Desde el 12 de diciembre mi madre nos ponía la
tarea esperada todo el año de buscar los elementos para tener listo el pesebre
el 16 de cada año. Por los potreros y montes buscábamos: musgo y hongos secos
en arboles enfermos, matas parásitas, chamizos cubiertos de vejez, y de paso,
íbamos seleccionando el mejor chamizo que luego de decorado se convertiría en
el árbol de navidad.
En el zarzo se buscaba la caja
del pesebre de loza de Ráquira, las casitas, ovejas y pastores que aseábamos
con esmero para hacer el pesebre que se desmontaba el 7 de enero del siguiente
año.
Por la edad, mi madre armaba los
primeros pesebres, luego correspondía a cada hijo imaginar y levantar el
pesebre más novedoso que el del año anterior.
Entre los chamizos encontrados
por cada uno, mi madre seleccionaba en mas frondoso, zarazo, y armónico, el
cual decoraba con algodón y papel celofán brillante e iba colgando bolas
navideñas que servían de espejo para mirarnos diferentes.
El pesebre se armaba en terrazas,
como las huertas, y en cada una de ellas se simulaban paisajes gratos, como el
pueblo, la fuente de agua y el arroyo con el papel plateado de los paquetes de
cigarrillo, el ordeñadero y el corral para las ovejas. Bajo un techo de paja
que nos enseñó mi padre a levantar y tejer con espigas secas, colocábamos la
futura cuna del Niño Dios contemplado por la imagen de la virgen, un borrico y
una vaquita que vigilaba San José. Izada en una fina caña de castilla estaba la
estrella de Belén, y en el escalón más distante empezaba el camino los tres
reyes magos que cada día iban trepando para estar cerca al niño milagroso a la
madrugada del seis de enero.
Ecoposada La Margarita, diciembre
07 de 2.020
Me hace recordar la elaboración del pesebre navideño en mi familia, el árbol, el buscar musgos y líquenes secos y el pesebre en forma de terrazas. Muy lindo que quede está narrativa para nuestros nietos. Un abracito
ResponderEliminarMi bella colega, somos un a colcha de recuerdos. Y quienes tuvimos la fortuna de nacer y crecer en el campo, gozamos de las limitaciones. El conseguir el chamizo, encontrar el musgo y líquenes secos, además de un paseo, era un disfrute, in igual. Gracias por dejar su huella, en el blog y leer este texto a tus nietos. Envidiable el hacerlo. Un abrazote.
EliminarHola, Nauro. Cosas parecidas hacíamos nosotros, aunque en los inicios, forrabamos las plantas de Chilca con algodón y con brillantes guirnaldas. Fue una época hermosa la que compartimos con nuestros padres y hermanos. Gracias pir esos bellos recuerdos.
EliminarCordial saludo. Una vela, hoy por tu existencia. Hoy es conocido en mi pais, como el dia de las velitas. Y en el caso, será el primer 7 de diciembre que no tengo alientos para prender velas. La gripe nos tiene en cama.
EliminarCon los años, siempre creemos que el ayer fue mejor que el presente. La visión que teníamos de niño, es tan diferente a la que se tamiza con los años.
Una de las razones que dieron luz a mis historias sin contar. El narrar costumbres, el contar hechos recreados, permiten dejar para la historia, lo que se cuenta.
Gracias por estar de paseo por el blog. Es una lastima que su nombre no aparece registrado. La próxima vez, será.
Que bonito hacer el pesebre con materiales naturales súper este relato.
ResponderEliminarPrima bella, Un abrazo navideño para los tres. Se le recuerda con afecto. Gracias por leer y compartir.
EliminarGabino Quintero García
ResponderEliminarCon el arbolito que era muy similar en mi vereda, no podían faltar las luminarias que hacíamos en la huerta, con desechos del maíz, paja o helechos secos.
Era la alegría en las noches de la novena, prenderle fuego y que se viera en toda la vereda.
Amigo recordado del aula en Zapatoca. Si. Olvidé las luminarias de ameros y las bolas de ropa vieja untadas de kerosene para jugar futbol.
EliminarHermes Miguel García Ruiz
ResponderEliminarYa se está acabando con otra de las bonitas tradiciones, el pesebre como símbolo del nacimiento de Jesús.
Pero estos relatos hacen vivir esos lindos recuerdos.
Revivir, recordar restaurar, es otra de mis misiones. Asi sea para los nietos, amigo. Un abrazo navideño.
EliminarArturo Romero Marín
ResponderEliminarEn mi tierra si que eran abundantes los elementos naturales para la elaboración del pesebre. Había lugar para dar rienda suelta a la creatividad. Cada año tenía su novedad. Por ejemplo se podía utilizar la nieve que vendían en bolsitas. Ah tiempos hermosos!
Rvdo, su tierra fue tierra de promisión. Recuerdo haber hecho pinturas en madera con las niñas de la escuela en 1.973. Exuberante paraíso, su belleza. Si de acuerdo. Fueron tiempos idos, pero hermosos. Y el recordarlos nos reconforta. FELIZ NAVIDAD
EliminarCarmenza Poveda
ResponderEliminarBellos recuerdos me trae tu relato en estos tiempos de navidad.
Los vecinos de la cuadra donde yo vivía nos reuníamos y armábamos paseo al cerro de Zipa la traer el Chamizo los quichés y lo necesario para armar el pesebre y como tú cuentas con algodón y papel de colores y también plateados y dorados y bolas que se rompían con mucha facilidad.
Cada noche se rezaba la novena dando refrigerios, pólvora,juegos de aguinaldos etc. etc. son tiempos que nunca volverán.....gracias Nauro por traer tan bellos recuerdos.
El cerro de Zipa. El romántico cerro. Por esos lares te enamoraste?
EliminarCon los chicos, y en convite, todos a buscar el chamizo, los guiches y musgos para armar el pesebre. Recordé las campañas para evitar recoger el musgo, para meternos el plástico por los ojos y sacar el dinero a los padres. Nos artificializaron la navidad.
Se vivía. Se compartía. Hoy cada quien en su hueco que llaman hogar.
Marilsa Romero G
ResponderEliminarEl comercio acabó con esta bella tradición....viene a mi memoria el día de las velitas en las casas de nuestra vereda se hacía una fogata enorme con leña que con mucha anticipación se había recogido y toda la familia sentados al rededor de dicha fogata ....que tiempos aquellos....
Grato recordar. La inolvidable candelada. La mantecada. El masato. Las primeras comuniones. Un brazo navideño
EliminarGracias mi estimado escritor y poeta Nauro, por recordarnos del pesebre, una tradición que enseña y une la familia; periodo de adviento que describes con tus letras tradicionales de navidad, invitando a oír esas campanadas que se tocan solas en nuestros corazones y a diseñar el pesebre en familia, evocando momentos vividos, desde nuestra niñez, sin olvidar, la verdadera alegría de encontrarnos esta navidad 2021 vivos, después de tanto riesgo de contagio de enfermar y morir.
ResponderEliminarUn abrazo grande Nauro, deseo se cumplan, todos tus sueños esta navidad y toda la felicidad en tu corazón, junto a tu linda familia.
Dios es generoso con nosotros. Aun vivos luego de dos años de incertidumbre pero propicios para la creatividad poética y narrativa.
EliminarComo poetas y narradores, tenemos la virtud de ver lo que otros pasan desapercibido. Tenemos la misión de registrar lo que siente el corazón, clama el alma y añoran los recuerdos.
Para los jóvenes de hoy, podremos se chapados, pero afirmamos que fuimos felices en la escasez. Que el tener no fue nuestra meta. Lo fue el vivir cada momento con intensidad, hoy enajenados de la comunidad, incluso de la familia.
Tus deseos Mariela, Dios te los quintuplique. Maravilloso el trabajo que haces en la población discapacitada. Dios te compense con salud para ti y los tuyos.
Yoryi Barragan
ResponderEliminarBellos recuerdos, corríamos para el campo a buscar nuestro chamiso para vestirlo de navidad. Sueños navideños, que junto con los aguinaldos hicieron bellos nuestra niñez y juventud. Gracias mi estimado y querido Poeta. Bendiciones. Abrazos.
Por cuantas. Dar y no y no recibir. Pajita en boca. Colaciones y vino. Juanitos y masato. Villancicos y madrugadas a hacer la novena. Amigos y amistades, como añoramos los tiempos idos.
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