patricia, la lora que no da lora
Algunos humanos gozan de la soledad, otros la evitan y la miran como una enemiga personal, y otros, la enfrentan acompañados de una o mas mascotas. En esta sociedad del conocimiento y de la concentración poblacional en un urbes, las mascotas vienen ganando mas espacio afectivo en las personas, en especial, en los niños, los jóvenes y los ancianos.
En los niños una mascota se convierte en una estimulación temprana y en un recurso para mejorar la calidad del lenguaje verbal y no verbal. En los adultos mayores las mascotas contribuyen a prolongar los años y a mejorar la calidad de vida.
En los niños las mascotas contribuyen significativamente en el desarrollo físico, social, emocional y cognitivo, mientras que en los ancianos son neutralizantes de la sensación de inutilidad, disminuyen la ansiedad, estimulan la salud y son un medio para socializar, además de ser compañía, dan cariño, afecto y alegría.
Los niños que crecen teniendo una mascota se vuelven mas responsables, son mas afectuosos, adquieren destrezas sociales, asumen el respeto a si mismos y a los demás, se tornan mas pacientes, son mas propensos a establecer empatías, a comprender y diferenciar las emociones negativas de las positivas, desarrollan mas rápido la autoestima, la confianza en si mismos y en los demás. Son mas felices, mas sociables, sufren menos stress, no son sedentarios, son mas alegres y mas afectuosos.
Los ancianos que tienen una mascota, o mas, son propensos a vivir mas, a enfermarse menos, a vivir mejor, viven acompañados, dan mas cariño, son mas afectuosos y alegres.
patricia, la lora de Custodia
Patricia es una amazona, pero no formó parte de la mitología de las amazonas, ese pueblo de mujeres descendiente de Hares, dios de la guerra y de la ninfa armonía, que vivieron unas veces al norte, otras en las llanuras de Cáucaso y otras, en las llanuras del lado izquierdo del Danubio. Eran dirigidas por una reina y en el gobierno no existían los hombres. Para perpetuar la especie se apareaban con extranjeros, pero solo conservaban a las niñas; si nacían niños, los mutilaban dejándolos ciegos o cojos para hacer trabajos de servidumbre, pero lo mas usual, los mataban. Por decreto de la reina, a las niñas se les cercenaba un seno para ganar habilidades en el arco y la lanza. De esta costumbre proviene su nombre ‘amazonas’ del griego ‘amazwn’ que significa ‘las que no tienen seno’.
Patricia es una “amazona ochrocephala”, raza de loros con gran capacidad para imitar la voz humana, ave muy común desde el Amazonas hasta México. Del mercado a escondidas de la plaza de “Paloquemao”, Ana Sánchez, comercializadora furtiva de aves exóticas, la compró y la llevó a casa; una semana después la acomodó en una caja doble de cartón cuyos lados perforó cuidadosamente con el cuchillo de la cocina haciendo hendiduras triangulares irregulares en la que empacó con un banano a la lora atando la caja con una cabuya tejida a mano, y el domingo siguiente madrugó a entregarle a Desiderio Ortiz, (http://naurotorres.blogspot.com.co/2016/02/desiderio-ortiz-el-curandero.html) el mercader puentano que cada ocho días ofrecía en la plaza los productos lácteos y colaciones , las gallinas y los huevos que acopiaba para vender cada fin de semana en la capital en donde tenía una clientela desde la década del sesenta del siglo pasado.
La encomienda, como otras tantas, la recibió Desiderio y la metió entre la caja de madera que servía de nevera para transportar los quesos, las almojábanas y los huevos al mercado campesino de la capital. La encomienda llegó a la estación del tren de un lunes de mayo de 1980, y al atardecer de ese día, la lora llegó a su destino en donde estuvo hasta parte de la noche del domingo 7 de marzo de 2016 cuando fue raptada con fines lucrativos.
La lora se fue ganando el afecto de Miguel Agustín Torres, y para él, se convirtió en la mascota preferida sobre el mararay, el caballo de las borracheras, el limber, el perro compañero y el muñeco, el toro cebú de anhelos como incipiente ganadero.
Aunque la encomienda venía destinada a la ama de casa de la tienda La Esperanza ubicada al margen derecho del camino real que unía la estación del tren de Providencia y el incipiente poblado de Quebrada Negra en Puente Nacional, la lora desde entonces se convirtió en la enemiga de Custodia Quintero a quien atacaba cuando intentaba acercársele, picoteándole la cabeza, las manos, y algunas veces, la cara. Desde entonces se enfrentaron en odio que se aumentó con los años, en igual proporción que al afecto que creció entre la lora y Miguel Agustín Torres, el líder nato de la región.
Pastora fue el nombre que le puso Custodia comparándola con la vecina del camino que vivió mas abajo de la Esperanza, que fue su competencia en la tienda y la maldadosa con las gallinas, perros y marranos de la familia de Miguel Agustín; pero Miguel Agustín, quien era realmente el destinatario de la encomienda, le puso el nombre de “patricia” para recordar a esa bella campesina que alguna vez cortejó siendo joven antes de que fuese reclutado como un animal para prestar el servicio militar obligatorio cuando hacía mercado en el lejano pueblo de Muñequera, Boyacá en época de la violencia partidista en la década del cuarenta del siglo pasado.
“patricia” se convirtió en el acicate para olvidar las continuas peroratas de Custodia porque se tomaba unas “polas” los lunes cuando iba al mercado y lo olvidaba en el toldo de la comadre Julia Acero, surgiendo unos lazos afectuosos entre el ave y Miguel Agustín a quien solo a él, le recibía comida, y el amo le enseñó a cantar, a silbar y hablar y el ave respondía imitándolo cada vez mejor y contestaba por él cuando alguien llegaba a la casa a preguntarlo con tanto parecido en el timbre de la voz que muchas veces respondían con el saludo pensando que don Miguel Agustín estaba escondido detrás del pino que adornaba la casa a la vera del camino.
Pero el 19 de mayo de 2011, la lora “patricia” dejó de hablar, de cantar y silbar, no volvió a comer y se trepó al árbol mas alto cercano a la casa. No se le volvió a ver, ni a oír por varias semanas. Miguel Agustín no la volvió a llamar ni a consentir, tampoco a darle el alimento, y Custodia, la esposa del amo se despreocupó de la lora, pues no era de sus afectos y le mostraba miedo. Desde esa fecha Miguel Agustín Torres fue internado en una clínica en la capital por una leucemia severa y de allí salieron sus despojos para el horno crematorio el 4 de agosto del mismo año.
Un mes antes del deceso del amo, la lora “patricia” regresó a la casa en una actitud amigable y sumisa con Custodia, convirtiéndose desde ese entonces en la compañía permanente de la viuda, y asumiendo ella el papel consentidor del Miguel Agustín, y la lora patricia actuando como en los tiempos con el amo varón.
La lora “patricia” empezó a imitar a Custodia y respondía por ella cuando alguien la buscaba en la tienda. Empezó a cantar los sones que el viejo le había enseñado, a saludar y despedirse como lo hace Custodia, a espantar los perros cuando alguien iba por el camino, a acompañarla en los oficios de la casa y en los descansos convirtiéndose en el animal mas apreciado por la dueña de la tienda que este año cumple 85 años y sigue campante y sola al frente de la finca que levantaron con el esposo.
La comida, los rezos, las novelas y las preocupaciones las comparte Custodia con su lora “patricia”, y ella, cuando tiene la oportunidad de salir por asuntos médicos, siempre regresa con el bocado de carne o ponqué para su lora que se convirtió en algo mas importante para ella que los mismos hijos.
Por la lora y por la valentía de una mujer a esa edad frente a sus vacas, gallinas y perros, la tienda la Esperanza sigue siendo frecuentada por vecinos y conocidos para expresar el afecto que la octogenaria se ha ganado desde que llegó en 1951 a esa tierra procedente de Sutatenza, Boyacá como signo de obediencia al esposo, quien abandonó el cargo de policía para regresar a hacerse cargo de la anciana madre que murió en 1956.
Por su estado físico, psicológico y afectivo Custodia sufre cuando debe abandonar su “esperanza” porque algún hijo debe llevarla al medico. Sufre por la indefensión que enfrenta “corbatín” su perro, “patricia” la lora, sus aves y ganados, y piensa mas en ellos que en sus propios quebrantos de salud.
Los especialistas le han diagnosticado expansión de corazón, proceso de calcificación del aparato digestivo, numerosos lunares en los pulmones, artrosis y osteoporosis severa, razones por las cuales vive medicada, sin embargo, como una amazona sigue acompañada de la soledad y corbatín, su perro de compañía, pues desde que murió el esposo Miguel Agustín los amigos de lo ajeno le han venido robando sus mascotas; primero fue el par de pajuiles que un compadre del carare le había regalado, luego el par de gansos que la comadre Teresa Segura le había traído como presente; hacen unos días en su ultima ausencia de la finca se le llevaron las pollas piropas, y el domingo 7 de marzo de 2016, le han raptado a “patricia” su lora de compañía.
En las sociedades orientales con creencias hinduistas y budistas, incluso judías, los ancianos son venerados, respetados y vistos como fuentes de sabiduría y experiencia, pero en las sociedades occidentales, y mas en la colombiana, los ancianos son visto como un estorbo y una carga para la familia y son el hazmerreir de los niños de la escuela y en las victimas de los amigos de lo ajeno.
Con la partida en manos ajenas de las mascotas de Custodia, esta señora octogenaria viene perdiendo las ganas de vivir y enfrentar los quebrantos de salud, y la misma soledad, ahora mas acrecentada porque ya no le queda sino corbatín el perro que aún la acompaña que es mas lento cada vez pues ya paso los diez años de vida.
El comediógrafo latino Plauto dijo que “el hombre era un lobo para el hombre”. esta afirmación fue popularizada por el filosofo ingles Thomas Hobbes, quien la adaptó en su obra “De Cive”, que significa que la humanidad esta compuesta por depredadores de la misma especie. Si el hombre no busca su esencia en si mismo en forma individual, y luego colectiva, el vaticinio de Plauto seguirá vigente mientras la humanidad tenga depredadores de la misma especie.
( las fotografías de divulgadas en la presente historia son cortesía de Armando Gordillo Camacho y están en internet, las cuales fueron tomadas en la tienda la Esperanza de propiedad de Custodia de Torres).
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