Poema 096
09/2021
Busco una mujer
que sea mi compañera
en las buenas y en las malas
en la juventud, la adultez y la vejez.
Busco una mujer que sea una fuente de ternura,
con ojos, cual lucero en mis noches de nostalgia,
que sus labios, sean un dulce pecado,
que su sonrisa sea restauradora,
que tenga oídos sordos al odio,
una lengua conciliadora,
una cabellera generosa para jugar con ella,
una mente pensante y creativa;
unos hombros equilibrados para soportar el sufrimiento
unos senos voluptuosos para amamantar a los hijos,
una cadera recatada para deleitarme en ella,
unas piernas insinuantes al misterio,
unos pies caminantes y plantados en el entorno.
Busco una compañera que tenga un esponjoso corazón,
que de su boca destile afecto y amor,
que sus palabras sean salmos de comprensión.
Busco una compañera que sea sensata al opinar,
que sea solidaria y asuma la otredad,
que sea autónoma e independiente,
realista e imaginativa, creativa y furtiva;
que sea maestra del autocuidado;
que le aflore el buen humor en las alegrías y
dificultades.
Busco una compañera abnegada,
adaptable a las circunstancias y al entorno,
ambiciosa de la unidad familiar,
amistosa con los amigos y enemigos,
enardecida por su ser y apasionada por el hacer.
Busco una mujer, atenta;
amante del aprender y empeñada en desaprender;
disciplinada en sus quehaceres,
asertiva en sus determinaciones,
bondadosa en sus relaciones,
benevolente con el prójimo,
coherente en su ser, en su hacer y en su estar,
colaboradora conmigo y con los demás,
consciente de mi amor desde mi ser y desde mi estar.
Busco una compañera confiada en la misericordia de Dios,
constante en sus determinaciones,
diligente en los compromisos,
curiosa para aprender y para transformar
discreta al hablar y en el pensar;
eficaz en su actuar,
empática conmigo y con el prójimo,
exigente consigo misma y con los demás,
generosa consigo mismo y con los otros,
grata con Dios, con la vida y con la humanidad.
Busco una mujer, humilde, honesta y honrada,
que dé prioridad a la felicidad,
que disfrute conmigo contemplando la luna;
que guste de mis caricias y las de la brisa,
que disfrute el sol, la lluvia, el frio y el calor,
que goce la lectura y permita ser acariciada
por mis versos y sea fuente de mi inspiración poética y
existencial.
Gracias mujer, gracias, compañera por existir
Gracias por ser inspiración, fuente de vida y amor.