NO LOGRAS
NADA
SINO LO INTENTAS.
“Nada es
gratis en esta vida”, reza un dicho. “Si lo
quieres, gánatelo”, decimos otros. “Ganaras
el pan con el sudor de tu frente”,
dice la Biblia en Génesis 3,17. “Donde
con toda seguridad encontraras una mano que te ayude será en el extremo de tu
propio brazo”; lo dijo Napoleón. “No
des el pescado, enseña a pescar”, dice un refrán.
Todos los días debemos a tomar cada escalón y llegar a la meta. |
“La educación consiste en hacer deseable lo indeseable”,
dijo Platón. El filósofo español actual José Antonio Marina en el libro “los
Secretos de la Motivación”, responde a la pregunta del por qué actuamos como
actuamos? Y contesta: Por dos razones: Una es la energía y otra es la dirección
de la actividad. Es decir, al hijo, al niño, al joven, al adulto, hay que
instarlo y motivarlo con energía comunicativa orientada en una dirección
predeterminada para hacerlas valiosas. Si las cosas resultan valiosas para las
personas, porque las atraen, y las atraen por dos razones: o satisfacen un deseo o una
necesidad o una expectativa.
Corresponde al motivador despertar esa
energía en las personas para hacer buenas y satisfactorias tareas, pero incide más
aún, cuando el padre o el docente o el jefe están suficientemente auto-motivados
para hacer deseable lo indeseable.
No lo lograras sino lo intentas titulé esta
nota por la sencilla razón que todos debemos estar motivados y animados para
alcanzar logros, y la suma de logros mantiene activo el deseo de hacer, y hacer
cada vez las cosas bien.
He conocido padres que sobreprotegen a sus
hijos hasta darles la comida en la boca; les evitan caerse o los levantan con consideración sin
aprovechar que cada error es una ocasión para aprender y mejorar. Conozco
maestros que transmiten información sin contextualizar, sin relacionar dejando
que la poca motivación que tienen los alumnos se decaiga por carencia de
estrategias que mantengan el interés en las clases.
Es necesario motivar a los hijos, a los
jóvenes y a las personas para que se
arriesguen a hacer sus propias tareas, a medirlas y evaluarlas para entrar en
el círculo del mejoramiento continuo el cual nos insta a mejorar cada vez más,
y esa mejora requiere de persistencia y evaluación objetiva de los procesos
para no caer en el círculo de la rutina que nos hace creer que no necesitamos
cambiar.
Finalmente si uno no está motivado, no logra
motivar a otros. Si uno no demuestra que sabe hacer, no logra que otros hagan.
Si uno no pesca no enseña a pescar. Si uno no aprende a dar, no valora el
recibir. Si no trabaja, no sabe duro que es ganarse el pan. Si uno no ha
logrado imposibles no logra demostrar que lo indeseado se puede desear y tener.
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