Cómo convertir a los niños en
lectores
LA RENUENCIA
DE LOS JÓVENES
A LA ESCUELA DE HOY
Los jóvenes de hoy no encuentran en el aula,
respuestas a sus preguntas, no los convencen los métodos tradicionales de
enseñanza de muchos profesores, no realizan actividades que no tengan relación
con la vida, no les atrae leer a los clásicos de la literatura, ni rasguñar
palabras para componer un texto, y en consecuencia, los resultados académicos
tienden a la baja.
Mientras se crea que los estudiantes van al
aula es a contestar preguntas, a recibir información sin contextualizar, a
aceptar como verdad todo lo que dicen los docentes, a copiar y a obedecer sin
objetar, quienes tienen el cargo de docentes, no están potenciando
la competencia comunicativa, que debería ser la habilidad prioritaria a
afianzar en cualquier sistema educativo.
Tanto docentes como padres de familia deben
cambiar de paradigma: a la escuela no se va a aprender a leer y
escribir, sino a educar en la lectura y la escritura, que es simplemente
velar que el aprendiz aprenda a comprender lo que lee y que construya textos
con sentido.
Bajo este nuevo paradigma los padres de
familia y docentes deben garantizar a los hijos y estudiantes estancias para
que lean y escriban para propiciar la construcción del
conocimiento en la medida que se tiene contacto con el texto escrito.
Los
niños y jóvenes de hoy demandan padres y maestros activos y presentes, es
decir, que aprendan con ellos, que sean amigos, que tengan muy presente que
todos aprenden de todos.
Cuando el padre de familia y el docente se
ponen al nivel de los aprendices, ellos, los estudiantes pueden leer y escribir
en un ambiente de libertad y afecto porque pueden expresar sus pensamientos sin
cohibición alguna.
Cuando se logra que tanto docentes como
maestros asuman el papel de gestores o transformadores que aprenden del ensayo
y el error, logran que los hijos y estudiantes comprendan que el proceso formativo no es estático, sino que se da durante
toda la vida, y en consecuencia, los aprendices tendrán que enfrentarse por su propia cuenta
con el lenguaje y con la vida, convirtiéndose en maestros de sí mismo en todos
los campos, más en la oralidad y la escritura.
Cuando más se aprende de lo que se
lee y se escucha, mayor significado y utilidad tiene para sí mismo. Si un
padre de familia con su ejemplo y persistencia, al igual que los maestros tiene
como proyectos esenciales para los aprendices construir el hábito lector y potenciar el gusto por
escribir, se han colocado los pilares para la formación integral de las
personas y el vehículo de aprendizaje para la apropiación y asimilación del
saber.
Para lograr, uno como padre o como maestro
ser un gestor y transformador de las nuevas generaciones, debemos ser, además
de lectores, flexibles, cuestionadores, y mantener siempre intención de cambio
en el quehacer tradicional del rol de cada quien.
Aprovecho la edición de la presente nota en
el blogger para sintetizar unos consejos para lograr niños lectores desde el
hogar. No son míos los consejos, son de FUNDALECTURA.
Diez principios imprescindibles para crear buenos
lectores.
1. Dar ejemplo.
Las personas adultas somos un modelo de lectura
para los niños. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
2. Escuchar
En las preguntas de los niños está el camino para
seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas. No sembremos dudas, pero
anímemelos a dudar.
3. Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos.
Leamos cuentos, contemos cuentos. Haga que el niño cuente lo leído. Inste al
niño a que invente un cuento. Escuche sus fantasías y dé ánimo para que siga
creando narraciones.
4. Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la
lectura como una obligación. Si la lectura se impone, no se logra ni lectores
ni escritores.
5. Acompañar.
El apoyo de la familia es necesario en todas las
edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
6. Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para
leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
7. Respetar
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos
pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8. Pedir consejo
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus
especialistas serán excelentes aliados. Hagámosle una visita.
9. Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionarnos motivos
para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de los
niños.
10. Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la
lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca…
Cómo leer con tu hijo desde que camina
y hasta los
3 años
- Establece
el ritual de leer una historia antes de dormir.
- Canta con él poesías y juegos de la tradición
oral,
como “Estaba el señor don Gato”.
- Conversa con él sobre los sucesos del día y
sobre lo que leen juntos.
- Relaciona las imágenes y las historias de los libros con la vida
diaria “Mira,
es como la abuela cuando trae frutas…”.
- Cómo
leer con tu hijo desde los tres hasta los seis años
- Habla
y juega con él a partir de las historias.
- Ofrécele
narraciones más largas, con aventuras dramáticas o divertidas. Las de
miedo le ayudarán a enfrentar sus temores.
- Anímalo a que adivine qué ocurrirá en el
cuento. Relaciona personajes y eventos con otras historias.
- Dale lecturas sobre animales, objetos y
eventos de la vida diaria.
- Sigue
con el dedo los renglones que lees.
- Invítalo a que te lea sus libros favoritos:
seguirá las imágenes y te contará qué recuerda.
- Invítalo a leer párrafos o páginas completas
del libro que comparten.
Cómo leer con tu hijo
si está aprendiendo a leer
- Léele en voz alta e invítalos a que lean
para ti. Tú puedes leer una página y ellos otra…
- Diles que lleven a casa libros de la biblioteca
escolar para
leer juntos.
- Cuando lean juntos, evita presionarlos para
que lean rápido o vocalicen bien. No les preguntes sobre ideas principales
y secundarias… Leer con tus hijos no es una tarea escolar.
- Convierte la televisión en aliada, busca
libros de sus personajes favoritos o que amplíen la información que tus
hijos encontraron en la pantalla.
Cómo leer con tu hijo que ya lee solo
- Léeles en voz alta: tú lees una página y ellos
otra.
- Conversa con ellos sobre lo que leen invitándolos
a explicar aquello que les gusta, interesa o molesta de cada historia.
- Suscríbelos a una publicación, impresa o
virtual; algunas páginas de Internet tienen espacios para
que ellos lean textos y también para que los escriban y compartan lecturas
con otros lectores de su edad.
- Ve con ellos a la librería o a la biblioteca,
dales la oportunidad de hablar a solas con los libreros y los
bibliotecarios sobre sus gustos e intereses, acompaña con discreción sus
elecciones.
Si quieres tener un hijo lector…
- No lo obligues a leer o a terminar una
historia.
- No le ofrezcas un libro como alternativa a
la televisión.
- No te impacientes por terminar la lectura.
- No lo regañes por no saber leer bien.
- No dejes sus dudas sin respuestas.
- No trates la lectura en el hogar como una
tarea escolar.
- No le hagas preguntas de comprensión de
lectura.
- No le pidas que relea una palabra que no
pronunció bien.
- No conviertas la lectura en un castigo o en
una alternativa a la diversión.
- No insistas en que lea un libro en especial
o en que le gusten los mismos temas que a ti.
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Finalmente, si lo aquí expreso tiene algún interés,
no dude en compartir, en difundirlo.