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miércoles, 31 de julio de 2019

RAFAEL ANGEL ALVAREZ PIMIENTO.

LA PIMIENTA ANGELICAL DE LA PROMOCION ENSIN 72:

Nació en un equipo de fútbol con un cambio, un solo capitalista y director técnico. Jugó de medio en el equipo mixto en partes iguales, y en el partido transcurrido, ya no cuenta con dos hermanos. Abrió los ojos por primera vez en Tipacoique, Boyacá, nombre inmortalizado más de un siglo por la obra narrativa y modelo para escribanos artesanos, como yo, escrita por Eduardo Caballero Calderón, bogotano de nacimiento y primer alcalde de esta población. Pero el personaje de esta crónica, lo “humanizaron” con agua bendita del páramo de Santurbán en Soatá, -que en lenguaje chibcha significa, labranza del sol-, reconocida tierra boyacense en las estribaciones del rio Chicamocha por la que pasó Bolívar y ofrendando varios hijos a la causa libertadora que este año, se conmemoran 200 años. De niño jugó en el parque Juan José Rendón bajo las palmas datileras, cohobos y almendros de esta población Santandereana.

Los padres, Jesús Álvarez Romero y Ana Rosa Pimiento ya cumplieron la misión terrenal, y de ellos, solo afloran los agradecimientos. A Zipaquirá provino de la Escuela Industrial de Garagoa en donde fue proclamado experto en mecánica industrial. En. 1.970 con otros tantos compañeros, entró al ENSIN para titularse en el grado séptimo, dos años después como Bachiller técnico en la misma especialidad.

 Rafael Alvarez, Norberto Cubides, en el encuentro del 24 de julio de 2019, luego de 47 años.

El compañero del bigote que semejaba frenada de triciclo logró en su trasegar existencial el prototipo del colombiano medio que se construyó con tesón, dedicación, experimentación, praxis y actualización tecnológica logrando entronizarse en el mundo empresarial con radio nacional.
Norberto Cubides y Rafaél Alvarez, brindan en Bogotá, luego de encontrarse 47 años después, augurando un primer encuentro de egresados de la ENSIN 72 colmado de alegrías y abrazos.

Rafael, a diferencia de la mayoría de la promoción INSEIN 72 empezó la vida laboral en la industria poniendo en práctica los conocimientos técnicos en mecánica industrial. No retornó a Soatá, Santander. Se radicó en la capital colombiana y fue vinculado como asistente de ingeniería de mantenimiento en un laboratorio alemán en donde laboró por 18 meses, iniciando luego, estudios en economía y filosofía en la INCCA; pero los ahorros, y la carencia de un trabajo, lo dejaron por fuera de las aulas universitarias. Retornó a la profesión, esta segunda vez, como tornero fabricante de repuestos para maquinaria agrícola, ganando experiencia y precisión con la cual fue enganchado en una tercera empresa que fabricaba grúas de levantamiento, y allí, fue tornero y fresador siendo ascendido como asistente de mantenimiento laborando por un quinquenio en esa empresa.

Y, así como gozaba estudiando y parrandeaba los fines de semana, en la jornada contraria trabajó como profesor de matemáticas en colegio privado en la capital salinera de Colombia, decidió retomar el riesgo de independizarse y con la experiencia acumulada, montó la primera empresa que le facilitara llegar al cielo primero que nosotros. Por 4 años fabricó veladoras, velas y velones para colmar la demanda de los creyentes que pedían milagros a sus santos, prendiendo luces en los altares de cada templo colombiano.

No ganó dinero ni acrecentó el patrimonio familiar, pero si ganó indulgencias. Regresó, en un cuarto, intento a la metalmecánica fabricando repuestos a granel para la empresa automotriz, Chrysler. Lo hizo en sociedad, y de ella, se independizó, seis años después constituyendo la tercera empresa en la que fabricaba piezas y ofrecía mantenimiento a la gran empresa colombiana; entre sus clientes estuvo Ecopetrol, Bavaria, Paz del Rio y la represa del Guavio.

Creía que ya había ganado  la ascensión al cielo con la fábrica de veladoras, justificando su segundo nombre-Ángel-, y para agilizar la trepada al mundo sideral, transformó el objetivo de la empresa y la bautizó como INMETATC dedicada a la fabricación, venta y alquiler de equipos de elevación para la industria de la construcción y alquiler de ascensores de carga y grúas verticales en el mercado nacional. La empresa que apareció en el mercado en el 2.000 la transformó en sociedad simplificada por acciones, SAS, cuyos accionistas, directivos y operadores son los integrantes de la familia.

Rafael, una vez se graduó en la ENSIN, olvidó la poligamia y monógamo se volvió. Fue en 1.979 que lo acompañaron al altar y desde entonces pertenece a María Elena Mendoza, oriunda de Duitama. Del matrimonio hay 4 hijos, y como desde siempre fue calculista estableció una razón y proporción 3 a 1. El primogénito, y único varón, lleva su nombre y es ingeniero mecánico. La segunda, Jenny Marcela es ingeniera industrial. Carmen Elena es ingeniera electrónica, Y Angela Bibiana es enfermera profesional. Carmen Elena esta radicada en el coloso del norte y en los tiempos libres hace operaciones de mercadeo con China para afianzar las operaciones de la empresa familiar en Colombia.

La ventaja de un mecánico es que puede producir piezas individuales y en línea. Como visionario mi buen amigo Álvarez, quien tenia piedad de mis necesidades afectivas, sobrados me dejaba para colmar, en parte, la soledad en Zipaquirá; al cuantificar las operaciones de la empresa familiar e identificar las necesidades del mercado en el sector de la construcción vertical, y sin haber ejercido como maestro, constituyó una segunda empresa de formación para “hacer un trabajo seguro en las alturas”. Con la unidad familiar constituyeron una segunda SAS identificada con el nombre comercial: ESOFORTEC RM. Registrada en 2.015 en el Ministerio del Trabajo y certificada por el Icontec. En esta escuela, los maestros, rusos, arquitectos, ingenieros, pintores, pierden el miedo a trabajar en alturas superiores a 1. 5 metros.

Rafael es un manantial de recuerdos y será quien nos saque de la amnesia que sufrimos algunos. De los hechos gratos que dejaron huellas como recuerdos que evocan nuestra juventud, a él también el internado en el parque Villaveces le produjo buenas amistades al compartir en el comedor con compañeros provenientes de diferentes ámbitos nacionales sentados a la mesa con compañeros más. Recuerda la cola para entrar y los afanes para salir a hacer lo mismo: hablar, caminar, evocar a las dulcineas y agradecer a los celestinos que abundaban entre los amigos.

Por culpa de la huelga en 1.972 terminamos graduándonos en diciembre 22 de ese año. Pero la época de cese académico, en todos, nos dejaron sorpresas, admiración, se despertaron deseos ocultos, contemplamos unos lo nunca imaginado y supimos de los gustos de otros compañeros, así como de sus locuras. Por disponer de mas tiempo, la libido era incontrolable; seguíamos hasta una escoba con naguas. Y los más atrevidos, experimentaron el amor por los animales, en particular el gusto por montar, sin silla, una “mariacasquitos”. Unos nos volvimos solidarios, y como en los primeros cristianos que compartían el pan; compartíamos las novias, sin recato y celos como los hippies que nos antecedieron en la década.

Recuerda con deleite las fiestas, ya con los Hispanos, ya con los Graduados que se organizaron para recaudar fondos para ir a la excursión, evento del cual estuve ausente, supongo porque no tenia ni la ropa adecuada, ni el dinero requerido para el paseo. Fueron las primeras fiestas celebradas en el gran salón de la ENSIN que nos entrego el ICCE. Y en ella, recibí ejemplos de cómo azotar baldosa, como solicitar una pieza a una chica, y como bailar música tropical con una chica sin amacizarla.

Rafaél recuerda con detalles la transición del internado a la independencia económica individual. Nos pagaban en efectivo la beca, y de ese ingreso, pagábamos el almuerzo, unos en restaurante, otros en alguna casa, y sobraba dinero hasta para ir al cine y tomar tinto para chicanear con alguna niña que cedía a la invitación. Por esa acción de manada, santandereanos y compañeros de faca y el llano, tomaron un lujoso apartamento en el barrio “in” de la ciudad.

Para reencontrarlos, les he llamado en esta serie, el clan de “los celmiros”, pues vivían en la casa de dos pisos de doña Celmira, viuda muy atenta con Cubides, y muy confiada porque me permitió inducir a la hija mayor, una niña adolescente, cuyo nombre intento no recordar para no herir susceptibilidades de algún compañero. Ese apartamento fue testigo de borracheras versos clases de cálculo; de jornadas de estudio y disfrute del tiempo libre. Fue escenario del diseño de estrategias para conquistar alguna estudiosa del liceo femenino, o tararear canciones de la época y probar pasos gogó y yeyé.

La ventaja de trabajar en las alturas y de tener la tranquilidad del nono es que ambos son un oasis de recuerdos que, al entrevistarlos, me contagiaron reviviendo hechos ya narrados y los que faltan por contar, como el citado por el personaje de esta crónica, cual fue la fusión que se dio, como experimentación entre el Liceo femenino y la ENSIN, llegando por primera vez, niñas a las aulas, hasta entonces, exclusivas para los varones.

Álvarez recuerda a la señora filántropa que gustaba vincular a los jóvenes al MORE, un movimiento educativo para ayudar a rehabilitar a los presos; y a ese grupo llegamos por cuenta propia “los celmiros”. Íbamos a alfabetizar a la cárcel municipal, teníamos un distintivo y varios nos enfrentamos por primera a una clase. Recuerdo en esa faena a Raúl Sánchez, Norberto, Rafael…

Fue del combo de “los celmiros” y de algunos de los integrantes, le brotan recuerdos. Cita a Raúl Sánchez por su señorío y entereza en estudiar. A Norberto por su tranquilidad al tomar decisiones. A Jorge Segura, por rostro andaquí, su contextura delgada y cara aplanada que sobresalía de los hombros rectos de los cuales siempre le vimos con sacos caqui. Estando Rafaél en su primera experiencia laboral, al taller entró una vez una persona semejante  de calle que, luego identificó como Jorge Segura, a quien auxilió y ayudó; había perdido el trabajo como mecánico en AVIANCA.  Pero, así como las hojas del calendario se las lleva el viento, No volvió a saber de Jorge Segura que  muy seguramente regresó al Caquetá.

Álvarez, quien actuó como pimienta, y a la vez, ángel en la promoción, dejó de practicar el voleibol, hace natación para mantenerse activo. En las empresas familiares hace presencia, y no falta su asistencia en los negocios gruesos en trabajo y utilidades. A su edad, muy similar a la nuestra, tiene tiempo para hablar con los amigos y está expectante para el encuentro, el cual desea, se realice antes del mes último del presente año.

POSTADA: Si usted, apreciado lector fue compañero del personaje de este relato, o, familiar de alguno de los mencionados en el relato, seria grato para mi,  confirmar que ustedes deja un comentario al terminar la lectura en el blog. Puede agregar anécdotas compartidas en el pasado con Rafaél Alvarez, expresar alguna emoción generada con la lectura, o, saludar a quienes en la historia, fueron personajes secundarios.


San Gil, julio 24 de 2019.

#NAURO TORRES

8 comentarios:

  1. Bienvenidos al blog. Gracias por formar parte del los lectores de HISTORIAS SIN CONTAR.

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  2. Excelente crónica Nauro faltó hablar de las fiestas de Nemocon y la anécdota de Rafael al conquistrse un gay y el gay le regalo una ruana y un anillo de oro y otra la las gemelas que Rafael conquistó a uno y cuando fue a pedir el si salió ka que no era jeje en fin con mi amigo Rafael hay mucha historia por contar que será en el encuentro y mis felicitaciones Nauro estas muy sobrado en estas crónicas mejor que Garcia Márquez mucho éxitos y siga compartiendo si es posible con cada uno de los participantes y que bueno que sacara un libro para el día del encuentro como recuerdo. Un abrazo

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    1. Mi apreciado Norberto Cubides, grato verte y leerte en mi blog. Curiosas y oportunas las anepdotas que se escaparon en la narraciòn, y que usted, adiciona a esta historia que narra, a paso largo, aventuras compartidas con Rafael Alvarez, nuestro amigo y compañero de juventud.

      Eres muy generoso al comparar mi estilo con el estilo de GGM. Humildemente reconozco que el nobel esta años luz de mis escribanias.

      Si. Efectivamente, seguire entrevistando a los compañeros que lo permitan, y yo, escribiendo reportajes jocosos de nuestro paso por la ENSIN. Cada pieza quedara eternamente en este blog, y tus amigos, hijas y familiares podrán acceder, buscando en internet, ya por "Historias sin contar"; por naurotorres.blogspot.com

      Reconfortante que los lectores comenten, adicionen informaciòn y animen con los comentarios.

      Estare atento a los que vendran, una vez, difunda otros reportajes.

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  3. Hola querido Nauro, buenos días, espero estés bien y tomándote uno que otro respiro por que al parecer tus descansos andan bien comprometidos.
    Debo decirte que. La crónica de Rafael es sencillamente espectacular, lenguaje sencillo pero muy significativo, dejas claro la importancia de la independencia labora con iniciativa, en este campo Rafael es abundante, no se rindió e hizo todo lo que pudo para salir adelante y por lo que puedo apreciar finalmente Rafael nos ganó a muchos, eso me alegra que mo todos nos quedamos en el Colombiano promedio, que hubo compañeros que lograron con creses sus propósitos.
    La crónica nos ubica en tiempos felices que pensaba irrescatables, no, hoy a través de la crónica de Rafael, nos permites muy dulces recuerdos que alimentan nuestro espíritu y vivir por un momento ilusiones padas, y evaluar cuánto de ellas se hicieron relidad, se me eriza la piel cuando me veo nuevamente bailando las tardes dominicales en la sede antígua, cuando ingresabamos al comedor por la mañana con ese frío intenso o mirándonos caminando por el potrero para ir a la nueva sede, eso entre muchas otras cosas vividas.
    Bueno Nauro aquí estoy listo sin restricciones para seguir leyendo tus crónicas

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    1. Hoy, domingo desayuné leyendo tu comentario.Infiero que eres Oscar Lemus, por la retorica y justa interpretación de la esencia escondida en el reportaje a Rafael, el compañero que hizo la diferencia sin perder la sencillez con la que lo conocimos.

      Esta semana que comienza, iré a mi Margarita. Un campo al que voy dos veces al mes a recargar energías, pero llevare consigo el pc para escribir un trío de reportajes con igual numero de compañeros.

      Nunca pensé en encontrarme y establecer contacto con compañeros de la ENSIN. Pero al ocurrir, gracias a Pedro Guzmán, se me activaron los recuerdos en la medida que hablo con cada personaje. Y ello me produce una inmensa alegría, luego de hablar contigo, razon que cautivó este serie de piezas en mi blog para conectar a los lectores con nuestro pasado.

      Es indescriptible hacer remembranzas, una vez se conocen, se leen sobre momentos compartidos en el tiempo que estuvimos internos y estudiando en Zipaquirá. es un ejercicio que, a la postre, significa vida, ahora que ya estamos en el ocaso de nuestra existencia.

      Grato leerte. Es la mejor compensación que uno, como escritor, puede recibir por parte del lector. Que tu comentario, sea un espejo para otros que lean y comenten mis reportajes sobre cada invitado. Cada uno, un personaje en su entorno y en su tiempo.

      Aun, con los años encima,podemos aprender de los demás y contagiarnos de alegría al reencontrarnos.

      GRACIAS.

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  4. SOY Samuel José, hijo del autor de esta cronica. Rafael, un ejemplo a seguir. Es un emprendedor nato.

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  5. Muy gratificante poder plasmar en estas crónicas toda una vida de experiencias con tan extraordinarios compañeros y amigos. Excelente memoria. Seguiré leyendo tus historias por contar. Felicidades.

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    1. Gracias por expresar las emociones que surgieron con la lectura de esta cronica.

      Vienen mas. En el blog hay 250 relatos que entre lineas, dejan enseñanzas.

      Si lees este comentario, favor dejar tu nombre y apellido.

      Seria un honor que sea otro seguidor en mis historias. El hacerlo es con un klick al lado izquierdo.

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Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...