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viernes, 28 de febrero de 2014

La inteligencia se adquiere. Todos la tenemos, pero no la usamos.


La inteligencia  se adquiere. (1)
LA INTELIGENCIA ES LA CAPACIDAD PARA DESCUBRIR Y SOLUCIONAR PROBLEMAS.
School education

Podría afirmar que potencialmente la inteligencia es una facultad genética, porque no existiría sin una determinada serie de genes. Pero desde el punto de vista práctico, de su desarrollo, lo que entendemos por el cociente intelectual o capacidad intelectual de una persona determinada, hay que considerarla adquirida, puesto que su desarrollo está en función del ambiente y de la voluntad del propio sujeto.

En la inteligencia no importa el potencial que tenemos, sino qué hacemos con ella; en ese sentido afirmo que la inteligencia es adquirida, no es innata en los sujetos.

Entre las actividades que más aprecio hoy fueron aquellas que viví en el campo en la niñez. Los problemas que se me presentaban debía solucionarlos solo. Si los moscos me picaban debía acudir al limón. Si los perros intentaban morderme, usaba el bordón inicialmente, luego aprendí a mirar fijamente a cada can y a esperarlos con firmeza, comprendí que dominar a los perros era fácil. Si me caía, debía levantarme solo. Si me dolía una muela y no quería ir al dentista, debía calmarme el dolor con una mota impregnada de alcohol sobre la causante del malestar; Si alguien mayor me quitaba las onces en la escuela, aprendí a esconderme en el descanso. Si no tenía sino una camisa, pues la lavaba en las noches para tenerla limpia al otro día. Si quería algo o deseaba comprar algo de mi gusto, pues tenía que ganar dinero, acción que aprendí desde los cinco años.


FALSAS CREENCIAS SOBRE LA INTELIGENCIA HUMANA

El licenciado en filosofía y letras español Fernando Alberca en su libro “Todos los niños pueden ser Einstein”  controvierte las siguientes creencias sobre la inteligencia humana:

1.    Se nace torpe o inteligente.”

No es cierto. Todos los niños, salvo en excepciones ambientales provocadas por hambre crónica, traumatismos craneales, un parto con muchas complicaciones, u otras causas, pueden presentar un desarrollo intelectual menor que el de sus iguales. Claro, hay excepciones en casos del síndrome de Down, cuando los niños recibieron una estimulación extraordinaria de su inteligencia los hacen más inteligentes, capaces de resolver problemas más complejos, de aprender cada vez más, hasta resultados igualmente extraordinarios.

Todos los niños nacen con un potencial intelectual suficiente para lograr lo que se propongan, pues el potencial del cerebro humano es, a efectos prácticos, ilimitado. Si todos asumiéramos esta verdad, intentaríamos usar más del 20% de poder de nuestro cerebro, pues desperdiciamos el 80% del potencial, tal vez por falta de medios o por falta de voluntad.

La inteligencia se vuelve más eficaz cuando más se utiliza, y la capacidad de adaptación o de resolver problemas crece en virtud de la ejercitación.


El desarrollo del potencial genético de todo niño esta en manos de los padres y allegados, de los educadores y, excepcionalmente, en manos del ambiente, del modelo que propone la sociedad donde se vive y del propio niño.

-         De los padres, como consecuencia de la estimulación temprana y adecuada en los primeros años de vida.

-         De los educadores, como responsables, junto a los padres a partir de la edad escolar, de la construcción y conservación de lo adquirido.

-         Del ambiente, en cuanto puede facilitar las oportunidades educativas.


-         Del propio niño, porque no desarrollará nunca su inteligencia sin su propia cooperación en l educación e instrucción.

1.    La capacidad intelectual permanece invariable  a lo largo de la existencia.

Esta creencia también es falsa. Lo contrario, sí. Junto al crecimiento en la edad del niño, su inteligencia también crece  al mismo tiempo ritmo que aumenta su aprendizaje.

2.    A partir de cierta edad, con el envejecimiento, disminuye la capacidad intelectual como consecuencia de la muerte de las neuronas.

No es verdad esta creencia. La disminución de la actividad cerebral de una persona está más relacionada con su inactividad mental que con su potencia cerebral.

3.    Desde el nacimiento en niño está predestinado. Las actitudes varían de unos a otros.

No es cierto.  La potencialidad del cerebro es tal que cualquier niño es apto para cualquier  estudio.

La inclinación o adecuación futura a un determinado estudio depende de la ejercitación que el niño haya tenido desde pequeño.

4.    El fracaso escolar es consecuencia de una insuficiencia intelectual.
No es verdad.  Por más actividad que tenga el cerebro, siempre guarda su mayor parte sin utilizar.

El fracaso escolar es consecuencia de no haberse utilizado la potencialidad innata intelectual o no haberlo hecho de una manera adecuada. Nunca de no tener una capacidad adecuada.


5.    El aprendizaje es una consecuencia de la inteligencia.

Ocurre lo contrario. Si bien es cierto que no se aprende sin inteligencia, la inteligencia es consecuencia del aprendizaje. y no al revés. Se es inteligente porque se aprende.

CONCLUSIÓN.  Hay que cultivar y dirigir la inteligencia, sino, no dará el rendimiento que satisfaga el ser humano.


QUE PODEMOS HACER PARA FAVORECER EL CULTIVO DE LA INTELIGENCIA?

1.    Mantener una actitud positiva ante el estudio de los hijos, una actitud positiva ante la vida. Cuando un hijo no parece muy inteligente, si se le dice con frecuencia que inteligente, se convierte inteligente, pues todo ser humano lo es. Hay que ponerlo en práctica.

2.    Hay que emitir mensajes positivos sobre las facetas del estudio.

3.    Favorecer en todo momento el modo personal de la solución de los problemas. Ni los padres ni los docentes deben solucionarle los problemas a los estudiantes. (para desarrollar la intuición). El niño que aprende a solucionar los problemas por sí mismo, confía también en  que lo logrará. Así aumentamos la autoestima y la personalidad.

POSIBLES CAUSAS DEL FRACASO ESCOLAR
1.    Una mal llevada adolescencia.
2.    Una mala adaptación al grupo.
3.    Una mala adaptación del alumno al docente.
4.    Complejos. Timidez.
5.    Deseo de castigar de los padres o acudientes.
6.    Aprendizaje defectuoso de los conocimientos previos básicos para la enseñanza. Especialmente la lectura.
7.    Causas afectivas y emocionales.
8.    Falta de aprendizaje mínimo de las técnicas de estudio que posibilitan la destreza del aprendizaje en el modo y tiempo que se exige.
9.    Falta de habito de estudio, concentración y atención.
10.                     Situaciones ambientales excesivamente adversas.


CAUSAS COMUNES DEL ÉXITO ESCOLAR
1.    Una equilibrada personalidad.
2.    Una adolescencia suave en sus manifestaciones la rebeldía e inseguridad y cambios.
3.    Aceptable adaptación al grupo.
4.    Adaptación del alumno a cada docente.
5.    Salud mental y física del alumno y del docente.
6.    Alta autoestima por parte de alumno y del docente.
7.    Buena relación paterno-filial.
8.    Ausencia de celos excesivos en los padres.
9.    Aprendizaje basado en conocimientos previos, básicos para la enseñanza. Especialmente en el aprendizaje de la lectura.
10.                     Equilibrada afectividad y emotividad.
11.                      Aprendizaje mínimo de las técnicas de estudio que posibilitan la destreza del aprendizaje en el modo y el tiempo que se exige.


Braum (2001), considera la inteligencia emocional como:
1.    . El conjunto de habilidades que abarcan la capacidad de motivarse y persistir frente a las decepciones, controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad para pensar, mostrar empatía finalmente, reconoce los sentimientos cuando éste se presenta (p. 24).






jueves, 20 de febrero de 2014

Motive y anime a los demás a tener sueños en grande. Son los padres y maestros quienes potencian la inteligencia en los niños.




Maestros que dejan huella


LA ENSOÑACION, UNA DIDACTICA QUE EMPIEZA EN EL VIENTRE DE LA MADRE Y DEBERIA TERMINAR CON LA MUERTE

Si ensoñación es soñar despierto o desear algo con pasión, y soñar es representar en la imaginación sucesos o escenas estando dormido, o imaginar cómo real y verdadero lo no que no es; la tarea de los padres de familia y los maestros es motivar emocionalmente a los hijos e hijas desde el vientre de la madre hasta la pubertad para que,  conscientemente anhelen ser personas respetuosas, y honestas que logran todo con esfuerzo y dedicación y para que sueñen convertirse en ciudadanos creativos, solidarios, persistentes y proactivos.

Crecí en un hogar en el que soñar era un signo de malos presagios y en el que no había tiempo para la ensoñación, pues había que estar en permanente actividad física para evitar los malos pensamientos, como si esos viniesen de uno. Sin embargo, tuve la fortuna de tener algunos maestros en las cuatro etapas de formación académica, sembraron en mí anhelos para tener sueños o utopías y luchar por alcanzarlos, además me animaron a convertir los libros en mis amigos convirtiéndose en otra didáctica para sembrar sueños.

Mi padre, Miguel Agustín Torres solo fue a la escuela dos años, perdió a mi abuelo cuando tenía dos años de edad y asumió la responsabilidad del hogar de mi abuela viuda, y el nuestro, a los 22 años. Sin embargo, fue un narrador de mitos, leyendas y cuentos con los cuales nos distraía en las noches mientras descocotábamos el café que sembramos con amor en las paredes de una pequeña finca que bautizó la vega que no tenía de vega sino un espacio poblado de gigantes piedras que yo convertía en mis monstruos. No tuvo libros, pero leía todo lo que encontraba, en especial la prensa con la cual mejoró la lectura y la caligrafía, no superada aún ni por los hijos ni por los nietos. Fue él, mi padre, quien  convirtió mi vida en una ensoñación permanente, gracias a su  didáctica oral.

Sara Mosquera se llamaba mi maestra de primero. La recuerdo porque decía: estudie mijo, estudie. No vaya a ser como el burro que come, duerme y defeca en el mismo lugar. No vaya a ser como el burro que solo sirve para trabajar y rebuznar.

Epifanía Pardo se llamaba mi maestra de tercero de primaria.  Leyendo cuentos y narrando historias me indujo por los libros en cuyas páginas habría tantas cosas nuevas, aun no imaginadas por mí, pero que podría conocer y viajar por el mundo, estando en casa. Y desde entonces me escondo en ellos, hablo y comprendo a los personajes, conozco tantas historias como libros leídos.

El sacerdote Ramón González Parra fundador de SEPAS en San Gil, me regaló en la edad adulta tantas enseñanzas aún no escritas. La más importante, me enseñó a leer la realidad y a transformarla. Me enseñó a ser solidario siendo cooperativista.  Me enseñó que la pobreza no es un obstáculo para el desarrollo económico, no es un castigo, sino una oportunidad para vencerla con el conocimiento y la inteligencia. Me enseñó que mientras uno NO vea al otro-el prójimo- como mi hermano, mi fe en Dios es vana.

Albert Einstein fue un genio reconocido del siglo XX y uno de los más célebres de toda la historia. Según uno de los más brillantes científicos contemporáneos, César Nombela, con la Teoría de la Relatividad  formuló la última de las grandes leyes físicas del mundo –si él lo dice ha de ser cierto-. Su capacidad para explicar cómo la naturaleza no varía pese a la falta de destreza del observador­ - lo que el observador no ve -, lo hizo imaginar la curvatura del espacio-tiempo, que supuso una forma  nueva de descubrir la realidad, un avance extraordinario que transformó nuestra visión del espacio y del tiempo, desplazando para siempre a la física de Newton.

Con Einstein se confirma la tesis que las personas se hacen inteligentes, y como él, muchos pasan desapercibidos en el sistema educativo. De pequeño fue considerado un niño intelectualmente “lento”. La madre pensó que era un ser deforme-debido al tamaño y forma de su cabeza enorme y angulosa-, y retrasado mental – por su lentitud para comenzar a hablar­ -. Pero aquel niño,  grueso y ensimismado, callado y gris, con el tiempo empezó a poner en duda todo lo que los demás decían.

Como muchos padres colombianos, el padre de Albert no pudo estudiar porque los padres no contaban con recursos económicos suficientes. Era un hombre opacado, influenciable, con poblado bigote- como luego imitó su hijo- que  fue de fracaso en fracaso; fue bueno y pasivo que se acomodaba a las circunstancias; pero era muy querido por muchos, de gran corazón, y tendía a la ensoñación. El soñar fue la cualidad más importante que transmitió a su hijo.

Albert confesó que fue “un niño solitario y soñador, que no encontraba fácilmente amigos”. Evitaba las peleas y siempre prefería los pasatiempos difíciles en solitario o los juegos de bloques de construcción, es decir, cualquier cosa antes que empatizar con los demás. Hasta los nueve años habló con fluidez. Quien lo cuidaba de niño lo llamó “padre del aburrimiento”. No comunicaba sus sentimientos, pero sí, sus rabietas. En la música fue el único medio que la madre encontró para que él expresar sus sentimientos. El violín se convirtió en su compañero más fiel. Con él pensaba, resolvía problemas, se refugiaba.
La educación fundamental de Einstein no provino de fuera de la escuela. Lo rodeaban familiares adultos dedicados a las comunicaciones y la electrotecnología, entonces a la vanguardia de la tecnología. Igual influyeron en él los libros de divulgación científica que les facilitaba un judío estudiante de medicina.

Pero qué hechos convirtieron a Albert Einstein en un científico? Para demostrar la tesis del título de esta nota escrita por mí mientras estaba en el aula de docentes del Colegio Luis Camacho Rueda, los narraré:

1.    Un profesor le dijo que valía para las matemáticas y lo dejó ir  a sus clases de oyente cuando no había probado ni el acceso.

2.    Un estudiante judío de medicina agradecido le dejó a su padre, unos libros de divulgación científica que le apasionaron.

3.    Se encontró con el cariño de una familia que adoptiva que lo quiso, simplemente por ser una persona, sin autoritarismo ni protección. Que estimuló en él la búsqueda de la verdad, la dignidad y la excelencia del ser humano y su honradez.

4.    Una escuela sin autoritarismo ni dirigismo, merecedora de todos los esfuerzos y aciertos educativos.

5.    Y una esposa, que junto a su amor, le dio la motivación para trabajar por un fin más allá de sí mismo, y le supo acompañar hasta el éxito.



Todos los niños podrían ser Einstein, si como él encuentran la combinación que estimule su capacidad siempre desaprovechada y, en la práctica, infinita. Este judío fue el resultado de la combinación de: amor, estímulo, confianza y motivación, trabajo, ensayo y error.

Esa combinación debería estar en los padres, los maestros y familiares. La combinación del amor, el estímulo, la confianza, el trabajo, el ensayo y el error para aprender de ellos.


La mejor enseñanza, sembrar sueños. El mejor apoyo, facilitar la ensoñación. El mejor ánimo, usar las palabras para sembrar conocimientos  colocando capas de experiencia en las personas, y usarlas con positivas intenciones.

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...