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domingo, 1 de septiembre de 2024

El cielo es de chocolate, libro infantil para fomentar la creatividad literaria

 

El trasvasar humano es una colcha de retazos de historias vividas o contempladas en otros caminantes contemporáneos. En esta obra literaria, enhebré retazos vividos por niños, jovenes y adultos con quien compartimos camino rumbo al punto final y los recreé textualmente con la intención de distraer estéticamente al lector, imaginando y urdiendo hechos en que podrían estar propensos los niños y jovenes del hoy, pues el desprecio por el otro y el lenguaje de odio persiste a pesar que hoy, hay más oportunidades para estudiar y autodeterminarse que en épocas pretéritas.

La vivencia familiar, la carencia de progenitores labranceros del afecto, el desarrollo emocional de los niños al tener compañía de una mascota; el servicio apostólico de maestros centrados en el despertar los talentos de sus educandos acudiendo a la observación, contemplación y descripción de entornos agradables para la convivencia humana, están implícitas en este libro que tiene la intención de contribuir a fortalecer la identidad del ser y la expresión verbal y escrita del lector y fortalecer las manifestaciones culturales locales y regionales mediante la inclusión de 15 cuentos y 15 poemas.



El cuento El cielo es de chocolate revela el afecto que se establece entre el humano y una mascota, y el aporte de ella, en el desarrollo emocional de un niño. El espanto vestido de novia es una leyenda urbana que plasma el impacto emocional del engaño amoroso. La Mosca Nicasia encarna una de millones de mujeres que ofrendan afecto maternal a pesar de la triple jornada laboral que hacen contribuyendo al desarrollo social y afectivo de los hijos y fortalecen el entorno familiar y social. Saulo, el ermitaño encarna el sentir de niños diferentes abandonados afectivamente en el hogar, despreciados en el colegio, simplemente por pensar y actuar diferente al común de quienes asisten a las aulas escolares. Elizabeth, la niña más odiosa del colegio es el espejo de los hijos que se forman en hogares con criterios de clase social y superioridad económica. El cartel de los piscos es un relato que encarna la influencias de las malas compañías infantiles y juveniles. Antonio, el zupia ejemplariza en bulín y su impacto en los afectados. Las alpargatas de José y María aleccionan épocas en las que lo desechable no era lo común en el quehacer de las personas. A mi profe no le gustó la escuela es un espejo del hoy de centenares de instructores que prefieren se les reconozca por el título, más no por su misión; la encomienda de ser maestro sin importar circunstancias de modo, tiempo y lugar. El tren de los recuerdos recrea al lector sobre la importancia social y económica que jugaron los trenes en una época en Colombia, ahora empeñada en restaurarlos y trazar nuevas rutas para disminuir los costos de transporte y conectar al pais con los puertos y capitales. La escopeta, es un cuento que encarna los efectos del maltrato familiar en los hogares. Noches bajo la piedra, simboliza el dolor y el impacto emocional que causa el desplazamiento de las familias, en especial, en los niños. Los últimos machos, es una narración que revela el sinsentido de las confrontaciones entre las personas por diversos motivos. La cruz del acoso escolar es un espejo de los efectos sociales y emocionales que resultan de este fenómeno que ocurre en las aulas y fuera de ellas, que pasan desapercibidos y ocurre con numerosos estudiantes ante docentes indiferentes al sentir y vivir de los educandos.



El capítulo poético incluye 15 poemas que, al leerlos e insistir que los niños y jovenes se aprendan algunos y los declamen, despertarían en ellos, el amor por la escritura narrativa y la poesia escenificada. El perfume de mi maestra es un poema que brota del corazón como un agradecimiento de un niño a su maestra. Y no me avergoncé, es un testimonio personal que insta al lector a vivir orgulloso de su origen. Brotó mi poesia es una motivación lirica para que los colegiales se animen a escribir poesia. El Azadón es un homenaje al trabajo, a la herramienta sencilla que usa el campesino para labrar la tierra. Los hijos, nuestra obra, es un espejo del dicho, hijo de tigre, sale pintado. Mi arepa criolla santandereana, es un poema costumbrista fácil de recitar. Parceros, es un cantico a la amistad. Pesebrera & palacio es una reflexión histórica en verso sobre al anhelo del salvador y los anhelos de quienes viven de sus credos. Noche vieja, es dar sentido y significado al muñeco de año vejo que se quema al despedir cada año. Comunera, comunera, es un poema en honor a la aguerrida mujer santandereana. Teo, mi perro, es un reconocimiento al papel que juegan las mascotas en los niños. La señorita changua, es otro poema costumbrista que ejemplariza el placer de componer versos a las cosas ordinarias para mostrarlas como extraordinarias. Las manos de mi madre y las manos de mi padre son plegarias poéticas a la importancia de los progenitores en la vida de las personas.



El cielo es de chocolate es un referente escritural que insta al lector infantil y juvenil a escribir sus propias historias y las que pueden conocer en las relaciones estudiantiles e ir acumulando piezas escritas para revisar y compartir en la adultez.

 

domingo, 28 de julio de 2024

Ferias, fiestas y festivales veleños

  

 

Por: Juvenal Nieves Herrer

En Colombia desde el punto de vista histórico y siguiendo su tipología, se han escenificado ceremoniales indígenas, carnestolendas, carnavales, festivales, ferias, fiestas religiosas, estatales, étnicas, campesinas, estudiantiles, poblacionales, políticas; fiestas protesta, gremiales, regionales, municipales, comunitarias y locales,” Pérez Gonzáles Marcos. Los nuevos Ceremoniales en Colombia. Intercultura, 2020 pág. 14

Nuestro país es un territorio de fiestas.  Las primeras son de Corralejas en Sincelejo que iniciaron en 1845 en honor al patrono San Francisco de Asís. El Carnaval de Barranquilla se celebró pro primera vez en 1903 y Las Fiestas de Blancos y Negros en Pasto fue 1912 con motivo de la abolición de la esclavitud. En las ferias en Colombia, la de Girardot en lo comercial, ganadera y equina es la abanderada de estos eventos por su realización en 1914.

A comienzos del siglo pasado, ya posesionados en las fértiles tierras de la hoya del Río Suárez, y fortalecidos por su espíritu asociativo y un tanto patriótico, un pequeño grupo de señores ganaderos demarcó las rutas de la cría, el mejoramiento genético y la comercialización de los ganados, dando origen a la industria ganadera en la ciudad del Socorro y sus pueblos vecinos.



Gregorio Rugeles Gamarra, Enrique Gast Galvis, Jorge Villarreal García, Juan B. Villarreal Rueda, Horacio Plata Gómez, Juan de J. Franco, los hermanos Albornoz Rueda y Francisco Pinzón, entre otros, poco a poco y con mucho esmero, iniciaron las ferias del Socorro en 1915, hace ya 109 años.

Hoy, este legado fue recibido por una generación de jóvenes ganaderos, agrupados en el Comité de Ganaderos de la Hoya del Río Suárez, que con las experiencias y enseñanzas de sus antecesores, desarrollan actividades que buscan proyectar la industria ganadera y agropecuaria, como centro del desarrollo económico de la región. (Fuente Vanguardia Liberal).

Los pueblos de Vélez, Puente Nacional, Barbosa y Moniquirá para efectos de esta entrada y su relación ancestral de cultura y costumbres se comparten una descripción investigativa acerca de sus festivales, ferias y fiestas que celebran.


FESTIVAL NACIONAL DE LA GUABINA 

Y EL TIPLE EN VÉLEZ

 


De Santander, es uno de los festivales más antiguos y por su folclor tradicional, el más reconocido y diferenciado de los que se realizan en otros pueblos y provincias del departamento. Por los años de 1740 ocurrían las romerías a Vélez al encuentro de su patrona La Virgen de las Nieves acompañados de tiples, cantas, coplas y guabinas, memoria que se debe rubricar sobre los orígenes y posterior realización del Festival de la Guabina y el Tiple que se formaliza en 1962. La esencia del Festival en desarrollo permanente de su folclor musical que se llama guabina que es “un canto montañés, grito lastimero que corre de cerro en cerro por las breñas de la provincia perdiéndose en el eco de las montañas e ilusiones”. (Pinzón González Gustavo. Historia de la Formación de Santander, sus Provincias y Municipios. Sic Editorial. 2007. Pág. 135).

 


La guabina y su canto coplero para “el baile del torbellino como aire musical que se acompaña con tiples, esterillas, quiribillos, alfondoque, chucho, guacharaca, zambumbia, cucharas de palo y quijadas o carracas de un cuadrúpedo”. Ídem.

 

“El traje típico infaltable en los festivales, tejido por bordadoras veleñas. Los trajes han tenido la normal evolución: el de mujeres, la falda a media pierna con pocos bordados. Ahora con prenses chatos y adonados con flores de margarita y tréboles. Las enaguas y un bolso de fique para guardar cosas. La blusa blanca con arandelas, encajes, abalorios, lentejuelas, florecitas y las alpargatas de fique. El de hombres, con camisa de cuello redondo, botones al hombro, bordados al pecho y pañoleta roja. Pantalón oscuro o gris de rayas, sombrero, capotera, bordón, alpargatas y cinturón de fique. Lo destacable y además simbólico, como la identidad de los veleños, el traje lo porta toda la familia desde la infancia, jóvenes hasta los adultos mayores”. Conversatorio con Mery Cabanzo, bordadora veleña del Traje de la Película de Disney “Encanto”.

 


El festival con su vistosa programación: El concurso de los grupos musicales en todas las categorías, el desfile fastuoso de las flores un tanto mejor que el de Medellín, la parranda veleña, las noches de Vélez, exposiciones de trajes y el bocadillo con denominación de origen y la feria equina.

Por su tradición y vigencia cultural, el Festival fue definido como Patrimonio Cultural de la Nación y esta columna plantea como se ha expuesto en otros eventos que, se debe presentar a la UNESCO para su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. El festival siempre se realiza por las primeras semanas de agosto, sin importar que haya posesión de algún presidente.


FERIAS Y FIESTAS EN PUENTE NACIONAL



En la tierra del Maestro Lelio Olarte, compositor de la guabina santandereana Puente Real (antes) y hoy Puente Nacional, integrante de la Provincia de Vélez y con sus antecedentes históricos se han realizado Ferias y Fiestas de origen patronal o reales con expresiones públicas de guabineras de tonadas altas y bellas coplas, el rasgar del tiple, corridas de toros en la plaza principal donde las familias de los alrededores desde sus ventas aplaudían el espectáculo. Por los años de 1965 la iglesia adelanta un bazar para recaudar fondos con destino al templo. Aparece la idea de un reinado que permite la integración de los puentanos sin importar ser rojos o azules, demostrando que se podía convivir y dejando atrás el pasado bastante conflictivo.

 

Al llegar a 1982 se asume por un comité organizador la adopción de las Ferias, Fiestas y Festival del Torbellino y el Requinto con sello propio y en diferenciación del Festival de la Gabina y el Tiple de Vélez. Este evento toma vuelo y se convierte en gran atractivo turístico y el regreso de todas las colonias a integrarse con sus familias y paisanos. Con el correr de los años surgen nuevas iniciativas para promover El Festival Nacional del Requinto para destacar los talentos de ese instrumento y evocando a tantos requintistas regionales como Jorge Ariza Lindo el precursor de Mariquiteña. La programación del festival se luce con el amanecer puentano, cabalgatas, reinados, verbenas populares, serenatas, concurso de torbellino, el desfile de trajes típicos, comparsas y andas (una especie de camilla con tela de diagonal o lona sostenida por dos varas laterales en las cuales los campesinos trasladaban desde las veredas a sus familiares o vecinos enfermos con destino al hospital)”. Apartes de éste relato en charla con el Investigador y Periodista Diego Suárez Pinzón. Las ferias y el festival del torbellino y el requinto se celebran en junio en los días de San Pedro fortaleciendo el turismo y la economía municipal.

 


FESTIVAL DEL RÍO SUÁREZ EN BARBOSA SANTANDER

 

“Barbosa cuyo nombre proviene de la Familia Barbosa propietaria de tierras y sitio donde con el tiempo vino a trazarse la población”. Fuente: Garnica Martínez Armando. La Provincia de Vélez. Ediciones UIS 1997. Pág. 162. Barbosa es caso aparte por cuanto al pertenecer a la Provincia de Vélez de gran tradición folclórica cultural, Barbosa como pueblo nuevo “(Ordenanza 30 de abril 25 de 1936)” Idem., no toma esos legados autóctonos de la región.

 


“Barbosa opta por otra mirada de celebraciones festivas y decide hacer una cosa diferente a las ferias y fiestas tradicionales inclinándose por realizar un Carnaval bautizado como Facundo Moraiza que el Alcalde José J. Villafrades, el migrante antioqueño Salvador Plazas y Serafín Araque (1962) repiensan los programas que contenían las famosas corridas de toros, juegos pirotécnicos y rumbas nocturnas para acoger la estrategia de Carnaval que el Señor Plazas en sus viajes a México replica la idea de carnavales de algunos pueblos aztecas (Mazatlán, Veracruz, Tlaxcala) y conformando grupos de jóvenes barboseños con antifaces, disfraces y pitos de Ráquira arman el primer desfile de carnaval que deja una impronta en camino a la continuidad de los festejos que se celebran hasta el presente en los primeros días de enero”. Aportes en diálogo con el Periodista y director de Radio, Gustavo Pardo de Hit Stereo y tantas emisoras en su haber.

 


En su decurso aparecen otras manifestaciones no muy santas como el uso de la maicena, harinas, pinturas, batallas de agua que generan simpatizantes sobre todos en los jóvenes pero que aíslan a la familia al disfrute de la fiesta. ¿De dónde llega esa usanza? Seguramente del Carnaval de Barranquilla y los pueblos costeños y de pronto de Blancos y Negros de Pasto que tienen arraigos culturales, que por estos lados han sido generadores de desorden que hasta los más recientes no se han podido ordenar.

 

“El Festival del Río que nace y hay que decirlo así con visitas y paseos de olla que las familias barboseñas realizaban en Piedra de Pato y las lajas de caballito sobre las playas del río. La Voz de la Provincia Colombiana emisora de Barbosa en 1982 toma la iniciativa con su gerencia y todo el equipo radial de abanderar el festival complementado con un reinado popular (Teresa Sierra la Primera Reina), pasarelas sin tarimas sino adecuación del mismo piso, música con Grabadoras gigantes facilitadas por Germán Correa Olarte y los primeros apoyos de empresas de gaseosa al concurso de piquetes tradicionales”. Idem.



El Festival, hoy conocido como “Festi Río”, con una extensa programación año tras año: Alboradas, desfiles, carnavales, cabalgatas, reinas, presentación de orquestas, eventos artísticos y deportivos, quema de pólvora y guerra de agua en las playas del Río Suárez. El centro de la actividad carnavalesca y jolgorio, es el conocido Festival del Río Suárez convertido en gran atractivo turístico donde cientos de visitantes y lugareños le dedican un día a disfrutar del cálido sol y las aguas de río con eventos deportivos náuticos, concursos y las familias con el mejor sancocho de olla.

 

FERIAS Y FIESTAS DE MONIQUIRÁ


 

La efeméride principal, es la celebrada a finales de cada año desde 1915, denominada como FERIAS de Moniquirá, para constituirse en una de las más antiguas y tradicionales del país, junto a la del Socorro.

Las primeras fiestas moniquireñas de corte patronal, según se ha constatado por esas calendas, se iniciaban desde La Purísima, duraban todo el mes de diciembre con la participación fundamental de la comunidad campesina para su integración y diversión.

Por los años 40 a 50, se efectuaban en La Plaza Principal que fungía también para la realización del mercado semanal y allí se armaban los toldos donde vendían toda clase de comidas típicas, cervezas, chicha y la ocurrían las corridas de toros en unas corralejas rectangulares para presenciar el espectáculo de la tauromaquia.



Los campesinos como actores principales traían desde sus veredas grupos de matachines y conjuntos musicales con tonadas del torbellino y guabinas que se tomaban las tiendas para generar las parrandas y bailes hasta altas horas de la noche. Las vísperas se hacían principalmente con quema de montañas de leña, pólvora y la participación de grupos típicos, provenientes principalmente de la Provincia de Vélez.

 

Antes que fiestas, eran ferias de corte equino y ganadero. Traían a la venta cerca de tres mil mulas y muletos que surtían a los compradores que las llevaban para Cúcuta y Venezuela. Por los alrededores de Moniquirá y, con la existencia de cientos de trapiches, sus propietarios tenían criaderos de caballos, yeguas, mulas y muletos que utilizaban para la realización de la molienda del trapiche movido por estos semovientes. Las fiestas centrales sin falta ocurrían entre el 14 y 18 de diciembre de cada año”. Fuente: Hugo Navas Soto.

Entre 1952 y 1955, como parte de las fiestas, se organizó por Alcibíades Rodríguez Pardo “El Zarco”, unas carreras de caballos al estilo del Concurso hípico 5 y 6 con chalanes que montaban las cabalgaduras en pelo. Este espectáculo ocurría en la calle de La Variante con partida desde la intersección con la Calle de los Telégrafos, hasta la esquina con salida a Barbosa.

Con la “modernidad”, se ha renovado la programación con las alboradas y pregones de fiesta bajo la participación de las autoridades municipales con vestidos a la usanza española, verbenas populares, cabalgatas, concurso de empacadores de bocadillo, Noches de Ricaurte o fuegos pirotécnicos que tuvieron como antecesores las vaca locas y las bolas de fuego que hacían las delicias del público a pesar de los riesgos que se presentaban. Por varios años al final de los festejos se tenía el entierro de Joselito Carnaval con ataúd a cuestas, el Cura y las plañideras (hombres disfrazados de mujeres) que lloraban al lado del féretro.

Las Ferias y Fiestas de Moniquirá, cambian de denominación por Ferias y Fiestas del Dulce y el Bocadillo, decretadas durante la alcaldía del Doctor Fabio Ulises Cristancho Álvarez y Meyer Montañez, Director del Icutuder de reciente creación en el año de 2002, razón social que continúa vigente hasta el presente.

 

Remate de las ferias, fiestas y festivales de la región:

 

Vistas así las cosas, estos eventos festivos en los cuatro pueblos más representativos de la región: Vélez, Puente Nacional, Barbosa y Moniquirá, no cabe ninguna duda que van haciendo parte de tradiciones y culturas que van calando generación tras generación.

 

Dicen los organizadores que por su esencia misma benefician la


economía y el turismo de las municipalidades. Innegable que por


 esas fechas cientos de personas colman los escenarios y cambian por
 completo la normalidad cotidiana que se debe alterar para contar
 con unos espacios que pueden hacer olvidar las duras y las maduras
 para recrearse fuera de las faenas de trabajo. Todo puede ser
 favorable, a pesar que no dejan de presentarse baches que pueden
 empañar las celebraciones: el licor, la contaminación auditiva, riñas,
 desacatos, ruidos hasta altas horas de la noche, basuras etc. Que en
 sana convivencia en eventos futuros se deben superar.


Esta entrada fue tomada del diario digital Boyacá 7 dias, escrito


 por Juvenal Nieves Herrera, natural de Moniquirá, Boyacá,

 reconocido escritor colombiano.




lunes, 22 de julio de 2024

Un padre ejemplar: José E. Cáceres R.

 

JOSÉ EDUVIGIS CACERES LEAL, el padre ejemplar

(Cáchira, Norte de Santander- 1.905-1998-)

 

Empecé a retener la imagen de mi padre, creo que desde que tenía 4 años, y él, 53. Su rostro moreno, más por el sol tropical que fue su amigo de toda la vida, que por los genes; pues hijos de español y santandereana, el color pudo ser más claro. Sus ojos desbordantes de paz, recuerdos y amor a Dios transmitían en su mirada respeto, seguridad y admiración por las maravillas que la naturaleza y la vida le brindaban.

 


Sus manos grandes, dedos fuertes , piel dura y encallecida acariciaban la tierra para extraer su esencia y darnos el sustento; manos que se juntaban apuntando al cielo para agradecer, pedir y alabar al creador. Cuidaba su cuerpo como su espíritu. Siempre viviendo en casas seguras, amplias y cómodas, rodeadas de exuberante naturaleza y clima saludable; ambientadas con el trinar de aves y las voces de los animales domésticos.

 

Amigo del campo hasta su muerte, disfrutaba la libertad que este le ofrecía, siempre con buenos rebaños y ganado productivo. Cada amanecer, agradecía la luz y la esperanza que ofrecía la luz del día; en las tardes disfrutaba de la vista del crepúsculo dorado, desde las altas montañas de la despedida en el ocaso; en noches silenciosas y pletóricas de estrellas, contemplaba el firmamento nombrando extasiado, las más brillantes y explicando su eterna trayectoria. Aparte de oraciones, combinaba las noches con narraciones fantásticas, míticas y a veces tenebrosas.

 

Fue rígido, honesto, serio y respetuoso. Se esmeró porque todos sus hijos (9) recibiéramos educación. Era su más grande sueño: un hijo sacerdote, no lo logró porque como dice el adagio: “en la puerta del horno se quema el mejor pan…” Después de 12 años de estudio en el seminario, mi hermano elegido para tal fin, decide abandonar la sotana, dejando inconcluso el gran anhelo de mi padre. Recibiendo a cambio una entrega generosa y comprometida, convirtiéndose en el soporte afectivo y económico de la familia.

 

Labraba mi padre la tierra con amor, con cuidado para no herirla y esta le retribuía su afecto con hermosos y nutritivos frutos; testimonio dado por el sacerdote que ofició su despedida de este mundo.

 

Sus sembrados crecían en verano y en invierno por igual, nunca fue poca, ni mucha el agua para ellos, siempre verdes, frondosos y productivos. Jamás perdió una cosecha, ni plagas atacaron sus ganados, fue prospero, pero mesurado. Se abastecía de provisiones, pero nunca fue amigo del despilfarro. Conocedor de leyes, amante de la urbanidad; temeroso de Dios y mucho más del comunismo…

 

Leia todos los días y transcribía a mano los textos que más le impresionaban; conservo uno que dice:  “Queridos hijos, no amemos de palabras ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.” (1 Juan 3:18)

 

Fue mi padre un ser maravilloso, no perfecto que dejo en mi para siempre la fe, la fortaleza, el amor al trabajo, la rectitud y todo un legado de virtudes que me han ayudado a que la vida sea más fácil de entender y lograr mis sueños.

Su amor por mi madre con quien compartió 66 años y 34 días, y por mis hermanos, nos dio seguridad.

 

Entregado a su hogar, silencioso e inteligente partió a la eternidad a los 94 años, el mismo día que se enfermó… consciente y después de bendecirnos y recomendarnos seguir siendo buenos hijos y hermanos. Dios recibiría su espíritu, premiándolo con paz por toda la eternidad.



 

Texto de Martha Soraya Cáceres- Poeta.

 

Bucaramanga, julio 20 de 2.024

 

 

sábado, 20 de julio de 2024

Félix Antonio, el clarinetista

 Félix Antonio Quintero Sanchez

 

Las curvas de nivel que aprendió a cavar para la labranza guiado por su padre Aureliano Quintero Velázquez zanjeando el vergel para depositar las semillas de maíz, arveja, lentejas, habas y papa, por ser el primogénito de la prole Quintero Sanchez que sumaron siete en el altozano veredal que comparte Sutatenza con Guateque en Boyacá, lo convirtieron en un labriego enamorado de la tierra y en contemplativo del brotar de la vida manifiesta en los tallos, hojas, flores y frutos del laboreo familiar que gracias a las abejas, las chagualas, las aves y otros insectos, brotaba la comida para alimentar nueve bocas en una parcela menor a una hectárea de tierra, de cuyos senos, Aureliano y María Isabel Sánchez junto con manos solidarias, levantaron las cuatro paredes del rancho de bahareque guindado con barro y caña de castilla asidos con vejucos de cuan que sombrearon con tejas de zinc para proteger el piso de tierra y el cielo raso de la misma caña que por años fue el dormitorio familiar con calefacción de los carbones enterrados entre sus mismas cenizas nutridos con cagajón y palma seca de maíz.


Felix Antonio Quintero Sanchez  

 
                                                                 Ultima reunión de los Quintero con los Sobrinos de la primera generación. 

Félix Antonio Quintero Sánchez, el clarinetista autodidacta de Sutatenza, murió el 18 de julio del año y mes en que la selección Colombia de futbol fue subcampeona de la copa América, en un partido con dudosa ayuda de los organizadores y recordada por las vergüenzas que brotan sin control en numerosos nacionales que bajo un nacionalismo mal asumido, nos dejó ante el mundo como un pais con numerosos vándalos.

Los abuelos Quintero Sanchez.

Aureliano, su padre marcó su trasegar mundano. Además de enseñarle los amores con la tierra y la fe en el Creador, lo recomendó con el primo, el maestro Sergio Velázquez, quien por años tuvo una escuela de musica a la que acudían niños de la municipalidad a leer el lenguaje del pentagrama y las notas musicales.

Faltaron varios soles con sus noches para quemar otro calendario cuyas cenizas alcanzaba 99 costalados colmados de experiencias nutridas con la paciencia de Job, la prudencia de San Francisco, la sapiencia de Santo Tomás y el gusto de emanar viento por el clarinete convirtiéndolo en melodias pueblerinas, otrora retretas semanales esperadas en los pueblos que históricamente gozaron de la banda municipal como expresión estética local.

Hoy, 20 de julio de 2024 fue el funeral del primogénito de los Quintero Sanchez. Félix Antonio fue su apelativo que mantuvo izado en las colinas en donde, igual que él, fueron izadas por cerca de medio siglo las antenas de Radio Sutatenza, en el poblado del mismo nombre.

Como las notas de su clarinete, el grafito de sus dibujos, las melgas de su azadón, solo estarán en los recuerdos de quienes le distinguieron y apreciaron su sencilla labor, digna de un artista que se esfumó en el anonimato.

Solo le faltaron 387 dias  para completar el centenario convirtiéndose en el más longevo de los descendientes de la bella María Isabel; esa humilde campesina que vivió para sorprenderme de su quehacer e ingenio sacando a sus críos adelante en una parcela que atinaba a sumar una hectárea de tierra muy productiva y que por decenas de años el longevo de los Quintero, extrajo la comida para su tracalada de descendientes y de sus hermanos que una vez volcancitos debieron abandonar las matas de chirimoyo  a ganarse la vida inicialmente en el casco urbano y luego a la gran ciudad.

Si de prudencia, escribiese, él, fue un ejemplo. Si de humildad explicase, me referiría a él. Si de laboriosidad, empeño por aprender a servir a quienes le distinguieron, sin dudarlo lo sería mi ejemplo por mostrar.

Con el viaje sin regreso de la abuela María Isabel, se esfumaron las matas de caña de castilla; las vasijas de barro, la tapia pisada y tejas de zinc que fue su hogar primigenio y que él, en sus escasas conversaciones con el sobrino primogénito, le pintó mientras lo paseaba entre las melgas de arveja, lentejas, maíz y papa.

De ayer, setenta años atrás brotan, sin evitarlo, los recuerdos del funeral de Aurelio Quintero Velázquez, el posta de la familia Quintero Sanchez que estuvo merodeando por las colinas de las arrugas que se despeñan al valle del rio Tenza.

Sin proponérselo, me enseñó que lo sencillo, los artistas lo tornan en extraordinario, ya en notas musicales o textos literarios. Confieso que solo con los años, reconocí este talento de rayar en hojas blancas, no con pentagramas como él, lo hizo, sino con versos y párrafos. Entonar poesia mientras él rasgaba el viento con sus notas del clarinete, gusto desconocido, más en la segunda y tercera generación del vástago familiar descendiente de los Quintero Sanchez, pero en proceso de ebullición en los hijos de Orlando Quintero Quintero, Diego Andrés, ingeniero mecatrónico, amante de la acordeón y el piano, residente en Francia y Alessandra, gustosa de la pintura.

El clarinetista fue, como los demás varones de esta estirpe, un guardián amoroso con sus hermanos. Y son ellos, más que yo. Quienes podrán dar fe de lo aquí expreso, si existen aún seres humanos curiosos de los quehaceres de los que nos antecedieron en el árbol genealógico familiar.

 
Los hermanos Quintero Sanchez

Somos una suma de suspiros, y el tío mayor, emanó el ultimo. En su viaje sin regreso, ya estará con Helenita, su esposa eterna; su tío Antonio, sus hermanos, Fidel, Custodia y Rosita junco con sus cuñadas: Mariela, Agustín y Francisco y sus hijos: Félix Hernando, la hija mayor y la gemela de Clara. Nos acompañan aún: María Preselia, Ana y Marco Aurelio, el menor de los Quintero Sanchez.  

Hoy fuimos; mañana no seremos. Hoy nos creemos irremplazables, y la pelona, aun no nos enseña que somos pasajeros, y en este viaje, debemos gozar con la amistad del otro de los otros. Esos otros que, por tener nuestros apellidos, unos dicen que somos familia. Pero una familia que solo ora cuando uno de los integrantes, parte al infinito, pone en duda lo aquí expresado para recrear mis recuerdos de mi inolvidable tío Félix Antonio Quintero Sanchez.

 

NAURO TORRES QUINTERO

 

viernes, 19 de julio de 2024

Nauro Torres Quintero. Biografía

 

      (Puente Nacional, Santander septiembre de 1.952)

Ganador de dos premios “Verso dorado 2023” concedido por El Gremio Poetico Colombiano- GPC- por ser el autor del “Mejor poema 2023” titulado Tribulaciones incluido en el poemario SIMBIOSIS presentado en FILBO 2024 y el “Mejor poema indígena” titulado “Somos Uno” incluido en “Relatos y versos traviesos” lanzado en FILBO 2024. En el mismo año recibió el premio internacional en investigación literariaWilliam Faulkner” concedido por la Confederación mundial literaria Plumas y Letras de Curumaní Y el premio internacional de Literatura Dr. J. Equihua Estrella concedido por el Colectivo Cultural Internacional Utopía Poética Universal filial de USA.

Fue nominado en cuatro categorías: Poesía costumbrista, poesía erótica, poesía infantil e innovación en la poesía para el premio “Verso dorado 2.022” por el Gremio Poético Colombiano-GPC-. En ceremonia del premio del GPC fue reconocido como “El mejor poeta regional” en febrero 18 de 2.023.


Narrador y poeta, nacido en la vereda Jarantivá, Puente Nacional, a la vera de un camino indígena que unió a las etnias Muisca, Guane, Caribe, Opones, Chitareros y Laches, quienes usaron el lenguaje chibcha para comunicarse e intercambiar productos.  Sus ancestros, los jarantivaes, se extinguieron enfrentando a los colonizadores españoles que treparon por el mismo camino desde Barrancabermeja, rebautizando a Ubasá como Vélez, a Hunza como Tunja y Bacatá como Bogotá. Hijo adoptivo de San Gil, Santander. Artesano del lenguaje campesino florecido en sus “Historias sin contar” y en sus poemas sin cardar. Especialista en Alta Gerencia de la UIS; Licenciado en Educación, Filosofía y Letras de la USTA; periodista y maestro de español. Sobrevivió a fiebres reumáticas, a una estenosis aortica, a una bacteriemia, a una endocarditis y apendicitis, suficientes signos para dedicarse a escribir en su sexsalescencia con cuatro poemarios digitales y tres E-books en prosa. Autor del poemario “Surcos en tu piel” 220 poemas de amor y desafectos en cuyas composiciones revela su visión sobre las relaciones afectuosas. Es coautor del efluvio “Simbiosispoemas del aquí y del allá, un poemario enhebrado por dos santandereanos que hacen juntanza para cantarle a los oficios campesinos. En 2024 tejió una suma de textos narrativos, epistolares, periodísticos y liricos presentados en su libro “Relatos y versos traviesos” publicado por la editorial AVE VIAJERA. En el mismo año publicó “El cielo es de chocolate”-cuentos y versos de un escuelante- y “Versos y piquetes veleños”, una adición de historias locales, poemas con sabor a bocadillos y coplas del folclor veleño; dos obras pensadas para contribuir a atizar el gusto por la lectura recreativa y la escritura creativa en el fogón que se extingue por la universalidad en detrimento de la identidad cultural regional y local. Un sexto libro. “El bizarro José Víctor”, con su estilo de narrador de historias, plasma la vida y obra de un comerciante sangileño que en menos de medio siglo creó un emporio económico en San Gil identificado como El Nogal.


Es hijo de labriego, arriero y cafetero y de una boyacense posadera y tendera cuyo hogar fue un espacio de descanso de transeúntes del tortuoso camino aniquilado en la década del setenta del siglo XX por una trocha para vehículos que conecta al Sur de Santander con Santa Sofía y Chiquinquirá, en Boyacá; el mismo sendero transitado por los comuneros en 1.781 y por el General Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco en dos ocasiones entre 1.811 y 1.816.


Por su empeño en la lectura y las matemáticas, al terminar la primaria, fue reclutado por el extinto sacerdote, Heberto Cortez e inició estudios técnicos en el Colegio Salesiano, San José de Mosquera y se graduó como bachiller técnico en la Escuela Normal Industrial Nacional de Zipaquirá en 1.972. En su trasegar pedagógico sembró empeño por la lectura y la escritura en La Belleza, Zapatoca y San Gil, en Santander, como ayo del español. Fue gestor del periódico JOSE ANTONIO, el vocero de las provincias del Sur de Santander; director del departamento de comunicación social de Sepas en San Gil, y representante legal de EDISOCIAL, fundación editorial de su propia creación. Fue un reconocido comunicador popular en el último cuarto del siglo XX en el Sur de Santander.


Autor del blog: https://naurotorres.blogspot.com/ medio que usó para conectarse con sus alumnos y padres de familia, dando a conocer los escritos de sus educandos, y para difundir sus “Historias sin contar” con el registro de un millón de visitas y cuatro mil comentarios. Sus poemas dan a luz, en este medio que lo conecta en el mundo digital con sus lectores. En YouTube (https://www.youtube.com/@NauroWaldoTorresQuintero) tiene el canal para difundir poemas y sus historias sin contar.

Como prosista ha publicado en E-books: “Relatos traviesos para jóvenes inquietos” un compendio de relatos para despertar el gusto por la lectura en los niños y jóvenes, presentado en la 3ª feria virtual del libro de Argentina en 2.021.  “Historias sin contar Jarantivá” con narrativas que recrean a personajes que, en su vida infantil y juvenil, conoció. “Relatos del camino indígena de la miel, la sal y las ollas”, es una suma de historias que trasladan al lector a las épocas de los caminos unieron los pueblos y regiones.





Con lírica ha publicado cuatro E-books:  “Poemas emergentes” con poesía social, lanzado en la Feria Virtual Internacional INDAI, Canadá en 2.021. “ Surcos en tu piel” con poesía erótica, lanzado en la 2ª. Feria Virtual Internacional de México en 2.021. “Bocadillos poéticos” con poesía costumbrista lanzado en la Feria Virtual Internacional de Brasil en 2.022. Y “Terrones poéticos” con eco poesía” lanzado en la 1ª. Feria Virtual Internacional de Portugal en 2023.

En mayo de 2.022 fue escritor invitado al I Encuentro Regional de Escritores del Colegio Aurelio Martínez Mutis en Puente Nacional. En mismo año fue poeta invitado al I Festival Internacional de Poesia Vallenata representando a Colombia entre el 9 y 12 de junio de 2.023 en Valledupar, evento en el que lanzó su libro “Surcos en tu piel”. En el V mundial de Poesia celebrado anualmente por Mosaicos y Letras de Córdoba, Argentina, la maestra Teresa Roca, su prologuista, presentó el poemario “Surcos en tu piel”, el 14 de septiembre de 2.023. En agosto 4, fue poeta invitado al concurso de poesia costumbrista que ocurre cada año en Vélez, Santander. Fue nominado al premio INDAI 2.023 en la categoría Trayectoria en el arte, en Canadá. En abril de 2.024 actuó como jurado y escritor invitado en el III Festival de poesia inédita que organiza cada año la UIS sede Barbosa. Y en las fiestas tradicionales de Puente Nacional, actuó como jurado en el primer concurso de la copla veleña, evento en el que floreció la oralidad poética y motivó la presente publicación para contribuir a rescatar esta costumbre arraigada en los abuelos del hoy y es evidencia de la oralidad poética ancestral.

En la Feria Internacional del Libro de Bogotá, versión 2.024, ofreció sus libros en el Stand 19-25 del GPC y en el mismo espacio internacional, hizo dos lecturas poéticas: Una en el Balcón poético del stand y otra en la sala Madre Josefa del Castillo.


Al leer esta biografía, el poeta venezolano, Nelson Urra Silva, radicado en Suecia, publicó en Facebook, este acróstico:

 Navegante en mares y océanos literarios.

Artesano de la palabra, Orador innato

Universal en su prosa precisa y preciosa

Relator de historias y caminos.

Orgulloso tejedor de versos y rimas.

Tiene a sus haber innumerables relatos

Ofreciendo de su inspiración los regalos

Recitando con armonía y sencillez, cada

Rincón de su amada Santander en Colombia.

Ejemplo de infinita constancia en su quehacer

Su obra es reconocida y aplaudida por doquier.

Quién no ha presumido de ser su alumno ?

Uno de ellos, dedica este acróstico en una

Inmensidad de gratitud y admiración por

Nauro Torres Quintero. El ser humano Noble.

Tiene magia y encanto. Su mirada amplia

Embellece cualquier escenario con su luz

Recitando sus creaciones con maestría y

Orgullo de ser poeta, escritor y cantautor.


Gratuidad, poema

  “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein Un poema en mi cumpleaños 72             15/09/2023 ...