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miércoles, 6 de mayo de 2020

Reminiscencia de la victoria comunera en Puente Nacional.


Desde 2.002, por iniciativa del nativo historiador, Mario Aguilera Peña y la ciudadana Margarita Vargas con el apoyo del alcalde Yury García y las comunidades educativas existentes en la localidad lideradas por el Instituto Técnico Francisco de Paula Santander bajo la dirección del susaconés profesor Gustavo Medina, se celebra cada año la “Victoria comunera en Puente Real de Vélez” para apropiarse de la revolución de los comuneros ocurrida entre marzo y junio de 1.781 que pretendió la abolición de las medidas fiscales impuestas por la corona española a través del visitador-regente Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres en el contexto de las reformas borbónicas. Revuelta que se negoció con las capitulaciones en Zipaquirá firmadas entre la junta de guerra y un mediador no decisorio con influencia religiosa sobre los marchantes.

Esta acción, resultado de una acción diplomática por parte de la junta de guerra del común y una estrategia española se demostró con el desconocimiento de los acuerdos por parte del virrey español que ya había decidido ahogar la revuelta, confirmando la sospecha del charaleño que decidió continuar azuzando la revuelta por Cundinamarca, Tolima, Boyacá y Santander.

A los descontentos de los comunes provenientes de Mogotes, San Gil, Charalá, Socorro, Simacota, Oiba y pueblos circunvecinos, se sumó en Güepsa “el rey del país chibcha, príncipe de Bogotá y señor de Chía, el zipa de Bacatá, Ambrosio Pisco, quien vivía en 1.770 en predios guanes” (Rito Rueda. Presencia de un pueblo; pg. 49) con un nutrido número de indígenas sumando 20.000 comuneros en los linderos de la capital del virreinato, dispuestos a tomársela por el arraigo popular que había tomado la revuelta, luego de escaramuzas sobre el ejército español, entre ellas, la única victoria ocurrida en Puente real de Vélez, hoy Puente Nacional el 8 de mayo de 1.781, luego de sitiar el pueblo desde el día anterior bajo el mando del capitán Ignacio Calvino y del mártir de la libertad, José Antonio Galán. Fue una victoria, táctica. Sin muertes. Sin confrontación militar.

En dialogo informal para esta ocasión con el Dr. Mario Aguilera Peña, luego de leer uno de mis relatos sobre la importancia de los caminos reales de la sal y la miel, aclaró que, a quienes nacimos en el terruño del músico Lelio Olarte nos enseñaron distorsionado la fundación del pueblo. En sus investigaciones, próximas a publicarse, precisa que no fue un español quien lo fundó, y no fue en Sorocotá, sitio al norte de Santa Sofía y al sur de Moniquirá . Los verdaderos fundadores fueron, la hacendada Catarina Saavedra y Zurita, y un sobrino. La dama, donó el terreno para el erigir el templo en una se sus haciendas,  Los dos, oriundos de Vélez. El sobrino intercambió deudas por tierras  que loteó para vender, y al hacerlo, asignó y donó espacios para la plaza, la cárcel y la casa consistorial en un hecho  ocurrido a principios del siglo XVIII. Para que se convirtiese en un pueblo, delegó a Francisco Beltrán Pinzón oriundo del lugar, a  ofrecer en venta los espacios en lo que hoy está asentado el casco urbano.    El templo se erigió en el mismo lugar donde esta actualmente. Años después, y por decisión virreinal y con el animo de reorganizar administrativamente la conformación de villas y pueblos para facilitar "el pastor espiritual" para que los adoctrinados cumpliesen con las obligaciones religiosas y fuesen asistidos antes de la muerte, el gobierno de ese entonces, facilita la escisión de la parroquia de Vélez, las nacientes parroquias de Saboyá y Puente Real.

Desde su construcción y por 300 años fue la patrona,  Santa Barbara, esa noble mujer, hija del rey Dióscoro, por allá en el siglo III, que del Islam se convirtió al cristianismo, cuyo padre no lo consintió ordenando ser atada a un potro, arrastrada, flagelada y posteriormente decapitada por orden del mismo padre. Nuestros abuelos en cualquier percance invocaban a la virgen patrona de la artillería y los mineros, exclamando: Santa Barbara, bendita, ¡sálveme a mí, primero¡. En recientes años, con algún interés jerárquico, la Diócesis de Vélez, decidió cambiar la patrona a Puente Nacional. Actualmente se viene insistiendo que será un centro de peregrinaje al Niño Jesús, sin que los parroquianos se hubiesen enterado y asumido las razones  religiosas para suplantar a la patrona por un patrón niño. 


Los puentanos siempre han sido protagonistas en la historia regional y nacional y varios de sus hijos ofrendaron sus vidas por las causas de la libertad, y luego, por la justicia. 

La heroína guerrillera olvidada de origen campesino, Manuela Uscateguí, fue fusilada por el español, Iglesias “por negarse a delatar a un grupo de fugitivos patriotas que, debido a ello, salvaron su vida, los realistas la fusilaron en Vélez el 20 de diciembre de 1.818. La patriota venía luchando por la libertad desde 1.816” junto con otros paisanos miembros de las guerrillas gestadas por Fernando Santos Plata. (pg. 46 de un folleto publicado por Colcultura en 1.978). El historiador Horacio Rodríguez Plata, en su texto: La antigua provincia del Socorro y la independencia, cita otros mártires libertarios del antiguo Puente Real de Vélez: Pablo Antonio Azuero fallecido en la batalla de la Puerta en Venezuela el 15 de julio de 1.814. El oficial guerrillero, Aquilino Fajardo, fusilado en Vélez el 17 de marzo de 1.818. El capitán Antonio Téllez fallecido en el combate de Santa Marta el 13 de enero de 1.823. Cuatro héroes a la espera que sean reconocidos y exaltados por la participación en la gesta libertaria de la independencia de América, precisó la historiadora Ana Isabel Urrea, quien suministró la información del presente párrafo.

El historiador Alvaro Sarmiento Santander, en su libro “Del infierno a la gloria”, pg. 124,  cuenta que en Puente Nacional en octubre de 1.816, se encontraron los comandantes de la guerrilla patriota: Serviez, Custodio García Rovira, Francisco de Paula Santander, Fernando Santos Plata, -hermano de Antonia Santos-, José Acevedo Acevedo y Gómez y Arenas para organizar lo que sería las líneas de defensa y contención al ejército del coronel Sebastián Calzada” quien había diezmado a los patriotas en la sangrienta batalla de Cachirí ocurrida el 22 de febrero de 1.816, “asumiendo la estrategia de guerra de guerrillas: hostigando los hospitales, los bagajes, los convoyes, con las partidas volantes sueltas, y cogiendo sus espías con la correspondencia”. “Los bravos comandantes se regresaron decididos a combatir, cada uno con los restos de sus batallones a comenzar la desigual lucha guerrillera y organizar los ejércitos regulares en los llanos de Casanare”, asumiendo la estrategia propuesta por el charaleño Santos Plata quien había ofrendado sus servicios a la patria desde  el 10 de julio de 1.810 apoyando la caída del procurador Don José Valdés Posada organizada por su paisano José Acevedo y Gómez, secundada por Tadeo Gómez, de San Gil y Lorenzo Plata de Barichara.

Desde 1.816 hasta la batalla de Boyacá, cuenta el mismo investigador en la pagina 227 que Fernando Santos Plata fue el comandante general de las guerrillas que con sus tácticas y estrategias impidió que el ejercito triunfador en Cachirí, llegase oportunamente a apoyar al general Barreiro en Boyacá. Fue precisamente la escaramuza de valientes que enfrentaron a los españoles en San Gil para impedirles pasar por la cabuya sobre el río Fonce, luego en la batalla desigual en el río Pienta en Charalá el 4 de agosto de 1.819 con los ataques rápidos de pegar y esconderse a los ejércitos europeos que intentaron junto los refuerzos de la capital, apoyar a Barreiro.   

Luego del encuentro en Puente Nacional, Santander y Serviez cogieron rumbo a la capital de paso al llano y con ellos, lanceros de San Gil. Custodio García Rovira a quien se unió en Chía el presidente Fernández Madrid y su guardia de honor compuesta por 160 soldados y Pedro Monsalve, bajo el mando de don Liborio Mejía, partieron hacia Popayán y la Plata sufriendo derrota el 29 de mayo de 1.816 en la batalla del Tambo.  Los restantes 150 soldados restantes del Socorro ofrendaron sus vidas, cual valientes santandereanos en la batalla de la Plata que duró desde el amanecer hasta entrada la noche. Los comandantes y soldados de la provincia del Socorro que sobrevivieron fueron tomados presos.   



EFEMÉRIDES
 DE LA VICTORIA COMUNERA

EN PUENTE NACIONAL

La propuesta inicial de celebrar la victoria comunera ocurrió en 2.001. En 2.002, mediante la coordinación de un grupo informal se realizó la primera y segunda celebración con eventos teatrales y conferencias de historia en los colegios urbanos.

Con la suma de todas las instituciones educativas urbanas y rurales y la coordinación del alcalde, directora de núcleo y rectores y la apropiación de la iniciativa por numerosos docentes y alumnos, la celebración cultural con la vinculación de toda la población de la municipalidad y las colonias, desde entonces se celebra la efemérides desde el 6 hasta el 9 de mayo de cada año para continuar avivando las remembranzas desde la niñez fortaleciendo la identidad puentana desde los diversos ámbitos de la cultura y desde todas las edades con una presencia reconocida de los ancianos, tejedores de memoria, pues en la celebración todos son actores y espectadores en un teatro a cielo abierto en el que se mezclan los ideales de los jóvenes, los anhelos de cambio de los estudiantes, el descontento de los campesinos por el precio a sus alimentos y el alto costo de los insumos y fertilizantes, y carencia de canales de distribución e intercambio comercial, los derechos de equidad e igualdad de las mujeres, el descontento generalizado por la rampante corrupción en todos los poderes del Estado y la ausencia de reconocimientos básicos como la salud y el mínimo vital para todos.

Esa rebeldía de los oprimidos tomada como forma de protesta contra la miseria y de anhelo profundo de cambiar las antiguas sociales (pg. 476, Diría Lievano 1.974); y el  grito: “¡Viva el rey, abajo el mal gobierno” de Manuela Beltrán en el Socorro el 16 de marzo de 1.781, y el reto del comunero: “Ni un paso atrás; siempre adelante”, lo balbucean los niños en el prescolar, lo asumen los jóvenes y lo predican los mayores en tierras puentanas.     



LA FIESTA CULTURAL DE LA VICTORIA COMUNERA

En las ocasiones que he asistido, la primera vez como reportero, y luego como espectador, emocionalmente comparto mis percepciones. La celebración que inicia el 7 y termina el 8 de cada mayo desde 2.002, excepto el 2.020, en la efemérides  se percibe una suma artísticamente mezclada entre lo patrio, lo histórico desde la comparación de épocas y costumbres, lo escénico, lo folclórico, lo gastronómico, artesanal e industrial hermosamente mostrado con talento nato como expresión lúdica para gritar el descontento y señalar sin tapujos, los engaños sucesivos de los gobiernos para arrinconar a los campesinos como fuerza que puso los soldados y los muertos en la independencia y en la confrontación interna que aun no cesa pero renombrada con otros  nombres.

Es una fiesta patria regional en el que los personajes y los espectadores se fusionan para mostrarse como son: el común conservando ese origen de santandereanos comuneros que se vuelcan desde sus roles y quehaceres a mostrarse, mostrar y dignificar lo que han hecho, y harán.

Para evitar la tragedia del olvido como habitantes de macondo que marcaron con carteles el nombre de cada objeto, el para qué y el como usarlo, los talentosos tejedores de los guiones anuales para las obras de teatro que tres colegios presentan en el evento estacionario y móvil logran que los espectadores tengan una imagen escénica del quehacer político desde 1.781 hasta el año de cada celebración.




CRONOLOGÍA TEMÁTICA EN LA PRODUCCIÓN ESCÉNICA

PARA SUSCITAR IDENTIDAD EN LA EFEMÉRIDES ANUAL

La presente síntesis fue posible, gracias a la información suministrada por el profesor Gustavo Medina del ITIFPS de la localidad.

AÑO

IDEAS FUERZAS QUE HAN ILUMINADO LA CELEBRACIÓN

2.002

COMUNEROS EN PUENTE REAL DE VELEZ

 

SOLO HUBO UNA OBRA DE TEATRO ESCRIBIÓ Y LA DIRIGIÓ GUSTAVO

El Instituto Técnico Francisco de Paula Santander, con la dirección teatral de Gustavo Medina Medina adecua al teatro callejero la historia de la gesta comunera y prepara a los estudiantes y junto con maestros escenifican, dramatizan y recrean en el parque Lelio Olarte lo que se convirtió en el preludio de un espectáculo artístico en el que los espectadores pueden convertirse en actores.

2.003

VIDA Y ÉPOCA

Y como los comuneros, se estableció una junta operativa para tamizar las ideas, sobarlas, filtrarlas por los alféreces y ellos, con los alumnos y campesinos y artesanos, caballistas y comerciantes dieron en este año el formato que se ejecutaría desde entonces con las mejoras que deben hacerse, luego de cada celebración.

El profesor Medina recreó un guion para el teatro callejero vivencial estacionario y móvil con 200 actores estudiantiles, unos vestidos de blanco con sombrero y alpargatas, y otros, vestidos con pantalón negro y camisa blanca, sombrero, bordón y cresta de gallo. Logró el docente representar lo que pudo ser la vestimenta de 1.781 que, en concepto del creativo, pudo ser la vestimenta de los habitantes de los territorios comuneros hasta 1.950.

2.004

REMINISCENCIAS

En esta efemérides, en la calle real de la población, desde las siete de la mañana, maestros, alumnos, comerciantes, campesinos se convierten en actores y espectadores mostrando cuales fueron las artes y costumbres en la producción que hubo en el siglo XVIII y XIX y los procesos que en este naciente siglo XX existían en el territorio comunero.

2.005

MEMORIA Y OLVIDO

La llegada del nuevo siglo, la crudeza de la confrontación armada interna y la implementación de la seguridad democrática, creo una falsa esperanza en los colombianos de un advenimiento de cambios y mejores condiciones de vida. Pero para el guionista del teatro callejero, en ese año plasmó con mas de 300 actores un reto plástico para recordarle a los espectadores que esas expectativas solo intentaban desmemoriar el origen de los problemas sociales que desde la época de los comuneros prevalecen con otras manifestaciones y nombres

2.006

EL REENCUENTRO

Luego de una investigación de campo por las veredas y barrios de la localidad se prepara un guion teatral con masa actores estudiantiles y ciudadanos y mediante presentaciones móviles y estacionarias muestran las bondades de las costumbres, ya en gastronomía, artesanías, producción artesanal que se estaba dando en la municipalidad incrementándose la participación de delegaciones de caballistas de cada vereda para cerrar el evento cultural el 8 de mayo, marcando el principio de rescatar lo propio y mostrarlo con orgullo puentano teniendo como espejo el mercado los lunes.

2.007

COSTUMBRES

Continuando con la investigación de campo, esta se amplio a los pueblos comuneros, identificando inicialmente e invitándolos luego a mostrar los procesos artesanales, los platos típicos y expresiones culturales que diferenciaban cada municipio convirtiéndose en una vitrina de identidad cultural y folclórica que redundó luego es una región turística en pleno auge ahora.

2.008

RITOS RELIGIOSOS

Con el teatro callejero, cada año con nuevos y mas artistas se logró mostrar las costumbres religiosas de las dos épocas, el ayer y el presente. Se escenificaron los pagamentos, las peregrinaciones, los entierros y velorios, las 9 noches, el cabo de año. Las jaculatorias y letanías, las indulgencias y procesiones. Fue un espectáculo con numerosos actores y espectadores que dignificaron resaltando manifestaciones de la religiosidad popular entre las dos épocas.

2.009

DIÁLOGOS

Mientras en el país, entre el 2.002 y 2.008 se dio la negociación del gobierno con los paramilitares, con el guion para el teatro callejero escenificó como fueron sitiados la delegación española en Puente Real  por los comuneros, cuales fueron las reacciones y procesos conversatorios mediante mediadores y oficios escritos mostrándose dos posiciones opuestas que obligaron a los sublevados a entrar al pueblo con la intención de quemar las casas de bareque y techo de paja en donde estaba acantonada la comisión negociadora del virrey. Con la presencia masiva de los comuneros, los españoles salieron de sus posiciones en los ranchos y votaron las armas y se entregaron. Los comandantes les perdonan la vida y les ordenan regresar a Santa Fe a presentar las demandas de los descontentos acompañados con una guardia comunera.

 

 

2.010

AUN GRITAMOS ¡INDEPENDENCIA¡

El argumento teatral en este año asoció los hechos ocurridos en la revolución de los comuneros su fracaso con las esperanzas y expectativas que suscitó el rompimiento del florero el 20 de julio de 1.810 en la capital Colombia. Es el primer año que hace presencia, y desde entonces, cada 7 de mayo la cabalgata infantil y la suma de las mujeres en sus corceles en la cabalgata que cierra el acto cultural del 8 de mayo cuenta don José Ariza que desde siempre ha estado al lado de Margarita Vargas animadora y apóstol de la celebración comunera.

2.011

ÉXODOS

El guion teatral fue adaptado para crear conciencia sobre las causas que empujaron a los campesinos colombianos a abandonar sus predios para convertirse en desadaptados en las ciudades y pueblos. Primero con la violencia partidista de mitad de siglo, luego en la década del 90 con la acción guerrillera de las Farc y los paramilitares.

2.012

LA TREGUA

Desde 2.010 con la posesión del presidente Santos se empezó a cuajar un proceso de negociación con las Farc, iniciando con una tregua y en la celebración se escenificó las expectativas y los posibles fracasos de la ruptura de la tregua y la apertura de una negociación de paz comparado con los dos hechos ocurridos en Puente Real. El 7 de mayo con situación del lugar, el 8 con las conversaciones y ruptura de estas.

2.013

EL SABÁTICO

La carencia de recursos de origen municipal obligo a los organizadores de la victoria comunera como evento patrio y cultural a repetir el espectáculo del año anterior. Razón suficiente para endilgarse como año sabático.

2.014

LA SOLEDAD DE MACONDO

En honor al premio novel de literatura Gabriel García Marques fallecido en 17 de abril de 2.014, el guion teatral giró en la esencia de lo narrado en la obra maestra del costeño. Se mostró que en tiempos de Macondo existía el matriarcado con una Úrsula disfrazada de mujer.

Y en silencio consentido del estado en la masacre de las bananeras en 1.928, las masacres de los paramilitares y guerrillas.

2.015

LA PAZ Y LA GUERRA

El acto cultural en este año giró en torno a lo vernáculo comparado con el recrudecimiento de la guerra fría entre E. U. y Rusia.

2.016

DESPLAZADOS

Fusionado en el guion literario y la escenificación móvil y estática se mostró que los estragos de la violencia en sus diferentes momentos de la historia colombiana se ha propiciado un desplazamiento forzado para apropiarse de las tierras más fértiles del país quitándoselas a las malas a los campesinos que continuaron desplazándose, junto con algunos grupos indígenas a la ciudad.

2.017

EL CORRUPTO

El engaño dado con el desconocimiento de las capitulaciones por parte del virrey español, la división entre la junta de guerra entre los miembros comerciantes y los campesinos representados por Galán, desde entonces se ha venido sembrando esa cultura del todo vale: “el vivo vive del bobo”, “en negocios, todo vale”, “Las normas y las leyes son para violarlas”, “la palabra no tiene valor”. “Él, roba, pero hace obras”, el cvy (¿cómo voy yo?). “el bien común no existe”. Lo publico no le duele a nadie… suscito en el guionista presentar el núcleo de la acción teatral sobre la corrupción como un lastre desde la conquista.

2.018

TODO ES POSIBLE EN LA VIDA,

IMPOSIBLE LA GUERRA

El evento teatral plasmó en lo escénico y en el mensaje el empeño del gobierno de Duque de legislara favor de los banqueros y empresas agropecuarias e industriales y para justificar complicidad con los violentos modificó la imagen de la paz y la conciliación entre los colombianos para hablar de legalidad y quienes no se acojan serán vistos como ilegales que no acatan las leyes, restaurándose la persecución a las voces discordantes con el partido en el poder preocupado mas por los problemas de Venezuela que los propios.

2.019

¿INDEPENDENCIA?

La calle real del puente se engalanó como los años anteriores con más artistas actores y visitantes. Además de los toldos para exhibir las artesanías y costumbres de los comuneros, el argumento de la escenificación en cinco actos con estatuas vivientes ajadas y cubiertas de estiércol avícola y bovino comparó que las causas por las cuales  se gestó la revolución comunera, que gestó la guerra de la independencia, aun los gobiernos no han extirpado las causas del descontento social, y lo que se ha venido fraguando en una rotación del poder entre los mimos para sostener el régimen denunciado por Álvaro Gómez  Hurtado antes de ser asesinado.

2.020

ATRINCHERADOS

Y en el presente año con un alcalde reelegido en tres ocasiones no se había avizorado coordinación para la realización del evento patriótico y cultural. El covid-19 obligó a los docentes siempre inmersos en la organización y coordinación y ejecución del espectáculo cultural, a celebrarlo recordando los actos en años anteriores.

 

 San Gil, mayo 6 de 2.020

NAURO TORRES QUINTERO



  •  HOMENAJE CHARALEÑO A LOS                
  • COMUNEROS PUENTANOS…
      
  •  Por el poeta Luis Martinez Arias. 

  • Voy a contarles una historia
  • Que ustedes recordaran
  • La que inició una valiente dama,
  • María Manuela Beltrán.
  •  
  • Todo comenzó en el Socorro
  • Con el edicto de nuevo impuesto
  • Que la corona española llamaba
  • El Impuesto de barlovento.
  •  
  • Así inició esta revuelta
  • La de la revolución comunera
  • Cuando rompiera ese edicto
  • La valiente María Manuela.
  •  
  • Sucedió el diez y seis de marzo
  • De mil setecientos ochenta y uno
  • Un movimiento libertario
  • De valientes como ninguno.
  •  
  • El pueblo se ha sublevado
  • A Berbeo de comandante escogieron
  • Recogiendo unos mil hombres
  • Rumbo a Santafé ellos partieron.
  •  
  • A ellos se unió un gran líder
  • El capitán José Antonio Galán
  • Un hombre de mucho arrojo
  • Nacido en tierras de Charalá.
  •  
  • Al principio del mes de mayo
  • por Vélez ya caminaban
  • y muchos más combatientes
  • Al movimiento ya se integraban.
  •  
  • El séptimo día de mayo
  • Los comuneros de mi nación
  • A los españoles rodearon
  • Pidiéndoles su rendición.
  •  
  • Fue en el sitio puente real
  • Donde a Francisco Ponce vencieron
  • Y sin disparar una sola bala
  • Allí ganaron los comuneros.
  •  
  • El oidor y el señor cura párroco
  • Intentaron con ellos negociar
  • Pero los comuneros gritaban
  • ¡A Santa fé vamos a llegar¡
  •  
  • A Santander y a Colombia cuento
  • Lo que sucedió aquella fecha
  • El primer triunfo comunero
  • Sin machetes, balas, ni flechas.
  •  
  • Y aquí termino mi relato
  • En honor de los puentanos
  • De la batalla el siete de mayo
  • Que orgullosos recordamos.
  •  
  • Charalá, mayo 5 del 2020
  •     Luis Martínez Arias
  •  
  •  


sábado, 2 de mayo de 2020

Sustento, placer y pecado de la chicha.


La chicha es una bebida ancestral consumida por comunidades indígenas del centro y sur América en rituales, ceremonias religiosas, es complemento alimenticio para calmar el hambre en intensas jornadas de trabajo, es licor para compartir con alegría con los demás, es bebida embriagante cuando se consume en exceso. El jugo el resultado de un proceso cuidadoso de trituración del maíz, cocido y fermentación de la harina  cuya preparación varía según el clima, el periodo del año que se prepara, el propósito de uso, el sabor y textura, y de las manos que la procesan por varios días. 
Desde que llegaron los españoles al continente, la preparación y consumo de la chicha empezó a ser perseguida. La corona española la prohibía porque los productores y consumidores no le tributaban. Los curas la señalaban como bebida satánica que alejaba a los indígenas del templo e inducía al amancebamiento y al homicidio distanciándolos de Dios. El consumo en rituales religiosos era endilgado como costumbre pagana e idolátrica, razones para intentar extinguir su consumo sin contemplaciones. En 1.606 en Bogotá hubo un sínodo de obispos que emanó un decreto eclesiástico autorizando a los curas a trasquilar a los indios que encontrasen borrachos para escarnio público.
A la par que la corona autorizaba los estancos de aguardiente en cada naciente población, en el siglo XVII fueron surgiendo las chicherías en las que los parroquianos encontraban bebidas de maíz a menos precio que el aguardiente ofrecido en las pulperías o tiendas. Para evadir el control oficial, las chicherías terminaron convirtiéndose en tiendas o piqueteaderos disimulando el expendio de la chicha y guarapos menos fermentados, refrescante que enseñaron a preparar los españoles y de uso común en los campos colombianos. 
Registra la historia que, en el siglo XVIII en las provincias de Vélez, Socorro, San Gil y Girón, el consumo de la chicha era visto como un problema social por el alto consumo de la bebida ancestral.  Sin embargo, el consumo de la chicha se mantuvo presente en los cambios demográficos y los complejos procesos de poblamiento que se dieron con la mezcla de razas y credos y la extinción paulatina de los indígenas.
Apunta la historia que a mediados del siglo XVI cuando se fundó Vélez, el capitán Martín Galeano encomendó a su lugarteniente Juan Alonso de la Torre y 30 españoles acompañados con 200 indios amigos expedicionar a los alrededores y arribaron al territorio de los agataes siendo recibidos y socorridos amablemente “con agua y chicha que fueron beneficio de mucha estimación con que se aliviaron”.
La chicha: la bebida de los dioses se trasladó a la cultura ...
Para el 10 % de los negros e indios y el 60% de los mestizos en 1.778,  la chicha fue el arma de la resistencia social ante los martirios con los que nos sometieron el 10% de la población blanca que nos trajeron las enfermedades,  usurparon de nuestras tierras, nos redujeron a parajes menos fértiles y distantes de nuestros orígenes, abusaron de nuestras mujeres, hicieron reclutamiento obligatorio para trabajar en fincas de los blancos y criollos, despreciaron  nuestros ritos y creencias religiosas e hicieron  señalamiento ético y moral con los párrocos despreciando nuestra condición por consumir la chicha.
Las chicherías, acogieron la costumbre española de producir guarapo, y las dos bebidas fueron aumentando su producción artesanal disparándose el consumo en todos los estratos. En 1.948 las estadísticas revelan que se producían 200 millones de litros de chicha que competía con las cervezas artesanales que hicieron su aparición en 1.825 en Bogotá, Bucaramanga, Cali, Ibagué, Málaga, Medellín, Leiva, Pamplona y Socorro. En 1.885 se empieza a producir cerveza mediante procesos industriales.
Compitieron a las cervezas las chichas y guarapos de tubérculos, semillas y frutas. Las chichas mas reconocidas en Colombia a hoy son las provenientes del maíz blando amarillo, corozo, moriche, cachipay, chontaduro, quinua; y guarapos varían entre el maíz, zanahoria, piña; ya con mora, naranja, y otras frutas, se vienen elaborando vinos cada vez mejores al paladar.

Las gaseosas  aparecieron para competir al masato, una bebida de maíz o arroz que luego de un proceso rápido de cocción y fermentación, esta listo para tomar acompañado con mogolla, queso, pan de yuca y colaciones. Un original masato de maíz, aun se consigue en Guepsa, Barichara, Curití, Villanueva. El mas común y fácil de hacer, el de arroz. 

La Guane, Isabel Quiñónez de Suarez, de 91 años que vive en la vereda El Pino del corregimiento de Guane, Barichara, me contó del proceso de preparación de la chicha de maíz. El cereal originario del municipio de Coskatlan, estado de Puebla, México, dicen algunos historiadores, pero que se encuentra con tamaños y colores del grano, en las arrugas de los andes americanos,  tiene que estar seco y sano. En antaño se molía a mano sobre piedra, luego en molinos Corona, y ahora, en molinos industriales. Obtenida la harina, ésta se remoja y deja en agua, tanto tiempo que sea necesario para que se hinche la masa. En ese estado se soba lentamente incorporando a la masa el dulce en un coito extenuante para amasar  bolas o bollos y se regresan a la misma vasija hasta que con el tiempo, se  quiebren con la inflamación. Luego, a cada bola o bollo se incrustan pedazos de panela con melado; se vuelven a manosear para compactarlas y retornarlas a la vasija por otro tanto  tiempo, según el clima; hasta que se reanude el quiebre por segunda vez. En ese estado, se apronta la olla para la cocción con leña, colocando en ella una cama con palitos de algún cítrico para favorecer la concentración del sabor; y sobre ella, un delgado colchón de helecho que recibe, por mas de ocho horas, a buen fuego, las bolas de la masa adobada con amor. Previamente cada bola se envuelve en hojas para afianzar la esencia del maíz.  Se embalan en hojas de urumo, piedra, bijao, o plátano, si no hay mas, y se pone a cocinar mínimo 8 horas. El cocido se deja enfriar tanto tiempo como horas de cocción tuvo. En proporción al peso del maíz molido, en el ure o pipa previamente curado se tiene el agua limpia en la que se disuelven las bolas de masa para que fermente bajo hojas para que respire al punto que la bebida brote el ojo -leáse aceite- que es el punto de calidad máxima para la productora y el catador. Finalmente se cuela en fino lienzo para dejarla reposar en la vasija adecuada para preservarla y servirse, luego de 15 días de su inicial cocinada. Le centenaria guane, aclaró, el fuertor de la chicha depende del tiempo de fermentación. 
En Villanueva, frente al templo existe una chichería en cuya carta se ofrece: fuerte, a medio dulce y fresca. Igual oferta se encuentra en Cabrera, Pinchote, Gambita, Chitaraque, Guepsa y San Benito;  confirmaron lectores.



Como arriero infantil azuzando recuas de mulas con miel de tierra caliente a las tierras del páramo, vi consumir a mi padre la chicha de maíz amarillo blando según los días de fermentación en la vereda Jarantivá. De ibias en Santa Sofia. De Zanahoria en Sutamarchan. Como maestro probé la chicha con sabor a corozo y mora en veredas de clima medio en la Belleza. En Zapatoca, de piña y zanahoria. En el Socorro de yuca. En Guane, de millo. En Lima, de maíz morado. En Tumaco, de corozo. En María la Baja, Bolívar, de mango. En Santiago, Putumayo, de nabo. En el llano, de moriche. 
En los pagamentos a la Virgen del Carmen en Leiva, a la Virgen de la Candelaria en el mismo lugar, a la Virgen de Chiquinquirá, al Santo Cristo de Guavatá, a la Virgen de la salud en el Páramo, a santa Rosalía en Guane; la chicha esta presente acompañando los piquetes que traen consigo los peregrinos.
En la posadas y chicherías de los caminos reales, en los piqueteaderos a la vera de las carreteras, en algunas estaciones del tren, en la vía a Bucaramanga trepando a  curos, se ven los botellones de chicha de corozo. En Villanueva y Barichara, aun se conservan una que otra chichería como un espacio para socializar.
Hace unos lustros cuando se podía consumir licor, a quienes me visitaban y los acompañaba a conocer las riquezas arquitectónicas, las costumbres y medios de sustento de los habitantes de la meseta de Macaregua, terminaba el recorrido en una chichería reconocida en Barichara.
En el interno patio en coito permanente con tres corredores, bajo la cobija del techo de teja de barro cocido asentadas sobre arcilla sin cocer amodorrado sobre caña brava yaciente sobre  varas de cuharo rollizo descansadas sobre durmientes de cují y columnas en moral reposadas sobre bases de piedra burdamente talladas en rectángulo que brotan de la vulva de la tierra escondida bajo cuadrados de igual barro cocido dispuestas en armonía geométrica, están las vigas de madera labradas  por manos cuidadosas expertas en usar la Zuela y la garlopa. Y bajo ellas, escondidas y alcahuetas otras talladas piedras que duermen paralelas entre el suelo y la madera, a la espera que lleguen los bebedores de chicha a sentarse y departir con los amigos y visitantes.
Fue un viernes de una semana de junio del año que hubo una constituyente en Colombia para reconocerle derechos a los ciudadanos bajo la presidencia de un escogido a dedo que decidió, al abrir las fronteras comerciales, acorralar la industria nacional y despertar el animo para consumir y usar lo que se produce en otras latitudes. 
Orlando Quintero, mi primo, cuñado del cantante vallenato Juancho Roix nos visitó en esa vacación. Luego de guiarle por San Gil, Socorro, El Páramo, Valle de San José y Guane; pasear las históricas calles de Barichara con su mirador, catedral y parques, le invité a la chichería ubicada en una pendiente calle que mira al infinito y nace en un bosque de centenarios gallineros.
Sobre las maderas cuadradas de espesor y rectangulares a lo largo, sentados conversando animadamente había tres grupos de parroquianos y tres extranjeros bebiendo el néctar propio de los guanes; contemplando el placer conque los naturales mojaban la palabra y los extranjeros humedecían la conversación degustando cada sorbo de chicha, hice el pedido de una chicha.
Circulaban cuatro totumas de medio calabazo entre los acomodados clientes de la chichería.
-      Usted se estará preguntando porque y para que circulaban las totumas¡.
- Mi primo se hizo la misma pregunta, cuando fue recibiendo, una tras otra, las cinco totumas.
En las chicherías se celebra y se comparte la bebida con quien llega a pedir el zumo de caña. Los asistentes departimos y hablamos del color, el sabor y el gusto al tomar chicha en vasijas en medias cascaras de la semilla de jícaro de uno y dos litros.
Es un rito el degustarla, cual añejo vino. Es una expresión de amistad compartir la totuma. Es un restaurador de ánimos y fuerzas luego de una caminata y un vitalizador en jornadas intensas de trabajo y un aperitivo para almorzar con cabro asado y petitoria de las vísceras del mismo animal y con un suculento piquete veleño. Una chicha amasada y cocida, fermentada en olla de barro cubierta con hojas y servida en el punto con un buen pedazo de queso de hoja desmigajádo sobre el liquido, y bebiéndola con calma y gusto se convierte en alimento para acompañar el  rumbiador  como le llaman en la provincia de Charalá, piquete en la provincia de Vélez y puntal en la de Guanentá en Colombia. Es un entremés entre el desayuno y el almuerzo. 

-Llegó el momento de pagar la cuenta. 
-Salió en un tercio de dólar.
 Mi primo, que no se perdía escenas en la chichería, se sorprendió con el costo de la totumada dos litros.  Desconcertado, efusivo y emocionado, demandó:
¡Chicha p’a todos ¡

Quienes hayan asistido, ya como espectadores o participantes en las fiestas del maíz en Chipatá, en el desfile de las flores en Vélez, en el festival del moño en Jesús María o a la Victoria comunera un ocho de mayo en Puente Nacional; habrán notado que, en las andas, carrozas y comparsas, los integrantes que encabezan reparten maíz tostado con chicharrones y ají; otros reparten carne asada con ají; luego vienen los repartidores de chicha. Sin miramientos, hay comida y bebida para todos. Reparten bailando, cantando y alegres saludando contentos a propios y extraños, orgullosos de su folclor, de su gastronomía y sus atuendos de antaño.

Así como en el Perú que se apropió del termino chicha, usándolo en una bebida popular de denominada "chicha morada" que se consigue en cualquier tienda, restaurante o supermercado, los santandereanos tenemos retos para apropiarnos de las costumbres, bebidas, amasijos y quesos muy nuestros. Entre la chicha indígena nuestra y la morada del Perú hay una diferencia similar entre un masato cerrero y una agua dulce. 
La chicha de La Perseverancia
El contador de historias en mi niñez, el padre que me enseñó a trabajar desde niño, el guía en el aprendizaje de la arriería, el mismo catador de chicha, aconsejaba: a las mujeres hay que mirarlas con respeto, hay que acariciarlas con delicadeza, hay que amarlas sin mezclar con otros guarapos para degustarla, sin afanes. Así toca con la chicha. Para deleitar el elixir en la boca, y olerla, cual perfume antes de paladearla, y beberla como si fuese un añejo vino en una noche de pasión con un amanecer fresco y placentero, cual almendras sin exocarpo, esperanzado que otra totumada hay que ingerirla en honor a los ancestros con el respeto que todo exceso, es perjudicial.


San Gil, mayo 1o. de 2.020
NAURO TORRES Quintero

POSDATA: Este articulo fue redactado como preámbulo  la celebración de la gesta comunera en Puente Nacional que ocurre los días 7 y 8 de mayo desde 2.002. Para evitar el contagio masivo del covid-19, en 2.020 los hijos de Puente Nacional, mediante edicto, lo celebran por Internet. El texto inspiró al bacteriólogo y poeta sangileño, Luis  Martínez Arias  para que compusiese, una vez leyó el borrador de la presente historia, las siguientes coplas para unirse a la efemérides de la  única  victoria comunera.



  A LA CHICHA


Un amigo que es de Puente
y se precia de escritor,
escribió un buen relato
de la chicha… ¡si señor!

Con su sabor exquisito
como de mi mama la teta,
con su relato de la chicha,
ya se me hizo agua la jeta

Nos contó que esta bebida
que la hacen del maíz,
es la bebida tradicional
en muchas partes del país.

Que la chicha es una bebida
que debe estar especita,
tener buen ojo de grasa
y sentirla bien juertecita.

Que en ceremonias y rituales
los indígenas la consumían,
cuando llegaron los españoles
la chicha no conocían.
.

La chicha aquí se consume
en fiestas y en jolgorios,
es la bebida tradicional
en bautizos y en casorios. 


No se toma en vaso de vidrio
se toma, pero en totuma
y no se tome más de dos
pues se pega una buena juma.

Una gran cocinera
de seguro era mi mama,
hacia chicha de maíz
de millo y de ahuyama.

También hacia los bollos
y la arepita de pelao
caldito con tiñidura
y mazomorra de sancochao.

No importa por donde vayas
buscando chicha de maíz
sí, en Barichara preparan
la mejor chicha del país.

Ahí les dejo mis amigos
mis coplas de corazón
¿que no me tome una chicha?
no me crean tan guevón

Y ya para terminar
aquí esta última les dejo
¿que no me tome otra chicha?

no me crean tan pendejo.











miércoles, 22 de abril de 2020

El virus en el espejo




El marco tiene 19.000 Hectáreas totalmente planas. En el siglo XVIII el espejo tuvo un área de 3.200 hectáreas para que la luna se mirase en las noches, y el sol, en las mañanas, oxigenara a sus especies. Gozaba de una esponja de expansión inundable de 15.800 hectáreas para acoger a 37 especies de aves provenientes de los dos polos de la tierra en sus viajes migratorios.

Las laderas escurrían su sabia para nutrir, oxigenar y mantener al espejo con legiones protectoras conformadas por falanges de encinos, ayuelos, cuharos, gaques, laureles y robles. La extensa esponja se henchía en invierno y soltaba lentamente la sabia en verano; fue hogar pasajero de aves endémicas sumadas de 307 especies entre peces, batracios, insectos, aves y animales del bosque.

El espejo, fuente hídrica venerada por los muiscas como oasis de Sua y Chía, sus creadores; incrementaba la sabia prodigada por las lagunas, Cucunubá y Palacio. De la matriz del espejo se desprendió el Saravita, hijo mayor que se escurrió por planicies, declives y bosques hasta el río Chicamocha.

El reino en tiempos remotos fue administrado por etnias indígenas exterminadas por los castellanos. Los castellanos, siglos después fueron vencidos con la espada de la libertad en 1.810 por un venezolano que los corrió de cinco naciones.

De la pluma del libertador se empieza a gestar el virus. En 1.820 el venezolano diseña un plan para desecar al espejo que los indígenas bautizaron como Fúquene. Dos años después lo entrega como un regalo a José Ignacio París con el único propósito de drenar 13.000 hectáreas para convertirlas en pastizales. 
Laguna de Fúquene requiere intervención urgente para su ...
El espejo cubría todo el valle de Ubaté. En invierno, la sabia alcanzaba los linderos de los poblados de Ubaté y Chiquinquirá por la que flotaban canoas de roble con peregrinos creyentes de la Virgen del Carmen y reina de locombia.

Mientras el virus con zanjas y un túnel se empeña en avenar el espejo, en 1.844, luego de la muerte de París, el congreso de locombia decide, por decreto, compensar a los militares heridos en combate en los últimos 20 años, entregándoles parcelas en las faldas y orillas del espejo para empradizar el marco y sus laderas. Seis años después las legiones nativas cayeron cortadas por hachas acabando con la vida de especies con más de cien años de vida. Cuenta la historia que más de cien mil robles fueron derribados para convertir en puentes, durmientes y traviesas para el ferrocarril que intentó conectar a Bogotá con el rio Magdalena por el rio Opón llegando hasta Barbosa en 1.935. De un roble mayor sacaban diez bultos de carbón mineral que transportaba el tren a la capital.

En 1.873, por maniobras políticas, José Saravia Ferro se convierte en el dueño del espejo y retoma la determinación del venezolano. En 2 años logró desecar 643 hectáreas de la esponja. Construye un túnel para drenar el espejo, pero en invierno el volumen del agua aumentaba, inundando el túnel, desistiendo de la iniciativa.

En 1.905 el gobierno de Rafael Reyes, por decreto, decide convertir el ecosistema en un pastizal, declarando al espejo y su esponja en “un pantano infecto”.

El gobierno de Laureano Gómez importó semillas de pasto kikuyo desde Kenia, en África y fueron esparcidas en avioneta por todo el valle de Ubaté. Mientras en el país de origen compartía suelo con especies nativas, en las tierras locombianas enraizó formando un entramado que acabó con gramíneas nativas.

El follaje cambió. Los eucaliptos, pinos, acacias y sauces, arbustos exóticos de raíces profundas dominaron el paisaje de las laderas y volaron, para nunca regresar, las aves migratorias y especies endémicas que anidaban en la esponja que rodeaba el espejo. 

En 1.961 el congreso locombiano crea la CAR y empieza a nutrirse con un impuesto bautizado “impuesto de desecación” destinado a continuar la tarea de reducir el espejo.

En 1.980 el gobierno de locombia retoma la propiedad declarándola asunto de “interés nacional” y decide desecarla.

En 1.984 la CAR decide construir un canal perimetral en la esponja de Fúquene para corregir la decisión de desecar el espejo. El correctivo fue otro atentado al ecosistema hídrico. En invierno las aguas de las lagunas Cucunubá, Palacio y del río Ubaté, discurren por el canal directamente al río Suarez eliminando la recirculación del agua en el espejo. Deciden luego, poner compuertas al río para disminuir el flujo de agua disminuyendo más, la recirculación del agua en Fúquene.

Un estudio de japoneses revelado hace más de diez años precisa que a esa fecha la cuenca tenía un 5.5% en bosques forestales, es decir, especies exóticas introducidas.  Pastaban 171.000 vacas, 30.000 cerdos, 64.000 ovejas, y en el valle, había 7 mataderos y 30 fábricas de lácteos. El estudio concluye que los agro químicos usados en los cultivos de las laderas y los estiércoles de la ganadería y los porcinos son el peor contaminante de las aguas de la laguna de Fúquene al aportar el 60% del nitrógeno y el 75% del fósforo que alimentan los buchones y la elodea que ha venido cubriendo el espejo agotando el oxígeno del agua y el ingreso de la luz solar, extinguiendo la vida de las especies que quedaban en la fuente hídrica.  

Cada año la CAR invierte recursos públicos para sacar el buchón y la elodea, en un círculo vicioso para gastar dineros para preservar el lago que sigue siendo drenado por los vecinos del espejo de agua para convertir sus tierras fértiles en pastizales.

Similar contaminación con agro químicos usados en el cultivo de cebolla viene ocurriendo en la laguna de Tota en Boyacá. Como el covid-19, los gobiernos y los políticos siguen empeñados en extinguir las fuentes de agua para henchir los bolsillos de unos pocos. El empeño por desecar el segundo lago más extenso de los Andes, conocido como la laguna de Fúquene, después del Tiquicaca en el Perú, ocurrirá con el páramo de Santurbán aprovechando las cuarentenas que vive Colombia para mitigar el impacto del virus que apareció en China en diciembre de 2.019, al legislar por Internet.

San Gil, abril 18 de 2.020
Nauro Torres Q.

domingo, 19 de abril de 2020

Estera mágica




Estera mágica

Las matas de plátano se abonaban con el estiércol de la vaca y la cría. En las raíces de las matas, los varones debían orinar para fertilizarlas. Del pellejo seco del vástago, mi padre obtenía el papelón para armar las esteras y envolver el jabón de tierra; con el tallo verde y sal se preparaba un suplemento para los dos rumiantes. Con el plátano biche, cortado en finas tajadas y secadas al sol, luego molidas, mi madre preparaba fécula que endulzaba con miel de caña. Con el plátano verde, hacia sopa con frijoles verdes y lo servía acompañado con yuca sata como guarnición en los piquetes.

Era poca tierra en extensión, pero fértil. Estuvo en la ladera que escurre a la quebrada Agua Blanca, ahora turbia por deslizamientos usuales de las laderas que encajonan las aguas de la quebrada La Negra. La parcela estaba poblada de galapos, y bajo ellos, mi padre sembraba cafetos hasta que colmó con cinco mil almácigos. Mientras sembraba las matas del sustento futuro, las entreveraba con colinos de plátano, naranjos y limones. Oficio que compartían con mi madre, mientras yo, siendo un bebé, los contemplaba posado en la estera que mi padre había tejido para mí, metros adelante del corte de la siembra. Más adelante iba pastando la muñeca junto con su cría, una ternera que mi padre le apellidaba, la antioqueña.

Conformaban la estera, papelones de plátano seco que enrollados sobre sí mismo como tabacos y se asían a la misma medida y distancia atándoseles con cabuya proveniente del fique formándose una superficie blanda, cuya área dependía de quien o quienes fuesen a dormir sobre ella y se extendía en cualquier lugar para dormir
 Washington, cc, estados unidos de américa, -, un, estera, hacer ...
Las esteras, ya de esparto, papelón de plátano, o junco, ahora usuales para evitar los dolores de espalda, antecedieron a los colchones de fique, algodón  y espuma; acompañaron a los labranceros, peregrinos, y campesinos en sus ranchos. Hoy se usan como tapetes y forman parte de los inventarios de las posadas desaparecidas que hubo a la vera de los caminos reales que unían a las poblaciones en siglos pretéritos.
En la cosmología muisca la mujer es convertida en "fijiza" o sea, junco que es una planta alta de tallo hueco que crece en las orillas de las lagunas y en los pantanos. En el Popol Vuh, igual, es comparada con el junco por ser como un vaso receptor, portadora del vientre materno donde germina la vida humana. En la cultura indígena el junco fue un material que fue usado para mejorar la calidad de vida. Los cronistas de la colonia cuentan que el ingenio indígena se reflejó en la fabricación de las esteras para dormir, en el tejido para hacer separaciones de los aposentos, en cercas, en la decoración de los templos y en encierro para aves. Se usaba para pisos y en las camas.

En cama pasamos el 75% de nuestra existencia.

De niño dormí en estera,
de adolescente en colchón de fique,
de joven, en colchón de algodón,
de mozo en colchoneta,
de adulto en pulman,
de adulto mayor en ortopédico.

La estera me evoca la frescura del campo,
el colchón de fique, mi vida de estudiante,
el colchón de algodón, los sueños por construir
la colchoneta, mis primeros años de esposo,
el colchón pulman, un plácido descanso
luego del trabajo en doble jornada,
el ortopédico, los sueños cristalizados, las ilusiones y anhelos por alcanzar,

          En una estera viajé en la niñez, cual mago de oriente,
          descansando en un colchón de fique accedí al conocimiento,
          dormitando en un colchón de algodón estuve desempleado,
en una colchoneta engendré al primogénito,
en un colchón pulman acaricie a los hijos,
en un colchón ortopédico amé y fui amado,
vi morir y me rondó la muerte,
y en uno de ellos, volaran mis últimos suspiros
cual estera mágica que usé en la niñez.

San Gil, febrero 10 de 2.020
Nauro Torres Q.

lunes, 13 de abril de 2020

Mantenidos


Hilario vivió su niñez junto a la abuela. Hijo de madre soltera embarazada antes de cumplir 18 años y padre fugaz que se escabulló al enterarse que Stella había quedado preñada esa tarde, después de ir al cine.
Stella prefirió trabajar en lo que encontrase a abortar como le recomendaron algunas amigas. La abuela conoció el secreto, le brindó protección y ayuda.
Pastora había tenido y mantenido hasta adultos, a tres hijos. Uno de ellos, varón. Stella fue la nieta de sus afectos. Rosalba, madre de Stella, se lo entregó al cuidado de Pastora, quien lo consintió y cuidó hasta que le salió bigote.
Hilario estudió y cursó los años a espaldas de los amigos que le ayudaban con las tareas, y algunas, amigas que le gastaban las onces. Pasó el bachillerato habilitando y recuperando asignaturas. En las pruebas saber, el puntaje no le alcanzó sino para ingresar a una universidad de garaje.
El 87% de los casados ha tenido esta fantasía sexual - Hombre Moderno
Lo que no tenía en cultura general, le sobraba en estatura, musculatura, cara de actor y seducción verbal. Gustaba de mujeres mayores con independencia económica, protectoras y acogedoras.
Conquistó a Zulay, una agraciada secretaria ejecutiva que hizo la práctica y se ganó el puesto en una ladrillera en la Perla del Fonce. Ella alternó el trabajo extenuante con el noviazgo con joven estudiante universitario que alternaba caricias con el drama de sus limitaciones económicas al vivir con la abuela. María, la secretaria ejecutiva, decidió apoyar económicamente al novio de fin de semana. Éste, se acomodó a la generosidad de la secretaria, quien la cortó de tajo al encontrarlo en discoteca, un viernes, con una compañera de aula.
-        Hilario anhelaba ser el macho de la casa.  
John creció en la vereda capellanía de Pinchote. Su padre fue un progenitor que vivió a la sombra de la esposa, una mujer que recibió una extensa herencia sembrada de café.
En la escuela de la vereda Piedra del Sol, vivía una maestra que había entregado la juventud al servicio de la niñez. Yolanda rayaba los 40 años y no había tenido tiempo sino para guiar a los niños en la escuela y ver por su progenitora y su hermana, una solterona.
John, 20 años menor, empezó a galantear a la maestra. Con flores del jardín de la madre, hacia manojos de flores a la maestra, luego que los niños abandonaban la escuela. En cosecha, le llevaba aguacates, mandarinas. Por la emisora local le dedicaba en mañanitas campesinas, una canción a la maestra.
La soledad en el apartamento de la escuela. La distancia de la madre y hermana, los informes al director de núcleo y a la rectora, colmaban el tiempo de descanso de la maestra. Tomó la decisión de acoger los amores de John, quien le acabó el verano un febrero de la década primera del siglo XXI.
Se casaron por la Iglesia. Ella asumió los gastos de la fiesta y por amor al novio, le regaló el vestido, relegándole luego, el manejo de la economía del hogar y el uso de las tarjetas débito y crédito.
El sueldo, a gatas, alcanzaba para cubrir los gastos de los dos hogares: el de su madre y el de ella. John, al final de cada mes, ostentaba en las tiendas, el honor de ser esposo de maestra ostentando con las tarjetas del banco.
-John era el macho de la casa.
Graciela necesitaba con urgencia un crédito para cubrir los gastos del hogar, pagar la cuota de la camioneta cuatro puertas comprada en el concesionario y cubrir la cuota del paga-diario.
Trabajaba sin descanso en un colegio público con nombre de heroína comunera. En las tardes asesoraba tareas y asumía la jornada laboral en casa.
La profesora Graciela es agraciada y generosa en palabras para chicanear de los afectos del marido. Humberto, un joven, hijo de ganadero que no estudió, convencido que, para conseguir una mujer atractiva y orgullosa, había que buscarla en el magisterio. Y como prueba de ello, se convirtió en el joven enamorado esposo de Graciela.
Para facilitar la presencia de Humberto como comprador de ganado en las plazas los días de mercado, Graciela le dotó de una camioneta 4x4, y con ella chicaneaba.
Las deudas de la maestra se incrementaron, así las cuotas mensuales, y los embargos aparecieron dejando los ingresos como docente y pensionada, al mínimo vital.
Graciela, sin derecho a volverse a endeudar, deberá trabajar hasta los setenta años para pagar los embargos y liberar la casa para vivir, si es que lo logra, luego de cumplir 50 años como maestra y setenta de vida, mientras Humberto se jacta que la vieja cada vez tiene menos alientos y más enfermedades, y podrá gozar, a sus anchas, de las pensiones de la maestra que lo entregó todo por un amor tierno y meloso.
-        Humberto era el macho de la casa.

San Gil, marzo 05 de 2.020
Nauro Torres Q. 

El parasitismo del plagio intelectual

  El apropiarse de los méritos de otro u otros, el copiar y usar palabras e ideas de otros y sustentarlas o escribirlas como propias y usa...