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sábado, 13 de febrero de 2021

Caminito, caminito: Poema de Nauro Torres Quintero


 

 

“El destino es el que baraja las cartas.

Pero nosotros somos quienes jugamos”

William Shakespeare

 

Quise estar en las piedras del camino

en las que posabas tus pies ascendiendo

cual pasarela rumbo a tu casa en el bosque.

 

Envidié a los arrayanes, cual gendarmes

te miraban mientras descendías

a la escuela a trabajar.

 

Deseé transformarme en las paredes

del camellón que por años

las aguas y los humanos fueron

desmoronando el camino,

para protegerte y encerrarte en mí.

 

Quise estar convertido en la orilla del pozo

donde te bañabas los fines de semana

para que te asieras de mí;

anhelé ser el agua que acariciaba tu cuerpo

mientras te chapaleabas nadando en la quebrada.

 

Hoy el camino es solo recuerdos;

las piedras las taparon los años del olvido,

los arrayanes fueron reemplazados por pinos

los camellones se esfumaron con el agua,

y el agua de los pozos, se ahogó.


He intentado ahogar los recuerdos

en el olvido, pero el aroma del campo

los trae latentes con las flores

que adornan los caminos.

Nauro Torres

2.020

D.R.A.

Amor y odio: Poema de Nauro Torres Quintero

 

Solo existen dos días en el año en los que nada puede ser hecho.

Uno se llama Ayer y el otro Mañana.

Por lo tanto, Hoy es el día ideal para amar, crecer y principalmente vivir”.
Dalai Lama

                                                  

 

Se nace amando; empujan a odiar.

 

Nacimos con capacidad de amar y ser amados.

 

En una vereda integrada por familias pocas,

los niños que nacían

a los tres meses, quedaban ciegos.

 

Había una mosca que provocaba la infección;

el sol, la luna, las estrellas y el universo,

negros eran para todos;

 la ceguera sellaba los ojos luego de nacer;

 ciegos eran, pero felices se sentían y vivían.

 

 

 

Con los años los niños preguntaban,

¿Qué son los ojos?

¿Qué es la visión?

¿Qué significa ver?

 

Allí, esas preguntas no tenían sentido;

 la respuesta siempre fue… el silencio.


 

Nacemos con capacidad de amar y ser amados;

afloramos rebosados de amor y sabemos qué es amar;

estamos hechos de un material llamado amor;

emergemos con unos padres que no nos merecemos;

no fueron formados para ser padres,

pues muchos no recibieron de sus progenitores, amor.

 

Entre los abuelos, hubo posesión;

entre los padres, dominación;

el dominar es posesión, celos son,

y como la mosca producía infección,

ceguera en la población vivía;

los celos igual, destruyen el amor.

 

El amor es una frágil flor;

protegerlo, regarlo, desyerbarlo;

es una labranza entre dos o más.

 

Mis bisabuelos, padres y mis hijos

fueron víctimas del desamor;

soy un hijo del desamor.

 

 

Con arcilla, Adán respiró;

de una costilla, Eva resultó,

un paraíso hubo con una prohibición:

“no comais del fruto de este árbol”;

ya ella, ya él, lo comieron en prohibición;

fueron expulsados los dos del paraíso.

 

El Dios bueno, el Dios creador,

por el consumo de las frutas, se enfadó;

igual proceden los padres con sus hijos,

el amenazarlos y echarlos de la casa,

si los preceptos y consejos omiten,

y el miedo, es el pan de cada día.

 

Dios y los padres expulsan al niño

a la jungla de la vida;

él, para lograr sobrevivir,

el transigir es el sendero para proseguir.

 

Retorcido y manipulador se torna

para obtener el alimento, sonreír es la táctica,

y en un santiamén el abecé

de la política se asume.

 

Y el odio empieza a anidarse

en la pureza de los niños cuando crecen;

nadie los ama como son,

ni les respetan su valor intrínseco.

 

Para amarlos le imponen condiciones

y en la escuela, para enseñarle, ocurre igual,

en el juego los compañeros hacen su parte,

el niño asume que para ser aceptado

tienen que hacer lo que otros determinan;

y ese amor que nació con él,

se torna en odio y falsedad para sobrevivir

en la jungla de una sociedad malsana.


 

El amor solo crece con amor;

un jardín sin flores, no lo es;

un huerto sin frutales menos es;

un bosque sin árboles, aves no pululan.

 

Los amores y desamores,

las peleas y los conflictos,

la envidia y la venganza;

el hogar, escuela es.

 

El amor es un crecimiento personal;

hay que desaprender

de los caminos del desamor

eliminar los estorbos del bulevar,

destruir los obstáculos de la ronda

y el amor brotará espontaneo y al natural.

 

El amor espontaneo y al natural,

es el espejo del ser;

 cuando amas sin condición y sin medida,

el ego de las personas se desvanece

y la muerte del ego es la posibilidad de vida,

sin dependencia y e indefensión,

el amor sin condiciones florece sin medida.

 

Descubrimiento? ¿Conquista? O ¡Invasión ¡: Poema histórico de Nauro Torres Quintero

"...una india enferma, viendo que no podía huir de los perros, que no la hiciesen pedazos como hicieron con los otros, tomó una soga y ateos al pie de un niño que tenia de un año, y ahorcóse de una viga, e no lo hizo  tan presto que no llegaren los perros y despedazasen sus humanidades"

Bartolomé de las Casas.

Nauro Torres

2.020

D.R.A.

 

Del mar llegó el genovés,

sin saber a dónde arribaba;

buscaba las tierras de Kant,

y resultó en las islas canarias.

 

Con la promesa de ganancias

en oro y más oro para hacerse ricos

de la noche a la mañana,

Colon mantuvo a sus hombres

ilusionados por meses.

 

Fue en el tercer viaje en 1.498

que ese dudoso italiano llegó al continente

Americano sin saberlo

convencido de que había llegado

a las indias occidentales.

 

Y en el último viaje, entre 1.502-1.5005

reconoció las costas colombianas

en el caribe.




 

 

Y desde entonces en América

se inició el mayor genocidio de la humanidad

en el transcurso del siglo XVI;

en menos de 130 años la población indígena

se redujo de 100 millones a menos de 15.

 

Los que no murieron bajo la espada y los perros para cazar osos,

fallecieron con las primeras armas biológicas:

la viruela, la gripe, la sífilis que traían los españoles.


 

A la par que ahogaban nuestras culturas

ya en México, Perú y Colombia

con presencia humana de más de 20.000 años           

luego del arribo de los asiáticos y africanos,

y luego los españoles,

 surge nuestra actual genealogía.

 

El pensador Vasconcelos

oriundo del país azteca

llegó a creer que somos humanos cósmicos,

pero aún, por las creencias de imitar a los dominadores

no nos reconocemos ni nos apreciamos como tales.

 

La efeméride del descubrimiento mutuo

 convoca a lector a descubrirnos con frecuencia;

este ejercicio facilita, encontrar y ver al otro

y sentirlo como próximo, cercano y hermano;

es el camino seguro para construir comunidad

y tejer hermandad.  

 

 

miércoles, 10 de febrero de 2021

UN SUSPIRO, SOMOS: Poema de Nauro Torres Quintero

 

No es que tengamos poco tiempo,

Sino que perdemos mucho”

Séneca

 Nauro Torres

2.020

D.R.A.

 

¿Qué hace que mi padre me engendró?

 68 septiembres que mi madre me parió;

¿Y qué hace que aprendí a caminar? ¡menos años ¡

¿Y qué fui a la escuela? ¡Solo 720 meses ¡

 Medio siglo hace que me obligué con dama;

¿Y a la universidad? ¡300 meses menos ¡

¿Y qué engendré cinco hijos? 14 años del último en la estirpe.

 

El tiempo es fugaz;

¡ya no es nuestro¡;

creíamos disponer de él,

pero se esfuma, sin percatarnos.

 


¿Qué hace que pesaba 35 kilos? Hoy sumo el doble;

ayer tenía pelo; hoy él, huyó de mí;

ayer gocé de constitución atlética,

hoy la masa muscular está en retratos;

 la grasa se concentra y los huesos se empeñan en lucirse;

ayer corría diez kilómetros por hora,

hoy cuatro caminando, en el mismo tiempo.

 

Otrora no conocía de quebrantos de salud,

hoy son pan de cada día;

los dedos se entumecen y duelen al doblarse

las manos pierden flexibilidad;

las rodillas deploran tiempos idos;

la cintura tiende a entiesarse y estar adolorida;

la espalda, se queja ya por todo;

el caminar se hace más lento y pesaroso;

el sueño nos domina en el día

y en las noches, se desvanece en cada madrugada.

 

¡Somos una paradoja ¡

¡nacemos para morir ¡

 

Sumamos años y restamos tiempo por vivir;

nos asiste el antojo e ingerimos poca cantidad;

el sueño nos acompaña y dormimos menos;

teníamos centenares de conocidos y amigos;

hoy cada vez, escasean;

en casa los hijos pululaban,

hoy la soledad esta por doquier;

                                   otrora íbamos menos al templo,

                                        hoy con regularidad oramos.

 

 

Ayer nos buscaban para platicar,

nos abordaban para solicitar favores,

nos esperaban con empeño;

hoy, nadie nos busca, nadie nos mira,

ninguno nos espera ni para un saludo;

los niños nos miran cual mascota,

los jóvenes nos ven con denuedo,

y para los hijos, somos el trasto viejo

que ocasionalmente se revisa

para matar el gorgojo y la preguntadera.

 

Con los años, uno se tiene a sí mismo;

es la soledad eterna compañera,

es la soledad, la prueba del vivir,

es la soledad, el frio o el calor

en las noches de desvelo

royendo recuerdos de seres y momentos

que uno ata para que no se esfumen

e intenta respirar para sentirse vivo

mientras en un cerrar de ojos,

nos iremos, nos iremos, cual suspiro.

 

¡Somos una paradoja ¡

¡nacemos para morir ¡

 

 

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...