“Todo juguete se
define por su uso y juguete es todo objeto material que se utiliza con fines
lúdicos”[1].
EL JUGUETE, UN RECURSO DIDÁCTICO PARA FORMAR NIÑOS EN PERSONAS COMPETENTES
El juego es importante en la vida de las
personas, mas en los niños y jóvenes, pero en la edad adulta permite preservar
amistades y estrechar otras.
Hoy los padres disponen de más recursos y
medios para ayudarse en el proceso formativo y educacional con los hijos,
omitiendo el prejuicio que “si a mí no me dieron, por qué darlo a los hijos”.
Cada vez el mundo laboral es más escaso y más
competitivo, razón suficiente para empezar la formación y educación de los
niños desde el vientre de la madre, no solo con abundante afecto, sino como
música, ejercicio sino con muchos juguetes didácticos y tecnológicos.
El juego y los juguetes son fundamentales
para lograr hijos capaces de enfrentar
los problemas a su paso, hijos lógicos en sus pensamientos y razonamientos,
hijos con destrezas motrices y cognitivas interdisciplinarias. Hijos exitosos como
personas en todos los aspectos.
“El juego y los juguetes son tan antiguos
como el mismo hombre y su recreación, de lo que se desprende el hecho de que
los objetos lúdicos viejos acompañantes de la humanidad”[2].
Homero en la Odisea, narra que fue el legendario
Ulises quien introdujo a Ítaca los juegos de pelota que luego se extendieron en
toda Grecia”[3].
El mundo griego era altamente perfeccionista,
una muestra de esa exigencia lo constituía la inspección que los padres
llevaban a efecto sobre los hijos durante los primeros días después del
nacimiento. Si al niño se le encontraba débil o deforme, se ordenaba
inmediatamente lanzarlo contra la torpeya, lugar donde se enjuiciaba el
deformismo. En cambio, si se daba la aprobación del niño, se le creaban las
condiciones ambientales adecuadas para un buen desarrollo. Un mundo maravilloso
fundado en el juego y el juguete se habría ante sus ojos.
Para el epistemólogo suizo Jean Piaget
(1896-1980) padre de la teoría del desarrollo intelectual, existen tres clases
de juegos que se van interrelacionando en el proceso evolutivo de los niños:
a. Los juegos de ejercicio.
Son los primeros en aparecer desde cero a los
dos años conocidos como ejercicios sensomotores para desarrollar las
capacidades motrices para ejercer la dirección y dominio del cuerpo, manifestar
interés y captación por el conjunto de colores vivos, formas sencillas y
texturas suaves.
Entre los 18 y 24 meses los bebés requieren
de juguetes y juegos para rodar y arrastrar que ayuden a adquirir un mejor control de su conducta
motora, ocular y auditiva.
Los juegos de ejercicios favorecen el ingreso
a los juegos simbólicos.
b. Los juegos simbólicos
Es exclusivo de los humanos el juego
simbólico que es la capacidad de transformar la realidad a través de símbolos.
Cuando un niño convierte una caja en un carro, una cabuya en una culebra, un
bloque de madera en una montaña, esta convirtiendo el acto motor en imágenes
mentales que propician desempeños de mayor elaboración y conciencia al evocar
objetos ausentes.
Los símbolos desempeñan un lugar destacado en
la vida lúdica del niño de los dos a los seis años, quien al iniciar su
socialización pasa del egocentrismo al juego simbólico colectivo.
Con el juego simbólico se establecen las
bases para la adquisición del lenguaje, entonces empieza a usar como
herramienta la palabra para expresar sus pensamientos. Y es en esta fase donde
el juego con títeres, con teléfonos de juguete, muñecas o monos de peluche, el
niño empieza a ampliar su capacidad verbal.
Con los juegos simbólicos los niños se
apropian de la realidad y empiezan a transformarla. Es el caso cuando una niña
habla con su muñeca u su osito, simulando con ello las formas del trato que
reciben de los padres, ya sea de piedad, amor, regaño o violencia verbal o
física.
Los juguetes son herramientas que ayudan a
los niños a reafirmar su yo y a acercarse al mundo de los adultos, y los
adultos para acercarse al mundo de los niños, deben obsequiar juguetes según la
edad y el interés del infante.
Errados están los padres que impiden que sus
hijos jueguen con otros niños, pues los juegos simbólicos colectivos permiten
identificar y acentuar la diferenciación que empieza darse en las personas y
que determinará, en el futuro, su socialización y su disponibilidad para
trabajar en equipo, además, en la medida que los niños desempeñan roles
complementarios, se respetan más y aceptan las diferencias.
Desde los siete años los niños les interesan
más los juegos de representación y de competencia física e intelectual como los juegos de magia, los
juegos de química y estrategia, así como los balones y otros accesorios para
deporte. Incursionan también con los juegos reglados que aceptan y difunden con
regularidad.
c. Los juegos de representación
La reproducción o imitación de modelos
conlleva, conforme se practica, a la adquisición de nuevas estructuras de
conocimientos que agregan a los anteriores. Los niños no solo imitan el
comportamiento humano, sino otros comportamientos, por ejemplo de animales,
máquinas, aviones u otras cosas del mundo real con los cuales alimentan el
imaginario, no solo por los atributos, sino por lo que simbolizan.
“El juego es la forma en que el niño aprende
lo que nadie le puede enseñar. Es la manera en que se orienta y explora hacia
el espacio y el tiempo, las cosas, animales, estructuras y personas del mundo
actual….el juego es el trabajo del niño”[4]
d. Los juegos de construcción
Para Piaget, “los juegos de construcción
ocupan un lugar intermedio o fronterizo entre el juego y las conductas no
lúdicas. Son medio fronterizos entre el juego y las conductas no lúdicas. Son
éstos los que reflejan la manera de apropiación de la realidad, así como la
organización del pensamiento y de los actos motores. La construcción e motivos diversos, tales
como automóviles, trenes, puentes, casas, castillos, aviones, etc., no solo
obedece a la necesidad de reproducir lo que la realidad es significativa, sino
también de crear estructuras y conceptos. En el proceso de creación, el niño,
además de enfrentar problemas, es capaz de poner en juego sus potencialidades y
características de gusto y personalidad.
Aunque el juego de construcción aparezca como espontaneo ente los ojos el
espectador, siempre esta respaldado por una imagen mental de modelo construido”.
“Aunque el juego de construcción aparece desde los cuatro años, edad en que se
empieza a demostrar, mayor organización y aproximación de la realidad es…a los
7 u 8 años, con ocasión de las primeras operaciones concretas, que el juego
simbólico se transforma en el sentido de una adecuación progresiva de lo
símbolos a la realidad simbólica, es decir, de una reducción del símbolo la imagen simple. Esto es lo que se ve en la
transformación de los juegos simbólicos, en los juegos de construcción en los
que el objeto representado, con una correspondencia análoga a la del dibujo”[5].
Los juguetes para estimular la imaginación
creadora idealmente son objetos inacabados, ya que el propósito con el han sido concebidos, es dar diversas
posibilidades a la piezas, utilizando para ello la
imaginación y el deseo de construir cuidando el detalle.
CON LA DESTRUCCIÓN DEL JUGUETE EL NIÑO LIBERA
SUS FANTASÍAS AGRESIVAS.
[1]
Virginia Menina Avila y Juan Amaél Vuzzett o., Tengo una muñeca vestida de
azul”, en revista consumidor, num. 118, diciembre 1986, Mexico pg. 17.
[2]
Diaz Vega José Luis. El juego y el juguete en el desarrollo del niño. Ed.
Trillas 2.000. Pg. 14
[3] Enciclopedia Larousse Juvenil, Argos Vergara,
1981,pag. 132.
[4] J. Singer, The Chid’s World of
Mafe-Believe (Nueva York y Londres), Academic Press, 1973
[5] Juan Piaget, op. Cit. Pag. 393
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