Mi nono me contó que estas tierras santandereanas del Sur de Santander estuvieron pobladas por indígenas Muiscas y Guanes. Los primeros en la provincia de Vélez, Boyacá y Cundinamarca; los segundos entre los ríos Suarez, Chicamocha y Oro en los departamentos Norte y Sur de Santander.
Dijo el nono que los primeros conquistadores en tierra firme treparon por el rio Carare y Opón, y los otros, por tierra desde las lejanas tierras de Venezuela.
Gonzalo
Jiménez de Quesada y Martin Galeano y unos 167 españoles de los 800 que se
embarcaron junto con un cura, centenares
de cargueros, indios de servicio semiesclavizados llamados naborías que iban abriendo
trocha y traían las provisiones, 60
caballos y numerosos perros mastines de presa, guiados por yanaconas arribaron y
treparon por la desembocadura del rio Carare, y luego, el rio Opón, en tierras
bermejas, y por este último, buscaron el origen de esta fuente hídrica,
avanzando hasta aguas navegables en tierras hoy del municipio de San Ignacio. Allí
amarraron sus canoas y balsas de vela y remo. Treparon por el camino indígena
de la sal que los condujo al cacicazgo de los Chipataes, en donde el sacerdote
Bartolomé de las Casas, celebró la primera misa en los Andes Americanos. Los
indígenas los recibieron con obsequios, como es la costumbre aun en esta
región. Les brindaron alhajas en oro y esmeraldas, usadas en ese entonces como
presentes a los jeques, príncipes y sacerdotes de la etnia Muisca.
Los
españoles respondieron a las atenciones de los indígenas, sometiéndolos,
avasallándolos y esclavizando a otros para que los guiasen contra su voluntad,
por caminos usados por los nativos para el intercambio comercial entre
comunidades indígenas de diferentes cacicazgos y etnias, pero con la ambición
de encontrar el cacique revestido en oro y esmeraldas.
Los
hispanos, traían en su sangre la ambición por el oro, y la creencia en un Dios
único, guerrero con un delegado terrenal: un papa y un rey con poderes
absolutos; se creian superiores a los recién encontrados en las montañas de
Santander, y luego en la sabana cundiboyacense.
Con la
espada de acero, arcabuces, fornidos caballos, perros feroces entrenados para
cazar osos y la cruz guindada por un cura, ambos predicando la obediencia
absoluta a un rey lejano, depusieron a las autoridades y dioses indígenas, e
impusieron sus creencias.
A cada
cacicazgo al que arribaban actuaron de igual manera, fundando ciudades donde
estaban los ranchos y viviendas en tierra de las sedes de los cacicazgos. Así
ocurrió con Hunza, hoy Tunja,}; con Bacatá, hoy Bogotá; con Caly, hoy Cali; con
Pubene, hoy Popayán; pero en otros poblados, si los españoles lograban
pronunciar el nombre, las refundaron con el mismo apelativo indígena, por
ejemplo: Zipaquirá, Zipacón, Facatativá, Chía, Guavatá, Chipatá, y Jarantivá,
vereda de mis ancestros en Puente Nacional.
Mi abuelo, en sus noches antes de irse a dormir, en el corredor de la casa de adobe en
donde nacieron sus padres, me contó que el abuso e intentos de dominación de
otras tribus, y lo quebrado de nuestras tierras, así como la variedad de
climas, nos convirtieron en indomables.
Los
caciques muiscas: Saboyá y Tisquizoque, hoy provincia de Vélez enfrentaron por
treinta años a los españoles. Saboyá fue apresado dos veces, y en ambas
ocasiones, se les voló y terminó uniéndose a los tisquizoques. El cacique
Guanentá y el cacique Chanchón, ambos Guanes, murieron defendiendo sus tierras,
sus súbditos y a las mujeres; en tierras hoy de las provincias comunera y
guanentina, Santander.
Un
nutrido número de los varones murieron batallando contra los hispanos; la gran mayoría,
por las enfermedades que trajeron los blancos con barba y armadura; otros, de
tristeza por los confinamientos que implementaron para apropiarse de las
tierras; y otros, en las minas de oro; pero a las mujeres, como los españoles
que llegaron en los tres primeros viajes de Colón, no traían, las usaron como
concubinas unas, otras como amantes, otras como esposas; y se cruzaron los ADN
en el transcurso del mayor genocidio ocurrido hasta ahora, en la humanidad.
Mis
ancestros son el resultado de ese cruce, afirmaba mi abuelo. Y como la sangre la pone en uno, la madre,
nosotros siempre hemos sido intolerantes con las injusticias.
En 1.781
los descendientes de estas dos etnias, ya mezcladas, se levantaron, inicialmente
en tierras guanes, y luego se unieron las sangres muiscas y conformaron lo que
se conoce aún, como los comuneros. Contra la fidelidad y obediencia absoluta al
rey borbón Carlos III y por el abuso en la implementación de altos impuestos
ordenados por la corona española para recaudar fondos para sostener la guerra
contra los ingleses; el abuso de los delegados del rey obligó a los habitantes
de los pueblos, a levantarse contra la tiranía española demandando justicia
social e iguales derechos a los blancos, criollos, mestizos y esclavos.
El
descontento empezó en Mogotes, luego San Gil, Puente Real de Vélez, Tunja,
Leiva, Sogamoso, Santa Rosa, Chiquinquirá y Socorro; y como si fuese una
peregrinación, decía mi abuelo, marcharon armados varios miles, hasta formar un
ejército de unos veinte mil con la única intención de tomarse a Santafé e
instaurar un gobierno popular.
Como ya
les había contado, mis ancestros brotaron en Puente real de Vélez, hoy Puente
Nacional. En este lugar, liderados por Joseph Antonio Galán lograron derrotar militar
y moralmente a la comisión armada del virrey español enviada para enfrentarlos
y detenerlos.
Los
comuneros continuaron hacia Bogotá, pero en Mortiño los recibió el arzobispo
Caballero y Góngora quien encontró aliados a los comandantes criollos,
comerciantes y aristócratas socorranos con quienes firmaron el 7 de junio de
1.781 unos acuerdos conocidos como las fallidas “Capitulaciones de Zipaquirá”.
Antes de la firma, los comuneros ya estaban divididos: Los firmantes, fieles a la consigna “Viva el Rey, abajo el mal gobierno” de Manuela Beltrán el 16 de marzo de 1.781 en el Socorro, solo deseaban que les disminuyeran los tributos, mejoraran el gobierno, reconociendo fidelidad al Rey y obediencia al Papa.
Los comuneros, en menor número
regresaron bajo el mando del regidor y terrateniente Juan Francisco Berbeo y
Salvador Plata, quien afirmó que lo obligaron “con lanzas en el pecho”. Éstos dos, el 18 de abril de 1.781, habían
firmado una protesta notarial para poder exhibir, en su debido momento,
documentos que los eximieran de toda culpabilidad en los concerniente a la
fidelidad al Rey; pero el grueso de los comuneros integrado por mestizos,
indígenas y esclavos desconfiaron de los oficios del prelado y los comerciantes
y aristócratas socorranos. Y, en vez de retornar por el mismo camino, se explayaron
por Cundinamarca, Tolima y Boyacá sembrando el descontento para suscitar la
transformación del orden institucional de la colonia y contra el absolutismo y
fidelidad al Rey, liderados por el charaleño Joseph Antonio Galán desde el 9
del mismo mes y año.
Al
regresar Galán a Santander, sus compañeros de conducción comunera y con peculio
de Salvador Plata ofrecieron financiar la expedición contra el capitán
charaleño, deteniéndolo y apresándolo el 13 de octubre de 1.781 en Chaguanete
entre Mogotes y Onzaga, empezando a cumplirse “La misión religiosa de purga
terrorista” ordenada por el Virrey Flórez, quien había repudiado el acuerdo
estando en Cartagena. Allí, pidió el regreso a España, y en su remplazo, el Rey
nombró a Juan de Torrezar Diaz Pimienta.
Al llegar
al nuevo reino de Granada, Diaz Pimienta fue agasajado en los pueblos de paso
desde Cartagena hasta Santafé. Murió indigestado
tres dias después de su llegada a la sede del virreinato. De la manga de su
mortaja apareció un papel designando Virrey al arzobispo Caballero y Góngora.
El prelado, junto con una decena de religiosos se empeñaron en la tarea de
apaciguar a los comuneros condenando al infierno a quienes participaron en la
revuelta comunera. El Virrey arzobispo
permaneció en el Socorro desde el 14 de julio hasta el 3 de diciembre de 1.781,
sellando la alianza con los aristócratas y comerciantes socorranos, quienes,
para continuar usufructuando las prebendas oficiales, pactan el señalamiento y
entrega de los demás capitanes comuneros.
El 30 de
enero de 1.782, por decisión unánime de los cinco jueces de la Alta Corte
Judicial del virreinato español, sin iniciar el proceso penal contra José
Antonio Galán, sin interposición de denuncia penal oral o escrita de algún
adversario que se hiciera parte, se condena mediante sentencia por los
siguientes delitos: “invadir poblaciones, interceptar la correspondencia de
oficio y publica, acuadrillar y capitanear gentes, sublevar pueblos, saquear
las administraciones de aguardiente, tabaco y naipes, nombrar capitanes a los
sediciosos y rebeldes, faltar al sagrado respeto a la justicia, resistir a dos
partidas (cuadrillas) desarmarlos y hacerlos prisioneros, repetir los saqueos,
atropellar alcaldes de las poblaciones, sacar y repartir los efectos, dejar nombrados
capitanes, insultar al gobernador de Mariquita,
atropellar a los hacendados y aristócratas, retornar a Mogotes, hacer
terror y escándalos en los pueblos, hacerse ver como invulnerable, suscitar y
promover hechos y dichos sediciosos para una nueva rebelión, escribir cartas a
los corresponsales, comunicar sus proyectos, abultar el numero de malvados
secuaces y pueblos rebeldes, esparcir noticias de conmoción, emprender fuga,
poner resistencia a la justicia, levantar tropas, cometer asombrosos excesos
contra el Rey, desertar el regimiento de Cartagena, y ser un monstruo de maldad
y objeto de abominación,”(…)
“El
fin de las penas decididas por el alto tribunal, tanto para José Antonio Galán,
como para los tres colectivos populares que cobija la sentencia, estuvieron
dirigidas a torturar, matar, decapitar, exhibir cabezas, descuartizar cuerpos,
decomisar y confiscar bienes, declarar infames las descendencias de los
inculpados, a desterrar a 200 kms. a la redonda dentro del virreinato y
expatriar a dos de los hermanos del prócer para el continente de África”.
Luego de
la detención del capitán comunero, fue conducido desde Mogotes al Socorro y de
allí a la cárcel de Santafé donde el 30 de enero de 1.782 le profirieron la
sentencia.
Mi nono
preparándose para terminar su relato, con lagrimas escurriendo por las arrugas
y con su mirada perdida en el dolor de los recuerdos de sus antepasados,
enumeraba las 21 crueldades que le aplicaron al valiente Galán por atreverse a
poner en duda la fidelidad al rey y a desconocer su poder absoluto, anhelar
justicia e igualdad social y un gobierno con la participación del pueblo.
1.
“Que sea sacado de la cárcel,”
2.
“arrastrado,”
3.
“y llevado al lugar del suplicio,”
4.
“donde sea puesto en la horca
hasta que naturalmente muera,”
5.
“bajado,” (de la horca)
6.
“se le corte la cabeza,”
7.
“se divida su cuerpo en cuatro
partes y”
8.
“pasado el resto por las llamas
(para lo que se encenderá una hoguera delante del patíbulo,”
9.
Su cabeza será conducida a
Guaduas teatro de escandalosos insultos:”
10. “la mano
derecha puesta en la plaza del Socorro,”
11. “la
izquierda en la villa de San Gil;”
12. “el pie
derecho en Charalá, lugar de su nacimiento;”
13. “y el pie
izquierdo en el lugar de Mogotes;”
14. “declarada
por infame su descendencia,”
15. “ocupados
todos sus bienes y aplicados al real fisco;”
16. “asolada
su casa”
17. “y
sembrada de sal, para que de esta manera”
18. “se dé al
olvido su infame nombre y”
19. “acaba
con tal vil persona, tan detestable memoria,”
20. “sin que
quede otra que el odio y espanto”
21. “que
inspira la fealdad del delito” (…)
Y
retomando tranquilidad y esperanzas, el nono continuaba narrando que 34 años
después los hijos de los comuneros que lograron escapar de la persecución, y
los que fueron desterrados a más de 200
leguas, entre ellos, el pinchotano don Pedro Santos, dio vida a más de catorce
hijos con una charaleña de apellido Plata y se convirtieron en estafetas y
guerrilleros que contribuyeron notablemente a detener y demorar lo refuerzos
realistas que desde Venezuela iban a Santafé para enfrentar al general Bolívar al
apoyar a los ejércitos del pacificador, Morillo.
Estos
grupos guerrilleros provenientes de los pueblos comuneros fueron liderados por
el capitán Fernando Santos Plata y su hermana Antonia Santos. Ella, mártir de
la independencia de Colombia. Contó mi
abuelo que Fernando Santos Plata estuvo en la reunión a la que asistieron los
militares Francisco de Paula Santander, Simón Bolívar, y Custodio García Rovira
ocurrida en Puente Real de Vélez en octubre de 1.810 en la que trazaron la
estrategia de una guerra de guerrillas para atacar a batallones realistas y
esconderse para hacer mas lento su marcha e impedir la integración de un
ejercito mas numeroso y armado para enfrentar a los patriotas.
Mi abuelo murió en 1.928 año en que ocurrió la masacre de las bananeras narrada por Gabriel García Márquez. Mi padre que había nacido 4 años antes, me contaba la misma historia, pero adicionando que su padre había participado en la guerra de los mil dias defendiendo las ideas liberales.
A su vez mi padre
contaba que, siendo muy joven, tenia 15 años fue reclutado a la fuerza un
martes en el mercado de Moniquirá cuando vendía un cerdo por orden de mi abuela.
Lo reclutó a la fuerza la policía chulavita encargada de actuar como la mano
negra contra los liberales que defendían las ideas de Jorge Eliecer Gaitán.
Siendo
muy párvulo tenia que acompañar a mi padre, luego de retirarse de las fuerzas
armadas de Colombia, al mercado de Puente Nacional. Tenia la misión de cargar
en la capotera, y a unos diez pasos atrás de mi padre, el revolver y las balas
para defenderse en cualquier emergencia. Y un atardecer de un miércoles marzo
de 1.963 fui su guarda espalda cuando debió ir a palabrear con el bandolero
Efraín González, bandolero del partido conservador, cuando supo por terceras
personas que había sido sindicado, por ser reservista, de ser un sapo. Junto
conmigo, guarecidos por la oscuridad, fueron varios amigos armados de mi padre
para respaldarlo, por si no se lograba aclarar el malentendido convertido en
chisme femenino.
Puente
Nacional, Ecoposada La Margarita, noviembre 1º. De 2.020
NAURO
WALDO TORRES QUINTERO
T.P. 4650
MEN
ALGUNAS
FUENTES HISTORICAS
1.
Del infierno a la Gloria, escrito por Álvaro Santamaría Santander. 2.019
2.
José Antonio Galán, gestor de la independencia de
Colombia, escrito por Myriam Sanabria de Quiroga. 2.020
3.
Historia de Colombia y sus oligarquías, escrito por
Antonio Caballero. Ministerio de Cultura, 2018
Aldemar Duarte Puente Nacional
ResponderEliminarmuy pocos recordamos la máxima expresión popular contra la tiranía española
La memoria, única arma que realmente puede prevenir el futuro delito y castigar al criminal sin necesidad de eliminarlo. Lastima que la memoria es frágil.
ResponderEliminarLa memoria histórica de nuestro país, ha sido manoseada, según los intereses de quienes ostentan el poder. Pero si se lee entre líneas, la constante es la misma. Quien se revele al orden imperante, lo eliminan. Y el sentido patriota, o el orgullo nacional, le hemos ido perdiendo, frente a los nuevos apetitos del dinero y la narco economía.
EliminarSi. estoy de acuerdo. La historia conocida desde los dos angulosa, ayudaría a formar nuevos ciudadanos.
Apreciado Ruben, cordial saludo. Si. es verdad, tenemos una memoria fragil. Gracias por el comentario
GUSTAVO MEDINA PUENTE NACIONAL
ResponderEliminarCómo que ese monos se las sabía relatar todas...aunque parece que José Antonio galán no tiene un papel muy participativo superior a los demás cabecillas en los hechos de puente real
Hermoso texto de historia.
ResponderEliminarLástima que nuestros textos escolares de historia, sean ladrillos pesados y no relatos dinámicos; cargados de emoción y sentimiento como éste
Mi anunciada Gloria:
EliminarDe acuerdo. Los textos escolares, aun, en su redacción demuestra carencia de emoción para contar la historia. Por ello, somos ahistóricos.
Gracias por su apreciación sobre el relato.
La historia de nuestros antecesores es nuestra propia historia, ya que de su descendencia somos.Debemos tener sentido social de patria y comprender que un país se construye para el bienestar general de todos, que lo que pase en La Guagira repercute cuál efecto mariposa en Amazonas.
EliminarLa historia en el pasado la hizo el pueblo con sus líderes que crearon futuro para ser una nación libre. Nos hace falta más gente educada que sepa conducir hacia el bienestar y progreso, nunca bajo intereses egoístas que perpetúen la ignorancia y la pobreza.
“El fin de las penas decididas por el alto tribunal, tanto para José Antonio Galán, como para los tres colectivos populares que cobija la sentencia, estuvieron dirigidas a torturar, matar, decapitar, exhibir cabezas, descuartizar cuerpos, decomisar y confiscar bienes, declarar infames las descendencias de los inculpados, a desterrar a 200 kms. a la redonda dentro del virreinato y expatriar a dos de los hermanos del prócer para el continente de África”. ME AGRADÓ LEERTE TODO UN RELATO BIEN ESTRUCTURADO Y AMENO. ES GRATO PODER LEER Y CONOCER MUCHAS HISTORIAS A TRAVÉS DE TUS RELATOS. FELICITACIONES NAURO.
EliminarBmejia57@gmail.com Cordial saludo. He leído con aprecio y admiración, su comentario sobre el relato "mi abuelo, el comunero". Lo de nuestros ancestros, lo de nuestros recientes antepasados, nos atañe. Y desde esta óptica, nos corresponde conocer esas historias, asumirlas, y guiarnos desde el conocimiento para orientar las nueva generaciones. Nada es gratis. Lo que hoy disfrutamos como patria, fue el resultado del derrame de sangre desde la conquista española.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo cuando escribiste:
"Nos hace falta más gente educada que sepa conducir hacia el bienestar y progreso, nunca bajo intereses egoístas que perpetúen la ignorancia y la pobreza".
Hoy, aportas de la elección para presidente de Colombia, y ante la evidencia que el cambio es inevitable, nos corresponde a quienes tenemos conciencia social, apoyar a quien encarne las esperanzas de un pais mas equitativo, diverso y en proceso de construcción democrática.
Agradezco y aprecio su comentario. Bienvenida al blog. Su comentario es la mejor paga para un escritor.
Respetada y reconocida escritora: Ma. Adiela Londoño, cordial saludo desde las breñas santandereanas.
EliminarGrato confirmar que paseaste en mi blog. Y en particular que leíste el relato de corte histórico: "Mi abuelo el comunero"
Estamos en un pais en el que la historia no se lee ni se enseña, pues el conocerla, nos hace libres pensadores. Y a la vez, nos permite reconocer que en los asuntos del poder y la libertad, nada ha sido gratis.
Por deleite, curiosidad e interpretación, continuo leyendo textos, de poca circulación, pero ricos en informacion histórica. Y por años, a la espalda, y al estar fuera del aula, encontré en el relato un medio para difundir las luchas comuneras.
Con la persecución a los comuneros alineados a José Antonio Galán, éstos huyeron a los llanos orientales y a las montañas santandereanas del magdalena medio.
Luego de los sucesos de 1.810, Bolívar, Santander y Fernando santos Plata-hermano de Antonia Santos, se reunieron en Puente Nacional, y allí nació la estrategia de guerrillas para enfrentar la reconquista española comandada por Morillo. Santander pasó por vereda, rumbo al llano a buscar a los descencientes comuneros que luego se convirtieron, con muchos mas llaneros, en el ejercito libertador. Mientras Fernando Santos Plata se dedicó a conformar volantes de guerrilla en cada pueblo en Santander, para atacar a los realistas. La estrategia era atacar para demorar la movilidad. Y fue en la batalla del Pienta-poco de habla de ella- en Charalá que hubo una batalla entre pulgas y perros. Mas de 3.000 pulgas murieron, pero demoraron a los españoles que iban a reforzar el ejercito de Barreiro en la batalla del Puente de Boyacá. Entonces, fuimos determinativos en el triunfo de Bolívar. Sobre estos hechos tengo varios relatos en mi blog.
Mi apreciada dama de letras, gracias por concederme tiempo para leer otro de mis relatos.
Profesora Alarcón. San Gil
ResponderEliminarGracias Naurito, como anillo al dedo lo compartiré a mis grupos.
PROFESORA GLORIA MEDINA SAN GIL
ResponderEliminarSi nos hubiesen enseñado la historia con ese sentimiento, emoción y relato placentero; tal vez otra sería nuestra mirada.
Pero esos textos escolares, traducidos caprichosamente desde paradigmas patriarcales, hicieron ver la historia como un retazo descontextualizado de un mundo totalmente ajeno
Mi apreciada Gloria. Cordial saludo.
EliminarAcojo con alegría su comentario que da un valor agregado a mi relato. En mi época, igual nos distraían la historia de Europa. Poco de Colombia. Le confieso, fue en San Gil que empecé a conocer la causa comunera, y con sentimiento de vergüenza, estudié en Zipaquirá, y allí nunca oí hablar de la causa comunera.
En blog ha facilitado el tener contacto con gente del mundo investigativo e histórico, y por los libros que me envían, y otros que estaban en turno en la biblioteca personal; decidí convertir hechos como lo narrados en un relato para todas las edades.
Agradezco a los colegas que, si tienen un pensamiento similar al de Gloria, difundan y usen el relato para alguna de sus clases.
Asi logramos que los niños y jóvenes de hoy, tengan otra mirada del pais.
Mi querido e ilustre escritor: hoy 14 de marzo, leí con detenimiento y casi con pasión, su magnífica historia. Va por el buen camino. Siga adelante. Hice el pregón con muchos de mis amigos y paisanos
ResponderEliminarSi. Me escaché en la fecha, dos dias antes. Bueno lo importante es que la historia se lea y se comparta.
EliminarCongratula confirmar que la historia la pegó de principio a fin. Y su apreciación de ella, como magnifica, obliga a continuar por este camino. El camino de escribir para acompañar al lectores de su talla.
Gracias por compartirla. Anima de verdad.
Que importa leer su comentario 40 dias después. Si logré tu atención en el relato, empiezo a creer que voy por el sendero estrecho y pendiente camino para anidarme en la memoria de los lectores.
EliminarBienvenidos los pregoneros. Me preguntan porque no editado libros. Y contesto, solo estoy empeñado en recomponer hechos y difundirlos entre los amantes de la lectura y de la historia.
Sus paisanos, también son los míos?
Reitero, reconforta su compañía, y el misterio empieza a develarse en su apelativo.
Gracias por estar en el blog.
LUIS POVEDA CANADA
ResponderEliminarMuy Bueno que no se olviden las cosas xq son base de nuestro presente y futuro
Hermoso retrato amigo.
ResponderEliminarTambién tus relatos los cuales representan un gran aporte para la historia Regional y Nacional y para la vida y la cultura Colombiana. Un abrazo.
Te deseo un feliz día con salud ,paz y alegría.
Mi apreciada colega. Solo anhelo estés bien de salud y en familia.
EliminarSi lo dices tu quien profesora de historia, empiezo a creerlo que estoy poniendo en un relato la historia que nos nos contaron.
Y te recibo cien abrazos, O tal Vez mas, por los años transcurridos, sin vernos
Leonor Corzo
ResponderEliminarGracias amigo que artículo tan bueno nos recuerda y enseña sobre nuestro sufrido pueblo y lo aguerrida que nuestra estirpe santandereana
muy bien por su trabajo
Leito, si loa firma usted, persona de letras. Lo creo. Intento con mi narrativa poner cerca al lector, y en relato, parte de la historia de nuestro pueblo que alguna vez, no fue arrodillado. Y a la vez, facilitar al estudiante el conocimiento de la historia nuestra en un cuento histórico
EliminarCordial saludo. Años ah¡ desde los tiempos compartidos con su hermano (q.e.p.d)
PROFESORA LORENA DIAZ COLEGIO LUIS CAMACHO RUEDA SAN GIL
ResponderEliminarGracias mí profe Nauro.....excelente relato...mis muchachos lo van a disfrutar igual que yo..👏
Colega, si tu empeño es compartir este relato entre los chicos bajo tu tutela, no solo se van a divertir, sino que van a tener otra visión del entorno, de los comuneros, y de la historia misma.
EliminarVerdad que ello me es gratificante, si los logras.
PROFESORA GEORGINA BARRAGAN SAM GIL
ResponderEliminarQue buen relato en hora buena para compartirlo con mis nietos, que les fascina la historia.
Gracias.
Sigue adelante que iré detrás de ti leyendo, conociendo y disfrutando..
Gracias. Bendiciones.
Profesora, Entonces sigo escribiendo para que continue leyendome, y ahora compartiendo con sus nietos. Ello, me enorgullece
ResponderEliminarRAFAEL FORERO MONTAÑO ZIPAQUIRA
ResponderEliminarSeguimos con los mismos problemas no faltan los arrodillados a los políticos ladrones que se roban nuestra plata y mandan asesinar a quien les proteste y exija sus derechos.
Y de esos arrodillados, salen los soldados para la guerra. Y ademas votan por los mismos verdugos
EliminarWilson Massey Cadena
ResponderEliminarQué buena narrativa.
Es una excelente clase de historiografía, que nos ilustra sobre los hechos que la gente no le gusta saber, si que menos recordar.
Por eso, y con toda razón, siempre diremos ( los investigadores): '" el que desconoce su historia, está obligado a repetir los mismos ERRORES".
Mi apreciado Doctor, si lo afirma usted, es creíble.
EliminarHoy con el ocaso a la espalda y el tiempo para leer e indagar, compongo relatos que permiten al lector hacer antena a tierra.
Ojalá los colegas en ejercicio usen este relato de carácter histórico para que aprecien los espacios donde nacieron y encuentren identidad comunera en su andar.
Enorgullece verle con regularidad en mi blog.
Leonor Corzo
ResponderEliminarMuy cierto que pesar que en los colegios fue abolida para era mi favorita y por eso será que estas nuevas generaciones no saben ni en qué país viven
Leonor Corzo Y no solo en la aulas. Los m.mc.s. juegan un papel determinativo en la enajenación y alienación de los jovenes.
EliminarJose Delgado E.U.
ResponderEliminarEs obvio que los santanderinos fueron quienes mayormente contribuyeron a aniquilar el yugo de los españoles!!
tanto el sentido común, como lo obvio, para unos, es olvidado, omitido o callado para otros. Pero esa verraquera que mostraron los santandereanos, en ese entonces, ya no luce hoy bajo el sol. El estado de las vías, pésimo. El caudillismo azota: tres miembros de una misma familia, siendo gobernadores: Uno en la cárcel y otro investigado por la CSJ. Velez, la primera ciudad en el nuevo reino, no tiene agua. Se robaron la plata de la represa¡¡
EliminarRaúl Gómez Quintero
ResponderEliminarMuy bueno el recuento histórico apreciado Nauro. La dolorosa historia de nuestros pueblos sojuzgados por los poderosos gobernantes políticos y religiosos debe ser conocida y resaltada, así las generación actual aparezca indolente y desinteresada.
Cordial saludo.
Igual infiero de su obra reciente: San Gil: Grandeza y decadencia de un pueblo: continuemos con esta tarea, desde dos ángulos, para que la historia y sus bemoles, sea conocida.
EliminarPor haber ejercido la docencia, el cuento en referencia, gracias a maestros seguidores de mi blog, "Mi abuelo, el cominero" estará como lectura en casa de numerosos estudiantes.
La profesora Gloria Medina, escribió en el blog: " Si me hubiesen enseñado historia así como usted la cuenta, Otra cosa sería mi vida".
Gracias Nauro. La verdad es que mucha de esta historia sigue viva entre nosotros. La crueldad se disimula con otras formas de intolerancia y persecución, pero las actitudes fundamentales son las mismas.
EliminarCordial saludo. Gracias por la lectura y comentario sobre ella. Ojalá. Ojalá este viva entre nosotros, pero la realidad que estamos viviendo tiene luces que no coinciden con esa apreciación. Mas cuando la historia desapareció en las aulas. Y la que se conoce es la narrada por los vencedores, pero la historia de los vencidos, esta a al espera de ser escrita.
EliminarPero tienes razon. El vasallaje, el desprecio de la otredad, el "estudien vagos". El pobre es pobre porque no trabaja. Lo comun es para saquearlo. La política es para sostener el status quo. Confirman lo escrito por usted: "La crueldad se disimula con otras formas de intolerancia y persecución, pero las actitudes fundamentales son las mismas".
Sueño que este 19 de junio los marginados se pronuncien en las urnas a favor de ellos mismos.
Gracias por leer y comentar. Y en el proximo comentario, favor dejar su nombre y apellido para establecer sinergias.
RODRIGO SARMIENTO. BUACRAMANGA:
ResponderEliminarGracias Nauro. Excelente recuento del trascendental hecho histórico que perdurará en la historia libertaria de américa latina.
PROFESORA BANIRA RUIZ BUCARAMANGA
ResponderEliminarQue interesante relato sobre la historia comunera, nos lleva a recordar lo sufrido por quienes decididamente quisieron defender esta bella patria pero que desafortunadamente hoy más que nunca está enajenada por quienes solo los mueve el poder y el dinero.
Gracias Nauro por traer a nuestra memoria estos hechos contados con sentimiento y que llevan impregnado el saber de sus ancestros. Un abrazo y felicitaciones mi querido escritor👏
Excelente relato histórico, apreciado Nauro. Felicitaciones y mi gratitud, por permitirnos degustar el entramado que tejes con tus letras, para llevarnos por los senderos de Santander, y el altiplano cundiboyacense, en aras de andar las huellas históricas, escalofriantes, sangrientas y ambiciosas, del tiempo de la conquista. Hoy repetimos como José Antonio Galán: "Siempre adelante, ni un paso atrás".
ResponderEliminarMi muy apreciada colega, paisana escritora guayacamense, cordial saludo. Aprecio el tiempo invertido en la lectura del comentado relato de corte histórico.
EliminarEntre mas nos leemos, mas sabemos de nuestros gustos, tanto para escribir, como para leer.
Gracias a Dios y a la vida que nos haya puesto en el mismo camino, y hayamos convergido en el colectivo "Voces hidalguenses"
En tantos trabajando, escribiendo, no había encontrado paisana con quien compartir inquietudes literarias. Pero Dios continua bendiciéndonos.
Entre las lecturas que me apasionan, la historia de nuestros antepasados comuneros. y Sobre ellos, tengo varios relatos, medio que he usado para dar a conocer la gesta comunera.
Hoy, en el mar de información, el nadar en corrientes de las que nos gusta, es una misión de pocos que, además de leer, comenten.
Con lo poco que hemos hablado, eres una de mis heroínas madre, pues velas por tu héroe, motor de tu vida.
Agradezco a Dios esta cercanía contigo. Podré beber de tu sabiduría y nutrirme con tus letras.
Gracias por estar aquí, leyendo y comentando.