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A los lectores usuales de mi blog, les comparto el link para acceder a mi primer poemario electronico. El que accedan y reconozcan mis letras, será un placer registrarlos en los comentarios del mismo blog. Con gusto, los respondo.Comparto el prefacio y el prólogo de Poemas emergentes. Esta vez, con poesía social. Poesía contestaria. Poesía emergente en tiempos de pandemia y protesta social en Colombia.
Unos afirman que la historia la deben contar los vencedores; pero no existieron los vencedores sin la lucha de los vencidos. Escribí este poemario desde la segunda opción en tiempos de pandemia.
Revelo mis gritos en el desierto y
el viacrucis que vivieron mis ancestros desde la llegada de los peninsulares a
tierras, hoy de Santander. Intento demostrar el pensar de quienes endilgan a los
jóvenes colombianos, como vándalos por reclamar derechos elementales en las
protestas de los años 2019 a 2.021.
Nací y crecí en una vereda en la que la violencia eran usual, y sobrevivir, un reto diario. Estudié en Zipaquirá el
Bachillerato. En esta ciudad de la sal, también lo hizo Gabriel García Márquez
y Gustavo Petro. El primero, reconocido escritor, premio nobel de literatura en
1.982. El segundo, persona amnistiada y candidato a la presidencia de la República
de Colombia en el 2.018 y 2.022
He sido testigo de las violencias
suscitadas por la elite colombiana en 1.948, 1.962, 2.000 hasta lo que ha
ocurrido del 2.021. Fui testigo de las esperanzas de los acuerdos de paz, y de
las estrategias para impedir su implementación. Sin embargo, continúo anhelando
que la Constitución del 1.991 se cumpla en próximos años para vivir una auténtica
democracia en la que la palabra sea la única tea que nos una a los colombianos.
Poemas emergentes es el primer e-books que revela mi
producción poética como prosista autor de “Historias sin contar”,
relatadas en mi web: https://naurotorres.blogspot.com/ Cosecha poética que afloró en el
confinamiento humanitario que generó la aparición del Covid-19. Fue propicio el
regresar a la vereda donde nací, Jarantivá en Puente Nacional, Santander,
Colombia, y en vez de encerrarme, combiné las labores del campo con la
escritura. A la par que continué plasmando más relatos próximos a ser
presentados en libros electrónicos: Me empeñé en descubrir la musicalidad de las
palabras hilvanándolas en versos intentando fotografiar el sentir personal y el
sentir latinoamericano desde una perspectiva histórica emergente y
contestataria que permitirá dejar un registro poético de un estado social
nacional que inquieta no solo a nacionales, sino a los demócratas y libres
pensadores del mundo.
Celebramos
el primer texto de poemas de Nauro Torres Quintero, Poemas emergentes. Siempre
hay una primera vez para todos, y para el Artesano de la Palabra, como a él le
gusta presentarse. Nauro no escapa de la realidad colombiana. No puede
eludirla. Todos estamos inmersos en ella. Más él que asumió el sino de
poetizarla.
Es
decir, configurarla, darle una forma que exprese lo que sentimos en lo más
profundo de nuestro ser. Y el ser
tiene por lo pronto dos dimensiones: estamos atravesados por el tiempo y por
las palabras: somos temporales, históricos y también lenguaje.
Por
eso en Poemas emergentes aparecen los
rostros de los caciques: Chanchón, Guanentá, Saboyá, Tisquizoque consumiéndose
en la llama de la Contestación. Combatían a los invasores españoles, así como
también respondieron siglos después José Antonio Galán, Lorenzo Alcantuz,
Isidro Molina, Manuela Beltrán con la revolución Comunera.
Aparece
el Arzobispo Antonio Caballero y Góngora en representación, no de los intereses
campesinos, los más pobres, como lo hubiera hecho Cristo, sino del poder
colonial, investido con todo el imaginario que significa la iglesia, firma las
Capitulaciones; pero quien capitula es el movimiento armado capitaneado por
Berbeo, veinte mil hombres, instalados en el Puente del Común, a un tris de
Santa Fe; mientras Galán Zorro persigue al Regidor Gutiérrez de Piñerez que
huye hacia Honda, coger el Río Grande de
la Magdalena, llegar a Cartagena de Indias desde donde gobernaba el Virrey
Manuel Antonio Flórez Maldonado.
Para
la misma época de luchas libertarias en el continente americano, en Bolivia,
Túpac Katari, al mando de cuarenta mil indígenas armados, sostiene que el
modelo productivo traído por los invasores nunca demostró ser superior al
comunitario de los habitantes primigenios. También fue traicionado Katari, lo
mismo que José Antonio Galán Zorro.
En
Hermanados se denuncia el racismo, la
categoría raza que aparece en 1.492,
cuando América Latina, desde donde vivían los Mexicas hasta los Patagones es
coautora de la modernidad porque irriga de oro, plata la economía del Viejo Mundo.
Somos el Nuevo Mundo y la categoría raza
se convierte en instrumento de dominación y explotación. Aparece el Otro, la
otredad, los indígenas; los españoles, los portugueses, los europeos que de
connotación geográfica adquieren significación racial. Después en la Colonia
los negros, los mestizos. Todas, categorías raciales con base en el
eurocentrismo, centro y periferia.
El hechizo de las palabras
evoca a Juan I: En el principio ya
existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
La magia divina de la Palabra y las palabras que tienen poder. Es la
fenomenología de la palabra desde el inicio bíblico hasta que iluminan corazones, cosechan paz y armonía.
Pasando por camas nupciales para
enamorados, severos retretes para
críticos y guerreros. ¡Qué risa para esta última calificación! El buen humor del
autor.
Al
llegar a Atavismo bananero es
innegable aquello de la republiquita bananera en manos de delincuentes. El
poema así lo denuncia porque hace referencia directa a nuestro presente con
todas las atrocidades acuciantes: desaparecidos, desplazados, masacrados y un
largo etcétera que produce dolor y vergüenza.
Marx
en El Capital hace famoso el concepto de enajenación, en Poemas emergentes está Enajenados
con una connotación más amplia ya que afecta toda la vida cotidiana -el Lebenswelt en términos de Husserl-
afecta hasta el alma del ciudadano.
El
dolor de ver a una sociedad y un Estado reflejada en Infanticidio que no asume la decisión de salvar a los niños de la
degradación y descuido que los cubre. En Ecocidio
está el potente fenómeno llamado Cambio Climático que amenaza con desaparecer a
la especie humana si continuamos con la estupidez del modelo productivo con
base al petróleo, carbón, hiperconsumo imbécil.
A mis zapatos
tiene ecos del poema de Luis Carlos López, el poeta cartagenero, más conocido
como el Tuerto López. En ambos está el confort, la comodidad que produce el uso
sobre el cuero.
El Credo de la gente de bien
denuncia ese conglomerado humano que se hizo evidente con el estallido social
del 28 de abril de 2.021 en Colombia. Ahí está la ideología traqueta, el faro
intelectual que ilumina, orienta a los seguidores del que es invulnerable a la
justicia, hasta hoy.
Inmolados
tiene una relación con la “gente de bien” en sentido inversamente proporcional
porque es nuestra juventud, el presente del país. La juventud que comía en la
olla comunitaria del estallido social que en números populares ascendieron a
ochenta asesinados y seiscientos desaparecidos. Otras estadísticas para la
impunidad.
Resistencia
retoma lo histórico, hace un recuento desde los jóvenes y nos deja la sensación
de que es posible un cambio, con base en las ciudadanías libres, otro fenómeno
social de recién expresión en la arena política de la nación.
Atrapadas, confinadas, violentadas. El
eje de la atención del poema es la mujer, pero se incluye la relación
inmarcesible con el varón, el patriarca. Aún él sigue siéndolo, pero desde el
siglo pasado la mujer ha venido realizando una revolución silenciosa: entró a
la producción, dejó a los hijos en guarderías, o con la vecina, o con la madre
y está disputándole todos los espacios tiempos al machismo. ¿Para bien o para
mal? No hay que perder de vista la reciprocidad y complementación del ying y el yang de los antiguos taoístas
chinos.
Vida u oro,
¿Descubrimiento? ¿Conquista? o
¡cubrimiento!, Esquiva libertad, Hortelanos de la paz, artesanos “del otro”
tienen en común el barro histórico. Está candente el barro histórico, AMLO de
México exigió a los reyes de España pedir perdón a América Latina por el
genocidio indígena. Saltó como una hiena la vox y el pepe, y denostó contra el
proceso decolonial que va avanzando lento, pero seguro. Exabrupto que el
indigenismo latinoamericano es el nuevo “comunismo”. Vaya, cómo les duele que Abya Yala, Latinoamérica en voz Kuna,
esté ganando poder. Ladran los perros Sancho, por tanto, cabalgamos.
El
poema El perdón, aflora la paz
refleja el deseo de paz del pueblo colombiano que fue torcido por el “no”. Ese
acontecimiento también histórico, implica el poder de la ignorancia. ¿Por qué
votar por la guerra? Porque existen unas multitudes ignorantes, manipulables.
Sí, el perdón. Si uno es egoísta racional debe aplicar el imperativo categórico
de perdonar porque el primer beneficiado es uno. My self.
El
último poema es Otrocidio, la
eliminación del otro. La otredad problematizada por la ideología traqueta que
está en el poder. ¡Qué daño le ha hecho al país!
Bueno,
ya conocemos a Nauro como poeta. Reclamo todo el apoyo para él. Éste es un buen
inicio, atreverse a bardear en tiempos no aptos para bardos es algo digno de
reconocimiento. Buen viento y mar, marinero de las palabras.
Francisco
de Jesús Ayala Páez
Escritor
Filósofo y Magister en Semiótica UIS,
Licenciado en Educación, Ingeniería Agronómica Universidad del Magdalena.
Docente. Autor de la novela Con ojos de
niño o La Ciudad Ardiente. Novela inédita En la U. Está terminando su tercera novela. Ensayista, Crisis de un orden patriarcal en La Casa
Grande de Álvaro Cepeda Samudio. Y numerosos ensayos inéditos.
Octubre
8 de 2021