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sábado, 19 de mayo de 2018

Ecoposada La Margarita, Puente Nacional.



ESCAPESE DEL RUIDO Y LA CONTAMINACION
A UN OASIS DE TRANQUILIDAD EN  SANTANDER

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Una casona campestre para disfrutar en pareja o en familia. Ubicada en el punto medio entre Bogotá y Bucaramanga. A 2150 metros de altura y con una temperatura de 17 grados. 


En la ciudad se carece del aire puro, del olor a bosque, del arco iris, del aroma de las plantas, de un cielo azul y de un amanecer arrullado con el canto de los pájaros. Se carece de comida cocinada con leña y de lácteos frescos; se carece de vecindad, de tranquilidad al caminar y de atardeceres brillantes y  contemplaciones al infinito.
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El pasear por el campo mejora el estado de ánimo y las capacidades cognitivas, cohesiona las relaciones familiares, disminuye el dolor físico y desaparece el dolor espiritual

El pasar un fin de semana o unas vacaciones en una finca, restablece las fuerzas físicas y las habilidades; aflora la paz, se aviva la felicidad, se acrecienta el amor y se eterniza la amistad. Se forma parte de la naturaleza y el visitante se deja enredar en su pureza desconectándose del mundo empresarial y el caos de la capital.
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El campo y su tranquilidad es un espacio apropiado para leer, para escribir, para pensar. Oportuno para contemplar, para dejarse arrullar por el canto de las aves y el silencio, para compartir en pareja el universo. Es un lugar propicio para alejarse de las Tics, del ruido, de la contaminación, del estrés y el bullicio  de las urbes.
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Puente Nacional está a 180 kilómetros de Bogotá por vía a Chiquinquirá, a unas 3, 15 horas de camino, sin afanes. El recorrido en auto se hace por pintorescos parajes que diferencian las tierras de Cundinamarca, Boyacá con las de Santander.
Y si se parte desde Bucaramanga, el trayecto hasta la posada es de 134 kilómetros  invirtiendo unas 4,5 horas en cuyo trayecto de aprecia el paisaje santandereano que penetra al de Boyacá en la hoya del Suarez. 

Al llegar a Barbosa, allí se puede provisionar de verduras, carnes y lo que se tenga planeado consumir en familia.
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Viajando desde Bogotá, en Ubaté se puede degustar la arepa boyacense con un yogur, o se puede almorzar al calor de la estufa de leña. En Chiquinquirá hay que dar un corto paseo para contemplar la zona colonial y visitar la basílica de la Virgen de Chiquinquirá. En Garavito es un deleite degustar las arepas de trigo rellenas con cuajada o las tortas de queso, las almojábanas, las mantecadas y las mogollas de trigo.
La imagen puede contener: cielo, montaña, exterior y naturalezaLa imagen puede contener: cielo, montaña, exterior y naturaleza   


Al  descender, sin darse cuenta se llega a Santander en una curva con un puente, descolgándose en paralelo al río Sarabita o Suárez que se oxigena, purifica e hinche al romper la paz de los robledales hasta cruzar el mismo río y tomar una pendiente desciendo un par de kilómetros hasta cruzar la quebrada Otero (Aqui, al margen derecho, esta el acceso 1 a la Ecoposada, trepando y descendiendo 12 kilómetros) por cuyo costado trepa una carretera hasta las ruinas de la estación del tren conocida como Los Robles. 

 Un segundo acceso esta  unos pocos kilómetros después de la estación de servicio Texaco,  y al mismo lado izquierdo se observa un balneario, y a unos 200 metros, la recta carretera se dobla a la izquierda en angulo de 45 grados, y al tomar el descenso, a unos cincuenta metros, al lado derecho de la vía, está otro acceso a la Ecoposada, conocido como las diosas, para ir a otra estación del tren conocida como Providencia, la cual, está a unos cinco kilómetros yendo siempre en línea transversal. 

Se toma la vía campestre en el sitio conocido como las diosas, lugar en donde existe una sencilla caseta donde ofrecen frutas y bebidas que está al lado opuesto del acceso 2.
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Tomado el ramal a Providencia el auto se moviliza como si se fuese por un sendero rodeado de árboles y montañas en el horizonte; luego de una curva al margen derecho, la trocha se bifurca a la derecha con el acceso a la estación del Guayabo; y más adelante; se vuelve a bifurcar pero al lado izquierdo con otro ramal por el que uno se puede descolgar a Puente Nacional, pero siguiendo el horizonte, en menos de diez minutos, el auto aparece lindando con la estación Providencia; una construcción estilo republicano  terminada en 1930, próxima a restaurarse por ser considerada “un bien de interés cultural del ámbito nacional” desde 1976.
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Se atraviesa la calle pavimentada hasta coronar la cima; y ya allí, se trifurca la vía tomando a la derecha y trepando unos siete minutos (1,4 kms) por la carretera hasta que  ésta, se escabulla entre pinos para acceder a la Ecoposada la Margarita  por un portón  en piedra labrada con huellas en el mismo material que termina, en el fondo,  siendo el garaje de los autos que se guarecen bajo la sombra de cincuentenarios pinos sembrados por los propietarios.

LA COLONIAL CASONA
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La casona, Levantada en adobe en 1948, cubierta por teja de barro con el color del tiempo, es una vivienda campesina con corredores por los costados adornados por masetas con flores que penden escondidas en  la gama del verde que rodea la campestre vivienda.
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La casona tiene  tres  habitaciones con baño privado y dispone de dos habitaciones, una con dos camas sencillas,  y una segunda, con cama semidoble. Todas  las habitaciones disponen de  tv. La posada tiene  una ventilada cocina y tres comedores, uno de ellos, usado para los asados familiares.  Dispone de tres salas y silletería movible en los corredores, y para las reuniones dispone de una batería de baños con vista a  la provincia de Vélez.

Cómodamente se pernoctan 13 personas y hay elementos para dormir sobre colchones de aire para otras 4 personas. La posada tiene amplia zona para camping y la administración cuenta con  dos carpas para 4 personas y elementos para facilitar dormir con los niños o en pareja a campo abierto.
Desde la casona se observa en el horizonte el flanco derecho de la cordillera oriental que, en las noches semeja un pesebre con el alumbrado de los municipios de:  Bolívar, Sucre, Puente Nacional, Barbosa, Guavatá, Vélez y Palo Blanco.
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A PAJAREAR Y AVISTAR AVES
Madrugar hospedado en la posada la Margarita, trae sorpresas para el visitante. Sorpresas espirituales y percepciones agradables.
Extasiarse contemplando la despedida de la noche y el surgimiento de la luz en el horizonte y la aparición del sol sobre la arboleda en las mañanas es acompañado con el cantar  de aves diversas en los frondosos árboles que rodean la casona colonial. Manadas de toches, torcazas, ciotes, guacharacas, azulejos, copetones, cucaracheros, quinchas y arrendajos animan  cada amanecer.
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La casona esta guarecida de los vientos con un bosque de pinos y eucaliptos mezclados con especies nativas, por el cual se puede caminar y hacer la siesta en hamaca, o sin ella, al son del revolotear de las aves.
La imagen puede contener: 2 personas  Colegio 224


RECORRIENDO SENDEROS Y CAMINOS
La finca tiene 22 potreros, por los cuales se puede pasear guiados por el mayordomo para conocer los yacimientos de agua, la quebrada Jarantivá, nombre de la vereda.

 Caminar por las praderas, apreciar los arroyos y los nativos arrayanes centenarios  que adornan el paisaje y contemplar en el horizonte la belleza de la tierra del torbellino, la guabina y el bocadillo, se siente una paz espiritual y un relajamiento que agota los dolores y las preocupaciones.
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Los más osados pueden solicitar participar en el ordeño o alquilar un caballo para cabalgar por la carretera, o hacer el recorrido a pie hasta los caseríos de Providencia y Quebrada Negra en los que hay tiendas de víveres y panaderías, incluso  es novedoso probar el aguardiente “chirrinche” donde doña Custodia en la tienda la Esperanza.

En el recorrido, previa solicitud, se pueden visitar granjas para contemplar animales y cultivos de frutales. Encargar almojábanas, queso campesino y colaciones
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LOS BALCONES DE LA COLORADA.
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La vía por la que se llega a La Margarita, fue hasta 1968, un camino real, hoy convertido en carretera por la cual los ciclo montañistas y los amantes de las motos 4x4 hacen un periplo por cualquiera de los tres accesos que tiene la finca.

Con previa solicitud se puede ir en carro un trayecto, y por bellos potreros por un camino empedrado  trepar entre robledales hasta unas vírgenes cascadas conocidas como los balcones de la colorada que tienen un puente natural en piedra. Desde este lugar se  aprecian los contrastes de la geografía santandereana que se difumina con la boyacense. Por las cascadas corren aguas cristalinas de la quebrada La Colorada que nace en el páramo de  en cuyos estribos se dio una cruenta batalla en febrero de 1902 en los postreros días de  la guerra de los mil días, triste episodio que se recuerda con un obelisco en honor a los caídos en la batalla de maza morral.

La imagen puede contener: planta, árbol, cielo, exterior, naturaleza y agua

A unos cuatro kilómetros, por la vía que trepa desde Quebrada Negra hacia Los Robles, existe al alcanzar una leve colina, una casa de adobe a la vista recordada como las Palmas. En ese punto hay un camino de acceso que atraviesa un arroyo y a unos trecientos metros, en el lecho de la quebrada la Negra, hay una extensa y larga laja en piedra caliza que a la vista aparece como fragmentada adrede en rectángulos, y sobre ella, por uno de sus costados, se desliza cristalinos hilos de agua que invitan a descansar, ya bañándose o caminando, o simplemente extasiarse en una siesta entre el cielo y el lecho del manantial. A las cascadas también se puede acceder desde Quebrada Negra por la carretera que trepa a La Muralla.
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Al pernoctar en La Margarita los amantes de la literatura tienen los espacios para la lectura o para conocer los personajes de las “historias sin contar” que cada semana uno de los dueños publica en el el blog naurotorres.blogspot.com Puede conocer a Yeyo el curandero ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2016/02/desiderio-ortiz-el-curandero.html) o ir a la tienda de doña Custodia, el personaje de (http://naurotorres.blogspot.com.co/2016/03/las-mascotas-estimulan-las-emociones.html). O adentrarse en los espacios en donde vivió el personaje de las siguientes historias : (http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/08/una-boda-sin-vino-y-sin-invitados.html) ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/10/el-pomarroso-florece-pero-no-tiene.html)
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PERIPLO POR SANTANDER O BOYACA

A 15 MINUTOS ESTA PUENTE NACIONAL, TIERRA DEL TORBELLINO Y LA GUABINA. 
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Puente Nacional es fuente del torbellino y la guabina en donde se pueden degustar los bocadillos o “el dulce tiodolindo” ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/11/el-postre-de-naranja-de-puente-nacional.html) Y si es un lunes, ir a almorzar provocativa fritanga en el segundo piso de la plaza de mercado, o probar las delicias que los campesinos hacen con el maíz o la leche es un paseo entre las tradiciones gastronómicas del campo. Pero también se puede recorrer en poco tiempo algunas calles coloniales  y casas con historia (http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/09/la-cantarrana-esconde-los-jolgorios-y.html).




Desde Puente Nacional se puede acceder a La Margarita por una carretera que se mete al lado izquierdo a trecientos metros de la entrada al hotel Agua Blanca y a unos treinta metros arriba de la Bocadillería La Viña. Al tomar la carretera (Acceso 3) se descuelga hasta la quebrada Jarantivá para tomar una pendiente hasta llegar a Providencia, tomando desde ahí la vía hacia la montaña.

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Desde Puente Nacional hay que visitar Barbosa, Jesús María, Guavatá, Vélez, Sucre y Bolívar en Santander y Moniquirá, Paipa, Leiva y Tunja en Boyacá.



EL CONVENTO DEL ECCE HOMO, EL VALLE DE LOS DINOSAURIOS Y LEIVA.
Estando en La Margarita y si se dispone de un automotor 4x4, trepando hacía el páramo se puede llegar en una hora a Santa Sofía, municipio frutícola, y desde allí al Convento El Ecce homo fundado en 1620; luego, al valle de los dinosaurios y se llega con facilidad y en poco tiempo a Leiva, monumento Nacional. De allí se puede desplazar al desierto de la Candelaria y regresarse a la posada por Chiquinquirá o desde Leiva, por Arcabuco a Barbosa.
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ACCESOS, DISTANCIAS Y TIEMPOS
(Para autos se recomienda el acceso 2)

ACCESOSLUGARDISTANCIATIEMPO
Bogotá- Puente Nal.180 kms3 horas, 15”
Primer peaje salida de Bogotá-Quebrada Otero142 kms3 horas
Acceso 1 por la quebrada Otero a 12 kmsQuebrada Otero-Los Robles1,9 kms5 minutos
Quebrada la Otero-Quebrada Negra8 kilómetros14 minutos
Quebrada Negra -La Margarita2 kms5 minutos
Acceso 2 Por las diosas a 7 kmsPeaje Bogotá- Las diosas162 kms3 horas
Carretera Central- Providencia5.4 kms12 minutos
Providencia- La Margarita1.6 kms5 minutos
Carretea Central- La margarita7 kms16 minutos
Acceso 3 desde Puente Nacional por la bocadillería a 7 kms.Puente Nal.-al acceso 3

Viniendo de Puente Nal, la bocadillería está a 30 metros antes de tomar el acceso 3

6,5 kms.16 minutos



TRANSPORTE RURAL
Si la intención es llegar a la Margarita trasladándose en bus desde la capital, ya en Puente Nacional se puede contratar una camioneta 4x4 (cels. 3124081990-3145312722- 31073431789-) o tomar un taxi cuyo costo no supera los 8 dólares.


INFORMACION ADICIONAL
Se recomienda, si se desea comunicarse por celular, llevar un equipo de los primeros que gozan de buena señal, o alquilar uno en la casona. 
La casona  dispone de algunos juegos de mesa como rumi, Monopolio y Risk, cartas españolas, minitejo, rana y poker.
La imagen puede contener: 8 personas, personas sentadas y niños  IMG-20180325-WA0028
Hay amplios espacios para  camping, tiene chimenea y hamacas y asador al carbón. Si no se desea cocinar, se pueden contratar las comidas, previa solicitud. Las familias que allí se citan con sus hijos que viven en Bogotá, llevan el mercado, y  la señora del administrador les prepara los platillos deseados.


CONTACTO:
naurotorres@gmail.com
cel. 3203011050-3178572848





























































































miércoles, 30 de agosto de 2017

EL OCULTO PODER DE TUS PALABRAS






Hay que tenerle más miedo a las palabras que a los cañones. Las palabras, como las piedras, ruedan. De la abundancia del corazón habla la boca. las palabras edifican o destruyen. Las palabras pueden ser vitaminas o infecciones para el ser humano; entonces hay que pensar para hablar y no hablar para pensar.


El termino palabra, proviene del latín: parábola;  y, expresa uno de los elementos imprescindibles de cualquier lenguaje. 

Una madre guardará el recuerdo de la primera palabra balbuceada por el niño. Pero, en el tiempo que vivimos se habla más y se comprende menos; se ve más y se comparte menos; sin embargo, en todos los tiempos en las culturas que tienen un sistema de lenguaje, el poder de las palabras, no radica en su significado superficial, sino en sus cualidades ocultas.image
Toda palabra encierra conocimiento e intención.


El conocimiento es una esponja con capas de experiencia


La magia del conocimiento se ve reflejada en el poder de cada término o palabra. Con unas pocas palabras es posible reunir muchas capas de experiencia de quien las pronuncia. 

Por ejemplo, al oír o pronunciar la palabra seno nos evoca la ternura de la madre cuando nos amamantaba o nos evoca una función trigonométrica, o nos señala el origen de algo.

 Otro ejemplo del conocimiento que tiene cada palabra se refleja en el bagaje y erudición que tienen las personas que gozan del hobby de la lectura; entre más léxico tengan, más fluidos son cuando hablan o escriben, y por ende, son más convincentes.

El conocimiento es una esponja con capas de experiencia. 

La experiencia nos permite pensar ordenadamente en forma consciente y eficaz. Entre más se aprende más dominio del conocimiento hay.

En nuestra lengua, las palabras son ricas pues nos abren pasadizos secretos de significado y conocimiento. Pero es la intención la cualidad más poderosa de la palabra, pues cuando nos la dicen, nuestro cerebro acude a recuerdos y actúa inconscientemente. 

Por ejemplo, cuando yo le ordeno a mi hijo, venga a cenar, a dormir, a descansar; él ya sabe cuál es mi intencionalidad de cada uno de esas palabras.

Las palabras encierran conocimiento e intención; por lo tanto, enmarcar una intención en palabras es el primer paso para cerciorarse de que se haga realidad.

 Un par de ejemplos es la oración implorando a Dios curación física o psicológica; o afirmar, soy muy bueno para las matemáticas.image
Siempre que una palabra está respaldada por una intención, entra en el campo de la consciencia en forma de mensaje o petición. Dice el motivador Deepak Chopra: “el universo está siendo notificado de que tenemos un determinado deseo. No se necesita más que eso para que los deseos se hagan realidad, porque la capacidad de ejecución de la consciencia universal es infinita. Todos los mensajes son escuchados y obedecidos”.

En el sendero del mago, el libro de Deepak Chopra, hablando del poder de las palabras, cita al mago Merlín en la página 84, quien dice: “Los mortales están envueltos en palabras, de la misma manera que las moscas quedan atrapadas en la tela de la araña”. “sólo que ellos son a la vez araña y mosca porque se aprisionan dentro de la misma tela”.

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En otras palabras, cada uno utilizamos nuestro propio léxico para establecer hábitos que permiten que la vida continúe inconscientemente; pero si estas palabras no se utilizan para crear disciplina y entrenamiento, entonces caemos en una paradoja, al ser víctimas de ellas mismas.


Es con las palabras como nosotros hacemos que las personas se sientan bien o mal, se vean buenos o malos. Si aceptamos esta verdad, hay dos expresiones muy poderosas que cualquier persona puede utilizar. Son el y el no. Estas dos silabas pueden levantar fronteras o eliminarlas. 

Todo aquello que creemos lleva implícito un sí pronunciado por un progenitor, un maestro, una fuente de autoridad. Y todo que lo crees que no puede ser, lleva un escondido, proveniente de la mismas fuentes.

Decía que las palabras son una paradoja porque ellas nos dicen quiénes somos, pero de todas maneras somos más de lo que ellas pueden expresar, porque nosotros las personas tenemos el potencial de cambiar, y como las palabras, tenemos poder, ellas pueden crear algo nuevo sin ningún límite.
Recomiendo que debemos reconocer por qué somos así, y por qué no nos va bien en muchas acciones. 

Es necesario vaciar nuestro cerebro y nuestro lenguaje de malos deseos, de malas palabras, de expresiones negativas, de desesperanzas para dar paso a un estado de positivismo, a un estado de confianza en uno mismo y en el universo y las cosas se darán a la medida que nos merecemos.

Lic. Nauro W. Torres Q.San Gil, agosto 30 de 2017






















lunes, 28 de agosto de 2017

El cielo es de chocolate

 
El día sacaba la cabeza sobre el techo de mi casa. Mi madre me despertaba con amor para ir al colegio. Mi padre recibió una llamada. Una llamada que transformó su rostro alegre de cada mañana, en una cara de tristeza, y en sus ajados ojos, aparecieron lágrimas, muchas lágrimas. De su boca oí, “Gracias Señor por la vida y obra de mi padre”. Comprendí entonces que mi abuelo había muerto, luego de tres meses de una agonía larga y dolorosa en una cama de hospital, lugar al que nunca fue en sus 88 años.

En ese momento, no lloré. No pregunté. Simplemente regresé a mi habitación y di rienda suelta a mis recuerdos; tenía seis años. Como un espejo al frente, recordé los breves momentos que viví con mi abuelo. Me enseñó a caminar por el prado, por las piedras, por las laderas y por el bosque. Fuimos los cuatro a mirar sus ganados. Él, mi abuelo; yo; corbatín y chocolate; el perro de la abuela, y el perro del abuelo.
 
 
Fue un ocho de mayo de 2011 cuando junto con mis padres y hermanas menores estuvimos en Puente Nacional  admirando la celebración del grito comunero que cada año se celebra en esta fecha en la municipalidad.
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Ilustración de Domingó, tomada de internet.

Mi padre había enviado un carro para que mis abuelos bajaran al pueblo. Estuvimos los siete juntos viendo las presentaciones teatrales callejeras que los estudiantes realizan para recrear la primera victoria comunera en suelo americano contra los españoles. Pero, mi abuelo se desmayó estando con nosotros. Nos preocupamos todos y le llevamos al hospital. Allí lo estabilizaron. Y todos nos regresamos. Ellos, mis abuelos, a la finca la Esperanza en la vereda Jarantivá; y nosotros, regresamos a San Gil. Fue la última vez que vi a mi abuelo.
 
 
Mi abuelo murió en una clínica de Bogotá, ese año. Chocolate, su perro, desde que al abuelo, mi padre llevó a la capital, no volvió a comer, ni a latir. Fue un 4 de agosto de 2.011 cuando vi a mi padre llorar por la muerte de mi abuelo.
 
 
Cuenta mi abuela que ese mismo día, y a la misma hora que murió mi abuelo, chocolate también murió entre las herramientas con las que mi abuelo labraba la tierra.
 
 
Chocolate y mi abuelo están felices en el cielo. Un lugar tan bello y tranquilo como las praderas por las que mi abuelo me enseñó a contemplar la belleza natural que hay en los campos.
 
 No hay texto alternativo automático disponible.

Algún día, junto con manchas, mi perra, nos reuniremos con chocolate y el abuelo, en el cielo, esa pradera verde con amanecer eterno, pues el cielo es de chocolate, y a él, regresaremos, luego de nuestro aprendizaje por la tierra.
 
 
San Gil, marzo 30 de 2017






















El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...