A MARGARITA GONZALEZ, IN MEMORIAM
“Y
en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna”
Gabriela
Mistral
Me di cuenta que el sol
brillaba
Cuando llegó la noche;
Comprendí que la vida
era bella
Cuando me acerqué a la
muerte;
A lo largo del camino;
Y he visto florecer las
rosas
En la puerta de la
casa.
Hoy te recuerdo, como
tal vez nunca,
Y ¿qué decir de ti
Ahora que estás
ausente?
¿Qué eras una bella
mujer
Que un día partió al
más allá
Cuando aquí apenas
Llevabas la mitad del
camino recorrido?
¿Qué eras mi amiga,
Y, sin embargo, no salí
a despedirte
Cuando tu viaje era
inminente?
Así como eras, te
recuerdo:
Atravesado rauda el
campo
Porque comprendías que
la vida era corta.
Lo que tenías que hacer
Lo hiciste pronto,
Con tus maravillosas
manos
Que pensaban por sí
solas.
¿Quién que te conoció
no recuerda
La dicha que brillaba
en tus ojos,
Y esa risa estrepitosa
que abría las puertas
Y entregaba sin medida
La calidez acogedora de
tu alma?
¿Cómo fue que tu
corazón
Dejó de palpitar
Cuando solo sabías amar
a los tuyos,
Y eras una bandera
blanca desplegada
En la mitad de este mar
turbulento
De codicia y desamor?
En medio de tu casa
Ha quedado
El aroma de tu bondad
inmensa
Y el recuerdo duradero
De tu andar de prisa,
De tu alegría
contagiosa,
De tu semblante todo
repleto de sueños,
Ilusiones y esperanzas
Truncadas por el
destino,
Y tu corazón como
aurora boreal
Desparramando su eterno
resplandor
Desde el más allá.
Pedro A Mateus M
Bucaramanga, noviembre
11 de 2011
NOTA: Doy infinitas gracias al maestro de maestros, mi amigo Pedro Mateus, quien con ese poema rindió homenaje a una maestra, una madre, una empresaria; y hoy, en mi blog rindo homenaje a la esposa, novia y amante por treinta años.
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