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miércoles, 12 de noviembre de 2025

MISIVA A UN ETERNO AMOR


 

San Gil, 13 de noviembre 2025

 

Indeleble

Señora Margarita

Cripta 01 bloque 2 Catedral Nuestra Señora de la Nueva Baeza

San Gil, Santander, Colombia.

 

Perenne saludo:

Me amaste desde el biberón, y yo, te ofrendé mi afición, siendo un polluelo. Alcanzamos un decenio de espera y tu profesor de filosofía nos dio la bendición el 10 de agosto de 1.973 en el templo de Barbosa, Santander, Colombia. Un día despues, nos separó la obligación laboral; tu a tu escuela en Providencia en Puente Nacional, y yo, a la escuela urbana de la Belleza en el mismo departamento a empezar mi labor docente. Un año despues, logramos unidad familiar con tu traslado para reemplazarme, y yo, empecé la misma labor en el Colegio San Juan Bosco del mismo lugar. En ese mágico y violento poblado escondido en las arrugas de la cordillera central, empecemos los dos a hilar nuestro nido marital. Tu a tejer las cobijas, y yo, a cepillar, armar y pintas los muebles de comedor y sala. Entre libros, planillas, cuadernos y oficios compartidos en el hogar testigo de nuestra desenfrenada pasión, concebimos el primogénito, quien se convirtió en fontanal de nuestros anhelos por iniciar estudios universitarios y en venero en nuestro empeño por una pedagogía liberadora impregnada de afectos en la que los educandos y progenitores, no se fueron objetos, sino sujetos de su propio desarrollo cognitivo, intelectual y transformador.


Solo nos teníamos en nuestro pensar, en nuestro actuar, observar y sentir; pero para los gamonales políticos éramos opuestos ejemplos para los discentes a quienes inducimos a ver la pasa como norma de convivencia y al otro, hermano u opositor, como el prójimo, y lograron trasladarme del corregimiento al que llegué como maestro departamental.

Tu suegro siempre me predicaba: Dios no abandona a sus apóstoles. Y un buen sacerdote que, años despues, fue declarado el personaje más Es un poemario de una mujer cubana que lucha por dar a conocer sus creaciones líricas viviendo en un pais sin oportunidades, sin servicios públicos permanentes y sin medicinas y tratamientos para los virus importante del siglo XX en Santander por su labor de cimentación de la economía solidaria y las pastoral social de la Iglesia católica, me acogió en el Instituto de Liderato social de Zapatoca en nuestro departamento. Y a esta ciudad levítica llegaste meses despues, celebrando tu compañía con la gestión y nacimiento del segundo retoño de nuestra fusión sanguínea. Fueron 360 meses que estuvimos en esa ciudad colonial cuyos residentes se les reconoce como tacaños por ser metódicos en el ahorro como inversión posterior. Por mis habilidades en la escritura y la locución, fui traslado a la Villa de San Gil y la Nueva Baeza a empezar de nuevo un trio de proyectos: Prensa y radio, diseño de material didáctico y alfabetización para adultos. 20 años compartimos en esta ciudad colonial, otrora centro de venta de esclavos y en 1.780, faro de la revolución comunera, preámbulo a las guerras de independencia que nos dieron la libertad en el continente sudamericano desde 1.819.

La mitad del tiempo compartido con nuestros cuerpos, saberes y haceres, nueve fueron para ti, tu viacrucis y para los dos, nuestro silencioso calvario. Tu cabellera siempre fue brisa de seguridad, tus miradas, oasis de ternura y amor; tus brazos, malacates para mis inseguridades;  tus volcanes, bombones de seducción; tu boca, paila efervescente de mi frenesí; tus piernas, vástagos de mis maromas, tus zanjas, piscinas de mis borbotones; tu boca, hornilla de mis pasiones. Aunque lo he intentado borrar ese viernes en la noche de 1.991 cuando celebramos la aprobación de la nueva Constitución de Colombia, aun en espera de su aplicación total, cuando en mis desmedida pasión succionando y acariciando sus senos, en el derecho encontré una masa interna que apagó de súbito nuestra entrega pasional. Confiamos en el medico familiar, no medimos su idoneidad, y omitimos acudir al especialista para un diagnóstico más preciso. Sarmiento, el costeño, extirpó la masa. Ocho dias despues, los resultados de la Biopsia revelaron positivo. Acudimos a Leónidas, el cirujano amigo, quien contactó al mastólogo y programaron la extirpación mamaria. Aún conservo la libreta en donde registrábamos las viajes, tratamientos, medicinas, paliativos y medicamentos biológicos esperanzados en no registrar episodios en los primeros 60 meses posteriores a la mastectomía.


Desde el mes 58 empezaste a sentir síntomas en el pulmón. Acudimos al cirujano Rojas, quien fue el designado por la aseguradora. Y empezaron las fases de radioterapia, quimio y tratamiento para el dolor. Perdiste, peso, tu cabello y tu belleza física empezó a revelar los efectos colaterales de los tratamientos. Los dos siempre estuvimos esperanzados que lograríamos extirpar las manifestaciones malignas, pero, el daño trasmutó a l cerebro y las estaciones a la cruz fueron más cortas.

Recuerdo tus ordenes impregnadas de mis lágrimas y expresas con ilusión: Los cuatros hijos no debían enterarse de los carcinomas extraídos y cuyas raíces continuaron trasmutando en tu cuerpo. Los tres mayores en la universidad, y la menor bajo mi cuidado. El ir y venir a Bucaramanga fue frecuente hasta cuando ya me notificaron que la inevitabilidad del punto final.

No he logrado raspar de la memoria ese fatídico lunes 13 de 2.000. Ese día no fui al trabajo. Estuve en casa. Estuve junto a ti en el nuestro lecho nupcial. Al empezar a toldar el calor, solicitaste a cada uno de tus hijos que entraran a nuestra recamara, y luego a tu hermana Consuelo que llegó sobre las cinco de la tarde. Habías perdido toda movilidad, tu ajado y enjuto cuerpo empezó a tornarse morado desde tus hermosos pies de afrodita como si la sangre perdiera su circulación. Me recosté a tu lado. Te abracé y fui besándote con el cuidado que demanda deshojar una rosa. Te besé y el aroma de la pomarrosa tornó en acidez y la rigidez de tus labios fraccionó mis caricias, y expiraste. Bajé con cuidado de la cama y me postré dando gracias a Dios porque había extinguido tu dolor y ahogado tu respiración. Informé del desenlace y entre el llanto y la desesperanza nos unimos en una plegaria de gratitud por ejemplar, amorosa y emprendedora vida.



Hoy se cumplen 25 años de tu física partida, pero tu amor prevalece en mi respiración, tus registros corporales están pintados en mi memoria; tus 280 epístolas en diez años de amores conforman encuadernadas con las mías, reposan en el baúl de pino que mi madre, mandó hacer para empacar mis pertenencias rumbo al seminario de Mosquera en donde anduve tres años, para evitarlo por acoso sexual del director espiritual.



En la cripta 01 bloque 2 de los osarios que están en la catedral de San Gil, florecen rosas rojas que se marchitarán cuando mi familia deje junto a tus cenizas, mis cenizas con la que solicité a nuestros hijos alfareros que hagan un cáliz y en él, depositen periódicamente agua para que beban las aves que viven y tornan cada tarde en el bosque que fue nuestra cuna de amor y escudo de adversos vientos que nutren el olvido de nuestros descendientes.

 

NAURO TORRES QUINTERO

Escritor colombiano

https://naurotorres.blogspot.com/2025/09/sabiduria-en-poesia.html

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2 comentarios:

  1. Me emocionó tus memorias, cuanto amor y a la vez cuanto sufrimiento. Ella partió tranquila dejo un legado familiar en buenas manos. Entrañable relató!Un abrazo gracias por llevar a Colombia en un nivel tan alto.

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    1. Somos pedazos de recuerdos y cuando los escribimos con la tinta del corazón en hojas del alma y se comparten, se contribuye que a pesar de la inmediatez de las redes, somos humanos en construcción, y si esa edificación bordea en literatura, ésta ya no es personal, sino de quien la lee, la siente, la valora y le evoca recuerdos para animar al lector a tejer su legado impregnado de alegrías, sinsabores, dolores, nostalgias y satisfacciones.

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