Cuentan los mayores que los habitantes de esta región lluviosa del sudeste de Asia, luchaban contra los invasores chinos, y el emperador Jade, imploró ayuda a su Dios, quien envió una familia de dragones a ayudar a los locales para vencer a los intrusos ambiciosos en expandir su territorio imperial. La familia de dragones usaba como municiones las perlas y el jade. Los dragones se posicionaron de esas tierras codiciadas por los chinos y en sus movimientos guerreros con sus largas colas hundieron en partes la tierra que fue esposada por el agua y las joyas al chocar con las embarcaciones chinas, se convirtieron en mas de 2.000 islas e islotes en una extensión igual a 1.500 kilómetros cuadrados convirtiéndose en murallas de jade en las que se estrellaron las naves invasoras terminando derrotadas y en el fondo del mar. Con esta leyenda escuchada de un mayor en esas tierras maravillosas, se narra la formación del golfo Tonkin ubicado en la provincia de Quang Ninh al nordeste de Vietnam, mas conocido hoy en Colombia, como la bahía de ha-long precisamente porque allí fue la primera meta del realyty de caracol tv y porque de ese paraje guardo gratos recuerdos de mi periplo por Asia.
Atardecer en la bahía
Por su exuberancia, por su formación rocosa irregular, por los contrastes entre lo plano y lo abrupto, lo bello y lo misterioso, lo pictórico y lo natural, lo raro e intrigante, Bahía de Ha-long es un contraste natural colorido, razones suficientes para reconocer el significado de su nombre que en la lengua nativa significa “el dragón descendente”.
En aguas de Ha-long nos deleitamos de la exuberancia natural.
La bahía de ha-long está a 170 kilómetros de Hanoi, la capital del pais, distancia que se hace en dos horas en un servicio particular de lujo al nivel del controvertido servicio Uber. El viaje a la bahía, para quienes lo hacen por placer, por curiosidad, es un gusto inevitable por la bella y sencilla razón que en el 1994 fue declarada por la UNESCO, patrimonio de la humanidad y en el 2011 como una de las maravillas del mundo.
Zarpando en lancha para tomar el barco que nos haría el recorrido por la bahía y en el que se pernoctaría deleitando platos de mariscos a precios de un un almuerzo ejecutivo colombiano.
Como latino nacido en la década del cincuenta y estudiante en la siguiente, la lucha librada por el pueblo vietnamita, inicialmente contra los chinos, luego contra los franceses y luego contra los E.U., la valentía de ese pueblo distante de Colombia al otro lado del mundo, era para mí, motivo de admiración y respeto gracias a las publicaciones que llegaban a los colegios y universidades publicas por los vasos comunicantes de la izquierda nacional.
Nunca soñé conocer las bellezas de este paraíso del nordeste asiático, pues en mi memoria estaban las imágenes de la lucha que libraban los nativos desde finales del siglo XIX para liberarse del yugo colonial que, al ser impuesto, generó toda una conciencia nacional para revalidar la lengua, el folclor, y el patrimonio de la Nación, y prevalecían esos sentimientos tercermundistas que un país pobre, pero digno, había derrotado a los imperios de los recientes siglos.
Los ingresos por el turismo crecen año a año, y el país, viene mejorando vías, puertos y conservando centros vacacionales, así como playas en las que se han implementado fabricas de confecciones y marroquinería en las que confeccionan piezas en pocas horas a los turistas como copias de las reconocidas marcas mundiales.
En las oportunidades de viajar ya había conocido a los franceses en un fugaz viaje a París proveniente de Alemania a donde había asistido a una feria internacional de las Artes gráficas; al observar a los franceses encontré que gozaban de estatura, y en mi labor como maestro y agente social, también había conocido a americanos de pies grandes y tamaño para bajar naranjas, y aunque los provenientes de estos dos imperios, despreciaban a los hombres de baja estatura que se sientan como los micos y comen arroz con palitos, fueron precisamente, ellos, los vietnamitas quienes los derrotaron, inicialmente en la selva y en los sembradíos de arroz, y luego en las ciudades logrando la independencia total.
La sencillez, el calor humano, el respeto y admiración por los otros, la disponibilidad de ayudar a los desconocidos, aflora en los vietnamitas y no brilla en los nacidos en las potencias colonialistas.
Las bellezas naturales se pueden mostrar en fotografías que acompañan esta crónica redactada con motivo del realyty que Caracol empezó a transmitir en enero de 2016, pero en imágenes no puedo mostrar el arte y las costumbres de algunas de las 54 etnias que suman mas de noventa millones de vietnamitas, sin embargo describiré levemente la riqueza humana de los pobladores de este país premiado por su belleza natural por el Creador.
En los barcos se ofrece buenos licores y comidas a la carta, así como espacios para la contemplación, el descanso y la parranda, y por el lugar en el que se desplazan los navíos, hacen de la estadía un recuerdo en yate.
Las técnicas artesanales, las para labrar la tierra, dominar el agua, conservar los alimentos y el medio ambiente, han pasado de generación en generación como se puede apreciar en los artículos hechos a mano que tienen una calidad y una belleza particular. Los trabajos en bambú, plata, madera, cerámicas y porcelana los convierten en el contexto mundial en piezas únicas. La literatura es rica en narración oral, en leyendas, mitos y canciones populares en las que se entremezclan influencias chinas e indias, en especial, en los asuntos pictóricos y de religiosidad.
Las expresiones teatrales son coloridas, mezclan la danza, la música, el mimo y la declamación, siendo un atractivo el teatro de marionetas en el agua que se presenta en la capital en las que narran sencillas historias que agradan a niños, jóvenes y adultos.
La mano de obra femenina es reconocida y se observa en todos los renglones. La fotografía muestra el contraste ente asiáticos que se protegen del sol y los occidentales que omiten el impacto de los rayos solares.
La indumentaria de las etnias son otro atractivo para los foráneos. Son tan diversas como las etnias convirtiéndose en una identidad nacional. Los vestidos usan telas en lino, algodón o seda; son tan coloridos como los paisajes y tan diversos en su uso según la edad y la ocasión para lucirlos.
Los vietnamitas son un pueblo tranquilo, pacifico y respetuoso; para ellos es muy importante su presencia, no la presentación. Por ese anhelo no se enfadan, no gritan, no alegan con las manos; porque al hacerlo, creen que pierden su presencia en el ahora, razón suficiente para mostrarse respetuosos ante cualquier problema, así se tenga la razón. Es costumbre no tocar la cabeza de las personas porque reconocen que es la parte mas importante del ser humano. Saludar y despedirse de los los mayores, los monjes y visitantes inclinando la cabeza en señal de respeto juntando las manos sobre el pecho como hacen los católicos cuando entran el oración y quitarse el sombrero son costumbres que impactan a quienes visitan el pais.
Al entrar a los templos o a una casa, es costumbre despojarse de los zapatos e ir con ropa larga poco insinuante o ligera. Son faltas de educación tocar la cabeza al otro, sentarse en el almohadón donde las personas reclinan la cabeza para descansar, extender las piernas hacia los demás, colocar los pies sobre la meza y no responder a los saludos con las mismas flexiones.
Es costumbre protegerse del sol. Las mujeres usan sombrillas, y quienes usan motocicleta, siempre llevan tapabocas, mientras que los varones que trabajan en el campo, usan sombreros, camisas con manga larga y guantes.
En las calles de Hanoi observe que a los pobladores les agrada consumir huevos empollados los cuales ingieren succionando como si fuesen mamones. El consumo de insectos, patos, pescado, carne de perro y gato es usual en varias etnias, costumbre heredada de la guerra por la hambruna que se vivió, así como los vegetales y la sopas que acompañan siempre con arroz. Las sopas de los vietnamitas son similares a las que preparan los tailandeses y camboyanos. Difieren de las colombianas en la forma de consumirlas. Mientras nosotros las tomamos con cuchara, las de ellos no se consumen, sino que en ellas se preparan los vegetales y carnes con bastantes hierbas aromáticas, los cuales se sacan con los palitos y se depositan sobre el arroz que siempre estará en una taza de tamaño pequeño y que se consume acercando la vasija a los labios y se come con los palitos que en manos asiáticas, se manejan con destreza y nobleza.
El cultivo de perlas se aprecia en los 1.500 kilómetros de la bahía de Ha-long.
Numerosas familias viven en sus casas-botes y derivan el sustento de la venta de perlas o del cultivo de peces
Expresiones pictóricas vietnamitas se aprecian en galerías que abundan en las rutas turísticas .
La mujer vietnamita considera el trabajo una expresión de dignidad, y por ende, no viven a la despensa del varón.
Dos modelos de yates a disposición de los turistas.
Barcas operadas por mujeres; en unas ofrecen bebidas, en otras, artesanías, y el otras, viajes cortos a las orillas o cuevas que abundan con sus misterios en esta maravilla del mundo.
Los integrantes de la familia Torres que visitamos a Vietnam, Tailandia, Camboya y China en el 2013.
Las maravillas bajo rocas y en las rocas son otro atractivo que tienen las islas y los islotes que como murallas protegen y embellecen el paraje.
Islotes de diversas formas y tamaños sobresalen como faros naturales sobre las aguas cristalinas de la bahía que ya ha sido violada por compañía petroleras.
Los yates disponen de chef que ofrecen al gusto los desayunos o cenas a los turistas.
El paisaje que fusiona la selva con las aguas ponen en blanco las mentes de quienes viajan por estos lares, aun no conocidos como polos turísticos masivos, sino como atractivos exuberantes que atraen a turistas amantes de la soledad, la novedad, la rareza y el silencio que gozan con los viajes a bajo costo por la re-valuación del dolar frente a la moneda nacional.
En los yates hay espacios para descansar, meditar y jugar.
Una muestra de uno de los platos a disposición de quienes gozan de la comida del mar a un precio de una hamburguesa colombiana.
Las perlas, joya apreciada por las damas, se cultivan y ofrecen a bajos precios en el periplo por la bahía de ha-long
La fotografía muestra los diversos tamaños de las campanas que tienen los templos budistas que en vez de producir un tañer similar a las nuestras, el sonido que producen es profundo y ronco que invitan a la meditación y a la contemplación.
Parajes pintados por el Creador.
Vietnam es un país con tantos atractivos turísticos insólitos y con nacionales tan atentos y serviciales, que estando en el país, la tristeza acompaña la partida, mas cuando los costos, incluidos los de viaje y estadía, son inferiores a una semana en Cartagena, la perla de Caribe y los aprendizajes al inter-actuar con los vietnamitas prevalecen en el tiempo al comprobar el tesón de un pueblo que por décadas vivió en guerra, y luego de ellas, tomó la decisión política de convertirse en uno de los tigres asiáticos convirtiéndose en uno de los mayores productores de café, de pescado y en un país maquilador de empresas americanas y japonesas disminuyendo la pobreza en menos de tres décadas.