Entrega (1)
“LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO SOLO ES FÍSICA”
Conozco de la violencia
intrafamiliar. Fui educado con el garrote y la zanahoria, tanto en casa como en
la escuela, y ahora, en mis últimos años de vida laboral he sido testigo de los
estragos que deja esta violencia en tantos jóvenes que cursan la secundaria en
un colegio público. Los efectos fue una razón por la cual abrí este blog con el
ánimo de dar a conocer este fenómeno social que corroe la sociedad silenciosamente, pero que sus
efectos públicos son evidentes.
En una de mis jornadas
matutinas de lectura de medios electrónicos encontré este artículo del cual
compartiré en tres entregas. No importa que usted crea que no ha sufrido alguna
vez este tipo de violencia, o no la haya ejercido. Simplemente invito a que lea
las entregas; podría cambiar de opinión. Al menos yo acepte que la he ejercido
y debo cambiar.
LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO SOLO ES FISICA.
Por Paola
Silva F. – Psicóloga- Santiago de Chile.
La
violencia doméstica: Un mal sobre el cual es difícil hablar:
¿Qué
constituye violencia?
¿Es simplemente darle golpes a una persona? También
la violencia psicológica nos ha dado una nueva visión del ser humano y de sus
necesidades psicológicas. Ahora sabemos que hay otro tipo de violencia que
también hace daño a las personas: la
violencia psicológica o verbal.
Destruir la autoestima de una persona
sistemáticamente mediante críticas, desprecios, abandono o insultos; también
son formas de violencia. No cabe duda
de que a veces los golpes al espíritu
son mucho más dañinos que los golpes al cuerpo y dejan heridas más profundas.
Cuando a la mujer se le coacciona para que aborte
(lo cual constituye violencia también contra una criatura inocente que no ha
nacido), utilice peligrosos anticonceptivos y abortivos o se practique la
dañina esterilización; todos estos también constituyen actos de violencia.
¿Por
qué permanecen muchas mujeres en una relación abusiva?
Las víctimas
del maltrato verbal muchas veces piensan que éste no es lo suficientemente
grave como para tratar de hacer algo para impedirlo.
Algunas temen que no les creerán si denuncian al abusador, pues a menudo éste
goza de una buena imagen pública.
Las que están siendo golpeadas tienen miedo a las
represalias por parte del agresor ya que a menudo éste amenaza con matarla. Otras
temen enfrentar la vida sola o simplemente no tienen los medios para hacerlo. A
veces alguien que la víctima respeta le dice que debe permanecer en esa
relación abusiva "por el bien de sus hijos".
En el caso de la mujer del alcohólico o drogadicto,
ella es una codependiente de su esposo o "compañero" y la codependencia es una enfermedad
emocional que requiere tratamiento de un psicólogo o psiquiatra. Todas estas mujeres tienen en común una
baja autoestima y una incapacidad para poner límites porque vienen arrastrando
problemas emocionales desde su niñez. A menudo la raíz de la violencia
doméstica tanto para las víctimas como para sus victimarios, es el vacío
afectivo. O sea, la falta de amor y atención en su niñez.
En los hogares disfuncionales en los cuales un
cónyuge maltrata al otro, es común el maltrato a los niños.
Constituye violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también gritarles,
menospreciarlos, castigarlos excesivamente o negarles la atención, la
aceptación y el amor que son tan imprescindibles para su desarrollo emocional y
social. También es un acto de violencia en el caso de los padres
divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge delante de los hijos o utilizarlos
para hacerle daño al otro.
Lamentablemente, cuando una mujer está siendo
víctima de cualquier tipo de violencia por parte de su esposo o
"compañero", está tan
enfrascada en defenderse que a menudo no puede darse cuenta del daño que
también están sufriendo sus hijos. A veces permite hasta los maltratos
físicos o verbales a éstos por parte del padre o padrastro, porque se siente
incapaz de detenerlos ni siquiera en lo que respecta a sí misma.
Los casos de violencia doméstica o intrafamiliar
abundan. Es algo que puede sucederle y en verdad a veces les sucede a personas
que se consideran religiosas, porque se trata de una enfermedad psicológica que
debe ser tratada.
Todos los que están
involucrados en la violencia están enfermos y necesitan ayuda
Hasta que no se conozcan los hechos, ninguno de
ellos la recibirá. No se les hace ningún favor a los miembros de una familia
que está en estas circunstancias al ayudarle a mantener este horrible secreto. Se les debe motivar a obtener ayuda de un sacerdote o pastor y/o un psicólogo.
El continuar
permitiendo este tipo de abuso tiene graves consecuencias sobre todo para los
niños, muchas de las cuales sólo se manifestarán pasados
muchos años. A veces los niños se
convierten en victimarios y las niñas en víctimas igual que su mamá. Los niños
que crecen en hogares violentos tienen una gran probabilidad de ser criminales
en el futuro.
Muchas mujeres han intentado de diversas maneras
evitar las situaciones de violencia, ya sea modificando conductas propias, a
través de separaciones temporales, recurriendo a distintos profesionales e
inclusive a los sistemas de seguridad y justicia, sin lograr cambios. Sumemos
la presión social fundada en mitos como "algo habrá hecho", "la
mujer buena tiene que sacrificarse por la familia", "los celos son
una manifestación de amor" y tendremos a una mujer muy confundida,
convencida de que nada de lo que haga podrá modificar la situación.
Recuerde que
la violencia familiar es un proceso cíclico y que, a medida que pasa el tiempo,
los ciclos de tranquilidad se reducen en duración, en tanto los episodios van
aumentando en intensidad y frecuencia. La duración de este ciclo, que pocas veces es
percibido por la víctima, es un indicador valioso.
También es importante tener en cuenta factores
circunstanciales o permanentes, que tiendan a aumentar los niveles de stress
del abusador y/o a reducir sus umbrales de inhibición (falta de trabajo,
problemas de adicción, salud, etc.)
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