Si dono el diezmo a la Iglesia,
cuánto invierto para la familia y mi vejez?
Alfonso González, un campesino, escogía de cada cosecha de maíz, frijol, arracacha y papa, los granos y tubérculos de mayor tamaño que resguardaba en la troja para sembrar en la siguiente cosecha. Fue padre de diez hijos quienes se levantaron sin necesidades alimentarias y fueron buenas personas.
Lorenzo Roso no conoció a los padres, pero se crió en una familia campesina metódica que le enseñó el arte de trabajar para reservar para el mañana. Acumuló, mas de cincuenta, hectáreas en pastos y fue un campesino con mas cabezas de ganado en la vereda Jarantivá, en Puente Nacional.
Y al igual que Alfonso, fue padre de una decena de hijos, los cuales, también fueron ganaderos doblando, unos, y triplicando otros, la herencia.
Nacidos en las veredas, Jarantivá, Montes, Urumal, Alto Capilla, regresaron 50 años después a la Escuela donde cursaron la primaria a dar gracias el profesor José Manuel Suarez-de azul, al fondo de pie- por su labor en la década del sesenta del siglo XX.María de Velandia, sacaba la mantequilla a la leche para usarla en la cocción y horneada de alimentos, y el suero de la cuajada como alimento para levantar y engordar cerdos. Fue quien tuvo la tienda mas surtida en Providencia, una de las cuatro estaciones del tren que tuvo Puente Nacional; y sus hijos, lograron ser profesionales.
Victoria Ruiz, madre soltera, levantó sus dos hijos haciendo amasijos de maíz, almojábanas, y chucula que vende cada lunes en el marcado de la localidad. Vive sirviendo a quien lo requiera en la vereda. Ya supera los setenta años y deriva el sustento con honor y sudor.
Clementina Pacheco sacó a la camada de cuatro hijos amasando mogollas de trigo rellenas de cuajada, cosechando moras y tomate de árbol, y, aunque ya los hijos trazaron sus propios caminos, ella y su esposo Pedro Torres, que ya suman mas de siglo y medio, trabajan y viven felices en la parcela ordeñando vacas normandas.
Manuel Gómez fue criado por quienes no fueron sus padres en un runchadero en San Ignacio de Opón. Hoy, tiene mas de dos mil cabezas de ganado y varias fincas.
Paseo anual de tres familias ganaderas por tierras del medio Magdalena. 2.018.Giovanni Cruz, nació en la Paz, Santander, y sus padres solo le heredaron el amor por el trabajo; su primer juguete fue un bordón para arrear ganados de un municipio a otro y aprendió a negociar. Hoy tiene cincuenta años y cuenta entre sus activos quinientos vientres que le producen, además de una cría al año, dos mil litros de leche diarios.
Eduardo Garavito, nació en las tablas, pero con el trabajo tesonero y el ahorro e inversión, fue un finquero que fue dueño de las tres mejores fincas del Carare Opón en Santander, hoy con planos pastizales en las vegas del Minero en Cimitarra.
Guillermo Beltrán fue el mayor de una camada de hermanos cuyo padre no les dio el apellido y solo aportó el semen para engendrarlos al natural; debió empezar a trabajar desde niño como mandadero en parcelas, y cuando ya estaba volantón con solo la primaria fue jornalero y andariego hasta que se enroló en la Policía Nacional de Colombia. Por las necesidades padecidas en el hogar y con el empeño de contar con algo propio, empezó ahorrar e invertir en bovinos y en tierra. Se pensionó a los 40 años, y desde entonces con el mismo método sumó una riqueza con los años representada en centenares de hectáreas y cabezas de ganado que le permiten vender semanalmente 12 novillos gordos cada semana.
En ellos, hay una constante: pocos alcanzaron a cursar el tercero primaria. No había mas grados en la escuela de la vereda donde crecieron, pero todos fueron educados en el trabajo, la honradez, la responsabilidad, el amor a la tierra y el anhelo por asegurar, tranquilos, una vejez sin premuras y con recursos en caja para afrontar los achaques de la salud en el ocaso existencial.
Alfonso González sembraba legumbres y granos para alimentar a los hijos. Lorenzo Roso, ahorraba del jornal diario y lo invertía en un ternero que entregaba al aumento a algún finquero que ganaba su confianza. María de Velandia reservaba el producto de la venta de la mantequilla y fue comprando tierra para que pastasen mas vacas. Victoria Ruiz trabaja holgadamente para velar por su hijo menor, Down. Clementina Pacheco vive su vejez con el producto de sus vacas normandas que pastan en fértiles tierras acompañada por su Pedro amor. Manuel Gómez ha engendrado diez hijos en tres uniones maritales y a cada uno los ha apalancado para que tengan su propia finca. Giovanni Cruz, de arriero de lotes de ganado, es hoy, un prospero comerciante de bovinos con mas de mil hectáreas en sus haberes. Eduardo Garavito, a quien le mataron una hija para extorsionarlo, abandonó la región de San Ignacio en Santander y en sus ochenta años es un prospero ganadero en el magdalena medio. Guillermo Beltrán tiene en sus haberes fincas ganaderas en tres departamentos y puntos comerciales en una capital del Caribe colombiano.
Todos, fueron criados en la cultura campesina del ahorro y con la norma: “coma hoy, y guarde para mañana”, “siembre y coseche amando la tierra, ella es generosa y prodiga”. “Invierta en tierra, ella se valoriza todos los años”. “Invierta en ganado, ganado es”. “ De grano en grano, llena el buche la gallina”. “ Pague el diezmo cada año, pero guarde e invierta el triple para mañana”. Todos podemos llegar a ser ricos: “trabajando y ahorrando”. “El que madruga, Dios le ayuda”. “ A Dios rogando y con el mazo dando”. “ La vejez no viene sola, no sea una carga para sus hijos”.
En esta cultura del ahorro campesino que, aun persiste en las veredas y municipios productivos y productores de la provincia de Vélez, Santander, florece la generosidad, la solidaridad, la ayuda mutua que afloran en cada comunidad, el incremento patrimonial, y un bienestar creciente de las familias reflejado en tranquilidad y felicidad por lo que se hace, a diario, con la tierra y con los frutos de ella.
Pero esta costumbre de ahorrar una parte de la cosecha, ya en semillas o en dinero producto de cada cosecha, también florece en la ciudad entre las personas con origen campesino.
Sin abandonar el credo religioso y la costumbre de dar el diezmo, las personas ahorran, con esfuerzo, un porcentaje mayor para invertir en un lote, el cual, empiezan a construir, en el tiempo, con tantas piezas como miembros hay en la familia, y como si fuese una finca, la parcelan asignando a cada integrante, un habitación en la que se acomodan con la nueva familia, y que abandonan, una vez también logran tener los ahorros para comprar un lote y empezar a construir la casa propia.
Con los años sumados y a la espalda, usados para observar e identificar la axiología que iluminó a los personajes citados en este ejercicio de escribir haciendo el bien, inferí unos valores que contribuyeron a “crear riqueza familiar” desde la cultura campesina veleña.
Los valores de la cultura campesina veleña.
La sencillez: Son personas sencillas, amables que observaron que las gallinas, de grano en grano, llenan el buche. Los padres fueron solidarios entre si y tienen un solo bolsillo y no cada quien con su baúl. Y los hijos, se ayudan y apoyan entre hermanos cuando surgen emprendimientos individuales.
La confianza: Los padres delegaron en el hogar, tareas y funciones a cada hijo. Fue el sendero seguro para convertirlos en personas responsables y seguras de si mismos. Generaron confianza convocándolos a formar parte de las decisiones que afectaban la unidad familiar. Les enseñaron a pescar y no les dieron el pescado. Al dar el pescado, hay cena para un día. Enseñándoles a pescar, tienen cena todos los días.
La paciencia: Es el arte de darle tiempo a las ilusiones. Son los peldaños que hay trepar para alcanzar la meta. Las esmeraldas como los diamantes se acrisolan con los siglos. La riqueza se amasa con el ahorro programado, la inversión en activos productivos o en finca raíz, y con el control de los gastos. La paciencia es darle al tiempo, tiempo. Hoy que todo corre vertiginosamente, las personas crecen en años, pero quieren conseguir dinero fácil para escalar en la vida social, sin importar los medios y el cómo hacerlo, quebrantando los cimientos de la ética y el buen proceder, dando prioridad al bien particular sobre el bien común aceptando con normalidad la corrupción que se fermenta en los administradores de la cosa publica.
La bondad, la enseñaron con el ejemplo. Los padres que dan sin condiciones aplican la ley del Dar. Y el dar trae consigo el recibir, pues todo lo que sube, baja; y quien es bondadoso con los demás, recibe igual o mas, pues la bondad es el espejo de la ley de la compensación. Padres bondadosos forman hijos bondadosos.
La legalidad, son personas rectas, confiables; serias en los negocios. Para ellos, la palabra es una escritura. No toleran la mala fe en las personas. No admiran a quienes se enriquecen en poco tiempo en dudosos negocios. Son referentes de una cultura de la legalidad.
El cariño, lo expresan con los miembros de la familia; con los amigos y conocidos. valoran la amistad y son solidarios con los conocidos. Son personas que gozan de una alta autoestima y muestran orgullo, sin rayar en la jactancia. Se aman a si mismos.
La familia. Los veleños están atados a sus antepasados y guardan con espero los recuerdos de sus ancestros. Las familias se reúnen con frecuencia y comparten ocasionalmente entre hermanos, tíos y primos.
Amor a la tierrita. Los veleños añoran los parajes y el terruño donde nacieron y crecieron. Y quienes viajaron a lejanas tierras para colonizar o hacer emprendimientos, regresan ocasionalmente a la vereda, y tienen como costumbre visitar a los conocidos; jugar tejo, jugar a los gallos, montar a caballo y hacer el paseo de olla a la quebrada; sin faltar, a las ferias y fiestas navideñas de la población donde fueron bautizados.
En el hogar y en la escuela se forjan los valores que mantienen viva la cultura campesina. Y los campesinos, en su mayoría marginados en Colombia, trabajan con dignidad para tener el pan en la mesa y no dependen de las migajas del Estado, pero si requieren vías de acceso para comercializar y asistencia técnica para mejorar y producir mas llevando al mercado productos frescos y naturales.
Puente Nacional, vereda Jarantivá, Posada Ecoturística La Margarita, junio 12 de 2018.
Nauro Torres Quintero
Esp. Alta Gerencia. UIS. Lic. en Filosofía y Letras. USTA. Colombia.
Hermosa lección de ahorro , que en estos tiempos grandes y chicos , muy contaditos se preocupan por el ahorro y otros porque el dinero no les alcanza para tal fin . Excelente narración. Abrazos.
ResponderEliminarGracias. Encuentra en la gente sencilla, lecciones de vida y economia. Tu comentario anima a seguir contando historias.
EliminarCordial saludo.
DEL POETA LUIS MARTINEZ ARIAS
ResponderEliminarBuena historia que a pesar de haber sido escrita unos años atrás sigue vigente
Creo que la historia está un tanto incompleta, pues faltó nombrar otro ganadero y terrateniente de esa región que ahorraba la mitad del sueldo de maestro, para comprar sus vaquitas y ahora disfruta de su pensión y el producto de la venta de sus terneros y a pesar que pasa la mayor parte del tiempo en San Gil, no olvida, su tierra, sus raíces y sus costumbres, como buen hijo del campo y además nos deleita con sus escritos y sus historias.. Jajajaja 😜
Avergonzado estoy. Tres llamadas sin contestar y sin devolver.
EliminarCompañero, reconozco que los capitales de los pueblos, fueron una amasada de los viejos que hicieron producir la tierra y protegieron el medio ambiente.
En estos años vividos, he aprendido tanto de otros, y mas de dos de los personajes citados, pues aprendí de ellos, y me apalancaron financieramente para enamorarme de la ganadería, que a propósito, en esta pandendia, he vendido y comprado por internet.
Hoy, en la tarde le llamo.
Dr. FELIZ GOMEZ BOGOTA
ResponderEliminarUn gran ejemplo de que se puede hacer patria y progreso con trabajo honrado y sentido del ahorro.
De su tierra, y de sus paisanos, escribiendo sus emprendimientos, darian tomos de economía que enseñan. Enseñan.
EliminarLuis E. Gonzalez Piedecuesta, Santander
ResponderEliminarGracias mi buen escritor que relatos tán impresionantes ese también soy yo me hice de la nada Dios te bendiga grandemente y que puedas escribir muchas más una bendecida semana mí buen Escritor
LUIS EDUARDO TORRES. GERENTE DE COMULDESA LTA.
ResponderEliminar😀😀🤠🤠Excelentes historias de vida de las Belleza del campo. Que verraquera. Cordial saludo.
Su señoria, buenos dias.
EliminarMe honra que leas mis relatos. Y lo es mas que encuentre en ellas, valores, cuya intención es esa. Mostrar el legado de la gente que con tesón y método, dejan enseñanzas, que hay que dar a conocer.
Su vida y testimonio, es un oasis de conocimientos. Uno no es eterno, pero sus huellas son un decálogo, ya para los hijos, los amigos, y la historia misma.
Invitado a que me invite a entrevistarlo.
Hola Nauro Waldo felicitaciones por esa publicación e historia que narras con las costumbres y valores de la época, creo que aún todavía se conservan algunas enseñanzas de nuestros antepasados de la vida y obra del campecino natal de nuestras Regiones, con ese amor por el campo y por la crianza de la ganadería eso creo lo vivimos en la época y si no nos ubieramos ido a estudiar ubiesemos seguido ese ejemplo de la vida del campo aunque creo usted si siguió y tiene en sus haberes su fincas con ganado de raza en fin está publicación es muy importante para nosotros y así recordar la vida del campo con la enseñanza de nuestros abuelos, padres y amigos de la región. Un abrazo grande y muchos éxitos
ResponderEliminarMi apreciado colega, Norberto Cubides:
EliminarLos dos somos fruto de esos métodos que nuestros padres usaron en su existencia. Hoy, con los años a la espalda, aun me pregunto como lograron ellos sacar a los hijos adelante y darnos estudio. En ese entonces, estudiar era una bendición y una lotería. También me pregunto como hicieron para sostenernos en Zipaquira, y luego ya graduados, nosotros, hacernos camino solos en una selva donde no conocíamos a nadie.
De ellos, poco se ha escrito. Y yo, intento dejar para el presente y la posteridad ese cumulo de valores que hoy, la juventud, no conoce. ni se enseña en la educación.
Agradezco de verdad cada comentario, pues desde su profesión de psicólogo, deja en ellos, a los lectores, valores que recogerán.
ESPERANZA TORRES GONZALEZ VILLAVICENCIO
ResponderEliminarBuen día para empezar la semana este texto es muy alentador me remota a esas tierras donde un día mis padres fueron parte y De lo que se habla algo me ha correspondido.
Mi apreciada Prima, al igual, fuimos hijos de varones que nos enseñaron a trabajar y con su ejemplo, nos empujaron a continuar con su legado. Un legado que deberán conocer nuestros hijos y nietos.
EliminarPrimos, invitados a que nos conectemos a las 2 p.m. No sean remilgados, esquivos.
Muchísimas gracias por este relato tan maravilloso, destacando y rescatado la cultura de hombres y mujeres trabajadores, honrados y nobles, cómo lo fueron mis abuelos (Lorenzo Rozo y Elvira González), quienes nos dejaron las mejores enseñanzas y nos inculcaron el amor y el respeto por nuestra tierra.
ResponderEliminarCordial saludo, Johanna.
EliminarGrato confirmar que una nieta de Lorenzo Rozo, hay leído otra de mis historias. En particular, ésta en la que hago un homenaje a su abuelo. Lorenzo fue un hombre que con su ejemplo fue un maestro para muchos.
Como nieta, tienes la misión de compartir este relato y el de la fundación del poblado de Quebrada Negra, en los que tu abuelo es citado.
Los legados de los ancestros deberían ser referencia para los jóvenes, hoy.
Agradezco que te hayas suscrito al blog. Que comentes y compartas. También lo puedes hacer en mi canal: #naurotorres
Excelentes crónicas de nuestros hermanos campesinos de Santander. El diezmo, con respeto por los demás, fue y es una cruel costumbre que trajeron los españoles con su religión. Una persona sin trabajar, se enriquece a costillas de los que verdaderamente trabajan.
ResponderEliminarBuenos días. Cordial saludo.
EliminarAgradezco su reconocimiento a mis cronicas. Lamentando no reconocer a quien escribe.
Con el respeto que merece mis lectores, en particular, usted que ha leído varios de mis relatos, deseo adelantar fragmentos de una historia sobre los muiscas que compartiré el 11 de octubre para controvertir esa creencia que existieron razas. Hoy, los estudios han probado que somos un híbrido.
Referente al diezmo, al cual te refieres como una "cruel costumbre que trajeron los españoles" y su religión impuesta con miedo y espada, le cuento que tanto los indígenas guanes, que poblaron las tierras comprendidas entre los ríos Suarez, Pienta, Chicamocha y río de oro; así como los muiscas que poblaron parte de la provincia de Velez en Santander, Boyacá y Cundinamarca, tenían la tradición de llevar presentes al jaque y al cacique, igual a sus dioses, y esos presentes eran joyas de oro que aprendieron a trabajar y que para ellos, no tenia sino el valor del reconocimiento del otro, y de uso exclusivo en dirigentes de cada cacicazgo. Igual, ambas etnias hacían peregrinaciones a los paramos, lagunas o ojos de agua, por dos razones: El agua era para ellos, fuente de vida, y a las lagunas, porque creían que el fondo de cada laguna era el vaso comunicante con el lugar a donde se llegaba después de la muerte para continuar viviendo en esa, otra vida.
Igual, las familias, pagaban un tributo a las Utas-grupo de 5 a 20 familias, al cacique y era una parte de la cosecha. Cuando llegaron los españoles y los avallaron con los encomenderos, la tributación fue triple: para el rey, la Iglesia y la etnia, Por eso ellos prefirieron luchar hasta su extinción.
En el caso de la historia en referencia, se insta al lector que si si es capaz de dar el diezmo a su credo, entonces porque no guarda el doble para si mismo?
Te invito a suscribirte en el blog. Solo necesitas que tengas correo en gmail.com
Gracias por acompañarme en esta cruzada de lectura.
PEDRO MONOTES BOGOTA.
ResponderEliminarMuy interesantes historia de los reflejos de esa cultura pasada en la que nos enseñaron que trabajando con ahínco y con el ahorro se puede tener un capital suficiente para vivir una vida tranquila, y lo más importante, sin esperar que alguien le dé, sino con nuestra propia lucha diaria,
saludos cordiales
Mi apreciado Pedro Montes, compañero de escuela.
EliminarHonor me hace al leer mi blog. En particular, resaltar que las costumbres referidas en las historia, igual nos las trasmitieron nuestros mayores que desde la nada, tejieron un patrimonio y nos enseñaron a ser honrados y trabajadores.
Gracias por comentar.
PROFESORA INES DE PROVIDENCIA, PUENTE NACIONAL
ResponderEliminarBuenos días
Leí su importante artículo. Es muy buen rescate cultural.
Profesora Ines. Cordial saludo.
EliminarGracias por leer mi blog y reconocer el aporte al rescate cultural del campesino.
JORGE AVILA PUENTE NACIONAL
ResponderEliminar[9:51, 13/7/2020] Jorge Ávila: Hermosa historia
[9:51, 13/7/2020] Jorge Ávila: Hay varios conocidos en esa foto
Hermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarProfesor Nauro;
sus historias son hechos reales de Jarantivá que son los mismos en toda la provincia, y diría, de todo el campesinado Colombiano.
cada relato escrito de manera tan sencilla y bien contado, me trasladaba a mi tierra La Belleza. Nuestros antepasados no gozaron de estudio pero su sabiduría y conocimiento de la madre tierra era su ley. Enseñaban a querer y respetar la naturaleza a pescar en lugar de regalarles el pescado, ahorrar pensando en la vejez, cuidaban sus semillas nativas como un tesoro y hacían trueques con otras especies.
Todo un legado, que por la modernidad, se ha deteriorado pero que por fortuna las nuevas generaciones están retomando.
Mi apreciado Hermes:
EliminarEl campo, y quienes en él, vivieron y viven, son la fuente de la cultura nuestra. Pero pocos medios se interesan en mostrar e izarla como un referente cultural.
Usted anota algo muy importante: El estudio es necesario, pero no es la única fuente de sabiduría y cultura. Y usted lo precisa, nuestros ancestros no estudiaron, pero nos enseñaron con el ejemplo.
Hermes, una de las misiones de este blog, y de mi vida misma, es rescatar y mostrar ese legado de nuestros ancestros.
Ojalá, ocurra su anuncio: que las nuevas generaciones retomen esos legados y los pongan en practica.
Luz Marina Bayona Gómez
ResponderEliminarDon NAURO, nuevamente mis agradecimientos por sus escritos.
Es hacer un recorderis de la vida cotidiana del campo, y a la par, me deja enseñanzas.
Desde las tierras de Cúcuta, permítame un gran saludo
Luz Marina, cordial saludo.
EliminarVolaste lejos. Le recuerdo con particular afecto en esa tarea en que nos empeñamos a hacer empresa en la década del ochenta del siglo pasado.
Si. Cuando uno mira atrás, en los ancestros, uno encuentra un oasis de enseñanzas que solo con los años, valora y aprecia.
Le invito a suscribirse al blog, y así tener siempre mis historias calienticas.
PROFESORA MARHTA CARDOZO MIRANDA SAN GIL
ResponderEliminarAsí es amigo, así nos enseñaron nuestros padres a madrugar a ser persistente s a ahorrar y creer en Dios y gracias a ellos somos lo que somos.
Honrarlos a ellos y sus creencias es nuestra tarea y legado.
Gracias nauro por hacer referencia con esta historia a mis emprendimientos.
Feliz día
Mi apreciada compañera, buenas tardes.
ResponderEliminarSi. Con esta historia, rindo homenaje a personas que, como usted, fueron fieles al legado de los ancestros, y como ellos, con su tesón, verraquera, ha sacado a sus hijos adelante, y a la vez, viene preparando el terreno para lograr, sin ´premura, la cosecha para la vejez.
Eres una docente que también enseñó con el ejemplo.
ROSALBA GONZALEZ PARRA BUCARAMANGA
ResponderEliminarMuy interesante y significativo relato. Gracias y nuestro abrazo extensivo a toda la familia.
Con aprecio recibimos los saludos, y a la vez, el compartir mis relatos, es un gesto de agradecimiento con sus hermanos.
ResponderEliminarPedro A. Mateus M.
ResponderEliminarQuienes antecedieron en las coordenadas de tiempo y el espacio fueron campesinos que se hicieron a golpe de trabajo ...honradez...y apego a la tierra y la familia...
Tenían claro está el principio del ahorro para no tener que mendigar del Estado una pensión para vejez....pero vino primero el vendaval de la violencia que los arrojo a la aventura de la ciudad donde se perdieron entre la ignorancia y la miseria...pero vino luego otro huracán que también los desarraigo de su tierra y los condujo al ciudad en busca de superación y confort...
Eran las nuevas generaciones hijas de la educación que los convirtió en aspirantes a un empleo que en su vejez los proveería de una pensión para vivir...fue así como de trabajadores y honestos campesinos nos convertimos en asalariados que ya no nos acomodamos al campo y el pueblo...
Buscamos con afán la gran ciudad donde con el módico ingreso de un salario nos apegamos al confort de la vida cotidiana...en el pueblo era don Pedro...don Juan..doña Anita y doña María...en la ciudad no somos nadie...dimos el todo a cambio de nada...
Esa es la historia...
Mi apreciado colega Pedro A. Mateus:
ResponderEliminar"En las coordanadas del tiempo y del espacio"... es añoranza.
Que la ciudades fueron pobladas, luego del 48 por familias campesinas, es una verdad histórica. Que esas familias campesinas empujadas a la ciudad, numerosas conservaron sus valores, también es otra verdad histórica. Que la educación que en ese entonces nos preparó trabajar ya en la industria o en sector publico, también lo es. Que numerosos barrios de las grandes urbes, las gente vive amontonada, igual no se puede desconocer.
Pero quienes están en los campos produciendo, conservan esos valores, también es cierto.
El asunto de la esencia de esta historia es demostrar que aun con " golpe de trabajo...honradez... y apego a la tierra y a la familia" es posible amasar un patrimonio y unos ahorros que permiten pasar la vejez.
Hoy, luego de mas de cien días en confinamiento, inteligente o no, quienes menos están sufriendo de penurias, son las personas y familias que hicieron ahorros proactivos.
Quienes se dedicaron al vivir cada día en el confort, y de un momento a otro, dejaron de producir, están pasando aceite. Y los estragos de los efectos del covid-19 ya están a la vista.
usted mi amigo de siempre, ha escrito sus anhelos que esta pandemia, ojalá nos deje enseñanzas y logremos ser mas solidarios y mejores personas. Los testimonio citados en la historia, si bien cada quien construyó un patrimonio y enseño´ con el ejemplo, aun lo siguen enseñando porque al igual que nosotros están viviendo una época similar a la que vivieron nuestros abuelos, y nuestros padres cuando fueron desplazados por la violencia.
Y si. En la ciudad, no somos nadie. Y mas ahora que ni con los vecinos no debemos hablar, bajo esa premisa de mirar al otro, no como el hermano, sino como un portador del covid-19.
"Dimos el todo a cambio de nada..." Esa es la verdad al final de nuestros días, si nos referimos al tener, pero desde el ser hemos logrado trascender.
Un saludo don Pedro, ahora, en Bucaramanga, en la Belleza y en Puente Nacional.
GUSTAVO MEDINA BARBOSA, SANTANDER
ResponderEliminarya alvino lo decía: solo nos salvamos si trabajamos ayudando al otro , solo que poco aplicamos !!
ResponderEliminarHola personaje, Gustavo Medina. Cordial saludo.
Gracias por citar a Calvino. Fu el mismo que escribió que "fuera de cristo no hay sino idolos".
Recordé la historia de la salvación: O uno se salva solo o en comunidad¡¡.
Creo el lo segundo.
Motivo especial de regocijo Nauro, que des a conocer en tus narrativas las bellas y prósperas tierras de Vélez, Santander, capital del folclor, la guabina, el tiple y la guayaba; famoso por sus hermosas carrozas adornadas, por las mejores flores del mundo; la fantástica Catedral nuestra Señora de las Nieves; tiene la fabrica del mejor bocadillo Colombiano. Pero sobre todo, gracias Nauro, por recordarnos, la amabilidad, la superación, la pasión, el coraje y la calidad humana de sus gentes, su extraordinario emprendimiento al cultivo de tierra y la crianza del ganado.
ResponderEliminarVale la pena también, decir que siento envidia de la buena, por tu deliciosa estadía en la típica, Posada Ecoturística “La Margarita” por su excelente clima, maravilloso panorama natural, su ambiente agradable y además, saludable; diría con toda razón, que por esa dicha, gozas de muy buena salud.
Reconozco, estar de acuerdo contigo Nauro, de manera que, muchos de los bellos Municipios de Santander, entre ellos Vélez, requieren mejorar sus vías de acceso para comercializar y mejorar su producción agropecuaria, sería grandiosa, esa oportuna colaboración del Estado, al brindar apoyo al progreso de Santander y a todo el territorio colombiano.
Mi muy reconocida y apreciada Mariela.
EliminarDesde mi altillo, en casa en San Gil, pienso, reflexiono, leo y escribo.
Acabo de leer su comenatrio del 18 de julio relacionado con los valores que brotan en las familias campesinas que, con tesón, trabajo, ahorro y recta enseñanza sacan a los hijos adelante en estas tierra quebradas y bravas de Santander.
Quise en esta crónica, dejar para la historia que he observado en algunas costumbres y valores que deberán prevalecer para la historia como legado para las nuevas generaciones.
Por el comentario, noté que leyó de cabo a rabo el texto, y como persona allegada a los asuntos de la salud publica, conoce, no solo lugares, sino, peculiaridades de cada pueblo y sus habitantes.
Ojala Dios nos de la licencia de alguna vez ir por los lados de Puente Nacional y pernoctar en la Posada La Margarita.
Gracias por tu aprecio, tu apoyo y tus comentarios.