Por: Juvenal Nieves Herrer
“En Colombia desde el punto de vista histórico y siguiendo su
tipología, se han escenificado ceremoniales indígenas, carnestolendas,
carnavales, festivales, ferias, fiestas religiosas, estatales, étnicas,
campesinas, estudiantiles, poblacionales, políticas; fiestas protesta,
gremiales, regionales, municipales, comunitarias y locales,” Pérez Gonzáles
Marcos. Los nuevos Ceremoniales en Colombia. Intercultura, 2020 pág. 14
Nuestro país es un territorio de fiestas. Las primeras son de Corralejas en Sincelejo que
iniciaron en 1845 en honor al patrono San Francisco de Asís. El Carnaval de
Barranquilla se celebró pro primera vez en 1903 y Las Fiestas de Blancos y
Negros en Pasto fue 1912 con motivo de la abolición de la esclavitud. En las
ferias en Colombia, la de Girardot en lo comercial, ganadera y equina es la
abanderada de estos eventos por su realización en 1914.
A comienzos del siglo pasado, ya posesionados en las fértiles tierras de
la hoya del Río Suárez, y fortalecidos por su espíritu asociativo y un tanto
patriótico, un pequeño grupo de señores ganaderos demarcó las rutas de la cría,
el mejoramiento genético y la comercialización de los ganados, dando origen a
la industria ganadera en la ciudad del Socorro y sus pueblos vecinos.
Gregorio Rugeles Gamarra, Enrique Gast Galvis, Jorge Villarreal García,
Juan B. Villarreal Rueda, Horacio Plata Gómez, Juan de J. Franco, los hermanos
Albornoz Rueda y Francisco Pinzón, entre otros, poco a poco y con mucho esmero,
iniciaron las ferias del Socorro en 1915, hace ya 109 años.
Hoy, este legado fue recibido por una generación de jóvenes ganaderos,
agrupados en el Comité de Ganaderos de la Hoya del Río Suárez, que con las
experiencias y enseñanzas de sus antecesores, desarrollan actividades que
buscan proyectar la industria ganadera y agropecuaria, como centro del
desarrollo económico de la región. (Fuente Vanguardia Liberal).
Los pueblos de Vélez, Puente Nacional, Barbosa y Moniquirá para efectos
de esta entrada y su relación ancestral de cultura y costumbres se comparten
una descripción investigativa acerca de sus festivales, ferias y fiestas que
celebran.
FESTIVAL NACIONAL DE LA GUABINA
Y EL TIPLE EN VÉLEZ
De Santander, es uno de los festivales más antiguos y por su folclor
tradicional, el más reconocido y diferenciado de los que se realizan en otros
pueblos y provincias del departamento. Por los años de 1740 ocurrían las
romerías a Vélez al encuentro de su patrona La Virgen de las Nieves acompañados
de tiples, cantas, coplas y guabinas, memoria que se debe rubricar sobre los
orígenes y posterior realización del Festival de la Guabina y el Tiple que se
formaliza en 1962. La esencia del Festival en desarrollo permanente de su
folclor musical que se llama guabina que es “un canto montañés, grito
lastimero que corre de cerro en cerro por las breñas de la provincia
perdiéndose en el eco de las montañas e ilusiones”. (Pinzón González
Gustavo. Historia de la Formación de Santander, sus Provincias y Municipios.
Sic Editorial. 2007. Pág. 135).
La guabina y su canto coplero para “el baile del torbellino como aire
musical que se acompaña con tiples, esterillas, quiribillos, alfondoque,
chucho, guacharaca, zambumbia, cucharas de palo y quijadas o carracas de un
cuadrúpedo”. Ídem.
“El traje típico infaltable en los festivales, tejido por bordadoras
veleñas. Los trajes han tenido la normal evolución: el de mujeres, la falda a
media pierna con pocos bordados. Ahora con prenses chatos y adonados con flores
de margarita y tréboles. Las enaguas y un bolso de fique para guardar cosas. La
blusa blanca con arandelas, encajes, abalorios, lentejuelas, florecitas y las
alpargatas de fique. El de hombres, con camisa de cuello redondo, botones al
hombro, bordados al pecho y pañoleta roja. Pantalón oscuro o gris de rayas,
sombrero, capotera, bordón, alpargatas y cinturón de fique. Lo destacable y
además simbólico, como la identidad de los veleños, el traje lo porta toda la
familia desde la infancia, jóvenes hasta los adultos mayores”. Conversatorio con Mery Cabanzo,
bordadora veleña del Traje de la Película de Disney “Encanto”.
El festival con su vistosa programación: El concurso de los grupos
musicales en todas las categorías, el desfile fastuoso de las flores un tanto
mejor que el de Medellín, la parranda veleña, las noches de Vélez, exposiciones
de trajes y el bocadillo con denominación de origen y la feria equina.
Por su tradición y vigencia cultural, el Festival fue definido como
Patrimonio Cultural de la Nación y esta columna plantea como se ha expuesto en
otros eventos que, se debe presentar a la UNESCO para su reconocimiento como
Patrimonio de la Humanidad. El festival siempre se realiza por las primeras
semanas de agosto, sin importar que haya posesión de algún presidente.
FERIAS Y FIESTAS EN PUENTE NACIONAL
En la tierra del Maestro Lelio Olarte, compositor de la guabina
santandereana Puente Real (antes) y hoy Puente Nacional, integrante de la
Provincia de Vélez y con sus antecedentes históricos se han realizado Ferias y
Fiestas de origen patronal o reales con expresiones públicas de guabineras de
tonadas altas y bellas coplas, el rasgar del tiple, corridas de toros en la
plaza principal donde las familias de los alrededores desde sus ventas
aplaudían el espectáculo. Por los años de 1965 la iglesia adelanta un bazar
para recaudar fondos con destino al templo. Aparece la idea de un reinado que
permite la integración de los puentanos sin importar ser rojos o azules,
demostrando que se podía convivir y dejando atrás el pasado bastante
conflictivo.
“Al llegar a 1982 se asume por un comité organizador la adopción de
las Ferias, Fiestas y Festival del Torbellino y el Requinto con sello propio y
en diferenciación del Festival de la Gabina y el Tiple de Vélez. Este evento
toma vuelo y se convierte en gran atractivo turístico y el regreso de todas las
colonias a integrarse con sus familias y paisanos. Con el correr de los años
surgen nuevas iniciativas para promover El Festival Nacional del Requinto para
destacar los talentos de ese instrumento y evocando a tantos requintistas
regionales como Jorge Ariza Lindo el precursor de Mariquiteña. La programación
del festival se luce con el amanecer puentano, cabalgatas, reinados, verbenas
populares, serenatas, concurso de torbellino, el desfile de trajes típicos, comparsas
y andas (una especie de camilla con tela de diagonal o lona sostenida por dos
varas laterales en las cuales los campesinos trasladaban desde las veredas a
sus familiares o vecinos enfermos con destino al hospital)”. Apartes de
éste relato en charla con el Investigador y Periodista Diego Suárez Pinzón. Las
ferias y el festival del torbellino y el requinto se celebran en junio en los
días de San Pedro fortaleciendo el turismo y la economía municipal.
FESTIVAL DEL RÍO SUÁREZ EN BARBOSA SANTANDER
“Barbosa cuyo nombre proviene de la Familia Barbosa propietaria de
tierras y sitio donde con el tiempo vino a trazarse la población”. Fuente:
Garnica Martínez Armando. La Provincia de Vélez. Ediciones UIS 1997. Pág. 162.
Barbosa es caso aparte por cuanto al pertenecer a la Provincia de Vélez de gran
tradición folclórica cultural, Barbosa como pueblo nuevo “(Ordenanza 30 de
abril 25 de 1936)” Idem., no toma esos legados autóctonos de la región.
“Barbosa opta por otra mirada de celebraciones festivas y decide hacer
una cosa diferente a las ferias y fiestas tradicionales inclinándose por
realizar un Carnaval bautizado como Facundo Moraiza que el Alcalde José J.
Villafrades, el migrante antioqueño Salvador Plazas y Serafín Araque (1962)
repiensan los programas que contenían las famosas corridas de toros, juegos
pirotécnicos y rumbas nocturnas para acoger la estrategia de Carnaval que el
Señor Plazas en sus viajes a México replica la idea de carnavales de algunos
pueblos aztecas (Mazatlán, Veracruz, Tlaxcala) y conformando grupos de jóvenes
barboseños con antifaces, disfraces y pitos de Ráquira arman el primer desfile
de carnaval que deja una impronta en camino a la continuidad de los festejos
que se celebran hasta el presente en los primeros días de enero”. Aportes en
diálogo con el Periodista y director de Radio, Gustavo Pardo de Hit Stereo y
tantas emisoras en su haber.
En su decurso aparecen otras manifestaciones no muy santas como el uso
de la maicena, harinas, pinturas, batallas de agua que generan simpatizantes
sobre todos en los jóvenes pero que aíslan a la familia al disfrute de la
fiesta. ¿De dónde llega esa usanza? Seguramente del Carnaval de Barranquilla y
los pueblos costeños y de pronto de Blancos y Negros de Pasto que tienen
arraigos culturales, que por estos lados han sido generadores de desorden que
hasta los más recientes no se han podido ordenar.
“El Festival del Río que nace y hay que decirlo así con visitas y paseos
de olla que las familias barboseñas realizaban en Piedra de Pato y las lajas de
caballito sobre las playas del río. La Voz de la Provincia Colombiana emisora
de Barbosa en 1982 toma la iniciativa con su gerencia y todo el equipo radial
de abanderar el festival complementado con un reinado popular (Teresa Sierra la
Primera Reina), pasarelas sin tarimas sino adecuación del mismo piso, música
con Grabadoras gigantes facilitadas por Germán Correa Olarte y los primeros
apoyos de empresas de gaseosa al concurso de piquetes tradicionales”. Idem.
El Festival, hoy conocido como “Festi Río”, con una extensa programación
año tras año: Alboradas, desfiles, carnavales, cabalgatas, reinas, presentación
de orquestas, eventos artísticos y deportivos, quema de pólvora y guerra de
agua en las playas del Río Suárez. El centro de la actividad carnavalesca y
jolgorio, es el conocido Festival del Río Suárez convertido en gran atractivo
turístico donde cientos de visitantes y lugareños le dedican un día a disfrutar
del cálido sol y las aguas de río con eventos deportivos náuticos, concursos y
las familias con el mejor sancocho de olla.
FERIAS Y FIESTAS DE MONIQUIRÁ
La efeméride principal, es la celebrada a finales de cada año desde
1915, denominada como FERIAS de Moniquirá, para constituirse en una de las más
antiguas y tradicionales del país, junto a la del Socorro.
Las primeras fiestas moniquireñas de corte patronal, según se ha
constatado por esas calendas, se iniciaban desde La Purísima, duraban todo el
mes de diciembre con la participación fundamental de la comunidad campesina
para su integración y diversión.
Por los años 40 a 50, se efectuaban en La Plaza Principal que fungía
también para la realización del mercado semanal y allí se armaban los toldos
donde vendían toda clase de comidas típicas, cervezas, chicha y la ocurrían las
corridas de toros en unas corralejas rectangulares para presenciar el
espectáculo de la tauromaquia.
Los campesinos como actores principales traían desde sus veredas grupos
de matachines y conjuntos musicales con tonadas del torbellino y guabinas que
se tomaban las tiendas para generar las parrandas y bailes hasta altas horas de
la noche. Las vísperas se hacían principalmente con quema de montañas de leña,
pólvora y la participación de grupos típicos, provenientes principalmente de la
Provincia de Vélez.
“Antes que fiestas, eran ferias de corte equino y ganadero. Traían a
la venta cerca de tres mil mulas y muletos que surtían a los compradores que
las llevaban para Cúcuta y Venezuela. Por los alrededores de Moniquirá y, con
la existencia de cientos de trapiches, sus propietarios tenían criaderos de
caballos, yeguas, mulas y muletos que utilizaban para la realización de la
molienda del trapiche movido por estos semovientes. Las fiestas centrales sin falta
ocurrían entre el 14 y 18 de diciembre de cada año”. Fuente: Hugo Navas
Soto.
Entre 1952 y 1955, como parte de las fiestas, se organizó por Alcibíades
Rodríguez Pardo “El Zarco”, unas carreras de caballos al estilo del Concurso
hípico 5 y 6 con chalanes que montaban las cabalgaduras en pelo. Este
espectáculo ocurría en la calle de La Variante con partida desde la
intersección con la Calle de los Telégrafos, hasta la esquina con salida a
Barbosa.
Con la “modernidad”, se ha renovado la programación con las alboradas y
pregones de fiesta bajo la participación de las autoridades municipales con
vestidos a la usanza española, verbenas populares, cabalgatas, concurso de
empacadores de bocadillo, Noches de Ricaurte o fuegos pirotécnicos que tuvieron
como antecesores las vaca locas y las bolas de fuego que hacían las delicias
del público a pesar de los riesgos que se presentaban. Por varios años al final
de los festejos se tenía el entierro de Joselito Carnaval con ataúd a cuestas,
el Cura y las plañideras (hombres disfrazados de mujeres) que lloraban al lado
del féretro.
Las Ferias y Fiestas de Moniquirá, cambian de denominación por Ferias y
Fiestas del Dulce y el Bocadillo, decretadas durante la alcaldía del Doctor
Fabio Ulises Cristancho Álvarez y Meyer Montañez, Director del Icutuder de
reciente creación en el año de 2002, razón social que continúa vigente hasta el
presente.
Remate de las ferias, fiestas y festivales de la región:
Vistas así las cosas, estos eventos festivos en los cuatro pueblos más
representativos de la región: Vélez, Puente Nacional, Barbosa y Moniquirá, no
cabe ninguna duda que van haciendo parte de tradiciones y culturas que van
calando generación tras generación.
Dicen los organizadores que por su esencia misma benefician la
economía y el turismo de las municipalidades. Innegable que por
esas fechas cientos de
personas colman los escenarios y cambian por
completo la normalidad cotidiana
que se debe alterar para contar
con unos espacios que pueden hacer olvidar las
duras y las maduras
para recrearse fuera de las faenas de trabajo. Todo puede
ser
favorable, a pesar que no dejan de presentarse baches que pueden
empañar
las celebraciones: el licor, la contaminación auditiva, riñas,
desacatos,
ruidos hasta altas horas de la noche, basuras etc. Que en
sana convivencia en
eventos futuros se deben superar.
Esta entrada fue tomada del diario digital Boyacá 7 dias, escrito
por Juvenal Nieves Herrera, natural de Moniquirá, Boyacá,
reconocido escritor colombiano.