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Fue un sábado de marzo. Un 17 de marzo de 2018. Desde ese día y por dos más, se dieron cita en la escuela donde cursaron la primaria. Hacía medio siglo no se veian. Cada uno, habia recorrido su propio sendero, y en ellos, pocos se habian encontrado en el camino. Al encontrarse a las punto ocho de la mañana en la Ecoposada La Margarita, en la misma vereda donde estudiaron, se percataron que faltaron cinco del grupo que recibio el certificado de calificaciones con las notas del grado 5o. de primaria EN 1966.
Los ausentes tambien habian hilvanado su propia senda, y por mas que todos anhelaron verles en el encuentro, no acudirían. Habían muerto víctimas del cancer. Pero esa ausencia eterna, habia aflorado en cada uno de los presentes los mejores recuerdos nacidos en los caminos, en el aula, o en el recreo en el patio de la escuela.
Jarantivá es una palabra chibcha que lleva el nombre de la vereda irrigada por la quebrada del mismo nombre que alimenta al rio Saravita como una subcuenca de la se surten 8 acueductos que llevan agua a mas de mil familias en cuatro veredas lindantes. Cuentan los antiguos que esta región calida de Puente Real, vivio el cacique Jarantivá con su comunidad que disfrutaba de un clima variable pues oscila entre los 1.300 metros a los 2.500 metros sobre el nivel del mar, gozando de variedad de climas, cultivos y frutas.
La causa de el encuentro fue la noticia de la existencia del profesor de quinto de primaria que les habia cambiado la forma de ver la vida y de enfrentarla en la juventud.
El profesor había sido detectado en San Gil por uno de los alumnos que habia seguido sus pasos, ya en el proceso formativo como en el ejercicio de la doscencia. Y este alumno se empeño el buscar y contactar a los demas que hicieron el 5o. de primaria. Labor que ejecuto por un año. Y a la vez, fue quien organizó y ejecutó el encuentro de egresados de la escuela de Providencia 1966. Este alumno escribe esta crónica.
José Manuel Suarez, llegó como maestro al cumplir los 18 años nombrado por la Secretaria de Educación de Santander, convirtiendose en el unico varón en el cuerpo de maestros de Puente Nacional en 1.964. Oriundo de Landazuri, capital cacaotera de Santander, estudió gracias a su empeño por el estudio y por la protección y guia que le brindó un sacerdote salesiano que tenia la misión de facilitar la formacion academica de los niños campesinos a nivel secundario, y a la vez, inducirlos al servcio religioso.
José Manuel, implementó la responsabilidad, la honestidad, la disciplina, la investigación y la cultura fisica como habitos personales en el desempeño en cualquier oficio. Enseñó a los niños a competir en atletismo y basketbool. Cohesionó a las familias de los estudiantes organizando una excursión a las minas de sal en Zipaquirá. Animó bazares para recaudar recursos para abrir la carretera hasta el casco urbano y construir un templo.
La influencia de este maestro en sus alumnos fue significativa y notoria. Asi como reconocieron y lo expresaron quienes aceptaron la invitación para reunirse y celebrar la amistad, reconocer el trabajo del docente, y hacer presencia en la región de Jarantivá con entrega de libros y didacticos en tres escuelas.
Ese sábado el sol madrugó más, y la noche trasnochó llegando mas tarde. Unos provenían de la capital colombiana, otros de la capital santanderean, otros de Puente Real, otros de la puerta de oro de Santander. LLegaron a la Ecoposada, que no conocían con las adecuaciones actuales, y al verse, se identificarón con los abrazos, las sonrisas la euforia y la alegría, pues había transcurrido algo mas de medio siglo sin versen.
El autoreconocimiento generó una sinergía, cuya amistad volvió a aflorar. Y desde entonces, los une un grupo en la red, soñando cada quien en volverse a encontrar en la provincia guanentina para celebrar la vida con alegría y optimismo.
Ecoposada La Margarita, noviembre 08 de 2018.
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