“Solo existen dos días en el año en los que nada puede ser
hecho.
Uno se llama Ayer y el
otro Mañana.
Por lo tanto, Hoy es el
día ideal para amar, crecer y principalmente vivir”.
Dalai Lama
Se nace amando; empujan a odiar.
Nacimos con capacidad de amar y ser
amados.
En una vereda integrada por familias
pocas,
los niños que nacían
a los tres meses, quedaban ciegos.
Había una mosca que provocaba la infección;
el sol, la luna, las estrellas y el
universo,
negros eran para todos;
la ceguera sellaba los ojos luego de nacer;
ciegos eran, pero felices se sentían y vivían.
Con los años los niños preguntaban,
¿Qué son los ojos?
¿Qué es la visión?
¿Qué significa ver?
Allí, esas preguntas no tenían
sentido;
la respuesta siempre fue… el silencio.
Nacemos con capacidad de amar y ser
amados;
afloramos rebosados de amor y
sabemos qué es amar;
estamos hechos de un material
llamado amor;
emergemos con unos padres que no nos
merecemos;
no fueron formados para ser padres,
pues muchos no recibieron de sus
progenitores, amor.
Entre los abuelos, hubo posesión;
entre los padres, dominación;
el dominar es posesión, celos son,
y como la mosca producía infección,
ceguera en la población vivía;
los celos igual, destruyen el amor.
El amor es una frágil flor;
protegerlo, regarlo, desyerbarlo;
es una labranza entre dos o más.
Mis bisabuelos, padres y mis hijos
fueron víctimas del desamor;
soy un hijo del desamor.
Con arcilla, Adán respiró;
de una costilla, Eva resultó,
un paraíso hubo con una prohibición:
“no comais del fruto de este árbol”;
ya ella, ya él, lo comieron en prohibición;
fueron expulsados los dos del paraíso.
El Dios bueno, el Dios creador,
por el consumo de las frutas, se
enfadó;
igual proceden los padres con sus
hijos,
el amenazarlos y echarlos de la casa,
si los preceptos y consejos omiten,
y el miedo, es el pan de cada día.
Dios y los padres expulsan al niño
a la jungla de la vida;
él, para lograr sobrevivir,
el transigir es el sendero para
proseguir.
Retorcido y manipulador se torna
para obtener el alimento, sonreír es
la táctica,
y en un santiamén el abecé
de la política se asume.
Y el odio empieza a anidarse
en la pureza de los niños cuando
crecen;
nadie los ama como son,
ni les respetan su valor intrínseco.
Para amarlos le imponen condiciones
y en la escuela, para enseñarle,
ocurre igual,
en el juego los compañeros hacen su
parte,
el niño asume que para ser aceptado
tienen que hacer lo que otros
determinan;
y ese amor que nació con él,
se torna en odio y falsedad para
sobrevivir
en la jungla de una sociedad malsana.
El amor solo crece con amor;
un jardín sin flores, no lo es;
un huerto sin frutales menos es;
un bosque sin árboles, aves no
pululan.
Los amores y desamores,
las peleas y los conflictos,
la envidia y la venganza;
el hogar, escuela es.
El amor es un crecimiento personal;
hay que desaprender
de los caminos del desamor
eliminar los estorbos del bulevar,
destruir los obstáculos de la ronda
y el amor brotará espontaneo y al
natural.
El amor espontaneo y al natural,
es el espejo del ser;
cuando amas sin condición y sin medida,
el ego de las personas se desvanece
y la muerte del ego es la
posibilidad de vida,
sin dependencia y e indefensión,
el amor sin condiciones florece sin
medida.