Nauro Torres
Poema 61
2.021
Creo en la gente de bien, como yo;
los demás, son zarrapastrosos,
vagos, vándalos, izquierdosos, socialistas.
Creo en el dinero,
me da poder sobre todas las cosas;
creo en el gamonal, siempre persuade a la fuerza;
creo en mi patria, usufructuarla es mi deseo;
creo en la familia que defiende a “las familias de bien”,
creo en la autoridad que cuida y defiende a “la gente de
bien”.
Creo en la existencia de ciudadanos de primera, segunda y
tercera;
creo que los de tercera no son dueños de sus vidas;
creo que los indígenas no merecen sus territorios;
creo que los negros viven para jartar ron y parrandear;
creo que los campesinos son unos alpargatones;
creo que los pobres no trabajan
y son una carga para “la gente de bien”;
creo que a los rebeldes hay que exterminarlos;
creo que los jóvenes son vagos y vándalos;
creo que a las mujeres hay que violarlas y gozarlas;
creo que a los indigentes hay que desecharlos;
creo que hay que desaparecer a los homosexuales;
creo que a los enfermos del covid-19 hay que dejarlos
morir;
creo que a los ancianos hay que arrumarlos, son parásitos;
creo que hay que quemar a los ateos;
creo que hay que tirotear a los anarquistas;
creo en el poder de las armas, son exclusivas de "la gente
de bien".
Imagen de internet
Creo que no hay enemigo pequeño, hay que eliminarlos;
creo que el país debe controlarlo la bota militar;
creo que hay que matar al otro cuando estorba;
creo que hay que robar, cuanto sea posible;
creo que el vivo, vive del bobo;
creo que hay que poseer
a la mujer del otro y desaparecerlo.
Creo que hay que honrar a los padres
siempre y cuando
no critiquen nuestras acciones;
creo en Dios que cubre mis faltas;
creo que a los ciudadanos de tercera
hay que adormecerlos
con futbol, rancheras, despechos, parrandas,
mentiras, y subsidios, pocos.
Creo que hay que codiciar los bienes del otro,
en especial los bienes públicos;
creo que hay que usar la mentira para beneficio propio;
creo que mis faltas – si las tengo- serán perdonadas
mientras sea devoto del dinero.
Creo que Colombia es un estado de derecho,
con derechos, solo para “la gente de bien”;
creo en el sistema judicial colombiano.
recibe cariñitos y nos favorece siempre;
creo en Uribe, es el gran colombiano
modelo para “la gente de bien”.
Gracias a mi Dios, Colombia es pasión;
solo tenemos siete millones de muertos
en medio siglo de juegos pirotécnicos
no más ocho millones de desplazados, quejosos hoy;
hasta ahora hay
22 millones de pobres zarrapastrosos
y solo 3.4 millones de colombianos andrajosos
que solo necesitan una comida al día; no trabajan.
Nuestra fe y nuestras acciones son reconocidas en el
mundo:
ya somos el séptimo país más desigual del globo,
pero el primero en desigualdad en América Latina,
y el segundo en taza de pobreza en el mismo continente;
mero el sexagésimo en tasa de desempleo entre 214 países;
estamos catalogados en el puesto cuarenta con mayor
impunidad;
solo ocupamos el puesto cuarenta
en desconfianza en nuestro gobierno,
ya subimos al
puesto veinte en índice de paz;
pero estamos en el puesto treinta y siete
en disponer del mayor ejercito del mundo.
Somos “la gente de bien”, no creemos en la paz,
siempre hemos vivido de la guerra;
la guerra nos hace fuertes.
La paz, quieren los izquierdosos,
los vagos que sueñan con el socialismo;
pero en Colombia, primero desaparecidos
que gobernando para el pueblo.
Gracias Dios por perdonar nuestras faltas:
por extinguir la revuelta comunera,
por ganar la guerra de los mil días,
por borrar la masacre de las bananeras,
por incendiar el país con el bogotazo,
por sembrar el odio con la violencia partidista,
por propiciar la emergencia de las guerrillas,
por lucrarnos con el narcotráfico,
por aprovecharnos de la deforestación,
por las ganancias de la minería ilegal,
por entronizar el credo militar;
el credo de “la gente de bien”.
Gracias Dios por “la gente de bien”
sin nosotros, los vagos que protestan,
la patria, en infierno, convertirían.
¡Poder, política y dinero ¡
¡Dios, patria, propiedad ¡