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lunes, 28 de abril de 2025

Simbiosis, 100 poemas santandereanos -con sabor a hormigas y a bocadillos veleños.

 

Semejando una yunta de labriegos santandereanos; uno que engendraron en las ariscas tierras de las montañas del Chicamocha, y el otro, en una colina que se despeña a las mansas aguas del rio Saravita, deciden una noche de diciembre de 2022 arar en los recuerdos y urdir un poemario que revele la simbiosis de dos hijos de campesinos acosados por la violencia, con un costalado personal con mochilas con el mismo nombre, unas, y el resto, que revelen el quehacer y sentir poetico de dos bardos que la vida los juntó para trenzar y entrelazar 100 poemas, tan originales como el mismo título del poemario.

 


El poeta internacional Joseph Berolo en un aparte del prólogo del poemario, expresó: “El hecho es que los pueblos, en todo momento, tienen oráculos que los interpretan y se convierten en voceros de su tiempo. En intima simbiosis interpretativa de un sentimiento común.  Esta invocación ES la voz que llega directamente a la mente y al corazón y como Paul Muni, “Esta tierra es mía” en el filme, “La buena tierra”, Simbiosis es la fuente natural de sus autores: Nauro Torres Quintero y Robin Germán Prieto, los dos dolientes sobre los surcos de la tierra. En su poemario en honor a Santander, ambos van deshojando sus emociones de amor, devoción y anhelos de restauración de “su tierra” de las garras de la rapiña, el libre albedrío, la maldad humana, el materialismo y el egoísmo mediante el pensamiento dirigido a la tierrita de Nauro: “ Se amontona el breñal, se despiedra la parcela, se ara sin tardar para lograr oxigenar y espolvorear; se zanjea para drenar, se hoya para abonar/depositando semillitas/ y tapando para abrigar”. A la par, la declaración de Robin Prieto: “esta es mi tierra/santandereana y colombiana/ que contiene los restos del abuelo/que oculta con recelo las armas/ de la esclavitud ye independencia”/.


Y continúa el prologuista: “llegan estos bardos de la tierra a rescatar la “jerga” santandereana popular y colombiana en camino a ser olvidada, tejiendo entre versos, prácticamente todos los términos de la conversa campesina, escueta, pura, tan pura como lo fuera en los labios de los abuelos”.


Y en muy santandereano: La cabra tira pa ´l monte, “la tierra llama” y “Dios los hace y ellos se juntan” tramaron este bello poemario digno de los santandereanos:

En el poema “El cabestro” el medico recuerda su niñez cuando guiaba al buey que guía por azarosos caminos a una manada de ganado; mientras el artesano de la palabra en la primera estrofa similar cuenta: “Para no quedarme en el rancho barriendo y lavando platos/ cargando la múcura llena desde el ojo de agua al tendal/, mi madre me mandaba al oficio/ de cabestro para ayudar al gañan/.


José Fierro escribió: “la poesia se escribe cuando ella quiere”. “Cuando tolde” es otro poema incluido en “Simbiosis”. Robin empieza el poema: “Pasará el calor que sofoca,/ ese que reseca los cuerpos de los obreros,/ que calcina los juveniles sueños,/ que abraza a las almas en pena”. Y el artesano de la palabra colombiano, aparea: “Cuando al sol lo abracen las nubes/ y el calor acaricie la brisa,/ cuando se esconda la tarde,/me entoldaré escribiendo/del sentir del ayer, del vivir del hoy,/ sin pensar en el mañana”/.


Zoroastro escribió: “El mejor y el más grande príncipe es aquel bajo cuyo dominio la tierra es mas fértil”. Bajo el título: “Despedrar” empieza el poema Nauro Torres Quintero: “Cuando le saque la chispa, no se emberraque mijito/ despiédrese con disimulo/, respire sacando su piedra,/ la ira consume energías, no es consejera cierta/, haga como el campesino que para labrar la tierra/socola, roza y despiedra la tierra para sembrar,/sin quemar la maleza y amontonando la piedra/cantando con buen humor las manchas para las huertas/. En su poema, Robin Prieto, reza: “Retirar el abrojo del camino/ esos odios que se pegan al cuerpo/ los malos sentimientos adheridos al alma/. “Sacar las piedras pequeñas,/ las envidias y rencores,/ remover las rocas grandes,/ la perdida del amor propio,/ despedrar los pueblos y ciudades/”.


Si usted es santandereano, asi como las hormigas o los bocadillos veleños nunca le pueden faltar a la hora de merendar, este poemario es digno de leer y regalar. Usted me escribe y a su casita Simbiosis va a dar:

Nequi: 3178572848


También lo puede leer en digital, adquiriendolo por 4 dólares en una tienda digital global.


https://books2read.com/u/4jYl8o



SABIDURÍA EN POESÍA, -UN ABONO PARA CULTIVAR EL SENTIDO COMÚN-


El Sentido común, es el menos existente en el haber intelectual en los integrantes de las manadas y conglomerados que pululan en las ciudades y continúa extinguiéndose en poblaciones influenciadas por los medios de comunicación masiva social, las redes sociales y el celular que, en vez de contribuir a la humanización, empujan a jaurías en las que el hombre es un lobo para el otro por atreverse a cuestionar una actitud, una acción o una opinión.


El sentido común es la capacidad natural que tienen las personas para juzgar y actuar de manera razonable y prudente en situaciones cotidianas, sin necesidad de conocimientos especializados. Es una forma de entender y resolver problemas basándose en la experiencia, la lógica básica y las normas sociales ampliamente aceptadas. En otras palabras, es el tipo de sabiduría práctica que nos dice qué es lo más lógico, adecuado o seguro hacer en la vida diaria.

SABIDURIA EN POESIA- saberes del cayado de los abuelos- es un canto de amor a la tradición, un bordado de refranes donde la voz de los mayores cobra vida en versos claros y hondos. Cada página es una ramita del cayado sabio que los abuelos usaron para caminar la existencia, compartiendo su experiencia como un faro para las nuevas generaciones.


Los refranes, los adagios, los dichos plasman en cortas frases y versos que por siglos el hombre ha acuñado y que se conoce como sabiduría popular por reconocerse como el legado de los ancestros al estamparlos, leerlos y asumirlos como lazarillos en nuestro pensar, actuar y que esmerilan el yo, el ser de quien los lleva a la practica en sus relaciones con uno mismo y con los otros para un buen vivir sin preocupaciones.

 

En la páginas de mi quinto libro publicado en Colombia, afloran 500 refranes tejidos con hilos de filosofía, ética y humanismo, urdidos en poesía invitando al lector a reflexionar sobre si mismos para cultivar relaciones respetuosas en el entorno humano y ambiental. No se trata solo de una recopilación de sentencias populares, sino de un diálogo entre la tradición y la sensibilidad poética, un ejercicio de reinterpretación que busca descubrir la vigencia de estas enseñanzas en el mundo contemporáneo.


SABIDURÍA EN POESÍA-Saberes del cayado de los abuelos- está pensado especialmente para niños y jóvenes, quienes son los herederos de esta sabiduría y los sembradores del futuro. En cada verso encontrarán no solo el sonido de la rima y la musicalidad de la palabra, sino también consejos valiosos para la vida, principios de convivencia y mensajes que inspiran a crecer con valores. La poesía, como un juego de sonidos y sentidos, les permitirá acercarse a la tradición de una manera amena, despertando su curiosidad y su imaginación.


Cada copla, cada poema, es un puente entre el ayer y el hoy. La voz de los abuelos resuena en estas líneas, recordándonos que el conocimiento no es un peso, sino una brújula. Así, esta obra no solo pretende preservar la herencia de la palabra, sino también avivar la llama del pensamiento crítico, la sensibilidad y el amor por la cultura.


Invito a cada lector, pequeño o grande, a recorrer estas páginas con el alma abierta, como quien se sienta a la sombra de un árbol centenario para escuchar las historias del viento. Que cada verso sea un cayado que oriente, un fuego que ilumine y una semilla que germine en la conciencia.


A su oficina o a su residencia, le hago llegar esta joya popular por el mismo valor: $ 80.000 simplemente pagándolo por Nequi: móvil: 0573178572848

Mujer, verso sagrado de la tierra

  "El amor no tiene edad, siempre está naciendo". Blaise Pascal.   ¡Contempla, caminante, la silueta que amanece! ¡Deté...