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martes, 8 de septiembre de 2020

REMEMBRANZAS DE UN ZURRÓN: Poema de Nauro Torres Quintero

 

"Tengo una teoría que cuando uno llora, 

nunca llora por lo que llora. 

sino por todas las cosas 

por las que no lloró en su debido momento"

Mario Benedetti.  

NAURO TORRES

D.R.A.

2.020

 

Entre ellas y ellos, el tacto es conexión;

 se derriten ellas, con erógenas caricias;

es éxtasis personal;

desatienden a ellos, iguales necesidades.

 

Ignoran el pubis que es un fósforo,

desconocen el deleite similar al punto g

que tiene el perineo;

relegan la sensibilidad del escroto;

no hay equidad en el placer.

 

Miembro ejercitado, se atrofia;

  sensibilidad, pierde;

y el de dar y no recibir,

 costumbre se hace normal.

 

En la vacada, el reproductor se aprecia

contemplando armonía y equilibrio del escroto;

cumplida la función reproductora,

en el matadero termina el toro.


 

En otrora el finquero, el escroto reclamaba,

embolsaba piedras con fresca ceniza o cal

 colgando en un barraganete

del rincón de los aperos;

la gira al natural.

 

A los dos meses a más tardar,

el cojón estaba listo para echar

 grapas, martillo, y puntero;

viajaban en el hombro del finquero

templando aquí y allá, cercas del lindero.

 

Vaca caída, vaca carrangueada;

del cuero, con finura de sastre

se trazaban y cortaban las dos partes del zurrón,

 solapas y cordones para coser los laterales

y dar horma a la jeta,

ya curados con ceniza o sal

 atarugados con arena cada zurrón.

 

En un par de zurrones,

un tercio de miel se embazaba

cada uno con seis arrobas;

el viejo Agustín, con habilidad pasmosa,

alzaba sobre la enjalma del viejo titán,

mientras yo, con una orqueta

al otro lado del macho, equilibraba.

 

Con pericia mi padre ataba los zurrones

con el jurado que ajustaba con las manos y los pies,

y enyuntados el par de zurrones,

cual coito, viajaban a los lados del espinazo

del manso mular sin fecundar.

 

Con la sobrecarga del mismo cuero

de enjoyada vaca y en la punta,

el garabato de apretar;

la carga de miel viajaba sin aflojar

                   hasta diez horas viajaba sin descansar.                        

 

En el pecho del titán, el pretal tejido en fique

soportaba enviones del animal,

cuesta arriba por barriales y barrancos;

la baticola de badana y rejo

argollaba la raíz de la cola del jumento

evitando en una bajada

que la carga de miel

terminase en la cabeza del mular;

 

y yo, como una garrapata

 asido a la crin del macho, viajaba sin parar

arrastrado por la cola del animal.

 

En el caballo cinco pesos 

se cargaba un palao de miel;

la mitad de un tercio de miel

 que transportaba, el titán;

y la caja trabada en roble;

igual a medio palao cargaba

a la espalda mi padre sin chistar.

 

Hoy los zurrones de cuero son historia,

más no su connotación al chino de los mandados;

zurrón le señalan cuando no hace caso,

o las tareas asignadas en la escuela

las olvida sin afán.

 

Escasos son los trapiches que cocinan miel;

la panela es producto natural,

por su proceso y nombre

merece denominación de origen

antes que algún avivato el nombre registre

despojando de la riqueza campesina

 este matrimonio inmaterial.

sábado, 5 de septiembre de 2020

EL BESO ROBADO: Poema de Nauro Torres Quintero


 

 

“Y así, sin tener nada que ver el uno con el otro, se encontraron.

Porque acaso para eso andaban en este mundo”

Julio Cortázar.

NAURO TORRES Q.

2.020

D.R.A.

 

Fue una noche con llena luna

de una navidad del sesenta,

que probé por primera vez,

     un beso con sabor y aroma de mujer.

Pinturas Famosas 

Fue por el camino real

jugando los aguinaldos;

temblaba como una rama

en los vientos de agosto.

 

Era el pago por ganar

un beso robado

en el juego de aguinaldos

en una navidad campesina

en tierras de Jarantivá.

 

Como fue un beso robado,

el deleite fue minúsculo

pero el sabor a pomarrrosa

y el olor a guayaba

persisten aun, así yo quiera,

solazarme con besos legales.

 

 

He intentado olvidar

porque robar es pecado

pero el gusto y el olfato

me mantienen enviciado.

 

Una vez intenté

besar a ojos cerrados

pero la luz de la luna

me trasladaron al pasado

aunque eran besos legales

no cataban ni olían a lo robado.

 

Tocará besar de día,

así sea imaginados

pues la distancia social

nos los tiene vedados.

 

Un beso sin gustillo y perfume,

insulso y desaborido

sea legal o robado;

es  displicente besuqueo

que se olvida con  suspiros.

 

Después no digan las doncellas

porque no apresan un amor;

la vida es un aguinaldo,

sin preguntar, pero responder;

no hay gardenias sin aromas

y piña sin sabor.

 

 

 

jueves, 3 de septiembre de 2020

Suspiro por ti, ¡Guabinera Veleña ¡ Poema de Nauro Torres Quintero

 

"Cuando bailas puedes disfrutar 
el lujo de ser tú mismo". 

Suspiro imaginándote,

suspiro mirándote y contemplándote,

suspiro oyéndote guabinear,

suspiro escuchándote coplear,

suspiro viéndote bailar,

suspiro cuando me miras,

 sin mirarme.

Hoy es ViernesREINA NACIONAL DE LA GUABINA Y EL TIPLE EN HOY ES VIERNES -  Hoy es Viernes 

¡Suspirando me mantienes

Guabinera veleña ¡

 

Tu blanco sombrero de paja,

protege el misterio de tu cabello trenzado,

 cual catarata se precipitan tus trenzas,

 torres gendarmes de tus volcanes.

 

Sombrero de blanca paja

y cinta negra que abraza la corona,

guarece tu rostro de afrodita

sombreado por tus delineadas cejas convergentes

en tu nariz respingona y embrujadora.

 

Bajo tu entrecejo,

                 tus simétricos ojos almendrados

que brotan de las cuevas misteriosas

de tu femenino semblante,

que iluminan mis tardes, noches y mañanas.

 

 Bajo el manto protector

de tu trompita estilizada

manan tus medios labios iguales

cual discretas maduras guayabas

 escondiendo la cavidad 

de tu epicúrea boca de frambuesa.

 

Tu guarecida escultura señorial,

escondida bajo abierto y negro pañolón,

atrae como angelitas a la miel,

las miradas masculinas en tu camisón.

 

Si es amarillo, te sueño a mi lado al amanecer;

sí es azul, ansío vivir contigo en el infinito:

sí es verde, dormito entre tus brazos en la floresta,

y sí es rosado, fantaseo de amor.

 

Codicio ser hilo de arco iris

y estar siempre bordado

en tu colorido camisón

para apagar tus volcanes

cuando hagan ebullición.

 

Apetezco ser bordado 

por ti en tu falda negra

y cubrirte también del sol 

desde el ombligo hasta el tobillo

y solo permitir que otros te miren

tus delicados pies de diosa griega

cuando danzan con finura y delicadeza

en veleño torbellino        

 

Desabotonar tu colorida falda de algodón

Desarroparle la combinación

al ritmo de un moño entre los dos

y descubrir el misterio de mujer

que pudorosamente escondes

con honor entre los pliegues

de su negra pollera negra

bordada con el prisma del color.

 

Soltar con delicadeza los cordones

de tus alpargatas de fique y algodón

mientras acaricio con mis labios tus falanges

y contemplarte, tal como Dios te trajo al mundo

trenzando el moño primaveral.

 

Bailar tras de ti cual perro al amo

babeando mientras te escabulles

con pasos cortos y armoniosos

alborotando mi curiosidad,

mientras levanto el bordón para agilizar el paso

 alistando la ruana para cualquier necesidad

intentando alcanzarte, sin alcanzar.

 

¡Suspirando me tienes, guabinera veleña ¡

 

No valió coplearte con picardía y empeño,

otra vez tu fino coqueteo

me dejó suspirando entre zambumbias,

cucharas, chuchos y alfandoques

mientras apago mis deseos

regresando al rancho caminando

soñando despierto para volverte a ver

así sea bailando el tres en el próximo

festival veleño. 

NAURO TORRES Q.

D.R.A

2020 

 

viernes, 28 de agosto de 2020

Beso eterno: Poema de Nauro Torres Quintero

 

 

“Por una mirada, un mundo;

por una sonrisa, un cielo;

por un beso…yo no sé

que te diera por un beso”

Gustavo Adolfo Bécquer

Beso eterno

Cual gotitas de rocío en una Margarita

sudaban sus tiernos labios de doncella

vírgenes de un roce masculino. 

 

Los suyos a sabor de azahares;

y los míos, a sudor. 


 

Fue en el tren del medio día,

ese gusano largo que trepaba

por las hondonadas y laderas de Santander.

 

Tren que nos juntaba unos minutos

y nos separaba, meses.

 

Fue un roce fugaz y angelical

 una fusión de inherencias,

una mutación espiritual.

 

Transcurrieron  años varios

para compartir manojos de besos;

muchos años más, trabando dos vidas.

 

Unos creen que el tiempo es circular;

otros que es lineal;

otros que es cíclico;

y, otros que es espiral.

 

Lo cierto es que se esfuma

signando huellas indelebles

en quienes, aún recuerdan para sobrevivir.

 

Fue un beso anhelado, pero tétrico;

mustio con el último suspiro

 emanado de su cuerpo muerto.

 

En el primero, ella cerró los ojos

por timidez y castidad;

el postrero, fue lóbrego.

 

Vi como la muerte le ahogaba

y abrazaba sin permiso

la circulación de la sangre

desde sus pies de Juno

hasta la cabeza de Afrodita.

 

Moría en mis brazos;

sin poder evitarlo;

se esfumaba, sin mí;

 solo aparcaron la gavilla de sus recuerdos

y el lozano roció de sus besos.

 

Intenté atrapar con mi boca

y con mi ser;

su último beso;

pero sus labios de madre, esposa y amante

ya estaban muertos.

NAURO TORRES

2.020

D.R.A. 

 

martes, 25 de agosto de 2020

La Ruana. Poema de Nauro Torres Quintero


 "La ruana no hace al arriero

ni el vestido al caballero"


Cuentan que fue fusión del chicarte indígena

con el copete español;

el abrigo de cuatro puntas

tenía una forma cuadrada;

era de lana virgen

de oveja esquilada.

 

El filamento se hilaba

en juso mientras caminaban;

las mujeres de mi tierra,

cuando hacían sus jornadas

discurriendo pal mercado,

charlando con las amistades,

y en casa, mientras rezaban.

 

En lengua chibcha

significa: tierra de mantas;

mi abrigo de cuatro puntas,

 es legado de los muiscas,

mis hermanos mayores

que habitaron tierras veleñas,

Boyacá y Cundinamarca.

Roni Vásquez - MIGUEL... EL CAMPESINO Triste y en... | Facebook 

Con los ovillos, la artesana de la lana

en el telar iba urdiendo con paciencia cada ruana;

al unir punta y pata al destinatario de la ruana,

 cubrirlo debe por delante y por detrás

desde el sobaco de pierna  hasta la rodilla;

 y el centro de la ruana,

el goyete para usarla.

 

Mi ruana de lana virgen

tejida en la blanca peña

del páramo Ubaque-Marchán,

fue del primer trasquile

de mi oveja, coquetona;

la hiló misiá Cinforosa Parra,

 la tejió misiá Ananías González,

la cosió a mano mi aguela María de Jesús,

la cardó mi mama, Custodia;

la estrené en una noche guena.

 

Ya mancebo, con otra ruana,

me guarecía del frío y el agua,

me servía de cobija,

 y de estera en las hondonadas.

 

Debajo de un clavellino

mi ruana sirvió de colchón,

sobre ella acaricié

por primera vez, un amor.

 

La ruana de cuatro puntas

cuando llegué a trabajar

en la escuela de la Belleza

allí no eran cuadradas;

 se denominaban maxis ruanas,

eran más largas que anchas

para esconder, a veces las armas,

o a las canijas provocadas.

Periódico El Campesino 

Mi ruana de lana virgen

 en pasarelas las exhiben;

 de presente las entregan,

a politicos de otras naciones

que llegan a la capital,

dizque es signo de esta tierra

para abrigarse en la capital.

Poncho - Wikipedia, la enciclopedia libre 

A la ruana de mis pecados

hoy le rindo mi homenaje

con estos versos sin urdir;

haga usted el favorcito y los carda por mí.


NAURO TORRES Q.

2.020

D.R.A.

PAPAYA DULCE: Poema de Nauro Torres Quintero


 


 "Tal vez no hayas existido nunca y solo seas un sueño luminoso de mi espíritu; pero tu eres un sueño mas real que eso que los hombres llaman realidad. Lo que ellos llaman así, solo es una mascara tras de la cual se asoman y miran los ojos de sombra"

José Asunción Silva


Eres delgada como arbusto de papaya;

tienes un rostro rozagante

cual papaya hawaiana;

gozas de una piel aterciopelada y tierna;

unos pómulos de manzana,

que, al sonreír, se desplazan

hacia sus ojos

 almendrados, curiosos y atractivos.

 

Tu lacio pelo caramelo

enmarca tu rostro de muñeca

y esconde la timidez de su alma.

Expuestas las obras del I Salón del Artista Pamplonés 

Tus delineados labios lozanos,

con sabor a mango fresco, rosaron los míos,

cual copo de algodón en primavera;

la tersura de tus labios,

la borró la brizna del ocaso

pero el aroma a mandarina,

continua en mí.

 

Sus corpiños con fragancia de canela

izados en la bandera de tu tronco,

estaban en el paréntesis de tus hombros

erguidos cual volcanes

sobre tu cintura de palmera.

 

En el huerto de tu cuerpo de gacela

cual gemelas cimas

despuntadas brotaban tus asentaderas.

 

Misteriosos y recatados vástagos

entre sedas multicolores

se escondían tus piernas.

 

Tu rostro de muñeca;

Tu pelo acaramelado;

Tus pechos de canela;

Tus escasos besos ofrendados

con abrazos;

prevalecen en los recuerdos;

cual dulce de papaya en el verano.

 

 

 

 

 

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...