"Se construyen palabras,
En las páginas del alma,
Se escriben vidas largas”
Florilegio poético es su primer
poemario publicado en 2.019. Contiene 124 florestas de versos tejidos en el
transcurso de los años con la paciencia y la delicadeza de una pintora textual
en los que revela ramilletes de bondades y gratitudes. En un lenguaje sencillo
e ingenuo plasma su sentida inspiración creando aromas para el alma.
Helena Martínez: la hija, la
maestra, la pintora, la declamadora, la poeta, la comunicadora; la cantante; la
mujer que ofrece su tiempo para tejer historias con los infantes de algunas
veredas de su San Gil querido. Helena Martínez, la “Cum laude” de UCC; la
investigadora sobre la importancia del arte y el juego en la educación. Ella,
la de la voz fuerte y tierna a la vez, ha dedicado su vida a la educación formal
en su vida laboral, y ahora en su descanso pensional, ejerce su docencia en
otros ámbitos comunitarios con la intención de continuar tejiendo el bien.
FLORILEGIO POETICO
Es su poemario. Y en él, su
biografía de su ser, mujer, maestra y ciudadana.
El libro, de encuadernación fina
impreso a una tinta sobre papel ecológico de 90 grs, revela su concepción de su
trasegar existencial. “En el ocaso” es el primer poema del Florilegio;
dedicado a su padre al cumplir 90 años.
… “Eres
padre mío, erguida palmera que despliega el viento.
ni las
tempestades, ni los huracanes, ni los vendavales
que implacables,
soberbios vinieron por tiempos,
atisbaron
tan solo a horadar tu estirpe y honroso linaje”.
“Yo te
venero humildemente padre,
por ti
elevo plegarias inefables
eres aserto,
en tu conducta recto,
egregio y
digno bastión, baluarte inamovible
de tu
identificable y pingue descendencia” …
“Amor sublime amor: madre mía”
es la segunda composición del poemario Florilegio poético. Es un poema que
resalta la incidencia de la madre en el ser de la poeta maestra. De él, unos versos, salteados:
“gocé mi
primera maestra contigo en casa, mi hogar.
Afortunada
y bendecida niña me sentí” ...
“Diez
hijos corriendo por patios y corredores,
fueron causa
diaria de grandes desvelos,
crianza ferviente
mi madre dio a sus hijos,
buscando a
cada paso hacerlos grandes,
señalando
senderos, caminos presentidos,
cuidando tiernamente
de tropiezos, torpezas y caídas
a sus
retoños que interminable tiempo sostenía en sus brazos” ...
“Me
enseñaste a sentir profundamente a sentir la alegría
y el
dolor ajeno,
mi mano
por ti aprendió a permanecer abierta,
tu ejemplo
madre mía compromete y encamina mis pasos,
eres mi
horizonte, norte y resplandeciente faro,
seguiré infinitamente
tu sapiente guía,
dechado,
baliza sagrada, nunca imaginada,
amada madre
mía por siempre venerada”.
Helena revela la imagen de sí
misma en su poema: “El yunque”:
El yunque
soportando los golpes de la porra…
no siente,
sigue inmóvil…
Así soy
yo, cual yunque que resiste dureza,
inalienable,
sin sus formas perder,
los embates
del día con su tromba de sucesos
y cual
bastión revisto todo lo que ha de ser”.
Como maestra, tiene una utopía. Así
lo deja entrever en el poema: “Canción de beatitud”:
“Pensamientos
perennes, campanas de gloria
para quien
procede.
Su figura
tallada está en la inmensidad.
Obras, sucesos
y buenas acciones,
encuentran
replicas en la eternidad”.
“Se
admira ese joven que ayuda al anciano,
su mano está
abierta y busca ayudar.
El niño
que canta para deleitar y la tierna niña
que da su
muñeca con desprendimiento sin escatimar.
El hombre
que siembra amor y esperanza
que cumplido
atiende su deber de hogar.
La dama
solícita, amable, festiva y prudente,
tutelar de
fuego y el calor preciado
en la
digna crianza de la humanidad …
Bienaventurados
sean por los siglos,
hombres y
mujeres de todos los tiempos,
espíritus
simples sencillos, comunes
que sirviendo
al otro jamás conocieron
orgullos soberbios,
altivos, mezquinos,
con su
mano abierta, con su frente en alto
así caminaron
hacia el más allá”.
Cual Poeta empedernida, canta
describiendo objetos, otrora necesarios en la vida de las generaciones
anteriores. Lo hizo al yunque y se comparó con él. En su poemario encontré este
titulado: “En la Herrería”; una descripción lirica de las herraduras,
tan necesarias en el transporte con recuas de mulas por los caminos previos a
las carreteras.
“¡Enciendan
la fragua¡¡Traigan el martillo ¡
El yunque
ya espera el hierro encendido
Las tenazas
largas para dar forma
A la
hermosa, firme y útil herradura.
…De media
corona la silueta curva,
Tiene seis
huequillos donde van los clavos,
Cual gemas
de regia diadema de honores
-sosteniendo
firme la fuerte moldura-
Llegan ya
las mulas, yeguas y caballos,
todos van
en busca de alivio en sus cascos,
Gastados los
traen y hasta adoloridos
-en algún
camino perdieron sus clavos-
sus patas
ni portan aquel adminículo
que les
garantiza buen paso en el barro,
arcilla,
cemento, espina o dardo
por donde transitan a diario en el campo” …
Como educadora y con la intención
de instar a los educandos a encausar sus vidas, encontré el poema: “Ensoñación”:
“…Es
la vida, conjunto de emociones,
donde con
el amor y las pasiones
se funden
en un todo sin razones:
desdichas,
logros, aciertos, y traiciones.
En mi
vida de insomne, en mis desvelos,
no atino
a descubrir ilusiones,
mis sueños
se dibujan con borrones
que se me
antoja fuesen nubarrones.
Entonces,
cual luciérnaga en la noche,
reconozco
la luz que llevo dentro,
escudriño
profundamente mis sentidos
y encuentro
que mi vida tiene norte.
pienso…si
mis amigos son los desvaríos
que me
llevan sin rumbo y sin destino,
desdibujando
pronto el que a mi vista
pareciera
fuera el horizonte.
Sortearé
los baches, disiparé las zarzas…
Abrojos,
los muros, las espinas.
Seré
valiente ante el sutil embate
de fuertes
golpes y acciones peregrinas
alcanzaré
por siempre la gloria bendecida
y el
nombre del creador será mi guía”.
Conduciré
a buen rumbo mi carruaje,
le pondré
exploradoras rutilantes
que disipen
las sombras persistentes,
e iluminen
sin tregua mi destino latente-
sorprenderé
a la estrella mas lejana,
-que por
distante se creyó sin dueño-
porque con
mi tesón sin limitantes,
con mi
arrojo sin fin, sin dilaciones…
Te alcanzaré
y realizaré mis sueños
-comprometida
estoy con mis ardores-
y seré
triunfadora como águila
que contra
el viento remonta el cielo” …
“La vida
siempre será un laberinto,
entre recovecos
y encrucijadas
nos pone
el peligro la paz y el solaz
y pronto sabemos que no todo es cierto” …
Todo poeta es sensible y percibe como el tominejo, el néctar; de los espacios donde se crio y estudió; dejar plasmado en letras detalles de ellos, es usual en los poetas.
“¡pueblo bonito
¡maravilla de la creación.
Paisaje
radiante, variado, San Gil ¡qué primor ¡
gentes que
profesan y ofrecen servicios cual canción,
con orgullo
enorme, tan sencillamente, con fe y son temor…
tus
estampas de pueblo viven en el recuerdo:
eran calles
amplias sembradas con piedras rojizas,
casonas con
patios, salares ¡qué bien recorrido ¡
escenario
digno para el crecimiento de grandes familias…
por ti San
Gil bello nostalgias siempre avivan recuerdo
y orgullosamente
contemplo que creces en admiración.
mañana a
la vista que busque la historia con sumo cuidado
he incline
la frente, venere el recuerdo sin vacilación.
…” ¡Es la
Normal de mis hondas nostalgias ¡
Sus amplios
corredores, con barandal sin par,
La campana
de bronce con sus toques sonoros,
Que marcara
los tiempos para el grupo formar.
… Las
cortinas doradas, enorme escenario,
El telón
que arrogante tapaba y descubría,
La escena
que a sus anchas se podía presentar.
Por allí
pasaron los grupos de teatro,
Poesía, clausuras,
corales y condecoraciones
Y cuantas
obras más… ¡No logro recordar ¡
Pero al
pasar el tiempo los aplausos de entonces…
Hoy…ya no
fueron más.
Que
angustia sentimos cuando al volver los ojos
a la esquina
imborrable donde solía estar,
aquella casa
noble de arquitectura recia,
solamente
despojos hallamos al pasar.
Y para los poetas, el amor hacia el
otro sexo es un tema que se revela en cada verso. Sin él, sin ella, la poesía
no tendría tanto sentido, ni significado. Y Helena, desde su cordura de
maestra, enfoca el amor no desde el eros, sino desde la equidad y la igualdad,
la paridad. De su poema: Delirio:
“Tanto te
amé
sin señalar
fronteras
que no
creo soportar tu engaño.
Creo
moriré
confiada
que me amaste
y la vida
feliz conmigo disfrutaste.
¿Me engañaste?
No lo
creo.
¿Te
engañaste?
Sí…
Tal vez.
Del poema, “Instantes”:
Amar…excelso
instante,
prolongación
sin limite
cuando el
amor es firme.
para el
enamorado
un siglo
es un instante.
Y para el
que no ama,
los instantes
no existen.
Cada poeta tiene su visión sobre
el genero lirico. Y del particular, poco se escribe. Lo hacen los críticos, o
tal vez, algún cronista. En el Florilegio de Helena Martínez encontré dos
poemas que resalto en esta historia: El primero titulado: “Encantadora
poesía”,
Para cantarte
a ti ¡oh milenaria musa ¡
Habitante
cautivadora del parnaso,
preciso es
que el numen
-misterioso
poder fascinador-adorne al bardo,
que el
poeta en su mente reciba con afluencia,
inspiración,
para plasmarla en versos de idealidad,
de fecunda
y copiosa riqueza en el lenguaje.
¡Oh¡Poesía
magistral compañera del preludio nupcial.
Contigo,
enamorados vierten de su ser, en verso, en prosa,
el idilio
de los encantos que en su amado
o en su
amada ven
y que
asemejan a la flor naciente,
al primer
vuelo del pichón implume,
al arrullo
de fuente cantarina
que va de
canto en canto susurrando melodiosa,
al céfiro
que en tardes coloquiales
alienta
la febril confesión enamorada…
¡oh¡ poesía
consentidora de las soledades
y de horas
amargas, aliciente.
cuando
las penas y el dolor asoman,
el ser
doliente compungido, llora,
la desazón
la invade impertinente,
y con
desdén ve transcurrir las horas,
tus versos
con cadencia visceral,
son ambrosía
y deleite celestial
que renuevan
y alientan el espíritu;
sombrías
cuitas y oscuras penas logran mitigar…
Termino esta crónica sobre el
poemario de Helena con una “changua” santandereana. Así se titula el poema
9 de la pagina 30:
“Sírvame
señora, por favor, un buen desayuno
que tenga
la changua pintada de leche
con buena
cebolla, cilantro y tostado
y huevitos
criollos quiero que le eche.
Que
traiga una arepa de maíz pela ‘o
con sus chicharrones
y bien amasada
una taza
grande de café cola ‘o
y trocitos
blancos de rica cuajada.
Me espera
el trabajo allá en el maizal
y quiero
abrazarlo con buena energía.
más tarde
me trae señora al puntal:
ají,
yuca, carne asada y limonada fría.