Debería tener el doble de la
estatura de la persona a movilizar; se media en varas, cada vara; o en
jemes. Su grosor, entre una y dos
pulgadas; se media con el dedo meñique. Su peso, el menor posible. La madera:
pino, encenillo, cucharo o juco.
Dos varas gemelas y paralelas,
requería el guando. Unían esta yunta, otra yunta de varas, de una vara, que se
colocaban cerca de donde iría los pies y la cabeza del herido, del enfermo o el
muerto.
Las cuatro varas, en coito paralelo unidas por
costales de fique pergamineros para trasladar café seco de trilla para seis
arrobas se sumaban al guando, unas veces con un pretal de fique cerca a cada
punta para disminuir el peso y aliviar la caminada cuando el traslado lo hacían
dos cristianos, y cuando eran 4, dos en cabeza y dos en pie, incrementaba la velocidad de los
trotantes y disminuía el esfuerzo físico de los solidarios amigos que acudían
en ayuda, ya para trasladar al hospital o al cementerio al guandeado desde la
vereda al poblado más cercano, recibiendo como paga el gusto por servir y la
esperanza de que viviese el enfermo, o la vida eterna por la obra de caridad, o
la mano prestada para cuando alguien de la familia sufriese igual percance.
Hoy, los guandos o andamios aún se usan en
las veredas distantes a donde no llega carretera, y ocurren convites, como en
otrora, para una u otra causa hasta la punta de la carretera para el traslado del
enfermo o féretro al poblado más cercano.
En la ciudad fueron remplazados por camillas.
Puente Nacional, Ecoposada La Margarita, junio 28
de 2.021
Hermes Miguel García Ruiz
ResponderEliminarEn tiempos antaño la gente le tocaba afrontar toda clase de dificultades.
Por ello :no todo tiempo pasado fue mejor, ni todo muerto fue bueno.
Yo recuerdo los guandos.👍👍
Luego de leer su comentario, recordé pasajes de la novela de su paisano Pedro Mateus, titulada: El regreso del cometa Halley. En ella narra las peripecias de los colonos de la Belleza que partieron desde Sucre para las tierras calientes, todo a mula. Y ya imagina sacar un enfermo desde la Margelina a Jesús María.
EliminarGabino Quintero Garcia
ResponderEliminarPor allá llevaban los enfermos en guando y los muertos en barbacoa.
Cordial saludo. Bienvenido al blog. Por el primado al celular me podria contar como era la barbacoa.
ResponderEliminarEstoy empeñado en construir memoria campesina. Es para dejar evidencia historica de al contar las peripecias que se vivían en el campo.
Jose Delgado
ResponderEliminarLos guandoleros eran las ambulancias de otrora… y a veces llevar los enfermes a Jesus Maria o Puente Nacional…
Tal vez caminando por el camino real descalzos… o con alpargatas
Mi DIOSITO me protegió de estrenar uno de esos GUANDOS…
Indiscutiblemente las generaciones de mis padres y antes sufrían en silencio…
Saludo especial a quienes todavía les toca utilizar el guando; dos varas, un telón, y eche pata mijito!!!
Cordial saludo amigo José Delgado.
EliminarPor lo delgado y por ser José, Dios le evitó viajar en guando hasta mi pueblo, Puente Nacional.
Fue una época dura, pero grato es recordarla. Ellos, nuestros mayores vivieron felices con su entorno