“Cinco pesos” se
llamaba. Era de sangre caliente, brioso y fino en el paso. Tenía el color de
una teja de barro que fortalece su color, con los años. Un diamante blanco en
la frente lucia trotando. Herrado, hacia melodía anunciando su presencia en el
piso de la boca puente y en las escaleritas de piedra que había que tomar hasta
el amarradero bajo la mata de un naranjo en el casco urbano.
Muy temprano
abandonábamos desayunados el rancho. Agustín cabalgaba el “cinco pesos” sobrio
o, borracho. Pegado, como una garrapata, viajaba tras él, en el mismo caballo.
Mi misión, asegurar su regreso a casa, sano y salvo.
Estando erguido sobre
el espinazo del caballo y atentos al frente y a los lados, nos descolgábamos
por el camino real de las ollas y la sal hasta Puente Nacional. Él, vestido de
negro con sombrero del mismo color. Y yo, igual.
Antes de llegar a la
quebrada Jarantivá, Agustín desapretinaba el revolver portándolo en la mano
derecha mientras azuzaba el caballo para cruzar veloces por el puente de
madera. Era el lugar propicio para los asaltos y ataques a tiros desde los
arbustos.
Tras atar el caballo al
palenque, revisar los vestidos y acomodar los sombreros; el revolver y tres
cargas de balas, pasaban a la capotera que terciaba en mis espaldas. Caminaba
tras de Agustín, a unos cinco metros con los ojos abiertos, cual gato al
acecho. No debía estar junto a él, cuando hablaba con alguien. En las tiendas,
estaba a su espalda. En el templo, junto a él. En el camino al cementerio, de
la mano con él. En el camino ayuntado en el espinazo del cabalgar.
Eran tiempos
difíciles. En la semana bajábamos al pueblo hasta dos veces. Agustín acudía a
los funerales de conservadores y liberales amigos que habían caído en sus
hogares o caminos, bajo las balas de colores que alternaban las víctimas,
mientras los dolientes, igual lloraban sin entender por qué nos matábamos entre
los campesinos iguales de pobres y necesitados.
San Gil, noviembre 24
de 2.019.
Lo que sucedia en los años de vergüenza en nuestro pueblo,desafortunadamente hubo que pasar por muchas dificultades para entender que es mejor y más productivo vivir como hermanos y en paz, es un recuerdo muy doloroso.
ResponderEliminarCordial saludo, paisano. Si. Fueron años con hechos que, hoy al contarse, suscita duda de haber ocurrido. Comparto su opinión que ya en Puente Nacional, ya no se vive la incertidumbre que genera la violencia. Sin embargo, no es el caso en el país. Ese enfrentamiento entre el partido de gobierno actual y quienes no comparten la visión del país, nos avergüenza. Y nos avergüenza, porque, en nuestro caso, hemos reconocido que existió esa "vergüenza" citada por usted, mas el partido de gobierno no reconoce que hubo en el país "un conflicto armado" como lo afirma el actual director del museo de la memoria.
EliminarGracias por leer y comentar.
Del escritor y profesor, Fabio Barragan: 👏🏼 Sencillo, breve, entrañable
ResponderEliminarApreciado Fabio. Gracias por leer y comentar. Este comentario, corto y concreto, lo acojo como un reconocimiento que insta a mejorar mis cuentos y relatos.
EliminarGracias. Muchas gracias.
DE ALIX SILVA ACOSTA. BARICHARA.
ResponderEliminar[19:41, 5/2/2020] Alix Silva: has tenido una vida llena de aventuras muy interesantes;
[19:41, 5/2/2020] Alix Silva: claro que la vida es una verdadera aventura
[19:42, 5/2/2020] Alix Silva: siempre es un gusto leer una buena historia y mas si la escribe alguien a quien se le tiene un gran aprecio
[19:42, 5/2/2020] Alix Silva: fue un gusto 👏👏👏
Apreciada Alix: Grato confirmar que ha vuelto a leerme. Y mas grato, aun; confirmar que encontró en el relato, una parte de mi.Esa faceta no aflorada cuando compartimos espacios laborales.
EliminarAnima confirmar que produce placer, el leerme.
Gracias.
DE ARNOL TORRES, PUERTO LOPEZ, META. COLOMBIA.
ResponderEliminarSeñor Torres, muy buena historia, lo felicito por esos escritos, además que nos ayudan a recordar la historia de nuestra tierra.
Apreciado Arnol, cordial saludo. Acojo tus felicitaciones como un reto para seguir escribiendo y compartiendo mis cuentos.
EliminarEste relato de índole histórico, contribuye a reconstruir la memoria, de lugares y personajes de nuestro terruño.
DE ESPERANZA RUEDA. BUCARAMANGA.
ResponderEliminarTan lindo Naurito. Eres un gran escritor.
Eres una lectora generosa. Generosa en la apreciación y en el afecto. Gracias. Muchas gracias.
EliminarESCRIBE GUSTAVO GONZALEZ CUBIDES. Vereda Jarantivá, Puente Nacional.
ResponderEliminarTe luciste Sr. Historiador.
Muy, pero muy agradable; quiera Dios que ése espíritu perdure.
Apreciado Gustavo.
EliminarCon los relatos, publicados y por publicar, estoy construyendo memoria de esos lares en que crecimos y vivimos la bella vejez.
Con mis relatos intento no dejar que los vientos borren hechos ocurridos por esos lares.
Gracias amigo por leer y comentar.
GUSTAVO ARDILA. BOGOTA.
ResponderEliminarInteresantes relatos.
Buen día
Gracias por leer. Gracias por su tiempo. Gracias por la apreciacion.
EliminarVALENTINA MUÑOZ. SAN GIL.
ResponderEliminarEs tan del alma el relato, que se siente ser un tercero en el recorrido.
Gracias amiguito, por compartir las vivencias, que para el momento, creo no tan agradables, en una forma tan amena.
Dios los bendiga.
🙏🙏👏🏻👏🏻🥂🌹
Apreciada Valentina. escribo para que el lector que apropie del relato. Se sienta como el personaje del mismo. Gracias por leer y regalarme el animo.
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