Por circunstancias de tiempo y lugar en el presente año se me ha
asignado en el Colegio la asignatura de Etica para los grados octavos, y en
ella, he pretendido cimentar en los estudiantes un proceso de reflexión sobre
si mismos para que se encuentren así mismos, y al hacerlo, descubran que tienen
conciencia, la cual hay que explicitarla en nuestro quehacer diario bajo la
óptica del bien y el bienestar personal, familiar y social.
Con el objeto de dar alguna luz sobre el por qué los colombianos somos
envidiosos, poco proactivos, persistentes, unidos y con poco empeño en trabajar
en equipo; encontré este artículo en la Revista Semana que merece ser
difundido.
Lo que realmente destruye la riqueza de las familias colombianas son las
insoportables guerras por envidia y falta de apoyo en las que vivimos metidos.
Hoy me propongo a no hablar tanto desde la perspectiva de los libros.
Hoy me propongo a hablar desde lo que han visto mis ojos desde muy temprano en
la vida. Y es que si bien es normal que en el mundo entero las familias tengan
sus conflictos, en mi opinión ¡que verracos si a los colombianos nos gusta
pelear por dinero!
Hablo en nombre de un sin número de familias que he tenido la
oportunidad de conocer a lo largo de mi vida. En muchos casos la radiografía de
las familias colombianas respecto al dinero parece ser la misma. Hay un tío o
una tía rica que le gusta echarle en cara su dinero al resto. Y el resto se
muere de la envidia esperando a algún día conseguir dinero para regresarles el
favor. Este ciclo se repite una y otra vez.
Y es que no hace falta tener una gran empresa para pelear por plata. Acá
muchos peleamos por millones, miles, cientos, pesos y también por los centavos.
Si realmente queremos aprender a mejorar las finanzas de los hogares en
Colombia tenemos que enfocarnos allí. Décadas de trabajo y construcción de
riqueza se pierden literalmente por envidias y por no saber apoyar a quien
tiene nuestra propia sangre.
Es increíble pero muchas veces quien nos da la mano en la vida no hace
parte de nuestro propio núcleo familiar. Porque a “calzón quitao” muchas
personas preferirían que a sus hermanos o primos les vaya mal en la vida.
Hágase esta pregunta de corazón. Piénselo en serio. ¿Me siento feliz cuando a
mi hermano(a) le va bien? ¿me alegro por sus logros?
Cuando los padres solo promueven el valor del dinero entre sus hijos
corren el riesgo de quedar solos al final de sus días. Por eso cuando los
expertos aseguran que nos hace falta educación financiera yo me sonrío. ¿Nos
hace falta educación financiera para construir riqueza? O por el contrario ¿lo
que nos hace falta es construir valores en nuestras familias?
LOS VALORES ES LO QUE
NOS HACE DIFERENTES.
Como un faro que mira al horizonte el rol de los padres es definir muy
bien los valores correctos. Los
valores son todo aquello en lo que actuamos sin pensar. Los valores son todo
aquello que hace la diferencia en nuestras vidas. El trabajo y la
riqueza son sin duda un valor. Pero no son los únicos… también son el amor, la
comprensión, la ternura, la amistad y la colaboración.
SOMOS
EL RESULTADO DE LO QUE HICIERON NUESTROS PADRES DE NOSOTROS.
La semilla de toda guerra
familiar parte de la envidia entre dos hermanos. La semilla de la envidia entre
dos hermanos parte de la forma que los tratan sus padres. Si allí existen
preferencias es porque también así a ellos los trataron. ¿Cuándo vamos a romper
con esta historia sin sentido que no lleva a ninguna parte?
Si en una familia hay alguien que tenga más riqueza que el resto tiene
la oportunidad de marcar el compás respecto al dinero. Aquí tiene dos opciones.
Actuar como un “payaso” en las reuniones familiares y hablar más duro que los
demás. Hacerse del benefactor muchas veces sin serlo. O puede actuar de forma
tranquila. Apoyar al resto a estabilizar los ingresos entre todos para prevenir
guerras futuras.
En la vida empresarial pasa algo curioso. Cuando no hay plata es fácil
preservar la unidad familiar. Cuando no hay mucho porque pelear es fácil vender
una visión de equipo. Como por ejemplo sacar una empresa adelante. El problema
surge cuando llega la plata. Muchas empresas familiares no entienden que las
compañías formidables surgen de cuidar los pesitos en tiempos de prosperidad.
VALORES QUE HAY QUE
SEMBRAR EN LA FAMILIA PARA FOEMNTAR RIQUEZA
Existen un millar de valores por los que vale la pena vivir. Pero quiero
en este corto escrito compartir mis preferidos. Pienso que los cinco valores para crear riqueza en la
familia colombiana son: sencillez, confianza, paciencia, bondad y cariño.
Sencillez: que bobada estar
demostrándonos lo que tenemos y no tenemos entre hermanos. Si cuidamos los
pesitos entre todos nos va a ir mucho mejor.
Confianza: ¿por qué muchas
veces quien cree en mi no es de mi familia? Salir adelante parte de
colaborarnos entre todos. Y para esto debes arrancar por confiar en tu propio
clan.
Paciencia: nada que valga la
pena en la vida se consigue en media hora. La confianza es el arte de saber
darle tiempo a las ilusiones. Y este es un valor que podemos construir en
familia.
Bondad: la carrera más
absurda en la vida es quienes compiten por ver ¿quién se lleva más cosas al más
allá? Una vida sin dar no tiene sentido. Y para esto no hay que ir a una
fundación si el de al lado en nuestra casa necesita nuestro apoyo.
Y finalmente el cariño:
porque si no nos queremos ¡mejor apague y vámonos!