“Aquellos que no tienen tiempo para una alimentación saludable,
tarde o temprano encontraran tiempo para la enfermedad”
Edward Stanley
NAURO TORRES Q.
D.R.A.
2.020
Es falta de respeto comparar,
me dijo mi padre un día
cuando ingenuamente pregunté,
¿cuáles eran más buenas?:
¿las costeñas o las paisas?;
¿las vallunas o las pastusas?;
¿las boyacas o las de Santander?.
Y para sentar autoridad, por una sola vez me recordó:
las flores siempre son flores
bellas son por sus aromas y
colores;
aprender a diferenciarlas es gusto de cada quien;
y sin pensarlo dos veces,
de una vez me aclaró:
que entre gustos no hay disgustos,
las criollas son la mejor.
Yo, bajando la cabeza con respeto, aclaré;
padre, me refería a las arepas,
¡no a la mujer ¡
El viejo me voltio a mirar con denuedo e indagación:
igual ocurre mijito, cada enjalma con su bestia,
al pan, pan; y al vino, vino;
cuando hay hambre, no hay pan duro;
cada cual con lo suyo
y cada astilla con su palo.
Las criollas de maíz criollo
que mis ancestros molían con la jeta,
luego con piedra de moler,
más tarde con molino corona;
son las que aprendimos a comer
desde el vientre de la vieja;
por eso es que los santandereanos
preferimos nuestra arepa.
Y el viejo aligerando el paso,
me dejó por preguntón.
Y como la curiosidad mata al gato
cual garrapata lo volví a alcanzar,
y niño que no pregunte
es que no lo pusieron a mamar.
Ellas por naturaleza, gallardas y curiosas son,
limpias y trabajadoras e independientes también,
aguileñas, bellas, armoniosas y esbeltas,
recias pero amorosas, son las santandereanas.
Mi padre otra vez me corrigió,
¡así no son, las arepas
santandereanas¡;
pronto yo disipé, que me ¡refería a la mujer ¡
Las criollas santandereanas
son de maíz amarillo,
se pelan con ceniza o cal;
el maíz pelao se muele
con guabinas y café.
Se amasan con fuerza y cariño
con agua o leche caliente;
para dar mejor sabor
con cuajada o chicharrones,
se adoban con mas sabor.
Se acarician con la mano
hasta dejarlas al punto,
mientras se calienta el tiesto,
se asan a fuego justo
lo que hace la diferenciación.
Mi arepa santandereana
se disfruta diferente a las paisas sin sabor,
a las costeñas con huevo,
a las boyacas con cuajada,
a las vallunas con mantequilla,
a las pastusas con queso.
Llegamos al rancho terminando la conversación;
mi madre nos tenía arepa con carne asada y ají,
una mincha de guarapo y limonada pa´ mi.
Santandereano que se respete,
prefiera las arepas criollas,
y entre todas las arepas;
las paisanas tienen mas sabor.
Manuel Antonio Lizarazo Rodriguez
ResponderEliminarEl tamaño de la arepa santanderiana, que hacia mamá, era igual al tejo, hecho de barro por los indios Guanes. Resdientes en la vereda buta-regua de Barichara en limites con Villanueva.
Mi apreciado Manuel, se me agua la boca al imaginar el tamaño y olor de la arepa preparaba su progenitora.
EliminarOjala esa costumbre se mantenga aun. Una fotografia de ese tejo sobre el fogón hubiese sido una joya.
Nauro Torres eres genial cuando tpdo pase espero verlo. Para tomarnos algo, aunque sea la presión arterial.
ResponderEliminarGracias. muchas gracias. Intento, con los años, imitar al Garrick, el cómico de Inglaterra. Asi será. No importa¡ ahora es pertinente controlar la tensión, pero nos mereceremos un abrazo, pues salimos vivos.
EliminarHola mi señor. Una minchita o una jicarita, creo que se refieren a porción, no a volumen. Excelente escrito
ResponderEliminarCordial saludo. usted podria tener algo de razón. En región poblada por muiscas al colonizar los españoles, usaban vasijas de barro cocinadas y moldeadas en Raquira. De niño, mis padres usaron chorotes, ures, porrones, ollas y olletas y tasas de arcilla, y totumas de calabazo o pote.
EliminarAl amanecer en tasas se ofrecía un tinto y al desayuno o visita, en taza se brindaba una porción media de la bebida. A ello, mis abuelos y padres, por la cantidad, se le designaba Jícara. Evidentemente se refería al volumen.
Apreciado Nauro:Al leer tu relato sobre las arepas recuerdo con nostalgia y alegría a mi madre y los deliciosos manjares ancestrales que preparaba,en la Vereda "Chachanegua o Juanegro,de Ga'mbita,donde naci'.En las mañanas soleadas junto al ordeñadero,degusta'bamos una deliciosa arepa cariseca ,con una totuma de leche calientica y espumosa.Que' tiempos aquellos de la infancia!Y que' memoria tan feliz.Continu'a con tus relatos que nos llegan al alma.Un abrazo de tu amiga De'bora.
ResponderEliminarHay rostros y señoríos que uno nunca olvida. Hay voces y miradas que como obras de arte prevalecen en el bastidor de los recuerdos. Es tu caso, compañera Debora Bautista.
EliminarJuanegro o "Chachanegua", nombre original, cerca a Porqueras, veredas de los ancestros de Luis A. Calvo y Ricaurte Becerra; las conocí en 1.978.
Tres días después leo su nostálgico comentario., pues con la suma de los años que cargamos, los recuerdos de la niñez, se tornan en evidentes.
Al leerte, saboreé la leche recién ordeñada acompañada con arepa recién bajada del tiesto. Igual viví. Es la ventaja de haber hecho vida con alguien del campo y condición. la vejez seria mas llevadera.
Asi como en las tardes, a la vera del camino, en la mincha de corredor de la casa de Waldo Ariza, nos sentábamos a deleitarnos con un tinto con natas de mantequilla, hoy escribo con empeño y gusto para dejar en narrativa parajes de nuestra niñez y vida sencilla en el campo, tal vez, con la única ilusión de construir una memoria historica de quienes nacimos en la década del cincuenta del siglo XX en dos municipios en los que los bosques y casas de adobe fueron escondite del temible y venerado Efrain Gonzalez.
Yo continuaré escribiendo, y tu, leyéndome. Un triple abrazo sin corona.
DEL ESCRITOR BELLEZANO PEDRO MATEUS MARIN
ResponderEliminarPese a competencia desigual de la globalización con la comida chatarra...la arepa sigue siendo el pan de cada día para muchos colombianos...
no hay pan que valga...en la mesa no puede faltar la arepa...boyacá...Santander rana...costeña o paisa...es la nuestra en cualquier parte del país..
No sé que percepción tenga usted de sus lectores...en lo que a mí respecta pienso que no somos buenos lectores...de los tantos que dan un me gusta dudo que hayan leído el escrito de referencia...los que se atreven a un pequeño comentario no pasan de un elogio que deja dudas de si leyeron o no algo más del título..son contados ..
.que los hay los hay...quienes leen juiciosa mente y se atreven a decir algo fuera de lo común...pero no importa ...
escribir no deja de ser gratificante...cordial saludo.
Mi apreciado colega, Pedro Mateus, el hombre de las letras de la Belleza, Santander.
ResponderEliminarEn este sistema de competencias, no como inteligencias multiples, sino como una guerra de mercados, los procesados alimentos y las comidas chatarra, crecían en utilidades, expansion de mercados; pero con lo de esta pandemia, un grueso de la población ha empezado a comprender que hay que retornar a la comida sana, si no se desea ser abrazado por el covid-19.
Comparto con usted la percepción que aun en nuestras tierras colombianas, la arepa siempre esta en la mesa. Pero ahora el mercado se ha apoderado del tiempo, y las familias estan comprando harinas refinadas, dañinas como las comidas chatarras.
Refiriéndose a la arepa, cada país andino tiene su propia arepa. Y cada cual con nombre diferente, se cree el dueño del nombre.
Hasta hace un par de años, por lo leido y por la biblia maya, creia que el maiz era original de mexico; pero una investidora colombiana, en 2.016 en una excavación en el templo del sol en Sogamoso, encontró un cementerio con 38 restos indigenas de diferentes periodos, y en ellos, un hallazgo probó que los muiscas calcinaban el maiz para entregar en honor al solo. Encontró granos de maiz. Se concluye que el maiz es nativo de los andes.
Mi percepción es la mía, igual, refiriéndose a quienes se hacen presentes en la red. Miran pero no leen. Comparten pero no saben que contenidos envía.
Ya como maestro, pensando, nuestra educacion ahora adolece mas, de insistencia en aprender a leer. Leer para conocer. Leer para comprender. Leer para divertirse. Leer para confrontar pensamientos o ideas. Leer para interpretar.
En otras palabras colega; de adolece de lectores críticos. Por eso facebook y lo que ahí se ve, es fugaz.
Igual ocurre con los youtuber. Solo interesa los lais y los suscriptores. Usted me hizo recordar a Mac Lujan.
Si en la juventud nos quejabamos de la inexistencia de libros y lectores, hoy sobran los rios de información, y como las tormentas, se desprende al mar.
Con dudas, o no, compañero toca estar en la red. Es como una señal de humo para anunciar que estamos el la aldea global.
Gracias a usted, le encontré gracia al escribir. Así sea para uno mismo.
Gracias colega por leer el blog.
Respuesta de don Pedro Mateus
EliminarQue tengamos que seguir en las redes es obvio...de lo contrario corremos el riesgo de quedarnos de ese tren que pasa cada vez más veloz hacia un futuro incierto pero ineludible...sin embargo pienso que cuando éramos jóvenes tuvimos la oportunidad...y a la verdad que no la despreciamos...de tomar partido y luchar por causas que consideramos justas...que lo hicimos bien...regular...o mal...que nos juzgue la posteridad...hoy cuando el sol está a nuestras espaldas nuestro deber es dar a nuestros hijos y allegados ejemplo de honestidad y sensatez...lo demás ya no nos corresponden..
Cordial saludo...
LUIS MARTINEZ ARIAS
ResponderEliminarMi taita sembraba el maiz
Y mi mama lo pelaba
Calentaba primero el tiesto
Y la, arepa allí nos azaba.
Arepa de maíz pelado
Al desayuno me daba
Ninguna, arepa tan guena
Como la, que hacía mi mama.
Las mujeres y las arepas
Todas muy buenas son
No importa, de donde sean
Lo que importa es el sazón.
LUIS MARTINEZ ARIAS CHARALA
ResponderEliminarMi taita sembraba el maiz
Y mi mama lo pelaba
Calentaba primero el tiesto
Y la, arepa allí nos azaba.
Arepa de maíz pelado
Al desayuno me daba
Ninguna, arepa tan guena
Como la, que hacía mi mama.
Las mujeres y las arepas
Todas muy buenas son
No importa, de donde sean
Lo que importa es el sazón.
Y el chivato del Luis
ResponderEliminarpoco ayudaba en la labranza
estaba mas pendiente
de la cachona
para jartar leche caliente
al lado del fogón
mientras se robaba
la arepa.
La arepa de maiz pelado
que adobaba su santa madre
tenia que ser fresca y crocante
pa gustarle tanto a chino
a la hora del mandado.
Las arepitas de maiz pelado
guardan su condición
pero al joven Luis
gustaba de la santandereana
igual que la arepa de la mama.
LINA ROMERO
ResponderEliminarGracias por el tiempo que me dedica por tener gusto por la literatura, y conservar vivo la poesía si las personas dedicaran un momento en sus vidas para disfrutar de leer y de apreciar seríamos mejores personas.
Gracias por que me hace muy feliz compartir y aprender.
Esto hace que mi corazón este más cerca de mi tierra y la extraño mucho espero que cuando pase todo esto pueda viajar y disfrutar de mi familia amigos y de la riqueza gastronómica de mi tierra
Apreciada Lina. Sabias es su apreciación. Ya en el hogar o en el colegio, se insistiese en que los niños y jóvenes, disfrutaran la literatura y la lírica, seriamos muchos y mas los que habitáramos en Colombia y el mundo, siendo mejores personas.
EliminarSupe de su amor y añoranza por Santander. Y una de las misiones que me impuse fue desde marzo escribir, compartir y acompañar a esas mejores personas que que hace referencia.
Aprendi a amar lo nuestro en dos momentos. al viajar y en este confinamiento.
Asi será. Y como dice el poema...cuando todo pase.
PROFESORA LIGIA ARDILA SABANA DE TORRES
ResponderEliminarDeliciosa la arepa santandereana. No se cambia por ningún manjar.
Si. es verdad. la arepa es un manjar. Y uno de los nuestros.
EliminarCordial saludo. Estamos bien.
Hermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarBuen relato resaltando las tradicionales y deliciosas arepas de maíz pelao.
La tarea es seguir cultivando el amor por lo criollo.
👏👏👏☕
Los embutidos hacen daño al organismo. Los procesados, también. Las arepas de maiz transgenico, igual.
ResponderEliminarY la arepita de pelao, sigue siendo nutritiva y provocativa también. Y de ellas, ni pensar. Cada tiesto con su arepa.
ResponderEliminarJosue Orlando Villamizar R.
Nuestra arepa... La mejor....
Y entre ellas, las santandereanas, las mejores. Y si comparamos la arepa, también es una de las mejores. Gracias por disfrutar leyendo mi blog, profesor
EliminarHola Nauro de todo su comentario cuando se refiere al rancho , suena como si estuviera hablando en otro contexto geográfico.
ResponderEliminarEn Colombia se habla de Casa de campo,Finca y dependiendo de su extensión Hacienda....
Eso de Rancho me inmagino un rancho en norte de Mexico o en Estado de Texas allá si son Ramchos...
Pero en Santander es solo una casa de campo.
Cordial saludo, HERURO:
EliminarSi. En Mexico el termino rancho equivale en Colombia a hacienda, y en la Colonia a Estancia.
En el caso de mi narración, por ser de origen muisca nacido en el cacicazgo de Garavito, fue usual en nuestros ancestros, mi padre lo hizo, Tenia cultivos en tres pisos térmicos diferentes. El fin al hacerlo, era para tener en casa productos variados en la mesa. Pero solo se vivía en un piso térmico. En los otros dos, como eran distantes, se tenia lo que hoy se llama una carpa en la que se pernoctaba y cocinaba mientras se sembraba, beneficiaba y se cosechaba.
Es usual en la provincia de Velez, aun esta costumbre. En dos pisos térmicos, la cosecha es compañía. Igual ocurre con los ganados al aumento. A esos hospedajes sencillos levantados con palma de caña o de nacuma, se les reconoce como ranchería.
En Santander, quienes viven en la ciudad, y si tuvieron origen campesino, para demostrar la diferencia social con quienes viven siempre en el campo, se refieren a una parcela como su "casa de campo". Otros le señalan como cabaña. Usual para fines de semana.
Gracias por leer y comentar.