Poema 242
17/07/2.022
Tú, cazador de aves de monte
mientras yo volaba entre la neblina
en las copas de los arboles
buscando semillas para mis polluelos,
agazapado me esperabas de regreso al
nido.
Un rugido de tu escopeta irrumpió la
cuna;
se cayeron las semillas,
chillaron con hambre mis polluelos.
Mis plumas apaciguaron el golpe de
las semillas;
tú, cazador, asesinaste tu trofeo
y con tu egoísmo ahogaste a los
polluelos.
Unos decidieron que mi carne es delicada y
sazonada
-los otros callaron olvidando mi
canto-
algún día sin noche, sin árboles, sin agua, sin
comida,
preferirás ser torcaza para volar cazando semillas
para oxigenar la tierra.
Tampoco entiendo cómo un cazador disfrute abusando de la vida de los animales. Las torcazas también sienten dolor!!
ResponderEliminarAsí como numerosos humanos disfrutan matando al otro. Así como otros tantos usan el plástico y no lo reciclan. Así como las sociedades tienden a su decadencia moral y ética.
EliminarNunca podré olvidar un acto dantesco que presencié cuando laboré en el Juzgado Promiscuo municipal de Jordan-Sube (aún no había carretera y se utilizaba el camino de herradura y en un paraje pude ver una simia de las llamadas Makano a quien para sustraerse su cría la habían herido con una escopeta de perdigones y ella tomaba ramitas y se las colocaba en su herida. Para mí fue muy dramático, tanto que le arrebaté el crío al asesino sin pensar que luego se volvería contra mí. Fue terrible.
EliminarAmiga lectora, bien sabes que escribo historias sin contar. Me agradaría reconstruir ese relato para colgarlo en este blog. Si un ser humano no tiene piedad con un animal indefenso, no lo tiene con el prójimo. Estoy imaginando ese descolgadero de camino, angosto, inclemente, caluroso y espinoso. Hice a pie el trayecto Villanueva-Jordan Sube y supongo lo riesgoso y peligroso. Hace decenas de años, estuve en la vereda de Martha, y escuché los micos aulladores. No lo he podido olvidar. Fue una majestuosa y única algarabía entre las copas de lo arboles que al ser vacio en el cañón, retumbaban en su chillido similar. Gracias. Aprecio el comentario. Es un comentario, el medio para establecer sinergias con el lector
EliminarMuy buenos días Profesor Nauro ese " pasaje de la simia macaco ( o makaco) forma parte de mi obra que había intitulado primero " El Último Gamonal", pero que ahora se publicará bajo el titular La Agonía del Gamonal. En razón a que existe ya un libro con ese título escrito por Gustavo Álvarez Gardeazabal.
EliminarCordial saludo Domingo Peñuela. Al fin veré en libro "La agonía del último gamonal" escrito histórico recomendado para los colombianos curiosos de escudriñar los vicios del poder.
EliminarFelicitaciones. Ya era hora de salir del anonimato. Así nos lean los conocidos. Pero es una evidencia de otra narración del realismo mágico, en el que vivimos.
Hermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarProfesor Nauro,muy sentido su mensaje de cara a los gritos que esta dando el planeta y desde luego la poesía es una voz a la conciencia.
Nuestra generación creció bajo la intemperie de la violencia hacía nosotros mismos y a la naturaleza y era normal cazar y destruir la fauna sin percatarnos que nos estábamos destruyendo y cazando nosotros mismos.
Hermes Miguel Garcia Ruiz Buen día amigo bellezano. Somos una suma sensibilidades pero poco somos sensibles e interpretes a los mensajes que recibimos, ya de los mismos humanos, como de la misma vida y el planeta. Nos creemos eternos, y ella esta reservada para el tiempo. Ese mismo que perdemos sin apreciar los signos que esta mostrando el planeta porque los hemos supeditado a los intereses de quienes son los dueños de las industrias que contaminan y venden desechables. Nos estamos autodestruyendo. Así lo mostró la espuma que abunda en el rio Bogotá, las construcciones en zonas de riesgo, y las inundaciones del rio Cauca y Magdalena. Y desde luego la perdida de millones de hectáreas incendiadas por el calor en España y otros paises europeos. Agradezco el aprecio e interpretación a otro de mis poemas.
Eliminarsimplemente hermoso
ResponderEliminarAprecio sus palabras y su lectura. Gracias poeta y viajera en este viaje por la poesia
EliminarSentido mensaje de humanidad para los cazadores inconscientes y dolorosa expresión de quien padece el dolor, es lo que percibo en su poética fábula. Muy bien, apreciado Nauro.
ResponderEliminarTu sensibilidad es similar a la mía. Nos deleitamos leyéndonos y escuchándonos. Bienvenida al blog. Aprecio tu compañía y valoro el comentario que me ha obligado a reconocer que se puede escribir poesía usando la fabula para empujar-con la lectura- una reflexion.
EliminarGracias por compartir cada poema! Me gusta mucho
ResponderEliminarEntonces es mutuo el agradecimiento. Inicialmente escribo para mi. Escribo porque es el oficio que hoy disfruto haciendo. Si no comparto lo que escribo, y lo escrito no tiene lectores, el texto se queda en mis anaqueles; pero como soy un escritor digital, escribo para el lector digital. Y cuando el lector digital, lee, mi texto ya no es mío. Es suyo. Suyo. Es mi regalo. Gracias por dejar tu huella en mi blog
EliminarGracias por compartir su sentir apreciado Nauro, que es el de muchos que no escribimos.
ResponderEliminarCordial saludo compañera. Libre de ataduras laborales, un poco mas liviano de la carga familiar, y con el empeño de disfrutar lo que se hace, se siente y se añora, se torna uno mas sensible y observador. Y a la vez, se empeña en hacer lo que produce satisfacción. Y el escribir, hoy, es uno de los placeres mayores que disfruto.
ResponderEliminarTu, que vienes oliendo mis pasos, vienes notando que cada vez agudizo la delgadez de la pluma y la tinta la cosecho de la observación. Y el vivir en el campo, se tiene la fortuna de regresar al paraíso de la contemplación.
Mientras se respire, y los dedos no se tullan por la vejez, continuaré compartiendo mis escribanías .
Cordial saludo
La inconciencia humana nos está pasando factura y tu poema da cuenta de ello, y tus poemas siempre dejan una enseñanza. Un abrazo desde Medellín Colombia
ResponderEliminarHermoso y edificante poema, apreciado Nauro. Nuestros hermanos menores, buscarán más semillas y nosotros continuaremos anhelando aspirar el aire libre. Eres maravilloso Nauro, tu pluma explora el infinito. Cordial abrazo y felicitaciones por tu valioso trabajo.
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