naurotorres.blogspot.com

lunes, 13 de abril de 2020

Mantenidos


Hilario vivió su niñez junto a la abuela. Hijo de madre soltera embarazada antes de cumplir 18 años y padre fugaz que se escabulló al enterarse que Stella había quedado preñada esa tarde, después de ir al cine.
Stella prefirió trabajar en lo que encontrase a abortar como le recomendaron algunas amigas. La abuela conoció el secreto, le brindó protección y ayuda.
Pastora había tenido y mantenido hasta adultos, a tres hijos. Uno de ellos, varón. Stella fue la nieta de sus afectos. Rosalba, madre de Stella, se lo entregó al cuidado de Pastora, quien lo consintió y cuidó hasta que le salió bigote.
Hilario estudió y cursó los años a espaldas de los amigos que le ayudaban con las tareas, y algunas, amigas que le gastaban las onces. Pasó el bachillerato habilitando y recuperando asignaturas. En las pruebas saber, el puntaje no le alcanzó sino para ingresar a una universidad de garaje.
El 87% de los casados ha tenido esta fantasía sexual - Hombre Moderno
Lo que no tenía en cultura general, le sobraba en estatura, musculatura, cara de actor y seducción verbal. Gustaba de mujeres mayores con independencia económica, protectoras y acogedoras.
Conquistó a Zulay, una agraciada secretaria ejecutiva que hizo la práctica y se ganó el puesto en una ladrillera en la Perla del Fonce. Ella alternó el trabajo extenuante con el noviazgo con joven estudiante universitario que alternaba caricias con el drama de sus limitaciones económicas al vivir con la abuela. María, la secretaria ejecutiva, decidió apoyar económicamente al novio de fin de semana. Éste, se acomodó a la generosidad de la secretaria, quien la cortó de tajo al encontrarlo en discoteca, un viernes, con una compañera de aula.
-        Hilario anhelaba ser el macho de la casa.  
John creció en la vereda capellanía de Pinchote. Su padre fue un progenitor que vivió a la sombra de la esposa, una mujer que recibió una extensa herencia sembrada de café.
En la escuela de la vereda Piedra del Sol, vivía una maestra que había entregado la juventud al servicio de la niñez. Yolanda rayaba los 40 años y no había tenido tiempo sino para guiar a los niños en la escuela y ver por su progenitora y su hermana, una solterona.
John, 20 años menor, empezó a galantear a la maestra. Con flores del jardín de la madre, hacia manojos de flores a la maestra, luego que los niños abandonaban la escuela. En cosecha, le llevaba aguacates, mandarinas. Por la emisora local le dedicaba en mañanitas campesinas, una canción a la maestra.
La soledad en el apartamento de la escuela. La distancia de la madre y hermana, los informes al director de núcleo y a la rectora, colmaban el tiempo de descanso de la maestra. Tomó la decisión de acoger los amores de John, quien le acabó el verano un febrero de la década primera del siglo XXI.
Se casaron por la Iglesia. Ella asumió los gastos de la fiesta y por amor al novio, le regaló el vestido, relegándole luego, el manejo de la economía del hogar y el uso de las tarjetas débito y crédito.
El sueldo, a gatas, alcanzaba para cubrir los gastos de los dos hogares: el de su madre y el de ella. John, al final de cada mes, ostentaba en las tiendas, el honor de ser esposo de maestra ostentando con las tarjetas del banco.
-John era el macho de la casa.
Graciela necesitaba con urgencia un crédito para cubrir los gastos del hogar, pagar la cuota de la camioneta cuatro puertas comprada en el concesionario y cubrir la cuota del paga-diario.
Trabajaba sin descanso en un colegio público con nombre de heroína comunera. En las tardes asesoraba tareas y asumía la jornada laboral en casa.
La profesora Graciela es agraciada y generosa en palabras para chicanear de los afectos del marido. Humberto, un joven, hijo de ganadero que no estudió, convencido que, para conseguir una mujer atractiva y orgullosa, había que buscarla en el magisterio. Y como prueba de ello, se convirtió en el joven enamorado esposo de Graciela.
Para facilitar la presencia de Humberto como comprador de ganado en las plazas los días de mercado, Graciela le dotó de una camioneta 4x4, y con ella chicaneaba.
Las deudas de la maestra se incrementaron, así las cuotas mensuales, y los embargos aparecieron dejando los ingresos como docente y pensionada, al mínimo vital.
Graciela, sin derecho a volverse a endeudar, deberá trabajar hasta los setenta años para pagar los embargos y liberar la casa para vivir, si es que lo logra, luego de cumplir 50 años como maestra y setenta de vida, mientras Humberto se jacta que la vieja cada vez tiene menos alientos y más enfermedades, y podrá gozar, a sus anchas, de las pensiones de la maestra que lo entregó todo por un amor tierno y meloso.
-        Humberto era el macho de la casa.

San Gil, marzo 05 de 2.020
Nauro Torres Q. 

20 comentarios:

  1. DE JORGE GORDILLO, BOGOTA

    Historia triste y tenaz, reflejando irresponsabilidad y falta de verdadero amor y lo más terrible es que historias como estas son ciertas y hasta más terribles las que se viven día a día en sociedades y comunidades como las nuestras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Apreciado colega, cordial saludo.

      En el día a día, en la vecindad, espejos similares abundan.

      Y en varias profesiones y oficios, las dolorosas abundan, mientras los atenidos machos pululan con sus infulas de atenidos como un orgullo personal que solo es, una gradación de lo que debe ser el esposo, el compañero, el ser amado.

      Eliminar
  2. DIOSA TORRES, BARBOSA, SANTANDER.

    Gracias por esos relatos, lo que callamos las mujeres,por tener un galán en casa 🙈🙈

    ResponderEliminar
  3. DE LUIS MARTINEZ ARIAS. CARALA.

    Profesión: Marido de maestra
    Como dice el viejo tema salero, cuyo nombre no recuerdo
    "Yo me levanto por la mañana, me doy un baño, me tomo un buen desayuno y no hago más na" 👍🏻

    ResponderEliminar

  4. Pedro A. Mateus M.
    Estos espositos afortunados es de los que en lenguaje coloquial unos mantenidos...unos afortunados sin causa diría yo...alguna vez un buen amigo me dijo que el mejor empleo del mundo era ser esposo de una maestra...son de los que nacen para ser pensionados sin haber ejercido un oficio distinto al de ser consorte de maestra...gracias por su aporte ...que el encierro no nos prive del buen humor..
    Saludos...

    ResponderEliminar
  5. Nauro To
    icono de la insignia
    Y usted Arnulfo, a que se ha dedicado en su vida? Pregunte. A la música y a las coplas, soy esposo de maestra, precisó con orgullo. Su comentario, apreciado amigo Pedro A. Mateus M., trajo a mi memoria una entrevista que hice alguna vez en los gajes de oficio en el JOSE ANTONIO.

    ResponderEliminar
  6. Athamar Niageu Gómez
    Pero eso yo mejor solita y que mis hijas disfruten lo que me gano.

    ResponderEliminar
  7. Nauro To
    icono de la insignia
    Gracias por permitir confirmar que leíste otra de mis historias. Eres tajante en el comentario, pero a la vez, muestra el talante que cada mujer debería tener en circunstancias parecidas. Cordial saludo

    ResponderEliminar
  8. DEL PROFESOR FABIO, FLORIDA BLANCA.

    [8:57, 14/4/2020] Profe Fabio: Una realidad muy propia de nuestro entorno. Los que afirman tener como profesión "ser marido de profesora". Y no se si me equivoco, pero en los pueblos pequeños se ven más y hacia la zona de la provincia de Vélez abundan, o se hacen más notorios, quizá menos pena les da decir a que se dedican.
    [8:57, 14/4/2020] Profe Fabio: Interesante texto. Muy bueno. Felicitaciones
    [8:58, 14/4/2020] Profe Fabio: Un saludo especial y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes honorable profesor investigador. Razón tiene es sus comentario adornado de espejos del diario vivir magisterial.

      Eliminar
  9. Un interesante relato que reta a los lectores varones, a no convertirse en acomodados maridos que usufructúan a la mujer y luego la desechan como un objeto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diste en el mensaje subliminal. Felicitaciones. Tozudo comentario que resalta mi historia.

      Eliminar
  10. Sí, es un caso muy común
    Buen relato

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Luis Carlos.

      Tu apreciación dignifica mi escritura y mi empeño por escribir.

      Eliminar
  11. Excelente narrativa y magníficas historias que describen las realidades de mujeres en cualquier lugar de nuestro país. Gracias Mauro por hace visibles estas situaciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ti mis gracias, también por leer y comentar. No reconozco su nombre, pero el hecho de dejar en el blog, este comentario, me anima a continuar escribiendo para lectores como usted,

      Eliminar
  12. Felicitaciones Nauro, por tu narrativa, buena exposición del sabroso mundo de los hombres mantenidos, cada vez más, vemos que las Mujeres, son las que respaldan la económica del hogar, pagan el arriendo de la casa, la cuota del carro, el colegio del niño, el mercado del mes, los servicios públicos, las vacaciones familiares y hasta la ropa que usan y, el paquete de cigarrillos que estos vagos, se fuman. Una Economía, incierta, desafiante y desesperanzada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Intente en el cuento, desenmascarar a mantenidos que usan y abusan de algunas mujeres que con su ejemplo laboral y su amor, merecían otros compañeros que sumen al hogar y al patrimonio, y sean a la ve, ejemplo de superación para los hijos, l mayor enseñanza que se recibe en el hogar.

      Igual, la historia desviste a algunos maridos de maestras que su único pecado es dedicar su tiempo a los niños en la escuela, a los hijos y al hogar.

      Esta es otra forma de violencia pasiva, pero machista,

      Me reconforta confirmar que este relato haya generado significativo comentario, incluso mas explicito que la misma historia compartida.

      Gracias. Muchas gracias

      Eliminar

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...