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sábado, 11 de abril de 2015

“MI PADRE NOS ABANDONÓ Y MI PADRASTRO APESTÓ MI NIÑEZ”.

 

En un ejercicio de composición en clase una alumna del grado noveno plasmó en una hoja esta dolorosa historia la cual público con otro nombre, aunque al hacerlo no cambia la suerte de tantas niñas y niños que sufren similar violencia, no solo física sino psicológica.



Alejandra Mondragón O. es una niña de unos trece años, de cara fina pero atractiva, goza de un cuerpo escultural, de una sonrisa muy tierna y tiene el aprecio y admiración de los chicos del salón, pero ella, en su andar taciturno, muestra en sus ojos tristes el drama de tantas niñas que, pudiendo ser buenas estudiantes, tienen la autoestima por los zapatos, que no permite verse y comprobar que uno no se puede ahogar en su misma amargura.  Su historia dejada en una hoja de un cuaderno para ser evaluada en redacción y ortografía, confiesa:

“Mi padre, quien nos abandonó siendo yo muy niña, llegaba frecuentemente a casa a pegarle a mi madre, mientras junto con mis hermanos mayores contemplábamos impávidos escenas grotescas de golpes y más golpes, sin comprender las causas de inmerecido castigo.

Mi madre acordó con mi padre que se fuera de casa para evitar tanta violencia, pero su marcha, no mejoró mi vida, pues mis hermanos se han ido del hogar a buscar vida, mientras por ser la menor de la casa he sido testigo nuevamente de escenas de violencia, ahora no de mi padre, sino de mi padrastro que se ha empeñado en dañar mi niñez.

Desde que recuerdo, no he pasado un primer cumpleaños feliz. Ese día la violencia psicológica de mi padrastro es mayor con palabras arruinando el festejo que con tanto amor ha intentado hacerme mi madre.

Ante mis compañeros del Colegio, sonrío permanentemente y pongo caras de felicidad en momentos diferentes, pero mi corazón se achicharra con los años y la tristeza es ahora mi compañía.

Hay momentos que nace en mí la envidia, pues muchas de mis compañeras cuentan que gozan de un padre amoroso y comprensivo con sus hijos y narran recuerdos lindos de sus progenitores, mientras que los míos son retazos de desaliñados del pasado.

Ahora mi madre se ha separado de nuevo; trabajamos muy duro haciendo dulce y vendiendo almuerzos, y en medio de las necesidades intentamos ser menos tristes cada noche y un poco más felices cada día.

Hoy intento superar el dolor cultivando mis sueños; pues el profe del español insiste en clases que mientras uno no se desahogue y construya nuevos imaginarios, se perdone y perdone, y los malos recuerdos no los deposite en el baúl del olvido, una no puede romper esa espiral de violencia en que nacimos y crecimos. Por eso hoy estudio con muchas necesidades pero con empeño en lograr ser una mujer con conocimientos que pueda elegir algún día una pareja y no tener que irme con alguien por necesidad alimentaria”.

Este es un ejemplo de tantas historias vivientes que pululan en las aulas de los colegios públicos. Pero la mayoría de ellas, se quedan en el silencio y el resentimiento de las victimas.

 Destruir la autoestima de una persona sistemáticamente mediante críticas, desprecios, abandono o insultos; también son formas de violencia. No cabe duda de que a veces los golpes al espíritu son mucho más dañinos que los golpes al cuerpo y dejan heridas más profundas.

Nos corresponde a todos aprender tolerancia, controlar nuestros arrebatos, ser sensato en nuestros procederes, amar sin condiciones, y extirpar toda acción violenta, no solo física, sino la psicológica que hace más daño en la vida de los seres que nos dan alegría existencial.

Igualmente nos corresponde denunciar los abusos contra la población mas vulnerable, la niñez, pues ellos, son el reflejo de la sociedad en que los levantemos.

 

Posdata:


9 comentarios:

  1. Historias como ésta ,viven ocultas en el corazón de muchos niños y jóvenes, a lo largo del tiempo, de la vida , del alma y de la historia... Esperando que maestros como Nauro, abran la puerta de esos corazones , para que en forma de relatos transparentes, vuelen y de algún modo, liberen aunque sea en parte esos fantasmas que los atormentan.

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    1. Un maestro observador, un docente que usa la escucha para orientar, se encuentra en el aula con historias escondidas en la tristeza de los niños, que uno, sin ser psicólogo, lo empujan al dilema. Ayuda o se hace el indiferente. O calla o denuncia, o simplemente ofrece el hombro para convertirse en un pañuelo de esperanzas

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  2. La triste realidad cuando pasa eses situaciones en el hogar la cruda realidad por eso somos un país tan violento y compulsivo por lo que se vive en los hogares ahí se narra la cruda realidad gracias por tanto mí buen escritor por dejar plasmado lo que pasa en nuestros tiempos y hogares

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    1. Totalmente de acuerdo amigo del Opón. Una de las causas de la violencia social, es la violencia que ocurre tras las puertas de las viviendas, cuevas donde se cuecen agresiones que laceran y lastiman a inocentes.

      En el ayer, cuando en el aula, el maestro con el ejemplo enseñaba valores, uno era un confesor. Hoy un un profesional mas que bajo la excusa del libre desarrollo de la personalidad de los infantes, se hacen los de los ojos gachos.

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  3. Es una de muchas historias que he escuchado, pero si es necesario denunciar, no quedarse callado, buscar ayuda.

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    1. Hoy, si hay espacios para denunciar. Hoy si hay instituciones que ayudan a sanar

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  4. “Mal de muchos, consuelo de tontos”, decían.

    Importante ensayo literario que enfatiza los estragos causados por un problema sociológico muy abundante y frecuente en la sociedad actual.

    No todo tiempo pasado fue mejor; por el contrario, antes de las redes sociales y el celular, todas las familias parecían ser modelos de perfección que hasta orinaban agua bendita, y con los años uno se viene a enterar de la cantidad de “tapados” que celosa y cuidadosamente guardaban las “mejores familias”.

    Nací y viví sólo mi infancia (afortunadamente) en el seno de una familia machista en las ariscas tierras del campo santandereano, y vaya si me costó trabajo liberarme de esa carga ideológica que justificaba tantas atrocidades hoy punibles por la ley!

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    1. Así como es nuestra tierra, arisca, así crecimos, libres como las ovejas pero sometidos al pastor. Y entre el miedo a la vida y a la muerte, uno callaba muchas veces por respeto al mayor o a la autoridad en la familia.

      Viví una época en la que el maestro, tambien fue confesor. No perdonaba pecados, por ser otro pecador, pero si, un orientador.

      Fueron los recuerdos gratos, el dolor en mi trasegar mundano, así como los retazos de relatos de infantes, en particular, niñas, que me empujaron a la escritura. Y desde entonces, ésta me persigue hasta en mis sueños, ya que gracias a ellos, madrugo a escribirlos convertidos en piezas literarias para lectores de su talla.

      Esta historia ya contada, fue una de las primeras en el primer año de mi retiro del magisterio colombiano, y me encontré que publicar en este blog, si ya no tenia alumnos que fuesen los personajes con sus escritos, y empecé la etapa como prosista que colgué por un tiempo en 2020 para iniciarme en la poesia. Y hoy, luego de participar el FOLBO 2024 redescubrí que si deseo continuar contribuyendo a la exploración de la ludica de lectores jovenes, debo hilar libros que contengan los dos géneros.

      Mi ultimo libro: RELATOS Y VERSOS TRAVIESOS ES LA SUMA DE LOS GENEROS EPISTOLAR, NARRATIVO Y LIRICO.

      GRACIAS POR DEJAR HUELAS EN MI BLOG

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  5. Felicitaciones una vez más. La pluma más clara que describe hechos cotidianos del acontecer mundial. Porque no creo que sea solo en Colombia donde se viven estos hechos. Un gran saludo

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Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...