Poema 268
09/02/2023
La tierrita
produce, pero hay que dejarla descansar;
si Dios descansó al
séptimo día
y el séptimo día de
la semana es para adorar,
la tierra al
séptimo año, hay que dejarla embarzalar
para que descanse
otro tanto para volverla a trabajar.
Labrar la tierrita
no es oficio sin empeño,
al barzal hay que
socolar, tumbar, rozar y amontonar
para agravar el abono de la capa vegetal
dejando podrir al
natural el zarzal.
Se amontona el
breñal, se despiedra la parcela,
se ara sin tardar
para lograr oxigenar y espolvorear;
se zanjea para
drenar, se hoya para abonar
depositando las
semillitas y tapando para abrigar.
A los siete dias
los cogollos brotan sin parar
los gusanos
trozadores hay que controlar
se desyerba y
aporca la milpa,
se fertilizan las
maticas con abonos orgánicos
se les habla con
cariño para que broten las flores.
Se beneficia, se cosecha,
se orea, se clasifica, se empaca,
se consume, se
ofrece, se bendice y agradece,
se abona la tierrita
que prodiga la comidita.
Usted lector
citadino que ingiere procesados,
prefiera los
alimentos que producen los del campo,
cómprele al
campesino, no enriquezca a los intermediarios.