Un sacerdote, ideólogo, visionario y emprendedor que propuso la educación y la organización social como estrategias de construcción de un modelo de desarrollo campesino en Colombia.
A los pobres no hay brindarles caridad ni lastima. “Hay que promoverlos y liberarlos para que gestionen y construyan su propio desarrollo”.
“El desarrollo no es privilegio de las ciudades ni de los polos artificiales del desarrollo. Es un derecho y una vocación de todos”.
“ Los pobres no son una carga ni obstáculo para el desarrollo. Por el contrario, son un potencial para generarlo a condición que se les permita hacerlo”.
“El cambio es una ley de la vida y se va a producir con nosotros, sin nosotros o contra nosotros”.
“El desarrollo humano y social es una dimensión concreta del compromiso cristiano”.
Con estas tesis, el sacerdote secular, Ramón González Parra, natural de Barichara, Santander, sustentó el proyecto de grado que tituló: “ El sector rural y el desarrollo” para graduarse en el Instituto de sociología pastoral en Roma en 1962.
Regresó a Colombia a la zona eclesiástica que lo tiene incardinado, cuyo obispo, en ese entonces, lo designó como director de Pastoral Social de la Diócesis de Socorro y San Gil,-SEPAS- cargo que desempeñó hasta 2007, año que fue removido con la escusa de haber cumplido 82 años, mientras otros jerarcas pasan de los 83 y los designan cardenales.
Desde la dirección de SEPAS, con un equipo de laicos, formularon e implementaron estrategias para construir un modelo de desarrollo emergente en Colombia a partir de tres ejes:
1. Tomar la provincia como unidad de desarrollo,
2. Formar y entrenar a los lideres naturales para divulgar y promover el desarrollo,
3. Organizar a la población en la parte financiera en una red de cooperativas y en la parte social y política, en una coordinadora de organizaciones campesinas.
El trabajo del sacerdote González Parra junto con otros levitas y un equipo de laicos dio origen a la construcción de un modelo de desarrollo emergente en Colombia que ha sido estudiado por universidades y difundido en varios libros en el país y el exterior.
La investigadora de la universidad de Javeriana, Marietta Buchelli, hizo en 2004 y 2005 un estudio de caso para comprender el modelo, conceptuarlo y construirlo, y darle significado a lo significados que la comunidad le dio en Santander, al proceso de desarrollo que vivieron, que fue difundido en el libro, publicado en asocio con EDISOCIAL, titulado: “Curas, campesinos y Laicos Como Gerentes del Desarrollo”. Entre las paginas 50-54 y 224 a 231 se describe lo siguiente:
1. La construcción del modelo global
“El modelo es un producto de dos procesos. El primero entender la experiencia interprentando los significados y los significados que la comunidad le da a la experiencia. Y un segundo, utilizando la metodología de sistemas suaves propuesto por Checkland y Scholes (1960) para la construcción de modelos y definiciones.
“El desarrollo es , en la experiencia de Santander, la sinergia que produce entre la forma de conducir un cambio en una comunidad para mejorar su condiciones de vida y las actividades necesarias para transformar la realidad de esa comunidad con el fin de crear una nueva sociedad. La sinergia debe producir estados de crecimiento de esa comunidad en el aspecto educativo y organizativo. La comunidad es la encargada de definir los procesos de transformación necesarios y de conducirlos para lograr nuevas configuraciones de su realidad”.
1.1. El proyecto de cambio global y la toma de conciencia.
La toma de conciencia de la realidad fue el detonador de todo el cambio producido en la zona desde 1960. Esta toma de conciencia tuvo varios componentes: La toma de conciencia del padre Ramón González Parra, la toma de conciencia del equipo de sacerdotes y laicos que se fue uniendo al proceso inicial, logrando un solo lenguaje sobre la conciencia de la realidad y la urgencia de transformarla con educación y organización.
1.2 El proyecto de cambio global y la educación
Bajo la premisa que toda persona tiene derecho a la vida plena y abundante en materia física, económica, social, cultural y espiritual el padre Ramón González Parra propuso como el desarrollo de las posibilidades humanas, El eje de la educación que se abordó desde la formación de lideres actuales y futuros; la capacitación de los adultos y la capacitación de los jóvenes.
Para desarrollar esta estrategia concibieron un equipo móvil que diseñaba y desarrollaba cursos por parroquias y provincias; convirtieron el seminario secular de Zapatoca en Instituto de Liderato social a nivel secundario; y a nivel primario y no formal, crearon el Instituto de liderato social de El Páramo. Ambos institutos cumplieron su misión en las décadas setenta a ochenta. En la década del noventa se constituyó la UNISANGIL para profesionalizar a los egresados de los institutos; a INDECOL para formar el personal para las cooperativas, y a nivel bachillerato, el instituto de liderato social de Zapatoca se transformó en IDEAR que esta graduando como bachilleres en bienestar rural cada año a 800 jóvenes.
El eje de la educación tenía dos pilares: Formar para explorar y capacitar para transmitir usando el cara a cara -seminarios, cursos-, los medios escritos -el periódico José Antonio-, La emisora comunitaria La Cometa y la televisión local-gente con verraquera-.
Pero qué se comunicaba? Las estadísticas que revelaban los diagnósticos, tanto de parroquias como de la región; las acciones que desarrollaban las personas dentro de las organizaciones, y las mismas organizaciones.
A quienes se les comunicaba? a los agentes y demás miembros de las comunidades involucradas en los procesos organizativos, de formación y capacitación.
Para que se comunicaba? Para difundir los emprendimientos que la gente del común realizaban para generar ingresos, para tomar conciencia del entorno y generar opinión a favor de la tesis que es la misma gente quien cambia las condiciones de vida.
1.3 El proyecto de cambio global y la organización
En el proceso, se entiende por organización “el ente social creado intencionalmente para el logro de determinados objetivos mediante el trabajo humano y recursos materiales”. Lo definió (Dávila,C, 1997, p.7) otro investigador de la universidad Javeriana.
Con la premisa que la falta de de organización de la población agrícola ha sido en gran parte causa de la situación en que se vive, lo cual dificulta cualquier ayuda que se quisiera ofrecer, el sacerdote González Parra planteó La estrategia de la organización que se implementó desde la fe con las comunidades eclesiales de base; desde la comunidad con los grupos de liderato social y las acciones comunales; desde la producción con sindicatos y asociaciones; desde la finanzas con las cooperativas de ahorro y crédito; y desde el mercadeo con las cooperativas de comercialización, supermercados y tiendas de consumo en la veredas.
Desde 1964, el cura visionario instó a laicos y sacerdotes y crearon una central cooperativa con sede en San Gil para promover la constitución de cooperativas de ahorro y crédito en cada parroquia, integrarlas luego, para apalancarlas financieramente. Esa central cooperativa es reconocida hoy como el banco COOPCENTRAL que nació en San Gil y ahora con sede en Bogotá.
Los grupos de liderato social de las parroquias de la zona fiquera de Santander constituyeron SINTRAPROFISAN y los grupos de liderato social de las parroquias de la zona tabacalera conformaron AGROTABACO que posteriormente dio origen a FEDETABACO, actualmente con presencia activa en las zonas tabacaleras del país. Los campesinos sin tierra formaron sindicatos agrarios. Y las mujeres en cada parroquia se constituyeron en la Asociación de mujeres para una nueva sociedad. Y en una asamblea de los directivos de esas organizaciones conformaron EL COMUN, la coordinadora de organizaciones campesinas de Santander que actualmente la integran cerca de 30 organizaciones de base en los departamentos de Santander y Boyacá.
1.4 El proyecto de desarrollo global y los valores
“Aunque el cooperativismo tiene como principio la neutralidad religiosa, el sacerdote González Parra lo asume como única forma que tiene el campesino para armonizar su producción en relación con la demanda posible de mercado. Solo un esfuerzo comunitario podrá ofrecer un progreso social en nuestras actuales circunstancias y para que este esfuerzo sea organizado, no existe formula mas practica que la del cooperativismo”. (González, R, 1960, p.39).
El ideólogo del proyecto de desarrollo emergente propuso en 1963 que: “ la democracia política supone la democracia económica. Este será otro principio que hará parte de la doctrina de nuestro proyecto. Podríamos decir que éste no es un movimiento religioso ni político, pero prepara a los hombres para obrar de una manera religiosa y democrática”. (González, R, 1963, p. 15)
1.5 El proyecto de cambio global y el aparato financiero y decisorio.
El gestor del modelo de desarrollo siempre fue consciente que sin los recursos nacionales e internacionales no era posible implementarlo, pero se debe partir de lo local, por eso propuso que en cada parroquia se gestara una cooperativa de ahorro y crédito, porque el ahorro individual tanto en dinero como en producción nos permite ser autónomos y sin el ahorro no se podrá experimentar la eficacia de la producción. ( González, 1960, p. 39).
Lideres campesinos formados en la década del setenta del siglo XX, egresados del Instituto de Liderato social del Páramo, Santander.
LA EXPERIENCIA GENERA NUEVOS SIGNIFICADOS Y VISIONES.
Los años imbuidos en la experiencia de pastoral social facilitaron el rehacer de significados. Por ejemplo el concepto de desarrollo fue iluminado con las propuestas del chileno Manfred Max-Neef, creador de los principios de la Economía descalza (1984) y de la teoría del desarrollo a escala humana (1986). Este autor define el desarrollo como la liberación de las posibilidades creativas de todos los integrantes de la sociedad como un concepto claramente separado del crecimiento económico y sin ser una condición para éste. El mismo autor afirma que el desarrollo no debe ser impuesto desde arriba sino que debe venir de la base. Y al entender así el desarrollo, el autor propone un método para aprender los verdaderos deseos y necesidades de la gente sencilla, agrupados en necesidades fundamentales y en satisfactores de esas necesidades. Las necesidades son: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad. Y los satisfactores son: ser, tener, hacer e interactuar.
OTRO MODELO DE DESARROLLO
El sacerdote González Parra como director del JOSE ANTONIO el periódico del Sur de Santander, en la edición 34 de marzo de 1983 escribió la siguiente editorial titulada “OTRO MODELO DE DESARROLLO” cuando se proponen modelos de desarrollo para Colombia, instintivamente hay que pensar que se trata de un desarrollo a partir de las pocas personas que tienen el dominio económico del país. Inclusive se piensa que la otra parte de la población, como los campesinos, los obreros, aparceros y en general los pobres, son un problema para el desarrollo.
hace 22 años en todas las veredas y parroquias de la diócesis se empezó a predicar que si se unían los pocos recursos de los pobres se podían obtener sumas significativas; se decía también que las corrientes fuertes de la economía debían estar constituidas por gotas y nosotros podíamos ser una de ellas, que la participación humilde de las abejas hace posible la construcción maravillosa de la colmena. Esa predicación de sacerdotes y lideres dio efectos.
Aparecieron 35 cooperativas que posteriormente conformaron la Federación COOPCENTRAL. Pero o importante es que ahora podemos demostrar que si es cierto lo que predicábamos. El aporte de las pequeñas sumas de los pobres puede dar la base para un desarrollo mas amplio de los pueblos marginados. Coopcentral y sus cooperativas afiliadas son un buen ejemplo. Pero además no puede haber verdadero desarrollo si se deja a la mayoría de la población por fuera.
Ya nadie podrá pensar mas seriamente que es posible el desarrollo de los ricos con base en la explotación y marginando a los pobres. Con el movimiento cooperativo nosotros hemos demostrado que “si es posible vincular a todo el hombre y a todos los hombres en el proceso de desarrollo” …..
RAMÓN, EL CURA EXCEPCIONAL.
Su nombre es de origen germano que significa el que aconseja a los protectores, tiene dotes de emprendedor pero requiere de la soledad para escribir, soñar, planear y visionar ideas.
Le conocí en la escuela urbana de la Belleza, Santander, a donde llegó en octubre de 1973 manejando un viejo carro Land Rover que iba cargado de leche y otra proteína vegetal que el programa internacional de asistencia alimentaria patrocinado por la Alianza para el Progreso de los E.U. implementaba en algunas escuelas de las cabeceras municipales de las provincias del Sur de Santander.
Tendría la edad de Jesucristo cuando empezó la vida publica sacerdotal. Su estatura supera los 1.80 metros, su tez es bronce, su cara hexagonal siempre iluminada por miradas tiernas y comprensivas adornadas con leves y permanentes sonrisas que instan al interlocutor a extasiarse en la conversación con un ser que pareciera tuviese una aureola de bondad soportada con el conocimiento detallado y amplio de la realidad regional, nacional y mundial, de la que siempre intentó demostrar que no es humana y no es justa, y había que transformar a partir de uno mismo.
Un registro fotográfico en el que los sacerdotes, Ramón Y Samuel Gonzalez Parra posan con ocasión de un encuentro en Pinchote para celebrar 90 años del visionario sacerdote. (Foto de Javier Ferreira J.).
Tuve la fortuna de participar en ese primer curso de liderato social que se dio en la parroquia de la Belleza, dirigido por él mismo, y luego no dejé de asistir a los siguientes que hubo por tres años con la orientación de otros sacerdotes y maestros laicos.
Esos cursos modificaron mis creencias, mis pensamientos, mis percepciones, incluso mis emociones convirtiéndome en uno de los apóstoles de esa causa liderada por este sacerdote nacido en la vereda El Choro del municipio de Barichara-declarado monumento nacional- cuyo padre, cultivador de tabaco, fue en contra de la costumbre de los campesinos de la región, en ese entonces; prefirió cambiar el azadón por los libros a sus siete hijos, dos de los cuales se ordenaron y siguen ejerciendo el sacerdocio secular.
El cura de lo social en el siglo XX en la Diócesis de Socorro y San Gil nació el 17 de octubre de 1928, en el mes que muere en Pamplona el ex presidente colombiano, Ramón González Valencia; en el año que murió en Nueva York el autor de la Vorágine, José Eustasio Rivera; en el año en que estalla la huelga en la zona bananera de Santa Marta y se produce la masacre de los obreros bajo las balas oficiales; En el año en que los conservadores hunden en el Congreso el proyecto de ley que reconocía los derechos de la mujer. En ese mismo año se celebraron en Cali los primeros juegos olímpicos nacionales y se crea la facultad de ciencias sociales en la Universidad Nacional, se reglamenta la perigrafía en el país, y el famoso aviador Charles Lindber vuela entre Cartagena y Bogotá dando comienzo a la era de la aviación en Colombia.
La primaria la cursó en la vereda, el bachillerato, la filosofía y la teología en el Colegio Seminario San Carlos- hoy colegio público con el mismo nombre-. estudió sociología pastoral y comunicaciones sociales en la universidad PRO-DEO en Roma. Y en la universidad de Lovaina, en Bélgica, junto al cura guerrillero Camilo Torres, hizo cursos de sociología aplicada al contexto latinoamericano. Allí se gano una beca para ir al Coady International Institute of st Francis Xavier University en Canadá en donde hizo un diplomado en educación de adultos y cooperativismo.
Llegó en 1974 a la Belleza, Santander, con un equipo de laicos que usaban como excusa la asistencia alimentaria a la primera infancia para promover entre los maestros y padres de familia, el interés por iniciar un proceso de formación no formal en liderazgo y organización comunitaria.
Vestía con pantalón negro con bota sencilla que caía armoniosamente en forma vertical en los zapatos corona de igual color y cleyeman blanco, abrigado con una chaqueta térmica americana color azul. Quien le conoció y conoce recordará una sonrisa angelical que siempre adorna su rostro, hoy con los pliegues de la sabiduría que dan los años; le recordará por su saludo caluroso y afable y una voz de tenor que siempre interroga sobre el estado de quien se cruza en su camino y anima positivamente para continuar el sendero que cada quien se ha trazado en la planeación prenatal.
Sacerdote alto que desde que le conozco, concelebra cada día en la catedral de San Gil sin tener en cuanta sus 88 años de vida, de los cuales, dedicó mas de cincuenta años al servicio de la Pastoral social-léase SEPAS- en la Diócesis de Socorro y San Gil en donde siempre ha estado incardinado.
El padre Ramón González Parra fue en dos ocasiones declarado personaje del año por el diario Vanguardia Liberal. Logró con ayudas católicas alemanas, sembrar, abonar y desarrollar el sector cooperativo en las provincias del sur de Santander. Logró además, implementar estrategias de desarrollo en la región para mejorar las condiciones de vida de los labriegos a partir de sus mismas organizaciones, razón por la cual es recordado con afecto en los municipios fiqueros, tabacaleros, artesanos, cafeteros y lecheros de la zona de influencia de SEPAS.
Tuve la fortuna de trabajar como peón de sus ideas por mas de 28 años. Primero como asistente a los cursos de liderazgo y cooperativismo, luego como maestro del Instituto de Zapatoca, posteriormente como director del departamento de Comunicaciones de Sepas dirigiendo la Carta de Compañeros y el Boletín hacia El Cambio; mas tarde como coordinador del periódico JOSÉ ANTONIO, como docente del IDEAR y finalmente por 20 años como director ejecutivo de la Fundación -EDISOCIAL-, empresa resultado de mi visión y conocimiento en las artes gráficas como se puede confirmar en los proyectos que fueron sustentados en el Comité Ejecutivo y en la correspondencia que este ilustre sacerdote enviaba a las agencias de ayuda internacional, dos de las cuales acogieron y financiaron, inicialmente el periódico JOSÉ ANTONIO, y luego en montaje de la editorial social de San Gil.
Mi relación con este insigne sacerdote fue de un aprendizaje permanente, pues es él, un manantial de conocimientos y sabiduría en todos los campos en los que aplicó las cinco partes de la manzana de Johnson y Holubec.
Siempre en su oficina de un segundo piso desde la que observaba en silencio las ceibas centenarias del parque La Libertad de San Gil, quienes fueron testigos de una labor que superó los 40 años, estuvo abierto a recibir, a ayudar, a guiar a quienes demandaban del consejo y guía, de una llamada para algún trabajo, de un consuelo en momentos aciagos, de un equipo para iniciar un trabajo social en cualquier vereda o pueblo colombiano. Vi pasar por su oficina a senadores, parlamentarios, ministros, gobernadores, candidatos a alcaldías y hasta concejales; pero en igualdad de importancia recibía a los desplazados que iban de paso a quienes no solo les buscaba hospedaje, sino daba de sus escasos ingresos, una ayuda económica para hacer menos hambrienta la pena del desarraigo que siembra la guerra.
Fui testigo de su sufrir ante el martirio de Monseñor Romero en el Salvador, hoy beato; sentí y vi las fuerzas y empeños para que la Diócesis de Socorro y San Gil convocase a los feligreses a unirse con donaciones para las victima del terremoto en Popayán, en Armero, y en la Diócesis de ciudad Guzmán, en México, a la que llegué por sesenta días para entregar y ayudar a la reconstrucción de esa ciudad en nombre de la jurisdicción eclesiástica.
Pioneros de la formación de lideres campesinos: Rodrigo Samiento y Alfonso Solano. (Foto de Nauro Torres).
Fui miembro de su equipo en sus correrías por parroquias de Santander y norte de Santander sembrando la semilla del cooperativismo en las que florecen empresas de ahorro y crédito como fuentes que apalancan a los agricultores que producen el alimento que llega a las grandes ciudades.
Fui su periodista en sus acompañamientos que hizo a los finqueros, a los tabacaleros, a los campesinos sin tierra y a las mujeres que decidían capacitarse y trabajar junto con otras para mejorar los ingresos y reclamar los derechos.
El padre Ramón González Parra es un sacerdote entregado a la causa de los pobres como lo fue Jesucristo. No se jacta de sus estudios y sapiencia en interpretar los signos de los tiempos. Es un soñador y estratega que supo diseñar y apalancar proyectos con los cuales, hoy la región cuenta con una paz con ausencia de guerra.
Hasta 2007 fue una persona muy activa pero fue relegado de su obra sin consentimiento; decisión que lo afectó por unos años y que hoy considera superado, pero a la vez, ve con nostalgia como los presbíteros que hoy conforman el clero de la la Iglesia Diocesana están cada vez mas alejados de los asuntos del mundo y de los problemas que aquejan a los creyentes. Ya no hay sacerdotes en las Juntas directivas de las cooperativas. Están distantes de las organizaciones campesinas y sociales. Y ven la educación no como una oportunidad para transformar, sino para hacer parte pasiva en los niveles: primario, secundario y universitario. Hoy los sacerdotes están mas metidos en las sacristías y menos en los asuntos mundanos que afectan a los hijos de Dios. Están mas en lo litúrgico y menos en lo social. Mas en las promesa del reino y menos en el sufrir y el sentir de los feligreses.
Hoy se le ve, pero no se le siente, ni en la calle, ni el púlpito de la Catedral en cada tarde en el ocaso, camina taciturno y lento acompañado de una ama de llaves que en los últimos 20 años cuida de él cual lazarillo.
LA VISIÓN SOBRE EL TRABAJO
En la edición de octubre de 1990 de JOSÉ ANTONIO, el periódico del Sur de Santander, refiriéndose al reconocimiento que hacía al señor Darío Benítez cuando dimitió de la gerencia de Coopcentral y le invitaba a tomarse unos años sabáticos, le recordaba: “ que el trabajo es lo mas valioso y mas sagrado que tenemos entre hermanos y entre manos, quiere decir entre quienes nacemos y morimos. con el trabajo se perfecciona el despliegue de las facultades y se realiza el hombre. Dando respuesta a sus necesidades el hombre camina hacia su plenitud individual y colectivamente. Es que el trabajo es vía obligada de autorealización personal y solidaria de perfeccionamiento individual y mejora colectiva. El trabajo es el ultimo hilo que une al hombre en su triple relación: con la naturaleza, con os hombres y con las generaciones pasadas y futuras”
LA EVALUACIÓN DE UN TRABAJO PASTORAL VISTO POR EL GESTOR DEL PROYECTO DE DESARROLLO
Para cerrar esta corta biografía, tomo literalmente las palabras del Padre Ramón González Parra a Carlos Carvajal, quien fuera mi alumno en la década del setenta y que se ha desempeñado como integrante del equipo móvil de SEPAS, quien hizo una publicación de la semblanza del sacerdote, y en cuyas páginas 17 y siguientes, confiesa:
- Yo me siento satisfecho en este momento porque en realidad el proyecto que había preparado y que fue mi sueño inicial tenía a las provincias del Sur de Santander y la Diócesis de Socorro Y San Gil, como el espacio para su realización. En este sentido “el globo de los sueños” pudo aterrizar en un campo apropiado. Podría decirse que me siento muy contento con lo que, con muchos, hemos podido realizar. Lo que si me queda claro es que es muy difícil el cambio a nivel de las comunidades locales y regionales, si todo el cuerpo social del país no cambia al mismo tiempo y va en la misma dirección.
- Nosotros hemos trabajado en la búsqueda de un cambio y de “una nueva sociedad”. Es natural que mientras se realiza ese trabajo, se le van quitando esos espacios a la competencia que deja excluidos y se va creando ese ambiente que solo es propicio para la solidaridad. No nos propusimos directamente ir contra la violencia sino en educar para afiliar a las diferentes personas en empresas de trabajo conjunto y solidario. Naturalmente que es muy notorio el hecho de que a pesar que estas provincias de los comuneros que tienen a nivel nacional la fama de guerreros y que pertenecen al departamento de Santander, donde se han imaginado y engendrado casi todos los movimientos revolucionarios de Colombia, sin embargo, sea “ un oasis de paz”.
- Sin duda que es el resultado del trabajo de la Iglesia que siempre ha estado en esa línea del anuncio de la paz y en la lucha por la vida, sin duda que es una consecuencia del trabajo de las organizaciones populares que han ido apareciendo en este tiempo, pero también no hay duda de que es un resultado de todo ese proceso de educación de adultos y de formación de lideres que nosotros hemos estimulado para la construcción de una nueva sociedad y muy en concreto para la formación de todo ese movimiento cooperativo existente entre nosotros. No nos hemos quedado solamente en el discurso, sino en la praxis misma de la solidaridad cooperativa.
- Yo creo que los pobres se vuelven violentos cuando no tienen esperanza; pero si ellos están organizados y son socios de una cooperativa ya sienten que han invertido mucho, aunque sean pocos sus aportes económicos y toman la actitud de defender su empresa y su esperanza y automáticamente cierran los espacios propicios para la violencia. Para que haya violencia armada se necesita un buen ambiente para ello; de lo contrario, no es posible.
- Pienso que la paz ha sido el mejor de los resultados de nuestro movimiento y de nuestro trabajo cooperativo
- Muchas veces me han hecho la pregunta por la situación de Colombia hoy. Lo que pienso de la situación de violencia a nivel del país, y sí veo algunas salidas:
- Yo pienso que la insurgencia natural de los pobres que se ven sin salida. Es una locura colectiva delos que no tienen nada que perder. La aplicación en Colombia del sistema capitalista que ahora llaman “globalización neoliberal” nos ha dejado como efecto evidente: La pobreza, con manifestaciones colaterales como el desempleo, la corrupción, la marginación, la exclusión. El narcotráfico es otro componente muy importante dentro de esta sociedad que ido perdiendo todos sus valores.
- Creo que en Colombia la situación de pobreza y de violencia están tocando fondo. La crisis es total y no se ven salidas claras. Podríamos ahora evaluar nuevamente las opciones que se presentaban en la década del 60 y cuya aplicación concentraron toda la vida de los colombianos hasta finales del siglo XX. Ahora unos optan por nuevamente por la globalización-neoliberal-, siguen hablando de los pobres y de la violencia como el costo social del desarrollo y de la llamada revolución industrial y tecnología de la nueva época y defienden su estrategia con autoridad y con las armas del Estado. Otros optan nuevamente por la estrategia armada y revolucionaria como mecanismo para producir el cambio de una sociedad que sea mas justa, también apoyando la aspiración de “nueva sociedad” con las armas mas sofisticadas y con una mayor crudeza de los ataques. En el momento se esta dando una guerra declarada entre estos dos actores de la violencia.
- Existe una salida esperanzadora y es la misma que nosotros planeamos en la década del sesenta, cuando apenas se iniciaba todo este problema social. Y esa salida es “hacer de Colombia una empresa cooperativa”.
- Las cooperativas tenemos la obligación de mostrar el camino que nosotros conocemos a fin de que nuestro país tenga una real salida. Ojalá que las próximas generaciones puedan descubrir y retomar los senderos que nosotros alcanzamos a despejar en busca de esta salida hacia una sociedad nueva y solidaria.
En 2.018 tres compañeros de faena en Sepas: Pbro. Samuel Gonzalez Parra, Miguel Arturo Rojas y Beatriz Toloza, se dieron en la tarea de recopilar los plantes y propuestas del Padre Ramón González en este libro de 298 paginas financiado por empresas que el levita había inspirado en su fundación.
En el prologo del libro, firmado por el arzobispo de Cartagena, Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, en el elogio que hace el sacerdote de Barichara, escribió: "El padre Ramón a través de toda su vida sacerdotal y de su trabajo social ayudó a vislumbrar un camino diferente al dinero para solucionar los problemas de la pobreza en la región santandereana de la Diócesis de Socorro y San Gil. Antes que nada, es necesario que nadie acapare lo suyo para si mismo, si hay otros que pasan hambre. Los discípulos de Jesús tuvieron que poner a disposición de los hambrientos lo que tuvieran, aunque solo fueran "cinco panes de cebada y un par de peces""
Este libro recoge el legado del insigne sacerdote y la publicación tiene la intención de seguir buscando, todos juntos, espacios de felicidad porque como el padre Ramón lo dijo en una entrevista: "La historia pasa irremediablemente y que, aunque el río avance sin retroceder, tiene que continuar llevando las aguas que le dieron nacimiento y que desde el principio lo engendraron con la dinámica de seguir siempre avanzando. Pienso que hacia el futuro solo podemos llevar lo que tengamos. No sé si será algo espiritual pero ahora encuentro con mayor claridad que mi historia es una sola y un compuesto de aguas viejas y nuevas. Quizá ésta sea una nueva época y nos inventemos nuevos paradigmas, pero el hombre seguirá siendo el mismo sinvergüenza que a pesar de haber encontrado paraísos tan bellos, los rechaza sin saber por qué y después se pone a buscar nuevos espacios de felicidad. Yo creo que debemos volver a la búsqueda de los espacios que hemos perdido de la solidaridad cooperativa y vida compartida, como fue la primera intención del creador".
San Gil, mayo 27 de 2.020
- NAURO TORRES Q.
- Periodista y escritor.
Nestor Rios
ResponderEliminarEducando un pueblo educamos un futuro.....
Hermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarVa para 93 años el padre Ramón González,una vida bien vivida."Hacia el futuro solo podemos llevar lo que tengamos" y cosechar lo que sembramos.
👍👍👍
Pedro A. Mateus M.
ResponderEliminarHace días me he venido preguntando que significó dentro de ese remezon promovido por el Padre Ramón González la acción del Padre Arnulfo Carreño quien pareciera ir por un camino paralelo pero no idéntico...a veces pareciera que su visión no encajaba en los moldes trazados desde San Gil...estaba el carismatismo dentro de línea del Padre Ramón y compañía? Aquí mucha tela que cortar...porque otro fuera del camino parecía ser el Padre Beltrán...el punto de llegada pretendía ser uno solo...pero los caminos se bifurcaban...doctores habrá que sepan responder...
Cordial saludo, Pedro Antonio Matus.
ResponderEliminarSin ser "doctor", y desde la observación y la praxis intento dar explicación, si los sacerdotes mencionados iban trazando sendas paralelas, congruentes y combinadas. En el caso particular de los tres mencionados como párrocos, actuaron según su formación teológica, sociológica. No me referiré al primero citado de quien entregué suficiente información de sus criterios, incluso, politicos.
El padre Beltrán (q.e.p.d.) fue un pionero en implementar escuelas y colegios, trazado y apertura de vías en las parroquias en donde estuvo, igual la construcción´´ de templos e complementación de la escuela por radio. Bajo las lineas de la pastoral social lideradas por RGP, recuerdo se trabajó con él, en Gambita, El hato implementando los grupos de liderato social a la vez que la formación de lideres adultos. De la acción del padre Beltrán en su Belleza, usted cuenta muy bien en su libro.
Y en cuanto a la acción del sacerdote Arnulfo Carreño, por la amistad con el paisano RGP y Jaime Micchel, hizo fusión entre lo social y lo carismatico con los resultados que hubo en la Belleza, de los cuales, según las gafas del observador, hubo resultados según los gustos. El proceso de formación a los campesinos adultos que implementaron los tres sacerdotes, arrojaron una dinámica en las veredas, barrios, que nadie midió en su tiempo. Sin embargo en el entorno en el que usted vivió y en el cual se dieron acciones dirigidas y defendidas por cada levita, sin haber nacido allí, y haber salido de allí en pleno auge del modelo de organización iluminando desde San Gil, dejaron dos muestras institucionales, indiscutibles: La cooperativa y el colegio, la dinámica de las acciones comunales y la implementación de la educación en las veredas y pueblos.
En estas vainas de las percepciones surgen diversas. El meollo de lo razonable, es encontrar los puntos convergentes entre los tres, y el efecto de esas convergencias en la acción la misión sacerdotal.
CARMENZA POVEDA. BOGOTA.
ResponderEliminarCarmenza Poveda
Muy interesante relato del padre Ramón González...
Un sacerdote entregado a sus feligreses, un ejemplo para muchos que ejercen ese poder de manejar masas y poder encausar en algo positivo como la creación del cooperativismo que sería una solución para muchos en este caos actual.... Pero con transparencia sin querer aprovecharse de los más débiles....
Excelente labor sacerdotal que Dios lo siga bendiciendo digno de admirar.....
Gracias Nauro por tu relato.
Compañera de aula, Carmenza Poveda.
ResponderEliminarVea usted, ex-rotaria de Zipaquirá. Dio en el eje del asunto. Hacen falta clérigos, pastores que muevan las masas pero a la causa del amor por el prójimo. Una Iglesia centrada en los problemas terrenales del hombre y la espiritualidad como el sendero de la trascendencia, es la misi´on que hoy lidera el papa Francisco. Pero escasean. El recien nombrado arzobispo de Bogotá, Monseñor Luis José Rueda, recién graduado de bachiller, trabajo con Sepas en el departamento de comunicación a finales de la decada del setenta. Su labor pastoral su exegesis y compromiso con el pueblo del Cauca, es una muestra de ese compromiso con los que sufren,
Si. El cooperativismo sería una opción para democratizar la economía a partir de la ayuda mutua y la solidaridad que nos enseñaron nuestros antepasados los muiscas. Pero en estos tiempos, y en particular este gobierno, legisló para quedarse con el 20% de los excedentes de cada cooperativa, antes usados para fomentar la educación cooperativa, dar becas a los hijos de los asociados, incluso para girarlos a la universidades publicas. Este año dicho 20% de los excedentes de cada cooperativa debieron girarse a la masa de la DIAN, y ya sabes en que terminan nuestros impuestos.
Esa ética heredada de los dineros calientes, o mejor del narcotraficante, como espejo buscando hacerse millonario sin importar el medio, nos tiene al borde de ocupar el primer puesto en corrupción en el mundo. Es la misma ética del "todo vale". "del vivo vive del bobo". "Que lo publico es para saquearlo" la tienen las mismas personas que confiesan, ..." el tipo hizo lo suyo pero hizo obras" así estas se caigan mas tarde.
Si. La labor del padre Ramón tiene mas admiradores en el exterior que en Colombia. Sus obras, desde su salida en 2.007 se vienen apagando vertiginosamente con cierta indiferencia clerical en la misma jurisdicción eclesiástica.
Gracias Carmenza por acompañarme en esta cruzada por resaltar los valores humanos en medio de este río de información, mucha con odio, incluso sembrando miedo.
MATILDE OMEARA GALVIS
ResponderEliminarUn muy merecido honor has hecho con éste artículo, al padre Ramón, quien asumió desde el corazón, la necesidad del pueblo campesino de esa Diócesis. Entregando siempre con una sonrisa en sus labios, el tiempo, conocimiento, energía y experiencia de que disponía, para crear comunidades libres, productivas solidarias y dignas de su condición humana.
Qué gran Ser!!!!
Valoro y aprecio mucho al Padre Ramón. Y tú mucho más que yo, porque tú experiencia junto a él fué de amistad profunda, solidaridad y apoyo mutuo, que en el transcurrir del tiempo se ha mantenido intacta.
Gracias por escribir y compartir.
Matilde, tu comentario es mi sentir. Y gracias a mi cercanía en el vivir, he logrado avivar la amistad. El, desde antes de la declaración del confinamiento, esta en Bucaramanga en asuntos medicos.
EliminarCarlos Monsalve
ResponderEliminarEl padre Ramón, un hombre emprendedor que aportó mucho a la socio economía de Santander y de Colombia. Un verdadero GRAN COLOMBIANO, a quien la sociedad le aprendió valores y principios. Siempre lo recuerdo con cariño, por su calidad humana.
Gracias Nauro por compartir éstas historias gratas.
Cordial saludo, compañero Carlos Monsalve. Guardamos o tenemos recuerdos similares de este Guane, de este Barichara, de este santandereano, de esta GRAN COLOMBIANO. Gracias por compartir este legado.
EliminarGabino Quintero Garcia
ResponderEliminarSin la visión del Padre Ramón con su amor por los desfavorecidos,muchos de nosotros no hubiésemos tenido la oportunidad de educarnos y salir de nuestro letargo.
Depronto... unos más que otros ,según nuestro proyecto de vida, fundado en deseos de superaación y en principios de cambio y dignidad personal.
De mi parte al Padre Ramón solo infinitas gracias.Fui uno de sus discípulos.
Al profesor Nauro, gracias por todas sus publicaciones, que nos permiten recordar, donde estamos y de donde venimos.
Cordial saludo Gabino Quintero.
EliminarDe donde somos, de donde vinimos y hacia donde vamos. Eso somos. Una síntesis de nuestros ancestros, nuestros abuelos, padres y maestros.
La obra del sacerdote Ramón Gonzalez, también es nuestro legado. Crecimos y maduramos bajo su pensamiento.
Mi mayor satisfacción, continuar alimentando los lazos de amistad que empezamos a tejer en la década del setenta, nutrida en la celebración de los 90 años del personaje de esta historia.
FRANCISCA FUENTES. BOGOTA
ResponderEliminarEl corazón se llena de alegría al revivir esta historia. Pero también se llena de nostalgia al saber que ese legado muy pocos lo siguen perpetuando.
Gracias Nauro .
Mi apreciada Francisca, diste en la convergencia de nuestros afectos: Recibimos el legado del padre Ramon y somos testigos en su extinción en sus sucesores en el cargo
EliminarANGEL SERAFIN TORRES. V. MEXICO
ResponderEliminarGracias Mauro por estás memorias que las nuevas generaciones deben de conocer, saludos
HERMANA OFFIR PRADERA, VALLE
ResponderEliminarFelicitaciones super genial lo leí todo aprovechando mi estado gripal encerrada en mi habitación super, super hermoso y muy interesante todo
ResponderEliminarJacobo Velasco
Si se hubiese mantenido el instituto de zapatoca y la promoción del liderato social estoy seguro que Santander tendría otra cara.
El pensamiento de Ramón González pudo brotar en cada pedazo de Santander y preñar el corazón de muchos seres humanos de ideas que cambiaron el destino de muchos, se sienten aún los gritos roncos de su garganta en el liderazgo de muchos Veleñoz, Guanentinos y comuneros y es difícil que su antorcha sea llevado por otros, aún siento luces de su pensamiento
Luz Marina Correa Caceres
ResponderEliminarQUE FALTA HACEN LOS ENCUENTROS DE EXALUMNOS
ResponderEliminarMATILDE OMEARA GALVIS OCAÑA
Me pides dos opiniones. Te doy mis apreciaciones, sólo eso, apreciaciones.
Sobre tu deseo de compartir crónicas sobre tus viajes, pienso que es posible que despierten interés en aquellos que disfrutan conociendo lugares, culturas, costumbres diferentes.
El que uno haya tenido esas experiencias, es de interés para personas cercanas afectivamente.
Si tus crónicas son más objetivas, que subjetivas, pienso que pueden llegar a mayor número de lectores.
Las crónicas que tú has escrito sobre personas, por ejemplo, la del Padre Ramón, me cautivan, porque tienen un mensaje profundo de bondad, de entrega, de generosidad, amor, visión y compromiso. Parte de la esencia humana.
Mi aprecio y admiración por el padre Ramón radica en eso. El desde su profunda humildad, ha sido un faro de luz en la vida de todo aquel que estuvo cerca, incluyéndome yo.
El es de los seres humanos que dejan huella sin abrir los labios.
Su energía ha sido y es tan grande, que trasciende ésta dimensión humana. Fíjate, a pesar del tiempo y la distancia su impacto permanece.
Las obras materiales, tienen un final las del alma no.