de mi nonita,

flores siempre mostró.

A ellas, cabeza cabeza de familia: Poema de Nauro Torres Quintero

 

118. 

11/22.021

 

Fue pretendida, fue novia, esposa, y madre;

la enamoraron, se enamoró;

en el mutuo amor, creyó

en la palabra del varón, creyó;

su propio hogar, anheló.


 

El desposorio fue soñado,

la fiesta, feliz y principesca,

la luna de miel, complacida;

un viaje de bodas, en el mar.

 

El primogénito alumbró,

un segundo hijo nació,

ella, el trabajo abandonó

y él, otra mujer se consiguió.

 

Sola, su hogar continuó,

madre y proveedora se convirtió

al trabajo regresó, con tres jornadas continuó;

sus hijos, profesionalizó.

 

Mujeres excepcionales

pululan por doquier

son aguerridas, son valientes;

ellos, machos vuelan de flor en flor.

contagiando con el desamor.



viernes, 4 de febrero de 2022

Mi hermano, el migrante. Poema de Nauro Torres Quintero

 

D.R.A.

139/11/2.021

Las parcelas, abandonaron por la guerrilla, presionados;

abandonaron el campo por los paramilitares, presionados;

abandonaron la familia por carencia de oportunidades;

abandonaron el país huyendo de las calamidades.


Inmigran de un departamento a otro;

migran de una región a otra;

migran de un país a otro;

emigran huyendo de la pobreza.

 

Cruzan países, atraviesan continentes;

solos o con familia son caminantes,

montañas, valles y selvas, atraviesan;

en algún lugar que los acojan, de nuevo, comienzan.

 

El migrante sufre solo, el desprecio y la indiferencia

de quienes los ven ambular, sin paciencia,

buscando un plato de comida,

un rincón para descansar y buscar dormida.

 

Póngase sus zapatos, intente caminar y caminar;

pulule de un lado a otro, sin tener claro para donde va,

comprenderá su transitar, sus necesidades y su andar.

Es un humano más, ayúdelo a transitar.

 

 

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...