Con el legado temple de los revolucionarios caídos del cielo en estos lugares y fieles al mandato del honor y la valentía, sobre las áridas tierras salpicadas de matones de fique, junto a un caney, dos hombres sellaron la existencia de su generación.
En la hora cuando el sol cae perpendicular sobre la arena, el zarco y el cojo cumplieron la cita.
Ambos cavaron la tierra con furia sin pronunciar palabra.
El hueco debería tener tres metros de ancho por cuatro de alto y ninguno se detendría hasta terminarlo, solo deberían pensar en el momento de deshacer sus bravuras en el interior del hueco, objetivo que lograron cuando el sol al día siguiente comenzó a guardarse sobre los riscos.
En ese instante no hubo atención para la extenúes y los cuatro ojos después de humillarse por largos años, se miraron por ultima vez.
-Creí que su cobardía le impedía batirse conmigo, cojo desgraciado¡
- Ni lo piense, soy macho para todos y me sobra para regalar, como una vez lo hice con usted.
- Miente malparido¡….yo fluí y he sido el único macho de mi mujer, además usted es un inútil y para esconderlo se inventó el sueño de la tercera pierna que pisa a las hembras.
- ¡ja¡ esta jodido y no halla que decir. Esta peor que los toches, y por ahí dicen que lo han visto tender la cama que otros revuelcan….
No se cruzaron mas ofensas y procedieron a desnudar los cuchillos de doce pulgadas que habían llevado toda la vida como un miembro mas de su cuerpo pendiente de la espalda; luego se rompieron la carne buscándose las vísceras hasta convertir el hueco en un lodazal rojo.
Nadie vio ni escuchó nada y para siempre los machos quedaron en la sepultura cavada por sus propias manos.
San Gil, julio 25 de 2.015
NAURO TORRES QUINTERO
JUAN VARGAS SAN GIL
ResponderEliminarDemasiado machos
O demasiado ....???
Celosos, posesivos, animalizados.
EliminarHijuelitas mero machos desafiantes moribundos, gallos finos como los pingos santandereanos que no dan su brazo a torcer si no cuando le sacan la piedra son echados para adelante, sin mirar consecuencias, a través de las diferentes épocas esas peleas existieron y decían vamos al que más madrugue y listo a machechetd o cuchillo se desafiaba y se quitaban sus vidas.
EliminarMuy bien Nauro por sus escritos históricos. Un abrazo muchos éxitos.
Honorable paisano y compañero de camino.
EliminarTal vez somos la consecuencia de los actos violentos y de exterminio que los españoles cometieron con los guanes y muiscas, el origen de la violencia.
En antaño, cual gallos en gallera se peleaba por celos o por linderos. Y usted, bien anota...¡ muchos pingos¡
En nuestra tierra, era el revolver o la escopeta el arma dizque para demostrar la hombría. En estas tierras guanentinas, es el cuchillo. Claro¡ este ti´po de episodios han disminuido entre varones; pero abundan los femenicipios.
GUSTAVO GONZALEZ CUBIDES BOGOTA
ResponderEliminarEs juego de los gallos finos.
Que machera, idiotez y cobardía al mismo tiempo.
Sabia comparación.
EliminarCAMENZA POVEDA ZIPAQUIRA
ResponderEliminarHuyyy y Santo Dios..... Que hombres tan absurdos y machistas hasta el punto de suicidarse y cavar su propia tumba..... No tenían humanidad ninguna ni un poquito de sentido común se dañaron llevar de sus impulsos sin contemplar consecuencias.
Si. Tiene razón.
EliminarFELIZ GOMEZ ZAPATOCA
ResponderEliminarTerrible narración
La narración ¡Terrible narración? o el hecho narrado?
EliminarPedro A. Mateus M.
ResponderEliminarUn duelo a lo mero macho...entre el honor y la bravura ..y el desprecio a la vida....
pensar que así se batían nuestros machos de antaño...y no faltaba un par de tequilas de por medio...borracho y cantinero...porque la vida no vale nada...como en el corrido mejicano.
En mis recientes años en San Gil, por allá en la década del siglo pasado, en mis andanzas como reportero de un mensuario con nombre de charaleño comunero, en el que leía cada mes una columna "El Hacha" de un maestro nacido en Sucre y crecido en la Belleza, por los lares de esta ciudad que me acogió por asuntos laborales, por Mogotes y San Joaquin, registré hechos de duelos a cuchillo cuyos portadores, jartos de guarapo, segaban sus vidas luego de ser enardecidos por corridos como los citados pos usted.
EliminarHermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarSer macho y sobre todo en Santander era un honor absurdo que por fortuna ha venido cambiando aunque no del todo pues aún nos seguimos matando sin motivo alguno que valga más que la vida.
Sauldo fraterno profesor.
Si, señor. Cada vez menos somos violentos. Menos valentonados y pendencieros. La violencia, solo genera violencia.
EliminarEl relato, cruel y sangriento es el reflejo de lo mero macho que se escuchaba en las cantinas de nuestra amada patria.