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domingo, 19 de abril de 2020

Estera mágica




Estera mágica

Las matas de plátano se abonaban con el estiércol de la vaca y la cría. En las raíces de las matas, los varones debían orinar para fertilizarlas. Del pellejo seco del vástago, mi padre obtenía el papelón para armar las esteras y envolver el jabón de tierra; con el tallo verde y sal se preparaba un suplemento para los dos rumiantes. Con el plátano biche, cortado en finas tajadas y secadas al sol, luego molidas, mi madre preparaba fécula que endulzaba con miel de caña. Con el plátano verde, hacia sopa con frijoles verdes y lo servía acompañado con yuca sata como guarnición en los piquetes.

Era poca tierra en extensión, pero fértil. Estuvo en la ladera que escurre a la quebrada Agua Blanca, ahora turbia por deslizamientos usuales de las laderas que encajonan las aguas de la quebrada La Negra. La parcela estaba poblada de galapos, y bajo ellos, mi padre sembraba cafetos hasta que colmó con cinco mil almácigos. Mientras sembraba las matas del sustento futuro, las entreveraba con colinos de plátano, naranjos y limones. Oficio que compartían con mi madre, mientras yo, siendo un bebé, los contemplaba posado en la estera que mi padre había tejido para mí, metros adelante del corte de la siembra. Más adelante iba pastando la muñeca junto con su cría, una ternera que mi padre le apellidaba, la antioqueña.

Conformaban la estera, papelones de plátano seco que enrollados sobre sí mismo como tabacos y se asían a la misma medida y distancia atándoseles con cabuya proveniente del fique formándose una superficie blanda, cuya área dependía de quien o quienes fuesen a dormir sobre ella y se extendía en cualquier lugar para dormir
 Washington, cc, estados unidos de américa, -, un, estera, hacer ...
Las esteras, ya de esparto, papelón de plátano, o junco, ahora usuales para evitar los dolores de espalda, antecedieron a los colchones de fique, algodón  y espuma; acompañaron a los labranceros, peregrinos, y campesinos en sus ranchos. Hoy se usan como tapetes y forman parte de los inventarios de las posadas desaparecidas que hubo a la vera de los caminos reales que unían a las poblaciones en siglos pretéritos.
En la cosmología muisca la mujer es convertida en "fijiza" o sea, junco que es una planta alta de tallo hueco que crece en las orillas de las lagunas y en los pantanos. En el Popol Vuh, igual, es comparada con el junco por ser como un vaso receptor, portadora del vientre materno donde germina la vida humana. En la cultura indígena el junco fue un material que fue usado para mejorar la calidad de vida. Los cronistas de la colonia cuentan que el ingenio indígena se reflejó en la fabricación de las esteras para dormir, en el tejido para hacer separaciones de los aposentos, en cercas, en la decoración de los templos y en encierro para aves. Se usaba para pisos y en las camas.

En cama pasamos el 75% de nuestra existencia.

De niño dormí en estera,
de adolescente en colchón de fique,
de joven, en colchón de algodón,
de mozo en colchoneta,
de adulto en pulman,
de adulto mayor en ortopédico.

La estera me evoca la frescura del campo,
el colchón de fique, mi vida de estudiante,
el colchón de algodón, los sueños por construir
la colchoneta, mis primeros años de esposo,
el colchón pulman, un plácido descanso
luego del trabajo en doble jornada,
el ortopédico, los sueños cristalizados, las ilusiones y anhelos por alcanzar,

          En una estera viajé en la niñez, cual mago de oriente,
          descansando en un colchón de fique accedí al conocimiento,
          dormitando en un colchón de algodón estuve desempleado,
en una colchoneta engendré al primogénito,
en un colchón pulman acaricie a los hijos,
en un colchón ortopédico amé y fui amado,
vi morir y me rondó la muerte,
y en uno de ellos, volaran mis últimos suspiros
cual estera mágica que usé en la niñez.

San Gil, febrero 10 de 2.020
Nauro Torres Q.

lunes, 13 de abril de 2020

Mantenidos


Hilario vivió su niñez junto a la abuela. Hijo de madre soltera embarazada antes de cumplir 18 años y padre fugaz que se escabulló al enterarse que Stella había quedado preñada esa tarde, después de ir al cine.
Stella prefirió trabajar en lo que encontrase a abortar como le recomendaron algunas amigas. La abuela conoció el secreto, le brindó protección y ayuda.
Pastora había tenido y mantenido hasta adultos, a tres hijos. Uno de ellos, varón. Stella fue la nieta de sus afectos. Rosalba, madre de Stella, se lo entregó al cuidado de Pastora, quien lo consintió y cuidó hasta que le salió bigote.
Hilario estudió y cursó los años a espaldas de los amigos que le ayudaban con las tareas, y algunas, amigas que le gastaban las onces. Pasó el bachillerato habilitando y recuperando asignaturas. En las pruebas saber, el puntaje no le alcanzó sino para ingresar a una universidad de garaje.
El 87% de los casados ha tenido esta fantasía sexual - Hombre Moderno
Lo que no tenía en cultura general, le sobraba en estatura, musculatura, cara de actor y seducción verbal. Gustaba de mujeres mayores con independencia económica, protectoras y acogedoras.
Conquistó a Zulay, una agraciada secretaria ejecutiva que hizo la práctica y se ganó el puesto en una ladrillera en la Perla del Fonce. Ella alternó el trabajo extenuante con el noviazgo con joven estudiante universitario que alternaba caricias con el drama de sus limitaciones económicas al vivir con la abuela. María, la secretaria ejecutiva, decidió apoyar económicamente al novio de fin de semana. Éste, se acomodó a la generosidad de la secretaria, quien la cortó de tajo al encontrarlo en discoteca, un viernes, con una compañera de aula.
-        Hilario anhelaba ser el macho de la casa.  
John creció en la vereda capellanía de Pinchote. Su padre fue un progenitor que vivió a la sombra de la esposa, una mujer que recibió una extensa herencia sembrada de café.
En la escuela de la vereda Piedra del Sol, vivía una maestra que había entregado la juventud al servicio de la niñez. Yolanda rayaba los 40 años y no había tenido tiempo sino para guiar a los niños en la escuela y ver por su progenitora y su hermana, una solterona.
John, 20 años menor, empezó a galantear a la maestra. Con flores del jardín de la madre, hacia manojos de flores a la maestra, luego que los niños abandonaban la escuela. En cosecha, le llevaba aguacates, mandarinas. Por la emisora local le dedicaba en mañanitas campesinas, una canción a la maestra.
La soledad en el apartamento de la escuela. La distancia de la madre y hermana, los informes al director de núcleo y a la rectora, colmaban el tiempo de descanso de la maestra. Tomó la decisión de acoger los amores de John, quien le acabó el verano un febrero de la década primera del siglo XXI.
Se casaron por la Iglesia. Ella asumió los gastos de la fiesta y por amor al novio, le regaló el vestido, relegándole luego, el manejo de la economía del hogar y el uso de las tarjetas débito y crédito.
El sueldo, a gatas, alcanzaba para cubrir los gastos de los dos hogares: el de su madre y el de ella. John, al final de cada mes, ostentaba en las tiendas, el honor de ser esposo de maestra ostentando con las tarjetas del banco.
-John era el macho de la casa.
Graciela necesitaba con urgencia un crédito para cubrir los gastos del hogar, pagar la cuota de la camioneta cuatro puertas comprada en el concesionario y cubrir la cuota del paga-diario.
Trabajaba sin descanso en un colegio público con nombre de heroína comunera. En las tardes asesoraba tareas y asumía la jornada laboral en casa.
La profesora Graciela es agraciada y generosa en palabras para chicanear de los afectos del marido. Humberto, un joven, hijo de ganadero que no estudió, convencido que, para conseguir una mujer atractiva y orgullosa, había que buscarla en el magisterio. Y como prueba de ello, se convirtió en el joven enamorado esposo de Graciela.
Para facilitar la presencia de Humberto como comprador de ganado en las plazas los días de mercado, Graciela le dotó de una camioneta 4x4, y con ella chicaneaba.
Las deudas de la maestra se incrementaron, así las cuotas mensuales, y los embargos aparecieron dejando los ingresos como docente y pensionada, al mínimo vital.
Graciela, sin derecho a volverse a endeudar, deberá trabajar hasta los setenta años para pagar los embargos y liberar la casa para vivir, si es que lo logra, luego de cumplir 50 años como maestra y setenta de vida, mientras Humberto se jacta que la vieja cada vez tiene menos alientos y más enfermedades, y podrá gozar, a sus anchas, de las pensiones de la maestra que lo entregó todo por un amor tierno y meloso.
-        Humberto era el macho de la casa.

San Gil, marzo 05 de 2.020
Nauro Torres Q. 

lunes, 6 de abril de 2020

TU REGALO




Ella lo había escuchado por la radio. Gustaba del tono de voz grave y melodioso. Buscó referencias con una de sus hermanas que le conocía de épocas pretéritas. Igual hizo con personal de la emisora, pues ella era la contadora en la Asociación radial. Estaba casada y criaba a un niño menor a dos años. El padre los había abandonado tras irse a Europa en búsqueda de el dorado.
Con un ramo de flores de rosadas rosas y una tarjeta con una estrofa de versos entregados por mensajero, se auto presentó en la oficina del periodista.
“No me recuerdas, pero yo, sí.
Se de tu aflicción y tu tristeza.
Sería el aroma en tu vida
Y el rosado de tus sueños”.
Él, un hombre que rallaba medio siglo de experiencias intentando borrar las llagas que deja la perdida de la madre de sus hijos. Solo tenía tiempo para trabajar y proveerles, cursaban universidad.
El ejecutivo estaba acostumbrado a regalar flores por compromiso social; pero no había recibido un manojo de rosas enviados por desconocida.
Con los días, recibió una llamada a la línea directa. Una suave voz femenina solicitaba una cotización editorial. Él, tomó apuntes y anunció oportuna respuesta. Al despedirse, ella preguntó si le habían gustado las rosas. La inesperada pregunta se convirtió en expectativa. Concertaron una cita al atardecer en el malecón del río.
Un quiosco colonial de un conocido restaurante bajo el follaje de gallineros fue el escenario del encuentro de la curiosidad para él, y para ella, la oportunidad para acercarse e impregnarle con el aroma de las rosas.
Los encuentros posteriores se fueron dando como semanas llegaban en el calendario. Ella, lozana y joven, siempre vestía de rosado.
Lindas rosas 🌹🌿🌷🌿 | Rosas púrpuras, Flores exóticas
Cinco años transcurrieron sin volverse a ver. Por asuntos laborales ella se había radicado en la capital. Tenía un nuevo hogar. Y él, estaba a punto de hacerlo. Por alguna asesoría contable, ella regresó a la ciudad del malecón de gallineros, coincidiendo la fecha previa al matrimonio del periodista.
Concertaron la cita en el mismo restaurante para saludarse y desearse buenos deseos. Él, le contó que se casaría de nuevo al otro día. Los dos se alegraron de las noticias.
-        Hoy es la despedida de soltero, dijo él.

-        Yo soy tu regalo, dijo ella.

sábado, 21 de marzo de 2020

RECOGIDOS, DISFRUTANDO EN FAMILIA.



Con este corona-virus,
epidemia que no pasa,
toco quedarnos juiciosos,
a todos, en nuestra casa,
para alejarnos del virus,
mientras la epidemia pasa;
es una buena medida
quedarnos en nuestra casa.


Lavarse muy bien las manos
con agüita y con jabón
                        y no saludar de abrazo
                     es parte de la prevención,
oremos con fe a Dios
por esto que está pasando
esta pandemia viral
que a muchos está matando.

Volver a los viejos tiempos
leer un poco la biblia,
rezar el rosario juntos,
y compartir en familia,
hay tareas para todos
como asear y limpiar la casa,
cocinar y lavar los platos
mientras la epidemia pasa.

Un avioncito de papel
para lanzarlo al viento
para pasar el mal rato
cada uno se inventa un cuento,
jugamos parqués un rato
y miramos televisión
leemos también un cuento
y aprendemos la lección.



En los pueblos y ciudades
las calles están vacías,
la gente leyendo cuentos
y libros de poesía;
también volvió la lectura
de prosa y de fantasía
de relatos y de historias
que leen con alegría.

Para cantar con mis hijos
desempolvé la guitarra,
no es tiempo de vacaciones
ni de amigos ni de farra.

A todos los estudiantes
que quieren pasar el año
como no hay clase presencial
hay bachillerato por radio.

Roguemos a Dios del cielo
que pronto hallemos la cura
para que termine esta plaga
que trajo miedo y locura,
por ahora yo me despido
quedándome aquí en la casa
protegiendo a mi familia
mientras la pandemia pasa…

TEXTO DEL POETA DE LA RADIO, BACTERIOLÓGICO, LUIS MARTINEZ.
Charalá marzo 21 de 2.020





RESTAURANDONOS


Estoy encerrado en sí mismo,
en retiro en mi  casa,
recluido en mis pensamientos,
Aislado junto con los míos.

Aislados para bien nuestro y de los otros,
desconectados del ruido de la ciudad,
retraídos para facilitar en bienestar común,
confinados para volver a compartir
con las personas amadas, con los amigos
con los ciudadanos, con los campesinos,
con los demás que están cerca y distantes
esperanzados que sabremos, entre todos
sobrevivir a covid-19.

La triste historia del paciente sin respeto | Your Family Doctor
Hoy comprendí a quienes están en las cárceles,
hoy valoro a los monjes y religiosas
que permanecen en los claustros orando.

Valoro al hermano del campesino
que labra la tierra acompañado de Dios.
sin ellos, el vivir se tornaría lúgubre,
oscuro, sin esperanzas
y con hambrunas.

Me acongoja la incertidumbre 
de quienes hoy no pueden trabajar
para ganar el sustento diario.
Me aflige la angustia de quienes
han perdido o van a perder el trabajo
me tortura en saber que muchos 
enfermaremos y no seremos atendidos
por las Eps.

Igual que los otros de mi edad
Estoy convencido que somos
Los primeros en enfermar
Y los primeros en morir.

Somos uno de los países más corruptos
y las ayudas serán cercenadas
por los ordenadores y contratistas
quintando el pan a los mas necesitados.

En Colombia, esta primero el bolsillo
 de quienes ostentan el régimen;
el sistema de salud no tiene ni los elementos,
ni las herramientas, ni el personal
para atender al 2% de la población
en riesgo de contraer el coronavirus.

Por usted, por los otros
Estoy auto aislado,
Estoy enclaustrado,
Estoy atrincherado
usando la palabra como balas,
y como armas esta red.

Las mágicas letras,
Los versos,
Los relatos,
Las crónicas,
El cine,
Los libros
son la medicina
Y la compañía en mi confinamiento.

Confinados nos restauramos
y evitamos contagiarnos
y contagiar a otros.


NAURO TORRES.
San Gil, marzo 21 de 2.020
6º. Día de mi confinamiento.


miércoles, 18 de marzo de 2020

LOS TRES GOLPES




Violeta proviene de una familia campesina. Única mujer en una familia con cuatro varones.  Cursó el bachillerato pedagógico en Guadalupe, Santander, gracias a la insistencia de la madre y al esfuerzo económico del hogar.
Gozaba de una cabellera de oro que caía en moño hasta la cintura doblando suavemente para cubrir uno de sus corpiños dando una imagen de ternura y gallardía femenina, sin pasar desapercibida ante los ojos escrutadores de quienes la contemplaban al caminar. Tenia tez blanca, ojos de alta mar, cejas delicadas que armonizaban con los labios carmesí epicúreos y vivaces. Su armónico rostro, lucia cual luna llena, en noches oscuras en una sociedad hedonista y machista. Cual gacela, Violeta tenía un cuerpo proporcionado que, al caminar por las calles empedradas de Guadalupe, semejaba un sensual impala que pastaba libre al viento.
Fue nombrada maestra en una escuela rural de Oiba. El alcalde, en ese momento, era un ganadero acomodado y soltero. El cortejo de la primera autoridad local se desbordó en atenciones y la inocente e ingenua campesina se abandonó en sus brazos, azuzando un matrimonio engalanado que aún recuerdan quienes fueron invitados al festejo, días antes de entregar el cargo.   
Uno tras otro, llegaron tres hijos. Violeta tuvo cuatro jornadas de trabajo: como docente, como madre, como ama de casa y esposa abnegada. Algunos deberes, nunca comprendió el marido, como obligaciones compartidas.
Manual para dejar de ser un hombre que violenta a las mujeres ...
Alfonso, el ex alcalde, se quedó con las ínfulas de primera autoridad, y el maltrato verbal, físico, económico y moral se convirtieron en las tres comidas del día en el hogar.
Violeta llegaba a la escuela, unas veces con moretones; otras, con llanto, y otras, con tristeza en el rostro. Trabajaba sin descanso para cumplir cada jornada que asumió en silencio, cual dolorosa para que los niños no se enterasen, del todo, de lo que ocurría con el padre. Tampoco lo comentaba con los compañeros de la escuela para mantener la imagen bonachona y demócrata del esposo que buscaría una segunda elección.
Violeta madrugaba a hacer el almuerzo, el desayuno y asear la casa. Daba con ternura el desayuno a los hijos y con diligencia le servía la primera comida al señor de la casa. Alfonso, siempre déspota, mostraba disgusto en cada desayuno. Y si olvidaba Violeta no atenderlo de primero, recibía el primer golpe del día, en un brazo.
Una señora vecina, acudía al medio día a calentar y suministrar el desayuno a los niños. Alfonso, esperaba irritado que Violeta llegase del trabajo a servirle el almuerzo. Es obligación de toda señora de la casa atender al marido; vociferaba.
Si el almuerzo estaba en la mesa, un poco frío, usaba las palabras como dardos envenenados. Y si estaba muy caliente, las saetas eran más certeras. Mientras Alfonso almorzaba en el puesto principal de la mesa, como lo hacía su padre, Violeta hablaba con los niños e iba adelantando oficios, para luego almorzar sola, cuando el cónyuge abandonaba la casa a visitar amigos y seguidores políticos.
El consorte no era muy propositivo en asuntos de comidas. En su hogar de origen, la madre decía que la cocina es para las viejas, y los hijos varones, no frecuentaban la cocina. Alfonso se jactaba de saber de sazones y gustos en la mesa, razones por las cuales, no encontraba ninguno de los dos en las cenas que preparaba con amor, Violeta, y que los hijos, consumían con agrado, mientras el padre agradecía a la esposa con improperios machistas.
Alfonso ganó por segunda vez las elecciones a alcalde. Esta vez ejercería con primera dama. Logró la votación mayoritaria con la costumbre implementada por el partido conservador, por años. Por plata baila el hambriento y el necesitado.
Por el cargo en el municipio, usualmente desayunaba en casa. Las otras dos comidas las tomaba en cualquier parte. Pero Violeta continúo ejerciendo las mismas tareas oportunamente, pero no se libró de los maltratos del marido que se fueron agudizando hasta tal exceso que el castigo físico, fue diario.
Violeta no aguantó más. Solicitó a hurtadillas, traslado a una población vecina y se fue con los tres niños, luego de instaurar demanda por agresión física, verbal, maltrato psicológico contra la primera autoridad de la municipalidad donde fue su primera experiencia laboral.
Alfonso usó las influencias para apaciguar los efectos de la demanda que incluía, además, daños morales e inasistencia alimenticia
Para evitar ir a la cárcel, el burgomaestre cedió a las justas pretensiones de Violeta, y, mediante escritura notariada, ella se libró del energúmeno burgomaestre dedicándose a la enseñanza y a educar a los hijos.
Alfonso, en virtud al cargo que tuvo, en un pueblo cercano conquistó a otra joven campesina, quien cayó en sus brazos y las escenas de maltrato volvieron a presentarse en el teatro del hogar.

San Gil, febrero 28 de 2.020

lunes, 9 de marzo de 2020

ESPIRAL




Caín mato a su hermano Abel, por resentimiento, por celos, por envidia.
Luis, Adeláida, Mariela, Rosa, Bertha, Carmen y Mateo, desde muy niños, fueron testigos mudos de las golpizas que Juan, el padre, le propinaba, a la mamá cuando regresaba borracho de misa y el mercado. Juan fue asesinado en la cárcel creyendo que a las mujeres se les amansa, cual becerra pajarera.

Marina, esposa de Juan, murió un domingo en la tarde al fracturarse el cráneo al caer contra la piedra que sustentaba una columna del rancho, luego de recibir tres puñetazos propinados por Juan, en defensa propia porque Marina no tuvo, ese domingo, la comida servida cuando asomó al patio del rancho con el mercado para la semana.

Los hijos de Juan y Marina, crecieron ayudando en los trabajos del campo y en los oficios de la casa, más las niñas. Juan reprendía y castigaba a las hijas, a la par que a Marina. A Luis y Mateo les insistía que, así como se amansa una mula, había que hacerlo con las mujeres porque ellas eran las culpables que Dios hubiese arrojado del paraíso a Adán, castigándole con trabajar para ganar el sustento.
Entre los equinos, las mulas o mulos son las más dóciles, las más fuertes para cargar y resistentes al cansancio, la sed y el hambre. Son un híbrido con 63 cromosomas resultado de un cruce entre un caballo y una burra o un burro y una yegua.

Marina, inculcó a sus hijas el respeto, la obediencia, la paciencia y la sumisión al varón en el hogar, por ser el proveedor y macho en la familia para defenderles de los peligros a que están abocadas las niñas en el campo; y, además, no es bien visto que una mujer con hijos, viva sin marido.
Características de los hombres violentos | Salud y Medicinas
Adelaida, una vez terminó la primaria, fue seducida por un joven aserrador, ayudante en el oficio de arreglar madera, de Juan. Para no ser víctimas de las maldiciones de los padres y el desprecio de otras familias, se casaron por la Iglesia. Pedro, el marido de Adelaida, abandonó el serrucho y se ayuntó con el azadón y la peinilla. Con los años, compró una parcela en el municipio de San Benito Santander en donde echaron raíces, llegaron dos críos que, también partieron al alcanzar los 15 años a buscarse la vida con el azadón en la región cañera de las vegas del río Suárez entre Boyacá y Santander.

Mariela siguió el ejemplo de la hermana mayor, y por las mismas razones, se voló tiernita y se fue con otro joven de origen humilde y trabajador formando familia en un poblado, conocido en Santander, como el pueblito pesebre.  

Rosa, una mujer inquieta, logró terminar la primaria y el bachillerato, gracias a las hermanas de la Presentación y el párroco de Cite quienes la becaron para estudiar el bachillerato rural. Trabajó como promotora en varias localidades, por varios años, hasta que organizó y gestó su propio negocio logrando autonomía financiera para ayudar al esposo, un maestro de primaria, logrando dar estudios universitarios a los tres hijos. Con ahorros y préstamos lograron comprar casa en la capital turística de Santander, y desde allí, pudo ayudar a la madre a emprender una fábrica de envueltos de maíz, oficio que asumieron posteriormente, Mariela, Bertha y Carmen para ganarse el sustento.

Bertha y Carmen, recibieron el apoyo de Rosa. Muy jóvenes abandonaron el campo y se fueron a la ciudad, ganándose la vida ofreciendo los molidos de maíz que Marina hacia cada semana para ayudarse y ayudar a las hijas. 

Con la muerte de Marina, Bertha y Carmen organizaron en sus casas, fábrica de envueltos de maíz, que hoy se ofrecen en la galería y en supermercados de la ciudad turística.

Mariela con el trabajo y su ingenio, sacaba mantequilla de vaca, hacia envueltos, tortas y colaciones que vendía en el pueblo pesebre a señoras en sus casas que, con los años, fueron la clientela. Un domingo en la tarde regresaba del pueblo. Al pasar por un portillo, sin mediar apalabra, recibió un disparo en el pecho. Del homicidio fue condenado el esposo.

Luis abandonó el campo de donde fue reclutado para el servicio militar. Luego de cumplir el deber patrio se ubicó en la misma ciudad donde vivían tres de sus hermanas. Los primeros años ayudó a Rosa en el supermercado, y con el apoyo de ella, montó un asadero con el cual fue formando un capital.  Un domingo en la noche, cuando estaba cerrando el local, fue acribillado a tiros por un par de desconocidos. Con los años se supo que fueron enviados desde una cárcel en donde pagaba la pena el esposo de Mariela, asesinada diez años antes.

Quince años después el diario vanguardia Liberal en la sección judicial informó que una mujer fue asesinada a garrote, por el esposo, hacia las seis de mañana en la vereda San Isidro de Guepsa. La víctima fue Adelaida.

Los restos de Adelaida fueron trasladados muy lejos de donde vivió con el esposo y sus tres hijos, uno de los cuales se fue de la casa y desde entonces se le perdió el rastro, y aún, no ha sido enterado de la muerte de la madre.

La violencia familiar, semeja una espiral. Se sabe dónde comienza, pero no, en quien y en donde termina.

San Gil, febrero 18 de 2.020


El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...