En globo sobre Capadocia, en Turquía
UN EMPRESA TURISTICA QUE TIENE INGRESOS MENSUALES DE 9.6 MILLONES DE EUROS
El servicio, la atención al cliente, la novedad y la seguridad, los bastiones empresariales.
Hay una ley universal que se aplica para quien las conoce o no. Esta ley tiene unos principios que uno como docente debería inculcar en sus hijos y alumnos para orientarlos hacia la realización personal y la felicidad.
Uno de esos principios es el de la causa y el efecto. “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa: todo sucede de acuerdo con la Ley; el azar no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad pero nada escapa a la Ley".
Como todo sucede bajo el principio de la causa y el efecto, uno cosecha lo que siembra, los hijos son el resultado del proceso formativo que desde el vientre hasta los siete años dimos a los hijos y la axiología que orientamos en la juventud y lo que uno recibe de ellos en la vejez es el efecto de nuestros procederes como padres.
En mi caso, este viaje a Turquía fue un regalo de los dos hijos mayores y el empeño de los otros cuatro, pero en especial, fue un empeño del mayor de los Torres González, quien trabajaba en el momento en ese país para una empresa española de donde ya es nacional.
Como padre educador estoy recibiendo y viendo los frutos de los esfuerzos tanto en el proceso formativo como en los procesos académicos que recibieron mis hijos.
La madrugada de abril de 2012 que tomamos la aventura de volar en globo sobre el valle de Capadocia, Lo hicieron también 1.600 turistas más que abordamos 80 globos. Todos fuimos recogidos en los hoteles en cómodas busetas que nos transportaron a la sede de la empresa dueña de la franquicia en donde nos dotaron de escarapelas de colores diferentes debidamente marcadas con nuestros nombres y apellidos. En la misma buseta fuimos conducidos nuevamente al sitio donde abordamos el globo junto con otras personas de diversas nacionalidades.
En este caso en particular, el viaje fue un cumulo de sorpresas. Los pasajes fueron comprados con anticipación por Internet lo que deja como ganancia un descuento significativo en los costos en los vuelos. Los hoteles se reservaron por el mismo medio obteniendo unas tarifas muy cómodas. Comíamos a la carta degustando los platos típicos de cada lugar. Para trasladarnos internamente en el país, lo hicimos en avión con tarifas a bajo costo y en cada aeropuerto al que llegábamos, alquilábamos un auto en él nos movilizábamos y entregábamos en otra ciudad para tomar otro avión.
Disponíamos de mapas y guías en español para movernos dentro del país y teníamos información previa del lugar para saber con certeza que visitar y su importancia en la historia. En el auto disponíamos de un GPS en el que introducíamos la información previa y este medio nos guiaba exactamente al lugar a donde debíamos arribar en cada trayecto, pero también disponíamos de una cámara para tomar referencias gráficas de los avisos en carretera para confrontar con la información que nos iba dando el GPS y disminuir el riesgo de equivocarnos.
Las sensaciones de volar en un medio imaginado por Julio Verne hace cientos de años, son diversas: El apreciar el amanecer desde las alturas lo aterrizan a uno reconociendo que uno es menos que la punta de una aguja en el universo; El estar y volar hacia el horizonte despierta en uno el placer de vivir y gozar todo lo que abarcan los ojos; la vida es corta y uno la desperdicia en pendejadas; los sentidos nos engañan pero nos sirven para encontrar nuestro ser interno que se hace más evidente cuando uno reconoce que solo es un peregrino.
EL NEGOCIO DEL PASEO EN GLOBO
Pasear en globo es un deporte de aventura de alto costo, pues se requiere de inversiones en equipo, infraestructura y talento humano en todos los niveles, de una red de servicios desde la venta, el transporte y la seguridad así como de una estrategia publicitaria a nivel mundial.
El costo por persona es de 200 euros para las personas que viajan por agencia turística y de 120 euros para personas que viajan sin vinculación alguna.
El paseo en globo es de una hora y otras dos más invertidas antes de la partida y después de la partida. Al turista lo recogen en el hotel y lo regresan al mismo para llagar al desayuno buffet que ofrecen como parte de la oferta hotelera.
Los globos en el horizonte posan sobre las chimeneas de las hadas en un contraste de épocas entre la prehistoria y los medios de viaje actualmente. El viaje en globo es fascinante porque es como ir suspendido en el aire que facilita el ascenso del globo cuando se calienta. El tener la oportunidad de apreciar el horizonte en un ángulo de 360 grados le permite a uno reconocer que es uno es una criatura más del universo que tiene vocación de divinidad al ser imagen y semejanza del creador.
El amanecer viajando en globo y darse un paseo en círculo sobre las tierras de Capadocia es una oportunidad hermosa de vivir no solo para contar, sino para gozar de las bellezas que a diario un vive, sin darse cuenta lo hermoso que es estar en la tierra. En la foto el contraste entre las rocas milenarias talladas por la lava, el agua y el viento y los globos de colores que animan el amanecer cuando uno se levanta temprano a caminar por las apacibles calles que conducen al hotel.
Viajar en globo es romántico, más lo es en la aurora con un paisaje a la vista único en el mundo, aunque similar viaje fue tomado ese día por más de 1.600 turistas provenientes de todo el mundo, uno se extasiaba entre el ruido del gas que alimentaba el globo y la tierra que se veía más distante, así hayamos solo alcanzado unos cien metros de altura, suficientes para reconocer lo realmente pequeños que somos físicamente en esta universo que adquiere sentido cuando lo miramos desde el espíritu, ese que nos anima y no vemos, esa esencia de la que pocos buscan dentro de sí, pero que a la final es lo único que importa.
El vuelo en globo aerostático tiene el gusto de sentirse cercano al Creador por tener el placer de ver e ir hacia el horizonte, de volver la vista y contemplar lo dejado, mirar hacia abajo y contemplar la bella naturaleza y mirar hacia arriba y ver la expansión del globo a la que llegan las llamas del quemador. El silencio, solo interrumpido con el ruido del quemador es abrazador y trascendente.
Viajar en globo aerostático es tener la oportunidad de vivir en libertad y sentir la paz que suscita el silencio, la contemplación y el abandono de los sentidos.
El tiempo, si uno lo desea, es un gran maestro de la vida. No hay edad para aprender, se aprende todo el tiempo y para corroborar lo afirmado, esta es un auto foto tomada a cien metros de altura dentro del compartimento del globo que nos paseó por el cielo de Capadocia.
Para aprender hay que ponerle empeño y afecto por lo que se hace, pero se aprende más cuando se hace con amor. Junto con mi esposa María Teresa, en el viaje en globo nos entregamos al mismo sentido de la ilusión, soñamos despiertos y alargamos los segundos juntos, sin más mundo que el nuestro, Sin más sentidos que los nuestros, sin más pensamientos que vivir el ahora, ese que olvidamos siempre sin darnos cuenta que el vivir el hoy produce alegría, felicidad y satisfacción, pues el pasado ya se fue y el presente no existe.
Pensar, imaginar, sentir la respiración, gozar el viento son verlo, ver la luz aparecer en el horizonte, sentirse co-creador de la vida y dar un mayor sentido trascendente a la existencia, son ideas que surgen cuando se tiene la oportunidad de volar y apreciar las bondades de la naturaleza y las maravillas que las civilizaciones anteriores nos han legado.
Ya de regreso a la tierra en el lugar donde posó el globo, un afrecho donde había muestras de un cultivo de trigo y las pruebas que habían pastado rebaños de caprinos, mientras los integrantes de la empresa transportadora acomodaban el globo desinflado, brindamos y nos hicimos la foto familiar como una evidencia de un paseo en globo sobre el valle de capadocia en Turquía.
Aunque íbamos en globos separados con mi hijo Cristian Iowanni y su esposa, los partieron de un mismo lugar y aterrizaron en otro, quienes viajamos en ellos hospedados en hoteles cercanos, luego de regresar a tierra, la compañía nos ofreció un brindis, ocasión para dar rienda suelta al habla y darnos cuenta que en el mimo viaje iban argentinos y brasileros.
Esta panorámica muestra uno de los asentamientos existentes en el valle de Capadocia. Nótese su uniformidad habitacional, sus vías y su diseño. Poblaciones como ésta encontramos cada cincuenta kilómetros estratégicamente ubicados en todo el valle, cada uno con una especialidad en producción agrícola, artesanal o industrial.
Viajando en coche y sin la tutela de una agencia de turismo se tiene la oportunidad de conocer más y apreciar con tranquilidad los paisajes. Aquí llegamos un atardecer a la ciudad de Urgup, tallada en el siglo siete después de Cristo. Allí, capitales alemanes y franceses provenientes de familias vienen comprando espacios para construir hoteles y mansiones familiares que usan en vacaciones. Un espacio en la roca para hacer tallar un hotel para treinta personas costaba, según los lugareños, entre $ 1.000.000 y 5.000.000 pero también se pueden adquirir casas antiguas a costos de un lote de 80 metros en la ciudad de san Gil, o sea unos $ 40 millones.
Un contraste entre la naturaleza y un viaje en globo. Un recuerdo de un paseo por tierras de Turquía
Volando en globo sobre Goremme. Una panorámica tomada desde lo más alto del viaje realizado permite ilustrar al lector sobre la belleza del lugar, que dejamos el mismo día que mi hijo nos regaló de cumpleaños este inolvidable viaje en globo sobre una de las maravillas de mundo: el valle de Capadocia.
San Gil, junio 19 de 2012.
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