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viernes, 18 de febrero de 2022

A Puente Nacional: Oda de Nauro Torres Quintero

Poema: 147

01/2.022

DRA

Su nombradía indígena, Zorocotá;

su notoriedad en la colonia,

Puente Real de Vélez;

su apelativo desde la independencia,

Puente Nacional.

 


Otrora territorio indígena muisca,

poblado por popobas,

irobaes, cenizos y zorocotaes.

 

Su enclavamiento,

el sur de Santander;

su ubicación,

el oriente colombiano;

su conexión, la 45A.

 

Puente Nacional,

proscenio de victoria comunera

contra los españoles en América;

cuna de Eloísa Uzcátegui, mártir de la independencia;

óbito de Juan Nepomuceno Azuero,

sacerdote independentista y libre pensador,

moisés del maestro Lelio Olarte,

cuna de la guabina santandereana.

 

 

Sede nacional del festival del torbellino y el requinto,

pionero de los desfiles de andas y comparsas,

 paraninfo veleño educativo,

cruce de caminos indígenas y reales,

bulevar turístico regional y nacional,

municipio verde de Santander,

escorrentía del rio Suárez.

 


Ágape del piquete y el balay

copetín del dulce de huevo

palacete de la fritanga con yuca sata

alcázar de las almojábanas y amasijos

mercadillo del queso de hoja,

la panela y la miel,

zoco de la pomarrosa y la guayaba

feria del plátano y los cítricos.

 

Posada de viajeros y comerciantes,

territorio diverso en climas y bosques,

olimpo de mujeres bellas,

nido de maestras educadoras,

encarnación del folclor veleño,

lira del torbellino y la guabina

escenario del teatro comunero callejero estudiantil.

 

Espacio de monumentos históricos:

la Normal Antonia Santos,

el instituto Francisco de Paula Santander,

el hospital San Antonio,

el palacio municipal,

las escaleritas,

el parque de las aguas,

la capilla Peña Blanca,

el hotel Aguablanca,

la calle cantarrana,

el museo pueblo arrecho,

el camino indígena de la sal y de la miel.

 

Puente Nacional, mi tierra primigenia,

escondrijo de mis escritos y sueños,

hoy te rindo tributo por acogerme

en tus entrañas y prodigarme anhelos,

paz y tranquilidad en la niñez y la vejez. 

sábado, 5 de febrero de 2022

A la nona: Poema de Nauro Torres Quintero

 

116. 

 10/2021

María de Jesús, mi nonita,

muy joven quedó viudita;

era de piel canela

y cuerpo de gacela.

 


Ojos negros vivarachos

tenía mi abuelita;

unos brazos bien fortachos,

unas manos de nonita.

 

Un caminado menudito,

un rostro redondito,

una sonrisa de diosa,

una carcajada melodiosa.

 

Un sombrero negro cortico

un canasto de bejuco

un delantal de popelina

y falda negra brillantina.

 

De fique eran sus cotizas

tejidas en blanco algodón

las usaba para ir a las misas

las guardaba en almohadón.

 

Cocinaba en olla de barro,

en múcura el agua traía,

en ure el guarapo hacía

y los centavos en un tarro escondía.

 

Horneaba cada domingo

panes y mogollas de trigo,

panderos, roscones y mojicones

almojábanas y guasa panes.

 

En cada amasadita

mi nonita me guardaba

la cuba en cada horneadita

que consumía en la semanita.

 

En su muerte, lloré y lloré;

un vació nos dejó;

en su tumba, una cruz de palo,

mi padre con lágrimas talló.

 

Mi padre mientras vivió

a las benditas animas imploró;

la tumba de mi nonita,

flores siempre mostró.

A ellas, cabeza cabeza de familia: Poema de Nauro Torres Quintero

 

118. 

11/22.021

 

Fue pretendida, fue novia, esposa, y madre;

la enamoraron, se enamoró;

en el mutuo amor, creyó

en la palabra del varón, creyó;

su propio hogar, anheló.


 

El desposorio fue soñado,

la fiesta, feliz y principesca,

la luna de miel, complacida;

un viaje de bodas, en el mar.

 

El primogénito alumbró,

un segundo hijo nació,

ella, el trabajo abandonó

y él, otra mujer se consiguió.

 

Sola, su hogar continuó,

madre y proveedora se convirtió

al trabajo regresó, con tres jornadas continuó;

sus hijos, profesionalizó.

 

Mujeres excepcionales

pululan por doquier

son aguerridas, son valientes;

ellos, machos vuelan de flor en flor.

contagiando con el desamor.



viernes, 4 de febrero de 2022

Mi hermano, el migrante. Poema de Nauro Torres Quintero

 

D.R.A.

139/11/2.021

Las parcelas, abandonaron por la guerrilla, presionados;

abandonaron el campo por los paramilitares, presionados;

abandonaron la familia por carencia de oportunidades;

abandonaron el país huyendo de las calamidades.


Inmigran de un departamento a otro;

migran de una región a otra;

migran de un país a otro;

emigran huyendo de la pobreza.

 

Cruzan países, atraviesan continentes;

solos o con familia son caminantes,

montañas, valles y selvas, atraviesan;

en algún lugar que los acojan, de nuevo, comienzan.

 

El migrante sufre solo, el desprecio y la indiferencia

de quienes los ven ambular, sin paciencia,

buscando un plato de comida,

un rincón para descansar y buscar dormida.

 

Póngase sus zapatos, intente caminar y caminar;

pulule de un lado a otro, sin tener claro para donde va,

comprenderá su transitar, sus necesidades y su andar.

Es un humano más, ayúdelo a transitar.

 

 

martes, 25 de enero de 2022

Retazos somos: un poema de Nauro Torres Quintero

 

Poema 125

11/2021

D.R.A.

 

La vida es una colcha de retazos

zurcida con hilos de experiencia

con agujas de paciencia y persistencia.

 


Somos retazos de retazos,

somos un costal de pedazos.

 

Retazos de amores,

retazos de desamores.

 

Retazos de verdades,

retazos de mentiras.

 

Retazos de afectos,

retazos de desafectos.

 

Retazos de agravios

retazos de desagravios

 

Retazos de recuerdos,

retazos de olvidos.

 

 

Retazos de aventuras,

retazos de desventuras.

Retazos de acuerdos,

retazos de desacuerdos.

 

Retazos de promesas,

retazos de incumplimientos.

 

Retazos de aprecios,

retazos de desprecios.

 

Retazos de anhelos,

retazos de desvelos.

 

Somos una colcha de retazos,

un tapete somos en abrazos.


Con los años,

 nudos soltamos,

retazos unimos, 

historias bordamos

en una alfombra de abrazos. 



 

 

martes, 11 de enero de 2022

Y partió Custodia

 

Poema

142/01/2.022

DRA


Triste y nostálgico

el 1º. el enero del 22

en el ocaso a las 5,52

la custodia del camino,

Expiró.


 

Por 90 años vivió,

70 con su esperanza,

la tienda del aguardiente

de la miel y de la caña.

 

A la vera del camino

la anciana era frecuentada

por un trago para el frio

por una copa para el alma.

 

Unos para el dolor

lo untaban con calma,

otros para el calor

lo bebían con ganas,

unos para descansar la jornada,

otros para mojar la palabra.

 

Un tapetusa, pedían

un barzalero, ansiaban

un chirinche, reclamaban,

un aguardiente señora

los forasteros solicitaban.

 

Y los de la capital

con nada se jartaban,

y las damas recatadas

disimuladas bajaban

la bebida de los muiscas

bebían y se miraban.

 

La custodia del camino

a san Pedro le llevó

una botella con trago

para compartir con los paisanos,

anda repartiendo a manos

la bebida preferida

de los veleños y puentanos.

 

San Pedro dejó a Custodia

custodiando la entrada

para acoger a los próximos

que al cielo buscan la entrada.

domingo, 12 de diciembre de 2021

"Poemas emergentes", el primer libro electrónico del artesano de la palabra.


https://books2read.com/u/mVRNeM

A los lectores usuales de mi blog, les comparto el link para acceder a mi primer poemario electronico. El que accedan y reconozcan mis letras, será un placer registrarlos en los comentarios del mismo blog. Con gusto, los respondo.


Comparto el prefacio y el prólogo de Poemas emergentes. Esta vez, con poesía social. Poesía contestaria. Poesía emergente en tiempos de pandemia y protesta social en Colombia. 

Unos afirman que la historia la deben contar los vencedores; pero no existieron los vencedores sin la lucha de los vencidos. Escribí este poemario desde la segunda opción en tiempos de pandemia.

Revelo mis gritos en el desierto y el viacrucis que vivieron mis ancestros desde la llegada de los peninsulares a tierras, hoy de Santander. Intento demostrar el pensar de quienes endilgan a los jóvenes colombianos, como vándalos por reclamar derechos elementales en las protestas de los años 2019 a 2.021.

Nací y crecí en una vereda en la que la violencia eran usual, y sobrevivir, un reto diario. Estudié en Zipaquirá el Bachillerato. En esta ciudad de la sal, también lo hizo Gabriel García Márquez y Gustavo Petro. El primero, reconocido escritor, premio nobel de literatura en 1.982. El segundo, persona amnistiada y candidato a la presidencia de la República de Colombia en el 2.018 y 2.022

He sido testigo de las violencias suscitadas por la elite colombiana en 1.948, 1.962, 2.000 hasta lo que ha ocurrido del 2.021. Fui testigo de las esperanzas de los acuerdos de paz, y de las estrategias para impedir su implementación. Sin embargo, continúo anhelando que la Constitución del 1.991 se cumpla en próximos años para vivir una auténtica democracia en la que la palabra sea la única tea que nos una a los colombianos.

Poemas emergentes es el primer e-books que revela mi producción poética como prosista autor de “Historias sin contar”, relatadas en mi web:  https://naurotorres.blogspot.com/ Cosecha poética que afloró en el confinamiento humanitario que generó la aparición del Covid-19. Fue propicio el regresar a la vereda donde nací, Jarantivá en Puente Nacional, Santander, Colombia, y en vez de encerrarme, combiné las labores del campo con la escritura. A la par que continué plasmando más relatos próximos a ser presentados en libros electrónicos: Me empeñé en descubrir la musicalidad de las palabras hilvanándolas en versos intentando fotografiar el sentir personal y el sentir latinoamericano desde una perspectiva histórica emergente y contestataria que permitirá dejar un registro poético de un estado social nacional que inquieta no solo a nacionales, sino a los demócratas y libres pensadores del mundo.

El novelista Francisco Ayala, autor del prologo.

Celebramos el primer texto de poemas de Nauro Torres Quintero, Poemas emergentes.  Siempre hay una primera vez para todos, y para el Artesano de la Palabra, como a él le gusta presentarse. Nauro no escapa de la realidad colombiana. No puede eludirla. Todos estamos inmersos en ella. Más él que asumió el sino de poetizarla.

Es decir, configurarla, darle una forma que exprese lo que sentimos en lo más profundo de nuestro ser. Y el ser tiene por lo pronto dos dimensiones: estamos atravesados por el tiempo y por las palabras: somos temporales, históricos y también lenguaje.

Por eso en Poemas emergentes aparecen los rostros de los caciques: Chanchón, Guanentá, Saboyá, Tisquizoque consumiéndose en la llama de la Contestación. Combatían a los invasores españoles, así como también respondieron siglos después José Antonio Galán, Lorenzo Alcantuz, Isidro Molina, Manuela Beltrán con la revolución Comunera.

Aparece el Arzobispo Antonio Caballero y Góngora en representación, no de los intereses campesinos, los más pobres, como lo hubiera hecho Cristo, sino del poder colonial, investido con todo el imaginario que significa la iglesia, firma las Capitulaciones; pero quien capitula es el movimiento armado capitaneado por Berbeo, veinte mil hombres, instalados en el Puente del Común, a un tris de Santa Fe; mientras Galán Zorro persigue al Regidor Gutiérrez de Piñerez que huye  hacia Honda, coger el Río Grande de la Magdalena, llegar a Cartagena de Indias desde donde gobernaba el Virrey Manuel Antonio Flórez Maldonado.

Para la misma época de luchas libertarias en el continente americano, en Bolivia, Túpac Katari, al mando de cuarenta mil indígenas armados, sostiene que el modelo productivo traído por los invasores nunca demostró ser superior al comunitario de los habitantes primigenios. También fue traicionado Katari, lo mismo que José Antonio Galán Zorro.

En Hermanados se denuncia el racismo, la categoría raza que aparece en 1.492, cuando América Latina, desde donde vivían los Mexicas hasta los Patagones es coautora de la modernidad porque irriga de oro, plata la economía del Viejo Mundo. Somos el Nuevo Mundo y la categoría raza se convierte en instrumento de dominación y explotación. Aparece el Otro, la otredad, los indígenas; los españoles, los portugueses, los europeos que de connotación geográfica adquieren significación racial. Después en la Colonia los negros, los mestizos. Todas, categorías raciales con base en el eurocentrismo, centro y periferia.

El hechizo de las palabras evoca a Juan I: En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. La magia divina de la Palabra y las palabras que tienen poder. Es la fenomenología de la palabra desde el inicio bíblico hasta que iluminan corazones, cosechan paz y armonía. Pasando por camas nupciales para enamorados, severos retretes para críticos y guerreros. ¡Qué risa para esta última calificación! El buen humor del autor.

Al llegar a Atavismo bananero es innegable aquello de la republiquita bananera en manos de delincuentes. El poema así lo denuncia porque hace referencia directa a nuestro presente con todas las atrocidades acuciantes: desaparecidos, desplazados, masacrados y un largo etcétera que produce dolor y vergüenza.

Marx en El Capital hace famoso el concepto de enajenación, en Poemas emergentes está Enajenados con una connotación más amplia ya que afecta toda la vida cotidiana -el Lebenswelt en términos de Husserl- afecta hasta el alma del ciudadano.

El dolor de ver a una sociedad y un Estado reflejada en Infanticidio que no asume la decisión de salvar a los niños de la degradación y descuido que los cubre. En Ecocidio está el potente fenómeno llamado Cambio Climático que amenaza con desaparecer a la especie humana si continuamos con la estupidez del modelo productivo con base al petróleo, carbón, hiperconsumo imbécil.

A mis zapatos tiene ecos del poema de Luis Carlos López, el poeta cartagenero, más conocido como el Tuerto López. En ambos está el confort, la comodidad que produce el uso sobre el cuero.

El Credo de la gente de bien denuncia ese conglomerado humano que se hizo evidente con el estallido social del 28 de abril de 2.021 en Colombia. Ahí está la ideología traqueta, el faro intelectual que ilumina, orienta a los seguidores del que es invulnerable a la justicia, hasta hoy.

Inmolados tiene una relación con la “gente de bien” en sentido inversamente proporcional porque es nuestra juventud, el presente del país. La juventud que comía en la olla comunitaria del estallido social que en números populares ascendieron a ochenta asesinados y seiscientos desaparecidos. Otras estadísticas para la impunidad.

Resistencia retoma lo histórico, hace un recuento desde los jóvenes y nos deja la sensación de que es posible un cambio, con base en las ciudadanías libres, otro fenómeno social de recién expresión en la arena política de la nación.

Atrapadas, confinadas, violentadas. El eje de la atención del poema es la mujer, pero se incluye la relación inmarcesible con el varón, el patriarca. Aún él sigue siéndolo, pero desde el siglo pasado la mujer ha venido realizando una revolución silenciosa: entró a la producción, dejó a los hijos en guarderías, o con la vecina, o con la madre y está disputándole todos los espacios tiempos al machismo. ¿Para bien o para mal? No hay que perder de vista la reciprocidad y complementación del ying y el yang de los antiguos taoístas chinos.

Vida u oro, ¿Descubrimiento? ¿Conquista? o ¡cubrimiento!, Esquiva libertad, Hortelanos de la paz, artesanos “del otro” tienen en común el barro histórico. Está candente el barro histórico, AMLO de México exigió a los reyes de España pedir perdón a América Latina por el genocidio indígena. Saltó como una hiena la vox y el pepe, y denostó contra el proceso decolonial que va avanzando lento, pero seguro. Exabrupto que el indigenismo latinoamericano es el nuevo “comunismo”. Vaya, cómo les duele que Abya Yala, Latinoamérica en voz Kuna, esté ganando poder. Ladran los perros Sancho, por tanto, cabalgamos.

El poema El perdón, aflora la paz refleja el deseo de paz del pueblo colombiano que fue torcido por el “no”. Ese acontecimiento también histórico, implica el poder de la ignorancia. ¿Por qué votar por la guerra? Porque existen unas multitudes ignorantes, manipulables. Sí, el perdón. Si uno es egoísta racional debe aplicar el imperativo categórico de perdonar porque el primer beneficiado es uno. My self.

El último poema es Otrocidio, la eliminación del otro. La otredad problematizada por la ideología traqueta que está en el poder. ¡Qué daño le ha hecho al país!

Bueno, ya conocemos a Nauro como poeta. Reclamo todo el apoyo para él. Éste es un buen inicio, atreverse a bardear en tiempos no aptos para bardos es algo digno de reconocimiento. Buen viento y mar, marinero de las palabras.

                                                                       

Francisco de Jesús Ayala Páez

Escritor

 Filósofo y Magister en Semiótica UIS, Licenciado en Educación, Ingeniería Agronómica Universidad del Magdalena. Docente. Autor de la novela Con ojos de niño o La Ciudad Ardiente. Novela inédita En la U. Está terminando su tercera novela. Ensayista, Crisis de un orden patriarcal en La Casa Grande de Álvaro Cepeda Samudio. Y numerosos ensayos inéditos.

Octubre 8 de 2021


sábado, 11 de diciembre de 2021

Sonajeros de cerveza


Desde el mes de los vientos y las cometas encargábamos en la tienda veredal, las tapas de cerveza. La señora de la tienda la Esperanza, hoy con 90 años cuyo nombre hace honor a su oficio de persona mayor; doña Custodia, la custodia del camino real que unió a Puente Nacional con Chiquinquirá, más conocido como el camino de la sal y de la miel en la época de los muiscas, nos guardaba las tapitas de gaseosa colombiana.

Por ramas de escobillo para barrer las intercambiamos por las tapas de gaseosa, en ese entonces de un metal mas duro y maleable a la vez. Ya en el rancho, con el martillo usado para herrar las bestias, nos poníamos con mi hermano Efrén Agoberto a expandirlas hasta dejarlas como una moneda de un peso.

En honor a las 12 tribus de Israel que eran diez, y en honor a los 12 apóstoles y a los 12 meses del año, cada uno cogíamos igual cantidad de tapas, y el 10% más por si en los golpes, se torcía alguna tapa.



Con una puntilla de 5 pulgadas las perforábamos en el centro de cada tapa. Previamente ya teníamos seleccionado un pedazo de tabla de pino ciprés o un palo de juco, ya seco y sin corteza; ambos de unos 25 cms. de largo por una pulgada de gruesa que labrábamos y lijábamos con un pedazo de vidrio.  La madera la proporcionábamos en dos partes. En una de ellas, marcada en tres partes, en dos de ellas, clavábamos holgadamente en cada una, seis tapas con una puntilla de una pulgada de tal manera que las tapas fluctuaran sin obstáculo.

Cada menor de edad tenía su sonajero que funcionaba en los cantos de las novenas como panderetas o maracas para animar los villancicos en cada novena familiar a las que se asistían, pues junto con la imagen de la Virgen, durante la novena se visitaban igual número de familias.

Eco Posada La Margarita, Puente Nacional, diciembre 18 de 2.020

viernes, 10 de diciembre de 2021

El chamizo navideño

 

 Desde el 12 de diciembre mi madre nos ponía la tarea esperada todo el año de buscar los elementos para tener listo el pesebre el 16 de cada año. Por los potreros y montes buscábamos: musgo y hongos secos en arboles enfermos, matas parásitas, chamizos cubiertos de vejez, y de paso, íbamos seleccionando el mejor chamizo que luego de decorado se convertiría en el árbol de navidad.

En el zarzo se buscaba la caja del pesebre de loza de Ráquira, las casitas, ovejas y pastores que aseábamos con esmero para hacer el pesebre que se desmontaba el 7 de enero del siguiente año.



Por la edad, mi madre armaba los primeros pesebres, luego correspondía a cada hijo imaginar y levantar el pesebre más novedoso que el del año anterior.

Entre los chamizos encontrados por cada uno, mi madre seleccionaba en mas frondoso, zarazo, y armónico, el cual decoraba con algodón y papel celofán brillante e iba colgando bolas navideñas que servían de espejo para mirarnos diferentes.

El pesebre se armaba en terrazas, como las huertas, y en cada una de ellas se simulaban paisajes gratos, como el pueblo, la fuente de agua y el arroyo con el papel plateado de los paquetes de cigarrillo, el ordeñadero y el corral para las ovejas. Bajo un techo de paja que nos enseñó mi padre a levantar y tejer con espigas secas, colocábamos la futura cuna del Niño Dios contemplado por la imagen de la virgen, un borrico y una vaquita que vigilaba San José. Izada en una fina caña de castilla estaba la estrella de Belén, y en el escalón más distante empezaba el camino los tres reyes magos que cada día iban trepando para estar cerca al niño milagroso a la madrugada del seis de enero.

Ecoposada La Margarita, diciembre 07 de 2.020

sábado, 13 de noviembre de 2021

Mi novia, la vecina. Poema de Nauro Torres Quintero

 

11/13/2.021

 

Ojos gachos, cejas pobladas,

cara de muñeca, sonrisa de reina,

cabellera negra y cuerpo de gacela,

tenía la niña, mi vecina.

 

Surgía de su arcabuco

por el camino de la espesura,

provenía de su gambita;

allí, abundaban las margaritas.


 

Una jardinera con flores

escondía su escultural figura;

en su brazo, un canastillo de amores

resaltaba su exótica ternura.

 

Nos mirábamos, nos hablábamos;

a la escuela juntos caminábamos;

a los rosarios, a los velorios

con nuestras familias nos encontrábamos.

 

 

En la navidad de un bisiesto

nos enamoramos,

juntos caminamos

de la mano, andamos.

 

Novios fuimos mientras estudiábamos,

esposos fuimos mientras trabajamos

amantes fuimos mientras juntos respirábamos

compañeros de oficio fuimos mientras a los hijos criamos.

 

Mi novia, la vecina,

un noviembre al zenit voló;

en rayos del sol y luz de luna, surcó,

en auroras y arreboles, se transformó.

 

Fugaz fue su existencia,

con una misión me dejó:

ampliar su gambita y su arcabuco,

el paraíso donde nació.

 

Ella revolotea en las auroras,

canta en cada amanecer,

aletea en cada atardecer

difuminándose al anochecer.

 

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...